El manejo de la vía aérea consiste en
(Véase también Generalidades sobre el paro respiratorio).
Existen muchas indicaciones para el control de la vía aérea (véase tabla Situaciones que requieren control de la vía aérea).
Los métodos para establecer una vía aérea incluyen
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Técnicas básicas como posicionamiento de cabeza y cuello, compresiones abdominales y golpes de espalda (véase también Cómo hacer la maniobra de Heimlich en el adulto consciente and Cómo tratar al lactante consciente que se asfixia.)
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Métodos supraglóticos como bolsa-válvula-máscara y máscara laríngea
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Técnicas infraglóticas (intubación traqueal)
Con cualquier técnica de manejo de la vía aérea, el volumen corriente debe ser de 6 a 8 mL/kg (significativamente menor que lo recomendado antes) y la frecuencia ventilatoria debe ser de 8 a 10 respiraciones/min (significativamente más lento que lo recomendado antes para evitar consecuencias hemodinámicas negativas). Las tasas más bajas se usan comúnmente en pacientes con atrapamiento de aire grave (p. ej., asma aguda, enfermedad pulmonar obstructiva crónica), y la oxigenación pasiva sin ventilación con presión positiva parece prometedora en los primeros minutos después del paro cardíaco. Volúmenes más pequeños y frecuencias respiratorias más lentas también son deseables en cualquier estado de inestabilidad hemodinámica; sin embargo, es importante tener en cuenta que la ventilación con presión positiva es lo opuesto a la ventilación con presión negativa fisiológicamente normal. En el paro cardíaco, las demandas fisiológicas son significativamente menores, y en ausencia de paro, los beneficios de la hipoventilación sobre la estabilidad hemodinámica y la protección pulmonar a menudo superan los efectos negativos de la hipercapnia permisiva y la hipoxia moderada.
Situaciones que requieren control de la vía aérea
Clasificación |
Ejemplos |
Emergencias |
Paro respiratorio o apnea (p. ej., por enfermedad del sistema nervioso central, fármacos o hipoxia) El coma profundo, cuando la lengua se relaja y ocluye la glotis Edema agudo de laringe Laringoespasmo Cuerpo extraño en la laringe (p. ej., asfixia por atragantamiento) Traumatismo en las vías aéreas Lesión en la cabeza o lesión cervical alta |
Urgencias |
Necesidad de apoyo ventilatorio (p. ej., en síndrome de dificultad respiratoria aguda, inhalación de humo o tóxicos, quemaduras de las vías respiratorias, aspiración gástrica, exacerbaciones de enfermedad pulmonar obstructiva crónica o asma, infección difusa u otros problemas del parénquima pulmonar, enfermedades neuromusculares, depresión del centro respiratorio o fatiga extrema de los músculos respiratorios) Necesidad de aliviar el trabajo respiratorio en pacientes en shock o con bajo gasto cardíaco o con estrés miocárdico que debe disminuirse Antes de un lavado gástrico en pacientes con sobredosis de drogas orales y alteración de la conciencia Antes de una esofagogastroscopia en pacientes con hemorragia digestiva alta Antes de una broncoscopia en pacientes con situación respiratoria limítrofe Antes de procedimientos radiológicos en pacientes con una alteración del sensorio, en particular si se requiere sedación |
Limpieza y apertura de la vía aérea superiore
Para aliviar la obstrucción de la vía aérea causada por los tejidos blandos de las vías aéreas superiores y establecer una posición óptima para la ventilación con máscara ambú y laringoscopia, el operador debe flexionar el cuello del paciente para elevar la cabeza hasta que el meato auditivo externo se encuentre en el mismo plano que el esternón y el rostro se ubique paralelo al techo (véase figura Posición de la cabeza y el cuello para abrir la vía aérea). Esta posición es algo diferente de aquella de inclinación de la cabeza que se enseñaba antes. La mandíbula debe desplazarse hacia arriba elevando la barbilla y los tejidos submandibulares o empujando las ramas mandibulares ascendentes hacia arriba (véase figura Elevación de la mandíbula).
Posición de la cabeza y el cuello para abrir la vía aérea
Las restricciones anatómicas, algunas anomalías y ciertas consideraciones relacionadas con los traumatismos (p. ej., inconveniencia de mover una posible fractura de cuello) pueden restringir la capacidad del operador de posicionar el cuello en forma apropiada, pero la atención minuciosa a la posición óptima siempre que sea posible puede maximizar la apertura de las vías aéreas y mejorar la ventilación con máscara ambú y laringoscopia.
La obstrucción debida a dentaduras postizas y a materiales extraños bucofaríngeos (p. ej., sangre, secreciones) puede solucionarse introduciendo un dedo en la bucofaringe y mediante aspiración, cuidando de no empujar el material hacia adentro (más probable en lactantes y niños pequeños, en los que está contraindicado introducir un dedo). El material más profundo puede retirarse con unas pinzas de Magill o con aspiración.
Maniobra de Heimlich (compresiones abdominales subdiafragmáticas)
La maniobra de Heimlich (opara instrucciones más detalladas, véase Cómo realizar la maniobra de Heimlich) consiste en la compresión brusca del abdomen superior, o compresiones del tórax en caso de embarazo o de pacientes obesos, hasta abrir las vías aéreas obstruidas por un cuerpo extraño o hasta que el paciente entre en insconciencia; es el método inicial de preferencia en el paciente despierto que se está ahogando.
En adultos conscientes, el rescatador debe pararse detrás del paciente y abrazarlo. Debe cerrar un puño y colocarlo a mitad de camino entre el ombligo y la apófisis xifoides. La otra mano toma el puño cerrado y aplica una compresión enérgica hacia adentro y arriba empujando ambos brazos (véase figura Compresiones abdominales con la víctima en posición de pie o sentada (consciente)).
Un adulto inconsciente con una obstrucción de la vía aérea superior se maneja inicialmente con la RCP. En estos pacientes, las compresiones torácicas aumentan la presión intratorácica de la misma manera que lo hacen las compresiones abdominales en pacientes conscientes. Los rescatistas deben examinar la orofaringe antes de cada serie de respiraciones y usar sus dedos para eliminar cualquier objeto visible. También se puede utilizar laringoscopia directa con succión o pinzas de Magill para extraer un cuerpo extraño en la vía aérea proximal, pero una vez que un objeto ha pasado a través de las cuerdas vocales es preferible ejercer una presión positiva desde debajo de la obstrucción.
En los niños más mayores se puede utilizar la maniobra de Heimlich. No obstante, en niños con un peso < 20 kg (< 5 años), debe aplicarse una presión muy moderada, y el rescatador debe arrodillarse a los pies del niño y no sobre él.
En lactantes< 1 año, la maniobra de Heimlich no debe hacerse. Los lactantes deben mantenerse en decúbito prono con la cabeza hacia abajo. El reanimador debe apoyar la cabeza con los dedos de una mano mientras realiza 5 golpes en la espalda (véase figura Golpes en la espalda—lactante). Luego se realizan 5 golpes en el tórax con el niño cabeza abajo con la espalda sobre el muslo del rescatador (decúbito supino—véase figura Compresiones torácicas-lactante). Esta secuencia de golpes en la espalda y compresiones torácicas debe repetirse hasta que se liberen las vías aéreas. Para obtener instrucciones más detalladas, véase Cómo tratar al lactante consciente que se asfixia