Hipo

(Hipo; singulto)

PorJonathan Gotfried, MD, Lewis Katz School of Medicine at Temple University
Revisado/Modificado ene. 2022
Vista para pacientes

El hipo consiste en espasmos involuntarios repetidos del diafragma seguidos del cierre súbito de la glotis, que frena la entrada de aire y causa el sonido característico. Los episodios transitorios son muy comunes. El hipo persistente (> 2 días) y resistente al tratamiento (> 1 mes) es raro, pero bastante angustiante.

Etiología del hipo

El hipo se debe a la irritación de nervios diafragmáticos aferentes o eferentes, o de centros bulbares que controlan los músculos respiratorios, en particular el diafragma. Es más frecuente en los hombres.

La causa del hipo en general se desconoce, pero el hipo transitorio suele deberse a las siguientes causas:

  • Distensión gástrica

  • Consumo de alcohol

  • Deglución de sustancias calientes o irritantes

El hipo persistente y resistente al tratamiento tiene innumerables causas ( ver Algunas causas de hipo resistente al tratamiento).

Tabla

Evaluación de hipo

Anamnesis

Los antecedentes de la enfermedad actual deben registrar la duración del hipo, los remedios probados y la relación del comienzo con enfermedad o cirugía recientes.

La evaluación por aparatos y sistemas busca síntomas digestivos concomitantes como reflujo gastroesofágico y dificultades deglutorias, síntomas torácicos como tos, fiebre o dolor torácico, y cualquier síntoma neurológico.

Los antecedentes personales deben aportar datos de trastornos digestivos y neurológicos conocidos. Los antecedentes sobre fármacos/drogas deben incluir detalles sobre el consumo de alcohol.

Examen físico

Por lo general, el examen no arroja datos positivos, pero deben investigarse signos de enfermedad crónica (p. ej., caquexia). Es importante un examen neurológico completo.

Signos de alarma

Los siguientes plantean particular preocupación:

  • Signos o síntomas neurológicos

Interpretación de los hallazgos

Pocos hallazgos son específicos. El hipo después del consumo de alcohol o de una cirugía bien puede estar relacionado con esos eventos. Hay muchas otras causas posibles ( ver Algunas causas de hipo resistente al tratamiento) pero rara vez causan hipo.

Estudios complementarios

No se requiere ninguna evaluación específica para el hipo agudo si la anamnesis y el exámen físico habituales no arrojan datos de interés; las anomalías se investigan con los estudios apropiados.

Los pacientes con hipo de duración más prolongada y sin ninguna causa evidente deben ser sometidos a estudios, que probablemente incluyan electrolitos séricos, nitrógeno ureico y creatinina en sangre, radiografía de tórax y ECG. Hay que tener en cuenta la endoscopia digestiva alta y la monitorización del pH esofágico. Si éstos son normales, puede efectuarse una RM cerebral y una TC torácica.

Tratamiento del hipo

Se tratan los problemas detectados (p. ej., inhibidores de la bomba de protones en caso de reflujo gastroesofágico, dilatación en caso de estenosis esofágica).

Para el alivio sintomático, pueden intentarse muchas maniobras simples, aunque ninguna es más que ligeramente eficaz: puede aumentarse la PaCO2 e inhibir la actividad diafragmática mediante una serie de inspiraciones profundas mantenidas o inspirando y espirando profundamente en una bolsa de papel. (ADVERTENCIA: Las bolsas de plástico pueden adherirse a las fosas nasales y no deben usarse). La estimulación vagal por irritación faríngea (p. ej., tragar pan seco, azúcar granulada o hielo aplastado; traccionar la lengua; estimular las arcadas) puede dar resultado. Existen muchos otros remedios caseros.

El hipo persistente suele ser resistente al tratamiento. Se han utilizado numerosos fármacos en series anecdóticas. El baclofeno, un agonista del ácido gamma‑aminobutírico (5 mg por vía oral cada 6 h con aumento a 20 mg/dosis), puede ser eficaz. Otros fármacos orales son clorpromazina, 10-50 mg 3 veces al día según sea necesario; metoclopramida, 10 mg de 2 a 4 veces al día y diversos anticonvulsivantes (p. ej., gabapentina). Además, puede indicarse una prueba empírica de inhibidores de la bomba de protones. Si los síntomas son graves, puede administrarse clorpromazina, 25-50 mg IM o IV.

En casos resistentes al tratamiento, puede bloquearse el nervio frénico con pequeñas cantidades solución de procaína al 0,5%, con precaución de evitar depresión respiratoria y neumotórax. Ni siquiera la frenicotomía bilateral cura todos los casos.

Conceptos clave

  • La causa suele ser desconocida.

  • Rara vez hay un trastorno grave.

  • Habitualmente la evaluación no detecta anormalidades, pero debe realizarse en caso de hipo de duración prolongada.

  • Hay muchos remedios, ninguno claramente superior (o quizás ni siquiera eficaces).

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