Hipertrofia del bazo

(Esplenomegalia)

PorHarry S. Jacob, MD, DHC, University of Minnesota Medical School
Revisado/Modificado mar. 2023
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La hipertrofia del bazo no es una enfermedad en sí misma, sino el resultado de una patología subyacente. Existen muchos trastornos que pueden provocarla.

  • Numerosos trastornos, incluidas las infecciones, la anemia y el cáncer, pueden aumentar el tamaño del bazo.

  • Los síntomas no suelen ser muy específicos, pero incluyen saciedad temprana y dolor en la parte superior izquierda del abdomen o de la espalda.

  • Esta hipertrofia se puede detectar en la exploración física, aunque también se pueden emplear ecografías y otras pruebas de diagnóstico por la imagen para determinar las dimensiones del bazo.

  • Por lo general, tratar el trastorno que ocasiona la hipertrofia del bazo es suficiente para solucionar el problema, pero en ocasiones es necesario extirparlo.

(Véase también Introducción al bazo.)

Para determinar la causa de un bazo agrandado, se deben descartar diversas afecciones, que pueden ser desde infecciones crónicas hasta neoplasias hematológicas.

¿Sabías que...?

  • La hipertrofia del bazo no es una enfermedad en sí misma, sino el resultado de una patología subyacente.

Un bazo agrandado necesita más sangre de la que recibe en condiciones normales. Cuando no llega suficiente sangre a algunas partes del bazo, estas pueden dañarse, lo que provoca una hemorragia o la muerte del órgano.

Tabla

Hiperesplenismo

En condiciones normales, el bazo elimina de la circulación sanguínea los glóbulos rojos (eritrocitos) viejos o dañados. No obstante, cuando el bazo se agranda, aprisiona y almacena una cantidad excesiva de glóbulos rojos, lo que da lugar a anemia. En ocasiones, el bazo también destruye los glóbulos blancos (leucocitos) y/o las plaquetas (trombocitos), causando un recuento bajo de glóbulos blancos (leucopenia) y un recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia). Este proceso genera un círculo vicioso: cuantas más células retiene el bazo, más se agranda y, cuanto más grande es, más glóbulos sanguíneos retiene y destruye.

Síntomas de la hipertrofia del bazo

Un bazo hipertrofiado por lo general apenas causa síntomas y los que produce pueden confundirse con muchas otras afecciones. Puesto que el bazo agrandado se encuentra junto al estómago y algunas veces lo comprime, se puede tener la sensación de estar lleno a pesar de haber comido poco y aun incluso sin haber comido. También se percibe dolor abdominal o de espalda en la zona del bazo, en la parte superior izquierda del abdomen o en el lado izquierdo de la espalda. El dolor puede extenderse hasta el hombro izquierdo, sobre todo, si algunas regiones del bazo no reciben suficiente sangre y comienzan a necrosarse.

Si el hiperesplenismo provoca una anemia grave, se siente cansancio y dificultad para respirar. La menor cantidad de glóbulos blancos (leucocitos) da lugar a infecciones frecuentes y la falta de plaquetas provoca una tendencia a sufrir hemorragias.

Diagnóstico de la hipertrofia del bazo

  • Imágenes del abdomen.

  • Análisis de sangre

Se sospecha hipertrofia del bazo cuando el paciente refiere saciedad temprana o dolor en la parte superior izquierda del abdomen o de la espalda. En general, el bazo agrandado se percibe durante la exploración física.

En una radiografía del abdomen realizada por otros motivos también se puede observar el aumento del tamaño del bazo. Por lo general es necesario recurrir a una ecografía o a una tomografía computarizada (TC) para poder determinar las dimensiones del bazo y si está comprimiendo otros órganos. La resonancia magnética nuclear (RMN) proporciona información similar, además de delinear el riego de sangre a través del bazo. En otras pruebas de diagnóstico por la imagen se utilizan partículas ligeramente radiactivas para evaluar el tamaño del bazo y su funcionalidad, así como para determinar si está acumulando o destruyendo grandes cantidades de glóbulos sanguíneos.

En los análisis de sangre se observa un número menor de glóbulos rojos, de glóbulos blancos y de plaquetas. La forma y el tamaño de los glóbulos sanguíneos, que se pueden determinar mediante un examen al microscopio, proporcionan pistas sobre la causa de la hipertrofia. La exploración de la médula ósea puede indicar un cáncer de los glóbulos sanguíneos (como una leucemia o un linfoma) o una acumulación de sustancias de desecho (como ocurre en las tesaurismosis). Medir la cantidad de proteínas en la sangre puede ayudar a determinar si existen otros trastornos causantes de la hipertrofia del bazo, tales como la amiloidosis, la sarcoidosis, el paludismo, la leishmaniosis visceral (kala-azar), la brucelosis y la tuberculosis. El hepatograma (pruebas hepáticas) permiten determinar si el hígado también está enfermo.

Extraer una muestra del bazo para examinarla no es un procedimiento fácil, porque la inserción de una aguja o la incisión del tejido esplénico pueden dar origen a una hemorragia incontrolable. Cuando se extirpa quirúrgicamente el bazo hipertrofiado, este se envía al laboratorio para realizar pruebas que determinan la causa de la hipertrofia, con el objetivo de diagnosticar o tratar alguna enfermedad.

Tratamiento de la hipertrofia del bazo

  • Tratamiento del trastorno subyacente

  • En ocasiones, extirpación del bazo

Cuando es posible, se trata el trastorno responsable de la hipertrofia del bazo. Las personas con agrandamiento del bazo (esplenomegalia), deben evitar practicar deporte de contacto y levantamiento de pesas, ya que un bazo agrandado tiene más probabilidades de desgarrarse y ocasionar una hemorragia incontrolable.

¿Sabías que...?

  • Si se padece hipertrofia del bazo, deben evitarse los deportes de contacto y el levantamiento de pesas, ya que un bazo agrandado presenta un riesgo mayor de sufrir un desgarro y ocasionar una hemorragia incontrolable.

Es posible que haya que extirpar quirúrgicamente el bazo si el hiperesplenismo causa problemas graves. Se debe evitar la extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía) siempre que sea posible, ya que conlleva complicaciones, como una mayor susceptibilidad a las infecciones causadas por determinadas bacterias. Sin embargo, vale la pena correr este riesgo en situaciones críticas:

  • Cuando el bazo está gravemente dañado después de una lesión

  • Cuando el bazo destruye los glóbulos rojos (eritrocitos) de forma tan rápida que se produce una anemia grave

  • Cuando el bazo destruye los depósitos de glóbulos blancos y aumenta la probabilidad de infecciones

  • Cuando el bazo destruye los depósitos de plaquetas, lo que predispone a las hemorragias

  • Cuando el bazo es tan grande que produce dolor o ejerce presión sobre otros órganos o causa sensación de saciedad precoz después de haber comido muy poco

  • Cuando el bazo es tan grande que algunas de sus partes sangran o se necrosan

Como alternativa a la cirugía, a veces se utiliza la radioterapia para reducir el tamaño del bazo.

Si se ha sufrido una extirpación del bazo, es necesario vacunarse contra las infecciones causadas por Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis y Haemophilus influenzae. También deben asegurarse de recibir la vacuna contra la gripe cada año, así como la vacuna contra el COVID-19.

Después de la esplenectomía, la persona afectada es especialmente vulnerable a la sepsis grave, especialmente si mantiene contacto regular con niños, y es posible que tenga que tomar antibióticos diariamente para prevenir infecciones.

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