La uretritis de transmisión sexual, la cervicitis, la proctitis y la faringitis que no se deben a gonorrea (no gonocócicas) están causadas predominantemente por clamidias. Las clamidias también pueden ocasionar salpingitis, enfermedad inflamatoria pélvica, epididimitis, perihepatitis, conjuntivitis neonatal y neumonía de la lactancia. Sin tratamiento, la salpingitis por clamidia puede cronificarse y causar mínimos síntomas, aunque con consecuencias muy graves. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de amplificación de ácidos nucleicos, las cuales se prefieren sobre el cultivo o el inmunoanálisis de antígenos. El tratamiento suele consistir en doxiciclina o azitromicina.
Chlamydia trachomatis causa cervicitis de transmisión sexual e infección del tracto genital superior (endometritis, salpingitis) en mujeres; epididimitis en hombres; y uretritis, proctitis, faringitis, y linfogranuloma venéreo en ambos sexos. C. trachomatis causa hasta el 40% de los casos de uretritis no gonocócica, la mayoría de los casos de cervicitis mucopurulenta, y linfogranuloma venéreo (raro) (1). (Véanse también Infecciones micoplásmicas urogenitales y Tricomoniasis para conocer otras causas de uretritis no gonocócica).
Aunque la clamidia representa la mayoría de los casos de uretritis no gonocócica, otras causas incluyen Mycoplasma genitalium y otros patógenos que pueden no ser identificables con las pruebas disponibles.
La clamidia es la infección de transmisión sexual (ITS) más comúnmente informada en los Estados Unidos. En 2023, se informaron más de 1,6 millones de casos (2). A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud inform 128 millones de casos nuevos de clamidia en personas de 15 a 49 años en 2020 (3).
Las Chlamydias también causan infecciones que no son se transmiten sexualmente, como tracoma y conjuntivitis neonatal y neumonía.
(Véase también Generalidades sobre las infecciones de transmisión sexual.)
Referencias generales
1. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1. Erratum: Vol. 70, No. RR-4. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2023;72(4):107-108. Published 2023 Jan 27. doi:10.15585/mmwr.mm7204a5
2. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): National Overview of STIs in 2023. Accessed March 11, 2025.
3. World Health Organization (WHO): Chlamydia. 2024. Accessed February 5, 2025.
Signos y síntomas de las infecciones uretrogenitales por clamidia
Los hombres presentan uretritis sintomática después de un período de incubación de entre 7 y 28 días, que en general se manifiesta en primer lugar con disuria leve, molestias uretrales y una secreción uretral transparente o mucopurulenta. La secreción puede ser escasa y los síntomas pueden ser leves, pero con frecuencia son más importantes a la mañana temprano, cuando el meato uretral suele presentarse eritematoso y obstruido por secreciones secas, que pueden teñir la ropa interior. En ocasiones, el establecimiento es más repentino y grave, con disuria intensa, polaquiuria y una secreción purulenta abundante que simula una uretritis gonocócica. La infección puede progresar a epididimitis.
Las mujeres suelen ser asintomáticas, aunque pueden haber uretritis (irritación y secreción uretral, disuria, polaquiuria), así como secreción vaginal, dolor pélvico y dispareunia. La cervicitis con exudado mucopurulento de color amarillo y la ectopia cervical (expansión del epitelio endocervical sobre las superficies vaginales del cuello uterino) es característica. La enfermedad pélvica inflamatoria (endometritis, salpingitis y peritonitis pelviana) puede causar molestias en las fosas ilíacas y el hipogastrio (típicamente bilateral) e hipersensibilidad notable a la palpación del abdomen, los anexos y el cuello uterino. Las consecuencias a largo plazo de la enfermedad inflamatoria pélvica incluyen la infertilidad y el aumento del riesgo de embarazo ectópico. El síndrome de Fitz-Hugh-Curtis (perihepatitis) puede causar dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen, fiebre y vómitos.
Después del contacto sexual rectal u orogenital con una persona infectada, puede aparecer una proctitis o una faringitis en ambos sexos.
Las clamidias pueden transferirse al ojo (por ejemplo, durante actividad sexual si las secreciones genitales infecciosas se transfieren a la superficie ocular a través de dedos contaminados, o por vía perinatal de paciente embarazada a recién nacido), causando conjuntivitis aguda, tracoma, y ceguera potencial.
La artritis reactiva (anteriormente conocida como síndrome de Reiter), causada por reacciones inmunológicas contra las infecciones genitales e intestinales, es una complicación rara de la clamidia en adultos. En ocasiones, la artritis reactiva se acompaña de lesiones cutáneas (queratodermia blenorrágica), lesiones oculares (conjuntivitis y uveítis), uretritis recurrente no infecciosa o balanitis.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambios cutáneos en los pies (queratodermia blenorrágica), conjuntivitis, uveítis, uretritis o balanitis en reacción a la infección por Chlamydia.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambio
Image courtesy of Susan Lindsley via the Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambios cutáneos en los pies (queratodermia blenorrágica), conjuntivitis, uveítis, uretritis o balanitis en reacción a la infección por Chlamydia.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambio
Image courtesy of Joe Miller via the Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambios cutáneos en los pies (queratodermia blenorrágica), conjuntivitis, uveítis, uretritis o balanitis en reacción a la infección por Chlamydia.
Un pequeño número de pacientes con artritis reactiva por Chlamydia presentan un síndrome artrítico acompañado de cambio
Image courtesy of Drs. Weisner and Kaufman via the Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.
Los lactantes que nacen de mujeres con cervicitis por clamidia pueden presentar neumonía por clamidia u oftalmía neonatal (conjuntivitis neonatal).
Diagnóstico de las infecciones clamidiales urogenitales
Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos de secreciones cervicales, vaginales, uretrales, faríngeas o rectales u orina
La clamidia se sospecha en pacientes con síntomas de uretritis, salpingitis, cervicitis o proctitis de etiología desconocida, pero los mismos síntomas pueden ser secundarios a gonorrea.
Si la evidencia clínica de uretritis es incierta, la uretritis puede documentarse mediante cualquiera de las siguientes (1):
Secreción mucoide, mucopurulenta o purulenta observada durante el examen
≥ 10 leucocitos por campo de gran aumento en la primera orina de la mañana
Prueba de esterasa leucocitaria positiva en la primera orina de la mañana
≥ 2 glóbulos blancos por campo de inmersión en las secreciones uretrales sometidas a tinción de Gram
Deben tomarse muestras de exudados cervicales, vaginales, de la uretra masculina o rectales para identificar clamidias. Las muestras de orina se pueden utilizar como alternativa a las piezas de biopsia cervicales o uretrales. Se requieren hisopados de fauces y rectal para evaluar la infección en esos sitios.
Las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos disponibles en el mercado (NAAT) son muy sensibles y específicas para clamidia y también se pueden hacer en muestras de orina o vaginales auto-recolectadas, lo que elimina la necesidad de hacer un hisopado incómodo de la uretra o el cuello uterino. Existen plataformas de pruebas de amplificación de ácidos nucleicos para realizar en centros de atención que pueden proporcionar resultados en la misma consulta. En general, las muestras de la garganta y el recto solo deben examinarse en laboratorios que hayan verificado el uso de estas pruebas para esos sitios anatómicos.
Dado que a menudo coexisten otras infecciones de transmisión sexual (especialmente gonorrea), los pacientes con uretritis sintomática también deben someterse a pruebas para identificar gonorrea. Todos los pacientes que reciben un diagnóstico de gonorrea o Chlamydia deben someterse a pruebas para otras infecciones de transmisión sexual, incluyendo sífilis e infección por VIH.
En los Estados Unidos, los casos confirmados de clamidia, así como gonorrea y sífilis, deben informarse al sistema de Salud Pública.
Referencia del diagnóstico
1. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1 Erratum: Vol. 70, No. RR-4. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2023;72(4):107-108. Published 2023 Jan 27. doi:10.15585/mmwr.mm7204a5
Pruebas de cribado para infecciones por clamidia urogenitales
La evaluación de hisopados con muestras de orina o de flujo vaginal autorrecolectados con pruebas de amplificación de ácidos nucleicos es útil en particular para el cribado de pacientes asintomáticos con riesgo elevado de presentar infecciones de transmisión sexual, porque no es necesario el examen genital. Las recomendaciones de estudios de cribado varían según el sexo, la edad, las prácticas sexuales y el entorno (1).
Las mujeres se evalúan en forma anual si son sexualmente activas y < 25 años, o si son ≥ 25 años, sexualmente activas y tienen uno o más de los siguientes factores de riesgo:
Tienen antecedentes de infecciones de transmisión sexual
Actividad sexual con mayor riesgo de exposición (p. ej. tener una nueva pareja sexual o más de 1 pareja sexual; realizar trabajo sexual; o usar condones de manera irregular cuando no se está en una relación mutuamente monógama)
Tienen una pareja que presenta una infección de transmisión sexual (ITS) o que tiene parejas sexuales concurrentes
Las embarazadas < 25 años o que tienen ≥ 25 años y uno o más de los factores de riesgo son evaluadas durante su primera consulta prenatal y otra vez durante el tercer trimestre si el riesgo sigue siendo alto (1, 2,3).
Los hombres que tienen sexo con hombres se evalúan al menos una vez al año si han tenido actividad sexual durante el año anterior (en caso de coito con penetración, detección en orina; en caso de coito receptivo, hisopado rectal; y en caso de sexo oral, hisopado faríngeo), en forma independiente del uso de preservativos. Aquellos con mayor riesgo (p. ej., con infección por VIH, que reciben profilaxis preexposición con antirretrovirales, que tienen múltiples parejas sexuales o cuya pareja tiene múltiples parejas) deben ser evaluados con mayor frecuencia, a intervalos de 3 a 6 meses (1, 4).
Las personas transgénero y de género diverso son evaluadas si son sexualmente activas sobre la base de las prácticas sexuales y la anatomía (p. ej., detección anual para todas las personas con cuello uterino < 25 años; si tienen ≥ 25 años, las personas con cuello uterino deben ser evaluadas anualmente en presencia de un riesgo elevado; se debe indicar hisopado rectal según la exposición y los comportamientos sexuales informados) (1).
Los hombres no incluidos en las categorías anteriores no se evalúan de manera sistemática, excepto en el caso de los que se encuentran en entornos clínicos con una alta prevalencia de clamidia (p. ej. clínicas para adolescentes, clínicas para enfermedades de transmisión sexual, instituciones correccionales).
Referencias de cribado
1. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1 Erratum: Vol. 70, No. RR-4. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2023;72(4):107-108. Published 2023 Jan 27. doi:10.15585/mmwr.mm7204a5
2. LeFevre ML; U.S. Preventive Services Task Force. Screening for Chlamydia and gonorrhea: U.S. Preventive Services Task Force recommendation statement. Ann Intern Med. 2014;161(12):902-910. doi:10.7326/M14-1981LeFevre ML; U.S. Preventive Services Task Force. Screening for Chlamydia and gonorrhea: U.S. Preventive Services Task Force recommendation statement. Ann Intern Med. 2014;161(12):902-910. doi:10.7326/M14-1981
3. US Preventive Services Task Force, Davidson KW, Barry MJ, et al. Screening for Chlamydia and Gonorrhea: US Preventive Services Task Force Recommendation Statement. JAMA. 2021;326(10):949-956. doi:10.1001/jama.2021.14081
4. Committee on Adolescence; Society for Adolescent Health and Medicine. Screening for nonviral sexually transmitted infections in adolescents and young adults. Pediatrics. 2014;134(1):e302-e311. doi:10.1542/peds.2014-1024
Tratamiento de las infecciones urogenitales por clamidia
Antibióticos orales
Tratamiento empírico para gonorrea si no se la ha excluido
Tratamiento de las parejas sexuales en los últimos 60 días y/o de la pareja sexual más reciente
La clamidia sin complicaciones documentada o sospechada se trata con doxiciclina 100 mg por vía oral 2 veces al día durante 7 días (1, 2).
Como alternativa, azitromicina en una dosis oral única de 1 gramo o levofloxacina en una dosis de 500 mg por vía oral una vez al día durante 7 días.
En pacientes embarazadas, debe usarse azitromicina en una sola dosis oral de 1 gramo. La amoxicilina en dosis de 500 mg por vía oral 3 veces al día, durante 7 días, es el tratamiento alternativo a la azitromicina. Las embarazadas deben someterse a una prueba de curación 4 semanas después del tratamiento y volver a ser estudiadas en el término de 3 meses.
Estos regímenes no tratan la gonorrea de manera fiable, pero esta infección coexiste con clamidia en muchos individuos. Por lo tanto, el tratamiento debe incluir una dosis única de ceftriaxona 500 mg IM (1 g IM para pacientes que pesen ≥ 150 kg) a menos que el paciente haya dado negativo para gonorrea (2).
En áreas donde la tricomoniasis es prevalente, se recomienda el tratamiento empírico con metronidazol, tinidazol o secnidazol para pacientes con clamidia, a menos que las pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) indiquen que los pacientes son negativos para tricomoniasis.
Los pacientes que presentan recidivas (hasta un 13% en 12 meses) (3) suelen presentar coinfecciones por microorganismos que no responden al tratamiento para clamidia o se reinfectaron después del tratamiento. Se los debe volver a evaluar en busca de clamidia y gonorrea, y si es posible, Mycoplasma y tricomoniasis.
Las parejas sexuales de los últimos 60 días y antes del desarrollo de síntomas del paciente (o la pareja sexual más reciente si el último contacto sexual fue > 60 días) deben ser evaluadas, examinadas y tratadas presuntivamente (2). Los pacientes deben abstenerse de mantener actividad sexual hasta que ellos y sus parejas hayan completado el tratamiento ≥ 1 semana.
La terapia expeditiva de la pareja (TEP) es una práctica en la que los pacientes con una infección reciben una receta o medicamentos para entregar a su pareja sin que un profesional de la salud la examine primero. Esta terapia puede aumentar el cumplimiento y reducir el fracaso del tratamiento debido a la reinfección. Puede ser más apropiada para las parejas de mujeres con gonorrea o infección por Chlamydia. No obstante, lo ideal es que la pareja consulte al médico para conocer sus antecedentes de alergias farmacológicas y para identificar otras infecciones de transmisión sexual (2).
La profilaxis posterior a la exposición con doxiciclina tomada por vía oral dentro de las 72 horas del sexo sin condón ha demostrado reducir significativamente la incidencia de clamidia, gonorrea y sífilis en hombres que tienen sexo con hombres y mujeres transgénero (4).
Si las infecciones genitales por clamidia no se tratan, los signos y los síntomas desaparecen en 4 semanas en alrededor del 66% de los pacientes. No obstante, en las mujeres, la infección cervical asintomática puede persistir y provocar endometritis, salpingitis o peritonitis pelviana crónica y las secuelas asociadas: dolor pelviano, esterilidad y aumento del riesgo de embarazo ectópico. Dado que la clamidia puede provocar consecuencias graves a largo plazo en las mujeres, incluso aunque los síntomas sean leves o nulos se considera fundamental la detección de la infección y su tratamiento en la paciente y sus parejas sexuales.
Referencias del tratamiento
1. Kong FYS, Tabrizi SN, Fairley CK, et al. The efficacy of azithromycin and doxycycline for the treatment of rectal chlamydia infection: a systematic review and meta-analysis. J Antimicrob Chemother. 2015;70:1290–1297. doi:10.1093/jac/dku574
2. Workowski KA, Bachmann LH, Chan PA, et al. Sexually Transmitted Infections Treatment Guidelines, 2021. MMWR Recomm Rep. 2021;70(4):1-187. Published 2021 Jul 23. doi:10.15585/mmwr.rr7004a1 Erratum: Vol. 70, No. RR-4. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2023;72(4):107-108. Published 2023 Jan 27. doi:10.15585/mmwr.mm7204a5
3. Hosenfeld CB, Workowski KA, Berman S, et al. Repeat infection with Chlamydia and gonorrhea among females: a systematic review of the literature. Sex Transm Dis. 2009;36(8):478-489. doi:10.1097/OLQ.0b013e3181a2a933
4. Bachmann LH, Barbee LA, Chan P, et al. CDC Clinical Guidelines on the Use of Doxycycline Postexposure Prophylaxis for Bacterial Sexually Transmitted Infection Prevention, United States, 2024. MMWR Recomm Rep. 2024;73(2):1-8. Published 2024 Jun 6. doi:10.15585/mmwr.rr7302a1
Conceptos clave
Las infecciones por Chlamydia adquiridas sexualmente pueden afectar la uretra, el cuello uterino, los anexos, la garganta o el recto.
Diagnosticar mediante técnicas de amplificación de ácidos nucleicos.
Realizar pruebas para coinfección por otras infecciones de transmisión sexual, entre ellas gonorrea, sífilis e infección por VIH.
Evaluar a los pacientes asintomáticos de alto riesgo en busca de infección por clamidias.
Utilizar un régimen de antibióticos que también sirva para tratar la gonorrea, si no se la ha excluido.
