Extracción de la sangre

PorRavindra Sarode, MD, The University of Texas Southwestern Medical Center
Revisado/Modificado feb. 2022
Vista para pacientes

Se ha producido una disminución gradual en las transfusiones en todo el mundo debido a los programas de manejo de sangre del paciente. La información más reciente muestra que el total de componentes transfundidos en 2019 fue de aproximadamente 15 millones (1), por debajo de los 16 millones de unidades de hemoderivados transfundidos en 2017 en los Estados Unidos (2). Si bien la transfusión es probablemente más segura que nunca, el riesgo (y la percepción del riesgo por parte del público) exige el consentimiento informado siempre que se realiza.

En los Estados Unidos, la recolección, el almacenamiento y el transporte de la sangre y sus derivados están estandarizados y regulados por la FDA (Food and Drug Administration), la AABB (antes conocida como American Association of Blood Banks) y a veces por autoridades sanitarias estatales o locales. La investigación sistemática de donantes incluye un cuestionario extenso y una entrevista sanitarias, determinación de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y determinación de la hemoglobina (Hb). En algunos posibles donantes, la donación se difiere transitoria o permanentemente (véase tabla Algunas razones para la diferir o rechazar la donación de sangre). Los criterios de postergación de la donación protegen a los futuros donantes de los posibles efectos adversos de la donación, y a los receptores de las enfermedades.

Las donaciones de sangre entera se limitan a una vez cada 56 días, mientras que las donaciones de concentrado de eritrocitos (donaciones de 2 veces la cantidad normal de eritrocitos en una sola sesión, con el retorno del plasma separado al donante) se limitan a una vez cada 112 días. Las donaciones de plaquetas se limitan a una cada 72 h con un máximo de 24 por año. Con raras excepciones, los donantes de sangre no reciben retribución económica. (Véase también la American Red Cross para obtener información sobre la elegibilidad de los donantes).

En la donación de sangre convencional, se extraen alrededor de 450 mL de sangre entera en una bolsa de plástico que contiene un conservante anticoagulante. La sangre entera o los concentrados de eritrocitos preservados con citrato-fosfato-dextrosa-adenina pueden conservarse durante 35 días. Los concentrados de eritrocitos pueden conservarse durante 42 días si se agrega una solución de adenina-dextrosa-salina adicional.

La donación autóloga, que utiliza la sangre del propio paciente, es menos preferida como método de transfusión. Cuando se realiza antes de una cirugía programada, se obtienen hasta 3-4 unidades de sangre entera o concentrados de eritrocitos en las 2-3 semanas previas a la cirugía. El paciente recibe entonces suplementos de hierro. Esta donación autóloga electiva puede considerarse cuando es difícil obtener sangre compatible porque el paciente ha formado anticuerpos contra antígenos de los eritrocitos o tiene un tipo de sangre poco frecuente. También existen procedimientos especiales de recuperación de sangre para recoger y autotransfundir sangre que se pierde en un traumatismo y durante la cirugía.

Tabla

Referencias generales

  1. 1. Jones JM, Sapiano MRP, Mowla S, et al: Has the trend of declining blood transfusions in the United States ended? Findings of the 2019 National Blood Collection and Utilization Survey. Transfusion 61(Suppl 2):S1–S10, 2021. doi: 10.1111/trf.16449

  2. 2. Jones JM, Sapiano MPR, Savinkina AA, et al: Slowing decline in blood collection and transfusion in the United States - 2017. Transfusion 60(Suppl 2):S1–S9, 2020. doi: 10.1111/trf.15604

Estudios complementarios previos a la transfusión

La evaluación de sangre del donante incluye

Pruebas de compatibilidad

  • Prueba para detectar antígenos A, B y Rho(D) en los eritrocitos del receptor

  • Cribado del plasma del receptor en busca de anticuerpos contra otros antígenos eritrocíticos

  • Incluye una prueba de compatibilidad cruzada para asegurar que el plasma del receptor sea compatible con los antígenos de los eritrocitos del donante

Las pruebas de compatibilidad se realizan antes de la transfusión; sin embargo, en una emergencia, las pruebas se realizan después de autorizar la salida de sangre del banco de sangre. Las pruebas también pueden ayudar a diagnosticar reacciones transfusionales.

El agregado de una prueba de compatibilidad cruzada a la tipificación ABO/Rh y la investigación de anticuerpos aumenta la detección de incompatibilidad sólo en el 0,01%. Por lo tanto, muchos hospitales evalúan compatibilidad cruzada electrónica en lugar de compatibilidad cruzada física en un tubo de ensayo en pacientes con detección de anticuerpos negativos. Si el receptor presenta un anticuerpo antieritrocítico clínicamente significativo, la sangre donada se limita a unidades de eritrocitos negativos para el antígeno correspondiente; se realizan más pruebas de compatibilidad combinando el plasma del receptor, los eritrocitos del donante y antiglobulina humana. En receptores sin anticuerpos antieritrocíticos clínicamente significativos, una prueba cruzada rápida, que omite la fase de antiglobulina, confirma la compatibilidad ABO.

Una transfusión de emergencia se realiza cuando no hay tiempo suficiente (por lo general, < 60 min) para las pruebas de compatibilidad completas, porque el paciente presenta shock hemorrágico. Cuando el tiempo lo permite (se requieren alrededor de 10 min), puede administrarse sangre específica para tipo ABO/Rh. En circunstancias más urgentes, se transfunden eritrocitos tipo O si el tipo ABO es incierto, y sangre Rh-negativa a las mujeres de edad fértil si el tipo Rh es incierto; de otro modo se puede utilizar sangre O Rh-negativa o Rh-positiva.

Puede solicitarse “tipo e investigación de anticuerpos” cuando no es probable que se requiera una transfusión, por ejemplo, en una cirugía programada. Se tipifica la sangre del paciente para antígenos ABO/Rh y se investigan los anticuerpos. Si no hay anticuerpos y el paciente necesita sangre, puede autorizarse la administración de eritrocitos específicos del tipo ABO/Rh o eritrocitos compatibles sin la fase de antiglobulina de la prueba de compatibilidad cruzada. Si hay un anticuerpo inesperado, es preciso realizar todas las pruebas.

Tipificación ABO y Rh

La tipificación ABO de la sangre del donante y el receptor se realiza para evitar las transfusiones de eritrocitos incompatibles (véase figura Tipos de eritrocitos compatibles). Como regla, la sangre para transfusión debe tener el mismo tipo ABO que la del receptor. En situaciones de urgencia, cuando hay dudas sobre el tipo ABO o no se lo conoce, pueden emplearse concentrados de eritrocitos tipo O Rh-negativo (no sangre entera—véase Reacción hemolítica transfusional aguda), que no contiene antígenos A ni B, para pacientes de cualquier tipo ABO.

Tipos de eritrocitos compatibles

La tipificación Rh determina si los eritrocitos tienen factor Rho(D) (Rh-positivos) o no (Rh-negativos). Los pacientes Rh-negativos siempre deben recibir sangre Rh-negativa, excepto en emergencias potencialmente fatales en las que no se dispone de sangre Rh-negativa. Los pacientes Rh-positivos pueden recibir sangre Rh-positiva o Rh-negativa. En ocasiones, los eritrocitos de individuos Rh-positivos reaccionan débilmente a la tipificación Rh convencional (D débil, o Du, positivo), pero aun así se los considera Rh-positivos.

Detección de anticuerpos

La investigación de anticuerpos antieritrocíticos inesperados se realiza de manera sistemática en la sangre de futuros receptores y en muestras maternas antes del parto. Los anticuerpos inesperados antieritrocíticos son específicos para los antígenos del grupo de sangre de los eritrocitos distintos de A y B (p. ej., Rho[D], Kell [K], Duffy [Fy]). Es importante la detección temprana porque estos anticuerpos pueden causar reacciones transfusionales hemolíticas graves o enfermedad hemolítica del recién nacido y complicar mucho las pruebas de compatibilidad y demorar la obtención de sangre compatible.

La prueba de antiglobulinas indirecta (prueba de Coombs indirecta) se utiliza para investigar anticuerpos antieritrocíticos inesperados (véase figura Prueba de la antiglobulina indirecta [de Coombs indirecta]). Esta prueba puede ser positiva en presencia de un anticuerpo inesperado contra un grupo sanguíneo o cuando hay anticuerpos libre (no unidos a eritrocitos) en las anemias hemolíticas autoinmunes. Se mezclan eritrocitos reactivos con el plasma o el suero del paciente, se los incuba, se los lava y se los investiga con antiglobulina humana para detectar aglutinación. Una vez detectado un anticuerpo, se determina su especificidad. Conocer la especificidad del anticuerpo es útil para evaluar su significación clínica, seleccionar sangre compatible y tratar la enfermedad hemolítica del recién nacido.

Prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta)

La prueba de la antiglobulina indirecta (de Coombs indirecta) se utiliza para detectar anticuerpos IgG contra eritrocitos en el plasma del paciente. Se incuba el plasma del paciente con eritrocitos reactivos; después, se agrega suero de Coombs (anticuerpos contra IgG humana o anti-IgG humana). Si se produce aglutinación, hay anticuerpos IgG (autoanticuerpos o aloanticuerpos) contra los eritrocitos. Esta prueba también se utiliza para determinar la especificidad de un aloanticuerpo.

La prueba de antiglobulinas directa (prueba de Coombs directa) detecta anticuerpos que han recubierto los eritrocitos del paciente in vivo (véase figura Prueba de la antiglobulina directa (de Coombs directa)). Se la solicita cuando se sospecha anemia hemolítica de mecanismo inmunitario. Se investigan directamente los eritrocitos del paciente con antiglobulina humana y se observa si hay aglutinación. Un resultado positivo, si se correlaciona con los hallazgos clínicos y los indicadores de hemólisis en las pruebas de laboratorio, sugiere anemia hemolítica autoinmunitaria, hemólisis inducida por fármacos, una reacción transfusional o enfermedad hemolítica del recién nacido.

Prueba de la antiglobulina directa (de Coombs directa)

La prueba de antiglobulina directa (de Coombs directa) se utiliza para determinar si hay anticuerpos de unión a eritrocitos (IgG) o complemento (C3) en las membranas eritrocíticas. Se incuban los eritrocitos del paciente con anticuerpos contra IgG y C3 humanos. Si hay IgG o C3 unidos a la membrana de los eritrocitos, se produce la aglutinación—un resultado positivo. Un resultado positivo sugiere la presencia de autoanticuerpos contra los glóbulos rojos. Puede ocurrir un falso positivo y no siempre equivale a hemólisis. Por lo tanto, los resultados siempre deben correlacionarse con los signos y los síntomas clínicos.

Se realiza la titulación de anticuerpos cuando se identifica un anticuerpo antieritrocítico inesperado, clínicamente significativo, en el plasma de una embarazada o de un paciente con enfermedad por aglutininas frías. El título de anticuerpos maternos se correlaciona bastante bien con la gravedad de la enfermedad hemolítica en el feto incompatible y a menudo se utiliza para guiar el tratamiento de la enfermedad hemolítica del recién nacido, junto con ecografía y estudio del líquido amniótico.

Estudios complementarios para detectar enfermedades infecciosas

Los hemoderivados donados se analizan para detectar la presencia de varios agentes infecciosos.

Tabla

Más información

Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.

  1. CDC: Blood Safety Basics

  2. FDA August 2020 Guidance document: Revised Recommendations for Reducing the Risk of Human Immunodeficiency Virus Transmission by Blood and Blood Products.

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