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Son muchas las bacterias, los virus e incluso los hongos que pueden causar neumonía en personas hospitalizadas.
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El síntoma más frecuente es la tos que produce esputo, pero también son síntomas frecuentes el dolor torácico, los escalofríos, la fiebre y el ahogo.
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El diagnóstico se basa en los síntomas que presenta la persona afectada y en los resultados de las radiografías o la tomografía computarizada (TC) de tórax.
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Se utilizan fármacos antibióticos, antivíricos o antifúngicos, según el microorganismo con mayor probabilidad de ser causante de la neumonía.
La neumonía adquirida en el hospital suele ser más grave que la neumonía adquirida en la comunidad debido a que los microorganismos infectantes tienden a ser más agresivos. También son menos propensos a responder a los antibióticos (lo que se denomina resistencia) y son, por lo tanto, más difícil de tratar. Además, las personas que se encuentran en hospitales tienden a estar más enfermos, incluso sin la neumonía, que quienes viven en la comunidad, y, por lo tanto, tienen menor capacidad para combatir la infección.
(Véase también Introducción a la neumonía.)
Factores de riesgo
Las personas que están hospitalizadas y gravemente enfermas, especialmente si sufren otra enfermedad que requiere tratamiento con una máquina de respiración asistida (ventilador mecánico), tienen un riesgo mayor de contraer neumonía. Otros factores de riesgo incluyen
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Tratamiento antibiótico previo
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Enfermedades coexistentes, como disfunción cardíaca, pulmonar, hepática o renal
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Mayores de 70 años
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Cirugía abdominal o torácica reciente
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Posiblemente el uso de inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, esomeprazol, lansoprazol o pantoprazol) para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico
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Debilitación
Los microorganismos que normalmente no causan neumonía en las personas sanas pueden causar neumonía en personas hospitalizadas o debilitadas porque muchas de ellas tienen un sistema inmunológico que es menos capaz de resistir frente a la infección. Los organismos más probables dependen de cuáles son prevalentes en el hospital y, a veces, de las otras enfermedades que la persona tenga.
Causas
La neumonía contraída en el hospital está causada mayoritariamente por las bacterias siguientes:
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Staphylococcus aureus (incluido Staphylococcus aureus resistente a la meticilina [SARM])
SARM, P. aeruginosa y otras bacterias intestinales gramnegativas a menudo son resistentes a ciertos antibióticos.
Los virus y los hongos se identifican cada vez más como causas de neumonía intrahospitalaria.
Síntomas
Los síntomas son generalmente los mismos que los de la neumonía adquirida en la comunidad:
Puede ser que la neumonía contraída en un hospital sea más difícil de reconocer para los médicos que la neumonía contraída en la comunidad. Por ejemplo, muchas personas hospitalizadas que desarrollan neumonía (como por ejemplo las personas mayores, quienes reciben respiración asistida mediante ventilación mecánica, las personas con demencia y las personas con una enfermedad en estado crítico) pueden ser incapaces de describir síntomas como el dolor torácico, el ahogo y la debilidad. En estos casos se sospecha la neumonía debido a la fiebre y al aumento en la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardíaca.
Las personas mayores que sufren neumonía también pueden presentar confusión, pérdida de apetito, inquietud y agitación, caídas e incontinencia (pérdida involuntaria de orina).
Diagnóstico
El diagnóstico de neumonía contraída en el hospital se basa en los síntomas de la persona y en los resultados de una radiografía de tórax o una tomografía computarizada de tórax. Los médicos toman una muestra de sangre para intentar cultivar la bacteria en el laboratorio e identificarla.
Las personas afectadas por neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) pueden estar muy enfermas, por lo que los médicos necesitan identificar el microorganismo que causa la neumonía para determinar el mejor tratamiento. Por estas razones, a veces se hace una broncoscopia para obtener muestras del propio interior del pulmón con el propósito de identificar el microorganismo causante. La broncoscopia consiste en la introducción de una sonda óptica flexible en la tráquea y los pulmones. Se recogen muestras de pus, secreciones o incluso tejido pulmonar para su análisis. Si no hay secreciones visibles, se lava una zona del pulmón con un fluido que luego es recuperado y analizado (dicho procedimiento se denomina lavado broncoalveolar). Si se ha acumulado líquido en el revestimiento del pulmón (llamado derrame pleural), los médicos pueden introducir una aguja en el tórax para recoger este líquido y cultivarlo (un procedimiento llamado toracentesis).
Pronóstico
Aunque reciban un tratamiento excelente, un porcentaje elevado de las personas que desarrollan una neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) mueren. Sin embargo, la muerte a menudo está relacionada con los problemas de salud subyacentes que permitieron que se desarrollara la neumonía (por ejemplo, cáncer generalizado).
Tratamiento
El tratamiento de la neumonía nosocomial (o intrahospitalaria) consiste en antibióticos, que se escogen según cuáles sean los microorganismos con mayor probabilidad de ser la causa y según los factores de riesgo específicos de la persona. Quienes están gravemente enfermos se tratan en una unidad de cuidados intensivos y, a veces, son conectados a un ventilador mecánico. Los tratamientos incluyen antibióticos por vía intravenosa, oxígeno y líquidos intravenosos.
Estos medicamentos se administran solos o en combinación.
Aspectos de la enfermedad terminal en la neumonía grave
Algunas personas con neumonía contraída en el hospital están muy enfermas. La neumonía se trata a menudo con antibióticos potentes y, si es necesario, con un ventilador mecánico. Las personas con una esperanza de vida corta puede que no deseen recibir un tratamiento tan agresivo. Cuando ingresan en el hospital, las personas con procesos graves o terminales deben hablar con sus médicos y familiares sobre sus deseos acerca del tratamiento de la neumonía o de otras complicaciones graves.