La temperatura normal del cuerpo varía de persona a persona y a lo largo del día (típicamente más alta por la tarde). La temperatura corporal normal es mayor en los niños en edad preescolar y más alta hacia los 18 a 24 meses de edad. Sin embargo, a pesar de estas variaciones, la mayoría de los médicos definen la fiebre como una temperatura de 38° C o más cuando se mide con un termómetro rectal (véase Cómo tomar la temperatura del niño).
Aunque los padres a menudo se preocupan cuando observan una temperatura elevada, la intensidad de la fiebre no necesariamente indica la gravedad de la causa. Algunas enfermedades leves causan fiebre alta, y algunas enfermedades graves causan solo un poco de fiebre. Otros síntomas (como dificultad para respirar, confusión, y rechazo de los líquidos) indican la gravedad de la enfermedad mucho mejor que la temperatura. Sin embargo, una temperatura por encima de 41° C, aunque de forma poco frecuente, puede ser peligrosa por sí misma.
La fiebre puede ser útil para ayudar al cuerpo a combatir las infecciones. Algunos expertos creen que la reducción de la fiebre puede prolongar algunos trastornos o posiblemente interferir con la respuesta del sistema inmunitario a la infección. Así, aunque la fiebre es incómoda, no siempre requiere tratamiento en niños por lo demás sanos. Sin embargo, en los niños con enfermedades de los pulmones, corazón, o cerebro, la fiebre puede causar problemas, ya que aumenta las demandas sobre el organismo (por ejemplo, mediante el aumento de la frecuencia cardíaca). Por lo tanto la reducción de la temperatura en estos niños es importante.
Los bebés con fiebre están, por lo general, irritables y no duermen ni comen bien. Los niños mayores pierden el interés por el juego. Por lo general, cuanto mayor sea la fiebre, más irritable y desinteresado está el niño. Sin embargo, a veces los niños con fiebre alta tienen un aspecto sorprendentemente bueno. En algunas ocasiones pueden tener convulsiones cuando su temperatura sube o baja rápidamente (llamado convulsiones febriles). Otras veces, la fiebre llega a ser tan alta que los niños se vuelven apáticos, somnolientos y no responden.
(Véase también Fiebre en adultos.)
Causas
La fiebre se produce en respuesta a una infección, lesión o inflamación y tiene muchas causas. Las causas probables de fiebre dependen de si dura 14 días o menos (aguda) o más de 14 días (crónica), así como de la edad del niño. Las fiebres suelen ser agudas.
Fiebre aguda
La fiebre aguda en lactantes y niños está producida generalmente por una infección. La dentición no causa habitualmente fiebre de más de 38,3º C.
Las causas más frecuentes de fiebre aguda son las siguientes
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Infecciones respiratorias debidas a un virus, como el resfriado o la gripe
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Gastroenteritis (infección del tubo digestivo) causada por un virus
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Ciertas infecciones bacterianas, especialmente infecciones del oído (otitis media), infecciones de los senos paranasales, neumonía e infecciones de las vías urinarias
Los recién nacidos y los niños pequeños tienen mayor riesgo de ciertas infecciones graves debido a que su sistema inmunitario no está completamente desarrollado. Estas infecciones se pueden contraer antes del nacimiento o durante el parto y son: sepsis (una infección grave de la sangre), neumonía (una infección de los pequeños sacos de aire de los pulmones) y meningitis (infección de los tejidos que recubren el cerebro).
Los niños menores de 3 años de edad, que presentan fiebre (sobre todo si su temperatura es de 39° C o mayor) a veces tienen bacterias en su torrente sanguíneo (bacteriemia). A diferencia de los niños mayores, en ocasiones tienen bacteriemia sin otros síntomas además de la fiebre (lo que se denomina bacteriemia oculta). En la actualidad, en Estados Unidos y Europa se administran ampliamente vacunas de rutina contra las bacterias que normalmente causan bacteriemia oculta (Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae tipo b [Hib]). Como consecuencia, estas vacunas prácticamente han erradicado la bacteriemia oculta en niños de este grupo de edad.
Las causas menos comunes de fiebre aguda incluyen los efectos secundarios de vacunas y de ciertos fármacos, las infecciones bacterianas de la piel (cellulitis) o de las articulaciones (artritis séptica), encefalitis, y las infecciones víricas o bacterianas del cerebro (enfermedad de Kawasaki) y/o de los tejidos que cubren el cerebro (meningitis) o ambos. El golpe de calor provoca una temperatura corporal muy alta.
Por lo general, la fiebre debida a vacunación dura desde unas horas hasta un día después de recibir la vacuna. Sin embargo, algunas vacunas pueden causar fiebre incluso 1 o 2 semanas después de la administración de la vacuna (como ocurre con la vacunación contra el sarampión). Se puede administrar una vacuna aunque el niño tenga fiebre en ese momento si dicha fiebre es baja y el niño no sufre una enfermedad grave.
Fiebre crónica
Las causas más frecuentes de fiebre crónica son
La fiebre crónica también puede ser causada por muchos otros trastornos infecciosos y no infecciosos.
Las causas infecciosas de la fiebre crónica son
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Abscesos abdominales (bolsas de pus en el abdomen)
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Infecciones del aparato digestivo causadas por bacterias o parásitos
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Infecciónes del hueso (como la osteomielitis)
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Infecciones del corazón (como la endocarditis)
Las causas no infecciosas de la fiebre crónica son
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Artritis juvenil idiopática u otros trastornos del tejido conjuntivo
En ocasiones, los niños fingen una fiebre o los cuidadores simulan una fiebre en el niño que cuidan. A veces no se identifica la causa.
Valoración
Detectar la fiebre no es difícil, pero determinar su causa puede serlo.
Signos de alarma
Algunos síntomas son motivo de preocupación. Entre ellos se incluyen los siguientes
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Fiebre en lactantes menores de 2 meses de edad
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Letargo o apatía
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Aspecto de enfermedad
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Dificultad respiratoria
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Sangrado en la piel, similar a pequeños puntos (petequias) o manchas de color rojizo púrpura
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Llanto continuo en un bebé o niño pequeño (inconsolable)
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Dolor de cabeza, rigidez de nuca, confusión o una combinación de estos hallazgos en un niño mayor
Cuándo acudir al médico
Los niños con fiebre deben ser evaluados por un médico de inmediato si tienen cualquier signo de alarma o tienen menos de 2 meses de edad.
Los niños sin signos de alarma que tienen entre 3 meses y 3 años de edad deben ser vistos por el médico si la fiebre es de 39° C o más alta, si no hay una infección respiratoria superior evidente (es decir, en ausencia de estornudos, rinorrea y congestión nasal), o si la fiebre se mantiene durante más de 5 días.
Para los niños sin signos de alarma con más de 3 años de edad, la necesidad y el momento de la evaluación por un médico dependen de los síntomas del niño. Los niños que presentan síntomas respiratorios superiores pero por lo demás parecen sanos pueden no necesitar una evaluación adicional. Los niños mayores de 3 años de edad con fiebre que dura más de 5 días deben ser vistos por el médico.
Actuación del médico
En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del niño y su historial clínico. A continuación, realiza una exploración física. Una descripción de los síntomas del niño y una exploración minuciosa por lo general permiten al médico identificar la causa de la fiebre (ver Algunas causas frecuentes y características de la fiebre en niños).
El médico toma la temperatura del niño. Para mayor exactitud se toma por vía rectal en los bebés y niños pequeños. Se mide el ritmo respiratorio. Si el niño parece enfermo, se mide la presión arterial. Si el niño tiene tos o problemas respiratorios, se coloca un sensor en un dedo o en el lóbulo de una oreja para medir la concentración de oxígeno en sangre (pulsioximetría).
Durante la exploración el médico busca signos de alarma (como aspecto de enfermedad, letargo, apatía y llanto inconsolable), observando especialmente la respuesta del niño a la exploración (por ejemplo, si el niño está apático y pasivo o muy irritable).
En ocasiones, la fiebre en sí puede causar que los niños tengan algún signo de alarma como letargo, apatía y aspecto de enfermedad. Se puede dar al niño algún fármaco para bajar la fiebre (como ibuprofeno) y reevaluarlo una vez que esta haya descendido. Es tranquilizador cuando un niño que se encontraba letárgico se vuelve activo y juguetón, una vez que baja la fiebre. Por otro lado, es preocupante cuando un niño con aspecto de enfermedad sigue teniendo mal aspecto a pesar de una temperatura normal.
Algunas causas frecuentes y características de la fiebre en niños
Causa |
Características comunes* |
Pruebas |
Fiebre aguda (con una duración de 14 días o menos) |
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Infección respiratoria causada por un virus |
Mucosidad o congestión nasal Por lo general, dolor de garganta y tos A veces ganglios inflamados en el cuello, sin enrojecimiento ni sensibilidad |
Exploración por un médico |
Otras infecciones debidas a virus |
En algunos lactantes o niños no hay síntomas excepto la fiebre |
Exploración por un médico |
Diarrea A menudo vómitos Posiblemente contacto reciente con personas infectadas o con ciertos animales o consumo de alimentos o agua contaminados |
Exploración por un médico A veces, examen y análisis de las heces |
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Infección del oído (otitis media) |
Dolor en un oído (difícil de detectar en los bebés y niños pequeños que no hablan) A veces, el niño se frota o tira de la oreja |
Exploración por un médico |
Infección de la garganta (faringitis) |
Garganta inflamada y roja Dolor al tragar |
Exploración por un médico A veces, un cultivo de la garganta o una prueba rápida de estreptococo (ambos hechos en una muestra tomada de la parte posterior de la garganta con un hisopo) |
En niños menores de 3 años Ningún otro síntoma |
Análisis de sangre |
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Tos y respiración rápida A menudo, dolor torácico, dificultad respiratoria, o ambos |
Exploración por un médico Habitualmente, radiografía de tórax |
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Infección de la piel (celulitis) |
Un área de la piel roja, dolorosa, ligeramente inflamada |
Exploración por un médico |
Dolor al orinar En ocasiones, sangre en la orina A veces dolor de espalda En los bebés, vómitos y falta de apetito |
Análisis de orina |
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Encefalitis (infección cerebral) |
Lactantes: a veces abultamiento de los puntos blandos situados entre los huesos del cráneo (fontanelas), lentitud (letargo) o llanto inconsolable Niños de mayor edad: dolor de cabeza, confusión o letargo |
Punción lumbar |
Meningitis (infrecuente) |
Recién nacidos: abultamiento de las fontanelas entre los huesos del cráneo (puntos blandos), llanto inconsolable, rechazo de la alimentación, y/o letargo Lactantes: inquietud e irritabilidad, especialmente cuando se le coge, llanto inconsolable, rechazo de la alimentación y/o letargo Niños de mayor edad: dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, letargo, vómitos y/o rigidez en el cuello que hace difícil bajar la barbilla hasta el pecho |
Punción lumbar |
Vacunas |
Vacunación reciente |
Exploración por un médico |
Ciertos fármacos |
Incorporación reciente de un nuevo fármaco |
Exploración por un médico |
Fiebre durante más de 5 días Enrojecimiento de los ojos, los labios y la lengua Hinchazón dolorosa de las manos y los pies A menudo una erupción A veces ganglios inflamados en el cuello |
Exploración por un médico Análisis de sangre ECG y ecocardiograma A veces análisis de orina, ecografía del abdomen o exploración ocular |
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Fiebre reumática aguda |
Articulaciones hinchadas y dolorosas Soplo cardíaco de nueva aparición detectado durante un examen médico A veces, un sarpullido o bultos bajo la piel En ocasiones movimientos bruscos incontrolables o cambios en el comportamiento A menudo, antecedente de faringoamigdalitis estreptocócica |
Análisis de sangre Cultivo de garganta ECG y ecocardiograma |
Fiebre crónica (que dura más de 14 días) |
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Infecciones causadas por virus, como
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Debilidad y cansancio de larga duración A veces ganglios inflamados en el cuello, dolor de garganta, o ambos A veces coloración amarilla del blanco de los ojos (ictericia) |
Análisis de sangre |
Dolor de cabeza intermitente, secreción nasal y congestión |
TC de los senos paranasales |
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Absceso abdominal (una bolsa de pus en el interior del abdomen) |
Dolor abdominal y, a menudo, sensibilidad al tacto |
TC del abdomen |
Infección articular (artritis séptica) |
Articulación hinchada, enrojecida y dolorosa |
Estudio de una muestra de líquido sinovial tomada de la articulación con una aguja |
Infección del hueso (osteomielitis) |
Dolor en el hueso afectado A veces, infección de la piel adyacente al hueso afectado |
Gammagrafía ósea y/o resonancia magnética nuclear del hueso A veces, biopsia de hueso para verificar si hay bacterias (cultivo) |
A veces, un soplo cardíaco |
Análisis de sangre para bacterias (hemocultivo) Ecocardiografía |
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Tuberculosis (poco común) |
Escasa ganancia de peso o pérdida de peso Sudoración nocturna Tos |
Radiografía de tórax Pruebas cutáneas Posiblemente cultivo de una muestra de esputo y/o análisis de sangre |
Malaria (varía según la localización geográfica) |
Un escalofrío seguido de una fiebre que puede superar los 40° C Fatiga y malestar vago, dolor de cabeza, dolor corporal y náuseas |
Análisis de sangre |
A veces dolor de cabeza y dolor de cuello A veces una articulación hinchada y dolorosa (como la rodilla) En ocasiones, una erupción en ojo de buey en una o más ubicaciones A veces antecedente de una picadura de garrapata |
Exploración por un médico A veces, análisis de sangre |
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A menudo, un ganglio linfático inflamado y doloroso A veces, un bulto en la piel donde se produjo el arañazo por un gato |
Análisis de sangre |
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Sangre en las heces, dolor abdominal tipo cólico, pérdida de peso e inapetencia A veces, artritis, erupción cutánea, llagas en la boca y fisuras en el recto |
Colonoscopia A veces tomografía computarizada (TC) o radiografía después de introducir bario por vía rectal (enema de bario) |
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Enfermedades articulares y del tejido conjuntivo, como |
Articulaciones inflamadas, rojas y sensibles A menudo una erupción A veces fatiga |
Análisis de sangre |
Cáncer, como |
Escaso aumento de peso o pérdida de peso y pérdida de apetito Sudoración nocturna Posible dolor óseo |
Hemograma completo Extracción (aspiración) de una muestra de médula ósea para su estudio A veces, gammagrafía ósea y/o resonancia magnética nuclear ósea A veces TC del tórax o abdomen |
Síndromes de fiebre periódica, tales como
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Fiebre que se repite en ciclos a menudo predecibles con periodos de bienestar en el medio A veces llagas en la boca, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados A veces dolor en el pecho o abdominal En ocasiones miembros de la familia que han tenido síntomas similares o han sido diagnosticados de uno de los síndromes de fiebre periódica familiar |
Exploración por un médico durante los episodios de fiebre Análisis de sangre durante y entre los episodios de fiebre A veces, estudios genéticos |
Por lo general, una mala interpretación de las fluctuaciones normales de la temperatura corporal o la sobreinterpretación de enfermedades víricas frecuentes leves Normalmente no hay otros síntomas preocupantes Hallazgos de la exploración normal |
Exploración por un médico Registro completo y exacto de las enfermedades y temperaturas, así como una descripción de la función global del niño y la familia En alguna ocasión, análisis de sangre para descartar otras causas y tranquilizar a los padres |
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*Las características incluyen los síntomas y los resultados del examen realizado por el médico. Las características que se mencionan son habituales, pero no siempre están presentes. Los trastornos que causan fiebre crónica también causan fiebre durante los primeros 7 a 10 días. |
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TC = tomografía computarizada; ECG = electrocardiografía; RMN = resonancia magnética nuclear. |
Pruebas complementarias
La necesidad de pruebas depende de la edad del niño, su aspecto general, su estado de vacunación y si la fiebre es aguda o crónica. Los médicos también pueden hacer pruebas para detectar trastornos concretos que sospechan (ver Algunas causas frecuentes y características de la fiebre en niños).
En caso de fiebre aguda, los médicos a menudo pueden hacer un diagnóstico sin pruebas. Por ejemplo, si el niño no parece muy enfermo, la causa suele ser una infección vírica; una infección respiratoria si presenta secreción nasal, sibilancias o tos; gastroenteritis si tiene diarrea y vómitos; o una infección en el oído (otitis media). En estos niños, el diagnóstico es claro y por regla general no es necesario realizar pruebas. Incluso si no hay síntomas específicos que sugieran un diagnóstico, en los niños que no tienen aspecto de enfermedad la causa a menudo es una infección vírica. Los médicos intentan limitar las pruebas a los niños con aspecto enfermizo menores de 3 años de edad o que parecen sufrir un trastorno más grave.
Si un recién nacido (28 días de edad o menos) tiene fiebre, debe ser hospitalizado para hacerle pruebas, ya que su riesgo de tener una infección grave es alto. Por lo general, las pruebas incluyen análisis de sangre y orina, una punción lumbar y, a veces, una radiografía de tórax. Las pruebas de heces se realizan a recién nacidos que sufren diarrea.
A los lactantes entre 1 y 3 meses de edad, se les realizan análisis de sangre, análisis de orina y cultivos de orina. La necesidad de hospitalización y de realizar una radiografía de tórax y una punción lumbar depende de los resultados de la exploración y de los análisis de sangre y de orina, así como del aspecto de gravedad que tenga el lactante y de la posibilidad de realizar visitas de seguimiento. En los lactantes menores de 3 meses de edad se hacen pruebas para buscar bacteriemia, infecciones de las vías urinarias y meningitis. Las pruebas son necesarias porque la fuente de la fiebre es difícil de determinar en lactantes y debido a que la inmadurez de su sistema inmunitario los pone en un alto riesgo de infección grave.
Si los niños de 3 meses a 3 años tienen buen aspecto y se les puede realizar un seguimiento médico, es posible que no se requieran pruebas. Si los síntomas sugieren una infección concreta, los médicos hacen las pruebas pertinentes. Si el niño no presenta síntomas que sugieran un trastorno concreto pero tiene mal aspecto o tiene una temperatura de 39º C o más alta, se suelen realizar análisis de sangre y de orina. La necesidad de hospitalización depende de si el niño tiene buen o mal aspecto y si se pueden hacer visitas de seguimiento programadas.
En los niños mayores de 3 años de edad, no suelen hacerse pruebas a menos que el niño tenga síntomas específicos que sugieran un trastorno grave.
En la fiebre crónica, habitualmente se realizan análisis. Si el médico sospecha un trastorno en particular, se realizan las pruebas para dicho trastorno. Si la causa no está clara, se realizan pruebas de cribado. Estas incluyen hemograma completo, análisis y cultivo de orina, y análisis de sangre para determinar si hay inflamación. Las pruebas de la inflamación incluyen la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la determinación de la proteína C-reactiva (PCR). Otros estudios que a veces se realizan cuando no hay una causa clara comprenden análisis de heces, pruebas de tuberculosis, radiografía de tórax y tomografía computarizada (TC) de los senos paranasales.
Con muy poca frecuencia, la fiebre persiste y no se consigue determinar su origen aun después de realizar numerosas pruebas. Este tipo de fiebre se denomina fiebre de origen desconocido. Los niños con fiebre de origen desconocido pueden requerir pruebas y evaluaciones adicionales.
Tratamiento
Cuando la fiebre es causada por algún trastorno, este debe ser tratado. Otro tratamiento de la fiebre se centra en hacer que el niño se sienta mejor.
Medidas generales
Algunas maneras de que el niño con fiebre se sienta mejor sin necesidad de utilizar fármacos incluyen
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Dar al niño abundantes líquidos para prevenir la deshidratación
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Poner paños frescos y húmedos (compresas) en la frente, las muñecas y las pantorrillas
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Colocar al niño en un baño de agua tibia (sólo un poco más fría que la temperatura del niño)
Debido a que la tiritona puede en realidad aumentar la temperatura del niño, los métodos que pueden causar tiritona, como desvestir al niño y los baños de agua fría, no se deben usar.
No se deben dar friegas al niño con alcohol o hamamelis porque el alcohol puede ser absorbido por la piel y ser perjudicial. Hay muchos otros remedios caseros que no son útilies, que van desde los inofensivos (por ejemplo, poner cebolla o patatas en los calcetines del niño) a los molestos (por ejemplo, usar monedas o ventosas).
Fármacos para bajar la fiebre
La fiebre en un niño por lo demás sano no necesariamente requiere tratamiento. Sin embargo, los fármacos antipiréticos pueden hacer que los niños se sientan mejor al bajar la temperatura. Estos medicamentos no tienen ningún efecto sobre la infección u otros trastornos que causan la fiebre. Sin embargo, si el niño tiene una enfermedad del corazón, pulmón, cerebro o un trastorno neurológico o un historial de convulsiones provocadas por fiebre, es importante utilizar estos fármacos ya que reducen el estrés adicional impuesto sobre el organismo por la fiebre.
Por lo general, se utilizan los siguientes medicamentos:
Se suele preferir paracetamol (acetaminofeno). Si se utiliza durante un largo tiempo el ibuprofeno puede irritar el revestimiento del estómago. Estos fármacos están disponibles sin receta médica. La dosis recomendada está indicada en el prospecto o puede ser especificada por el médico. Es importante dar la dosis correcta a intervalos correctos. Los fármacos no funcionan si se administra muy poca cantidad o no se dan con la frecuencia suficiente. Aunque estos fármacos son relativamente seguros, la administración de demasiada cantidad o con demasiada frecuencia pueden causar una sobredosis.
En raras ocasiones, el paracetamol (acetaminofeno) o el ibuprofeno se utilizan para prevenir la fiebre, como cuando los niños han sido vacunados.
La aspirina (ácido acetilsalicílico) ya no se emplea para bajar la fiebre en niños porque puede interaccionar con ciertas infecciones víricas (como gripe o varicela) y ocasionar un trastorno grave, llamado síndrome de Reye.
Conceptos clave
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Por lo general, la fiebre es causada por una infección vírica.
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Las posibles causas de la fiebre y la necesidad de pruebas dependen de la edad del niño.
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Los bebés menores de 2 meses de edad, con una temperatura de 38º C o más, necesitan ser evaluados por un médico.
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Los niños de 3 meses a 3 años con fiebre que no tienen síntomas de un trastorno específico pero tienen mal aspecto o una temperatura de 39° C o más necesitan ser evaluados por un médico.
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La dentición no provoca fiebre elevada.
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Los medicamentos que bajan la fiebre pueden hacer que los niños se sientan mejor, pero no afectan a la enfermedad que ocasionó la fiebre.