El estreñimiento es el tránsito difícil o infrecuente de materia fecal, el aumento de la dureza de ésta o una sensación de evacuación incompleta. (Véase también Estreñimiento en niños).
No hay ninguna función orgánica más variable y sujeta a influencias externas que la defecación. Los hábitos evacuatorios varían considerablemente entre distintas personas y son afectados por la edad, la fisiología, la dieta y las influencias sociales y culturales. Algunos individuos se preocupan injustificadamente por el ritmo evacuatorio. En la sociedad occidental, la frecuencia evacuatoria normal varía de 2-3 deposiciones/día a 2-3/semana.
Muchas personas piensan, incorrectamente, que es necesaria la defecación diaria, y refieren estreñimiento si la evacuación es menos frecuente. Otros se preocupan por el aspecto (tamaño, forma, color) o la consistencia de las heces. En ocasiones, el motivo de consulta principal es la falta de satisfacción con el acto defecatorio o la sensación de evacuación incompleta después de la defecación. Se culpa al estreñimiento de numerosos síntomas (dolor abdominal, náuseas, cansancio, anorexia) que, en realidad, son síntomas de un problema de base (p. ej., síndrome del intestino irritable, depresión). Los pacientes no deben esperar que todos los síntomas remitan con la defecación diaria, y las medidas para favorecer la evacuación deben ser criteriosas.
Los pacientes obsesivo-compulsivos suelen sentir la necesidad de eliminar del cuerpo desechos "sucios”. A menudo, estos pacientes pasan demasiado tiempo en el baño o se convierten en consumidores crónicos de catárquicos.
Etiología
El estreñimiento agudo sugiere una causa orgánica, mientras que el estreñimiento crónico puede ser orgánico o funcional (ver Causas de estreñimiento).
En muchos pacientes, el estreñimiento se asocia con un movimiento lento de materia fecal a lo largo del colon. Este retraso puede deberse a fármacos, cuadros orgánicos o a un trastorno de la función defecatoria (es decir, disfunción del suelo de la pelvis), o a un trastorno derivado de la dieta (ver Los alimentos a menudo afectan a la función digestiva). Los pacientes con trastornos de la defecación no generan fuerzas propulsivas rectales apropiadas, no relajan el puborrectal ni el esfínter anal externo durante la defecación, o ambos. En el síndrome del intestino irritable, los pacientes tienen síntomas (p. ej., molestias abdominales y alteración del ritmo evacuatorio) pero, en general, el tránsito colónico y las funciones anorrectales son normales. De todos modos, pueden coexistir síndrome del intestino irritable y trastorno defecatorio.
El esfuerzo excesivo, quizás secundario a disfunción el suelo de la pelvis, puede contribuir a la patología anorrectal (p. ej., hemorroides, fisuras anales y prolapso rectal) y, posiblemente, incluso a síncope. La retención fecal (fecaloma), que puede causar estreñimiento o ser secundaria a éste, también es común en adultos mayores, sobre todo en caso de reposo prolongado en cama o menor actividad física. Asimismo, es frecuente después de administrar bario por boca o enema.
Causas de estreñimiento
Causas |
Ejemplos |
Estreñimiento agudo* |
|
Obstrucción intestinal |
|
Íleo adinámico |
Peritonitis, enfermedad aguda importante (p. ej., íleo), traumatismo craneoencefálico o espinal, reposo en cama |
Fármacos |
Anticolinérgicos (p. ej., antihistamínicos, antipsicóticos, fármacos antiparkinsonianos, antiespasmódicos), cationes (hierro, aluminio, calcio, bario, bismuto), opiáceos, bloqueantes de los canales de calcio, anestésicos generales Estreñimiento poco después de iniciar el tratamiento con el fármaco |
Estreñimiento crónico* |
|
Tumor colónico |
|
Trastornos metabólicos |
Diabetes mellitus, hipotiroidismo, hipocalcemia o hipercalcemia, embarazo, uremia, porfiria |
Trastornos del sistema nervioso central |
|
Trastornos del sistema nervioso periférico |
|
Trastornos sistémicos |
|
Trastornos funcionales |
Estreñimiento de tránsito lento, síndrome del intestino irritable, disfunción del suelo de la pelvis (trastornos defecatorios funcionales) |
Factores dietéticos |
Dieta pobre en fibra, dieta con restricción de azúcar, abuso crónico de laxantes |
*Hay cierta superposición entre causas agudas y crónicas de estreñimiento. En particular, los fármacos son causas comunes de estreñimiento crónico. |
Los alimentos a menudo afectan a la función digestiva
Evaluación
Anamnesis
Los antecedentes de la enfermedad actual deben recabar los antecedentes del paciente respecto de la frecuencia, la consistencia de las heces, la necesidad de realizar esfuerzos o maniobras perineales (p. ej., comprimir el periné, la región glútea o la pared rectovaginal) durante la defecación y la satisfacción después de ésta, incluidas la frecuencia y la duración del uso de laxantes o enemas. Algunos pacientes niegan estreñimieno, pero cuando se los interroga específicamente, admiten emplear de 15 a 20 minutos por deposición. También debe indagarse sobre la presencia de sangre en la materia fecal, la cantidad y la duración.
La evaluación por aparatos y sistemas debe buscar síntomas de los trastornos causales, incluido un cambio en el calibre de las heces o sangre en materia fecal (que sugiere cáncer). También se deben investigar síntomas sistémicos que sugieren enfermedades crónicas (p. ej., pérdida de peso).
Los antecedentes personales deben consignar la información acerca de causas conocidas, como cirugía abdominal previa y síntomas de trastornos metabólicos (p. ej., hipotiroidismo, diabetes mellitus) y neurológicos (p. ej., enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, lesión de la médula espinal). Hay que evaluar de forma exhaustiva el uso de fármacos prescritos y de venta libre, y preguntar específicamente sobre el uso de agentes anticolinérgicos y opiáceos.
Examen físico
Se realiza un examen físico en busca de signos de enfermedad sistémica, como fiebre y caquexia. Deben buscarse masas abdominales mediante palpación. Debe efectuarse un examen rectal no sólo para detectar fisuras, estenosis, sangre o masas (incluido un fecaloma), sino también para evaluar el tono anal en reposo (la "elevación" del músculo puborrectal cuando los pacientes contraen el esfínter del ano), el descenso perineal durante la evacuación simulada y la sensibilidad rectal. Los pacientes con trastornos defecatorios pueden tener mayor tono anal en reposo (o anismo), reducción (< 2 cm) o aumento del descenso perineal (> 4 cm) o contracción paradójica del puborrectal durante la evacuación simulada.
Signos de alarma
Interpretación de los hallazgos
Ciertos síntomas (p. ej., una sensación de obstrucción o defecación difícil o prolongada, necesidad de desimpactación digital), en particular cuando se asocia con movimiento perineal anormal (es decir, aumentado o reducido) durante la evacuación simulada, sugieren un trastorno defecatorio. Un abdomen tenso, distendido, timpánico, sobre todo si hay náuseas y vómitos, sugiere una obstrucción mecánica.
El estreñimiento crónico con molestias abdominales modestas en un paciente que ha usado laxantes durante un período prolongado sugiere estreñimiento por tránsito lento. El estreñimiento agudo coincidente con el comienzo de toma de un fármaco con propiedades astringentes sugiere que la causa es la medicación. El estreñimiento de comienzo reciente que persiste durante semanas o aparece en forma intermitente con frecuencia o intensidad en aumento, en ausencia de una causa conocida, sugiere un tumor colónico u otras causas de obstrucción parcial. El esfuerzo defecatorio excesivo o la defecación prolongada o insatisfactora, con o sin introducción de los dedos en el ano, sugiere un trastorno defecatorio. Los pacientes con fecalomas pueden presentar cólicos y eliminar moco o material fecal acuoso alrededor de la masa retenida, lo que simula una diarrea (diarrea por rebosamiento).
Por lo general, los pacientes con síndrome del intestino irritable tienen dolor abdominal, con alteración del ritmo evacuatorio. Los pacientes con estreñimiento crónico que no cumplen los criterios para el síndrome del intestino irritable pueden tener estreñimiento funcional (1).
Estudios complementarios
Los estudios complementarios dependen de la presentación clínica y los antecedentes de la dieta del paciente.
El estreñimiento de etiología clara (fármacos, traumatismos, reposo en cama) puede tratarse sintomáticamente sin estudios adicionales. Los pacientes con síntomas de obstrucción intestinal requieren radiografías simples de abdomen en decúbito y de pie, quizás un enema con contraste hidrosoluble para evaluar una posible obstrucción colónica y tal vez una TC o una radiografía de intestino delgado con contraste baritado (véase también diagnostico de la obstrucción intestinal). La mayoría de los pacientes sin una etiología clara deben someterse a una colonoscopia y una evaluación de laboratorio (hemograma completo, tirotrofina, glucosa en ayunas, electrolitos y calcio).
Por lo general, se reservan estudios adicionales para pacientes con hallazgos anormales en los estudios mencionados antes o que no responden al tratamiento sintomático. La actual medical position statement on constipation (declaración de posición médica sobre el estreñimiento) de la American Gastroenterological Association (Asociación Estadounidense de Gastroenterología) sugiere probar la administración de fibra y/o laxantes de venta libre. Si este ensayo fracasa, debe realizarse una manometría anorrectal con expulsión del balón para identificar trastornos del suelo pélvico. Si la manometría es negativa y la causa principal es la defecación infrecuente, deben medirse los tiempos de tránsito colónico con marcadores radiopacos (marcadores de Sitz), gammagrafía o una cápsula de motilidad inalámbrica. En los pacientes con estreñimiento crónico, es importante distinguir entre el estreñimiento por tránsito lento (resultado anormal del estudio con marcador Sitz) y la disfunción muscular del suelo de la pelvis (marcadores retenidos sólo en el colon distal).
Referencia de la evaluación
-
1. Lacy BE, Mearin F, Chang L, et al: Bowel disorders. Gastroenterology 150(6):1393–1407, 2016. doi: 10.1053/j.gastro.2016.02.031.
Tratamiento
Debe tratarse cualquier cuadro identificado.
Véase tabla Agentes usados para tratar el estreñimiento a modo de resumen. Deben utilizarse con prudencia los laxantes. Algunos (p. ej., fosfato, salvado, celulosa) se unen a otros fármacos e interfieren con la absorción. El tránsito fecal rápido puede llevar algunos fármacos y nutrientes más allá de su lugar absortivo óptimo. Las contraindicaciones del uso de laxantes y catárquicos son el dolor abdominal de origen desconocido, los trastornos intestinales inflamatorios, la obstrucción intestinal, la hemorragia digestiva y el fecaloma.
Dieta y conducta
La dieta debe contener suficiente fibra (en general, 15-20 g/día) para garantizar un volumen de materia fecal adecuado. La fibra vegetal, que es en gran medida indigerible e inabsorbible, aumenta el volumen de las deposiciones. Ciertos componentes de la fibra también absorben líquido, lo que torna más blanda la materia fecal y facilita su eliminación. Las frutas y las verduras son fuentes recomendadas, así como los cereales que contienen salvado. Los suplementos de fibra son particularmente eficaces para tratar el estreñimiento de tránsito normal, pero no son muy útiles en el estreñimiento de tránsito lento o los trastornos defecatorios.
Los cambios conductuales pueden ser de ayuda. Los pacientes deben intentar defecar todos los días a la misma hora, preferiblemente de 15 a 45 minutos después del desayuno, porque la ingestión de alimentos estimula la motilidad colónica. Los esfuerzos iniciales por lograr evacuaciones regulares, sin prisa, pueden ayudarse con supositorios de glicerina.
Los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo requieren tratamiento para dicho trastorno. Además, los médicos deben explicar que la evacuación diaria no es esencial, sino que se le debe dar al intestino una oportunidad para que funcione, de manera que el uso frecuente de laxantes o enemas (> 1 vez cada 3 días) le niega al intestino dicha oportunidad.
Agentes usados para tratar el estreñimiento
Agente |
Dosificación |
Algunos efectos adversos |
Fibra* |
||
Salvado |
Hasta 1 taza/día |
Distensión, flatulencia, malabsorción de hierro y calcio |
Psyllium o psilio |
Hasta 10–15 g/día en dosis divididas de 2,5–7,5 g |
Distensión, flatulencia |
Metilcelulosa |
Hasta 6–9 g/día en dosis divididas de 0,45–3 g |
Menos distensión que con otras fibras |
Policarbófilo de calcio |
2–6 comp/día |
Distensión, flatulencia |
Emolientes |
||
Docusato de sodio |
100 mg por vía oral 2-3 veces al día |
Ineficaz en el estreñimiento grave |
Glicerina |
Supositorio de 2–3 g 1 vez al día |
Irritación rectal |
Vaselina líquida |
15–45 mL por vía oral 1 vez al día |
Neumonía lipídica, malabsorción de vitaminas liposolubles, deshidratación, incontinencia fecal |
Agentes osmóticos |
||
Sorbitol |
15–30 mL por vía oral de solución al 70% 1 o 2 veces al día 120 mL de solución al 25-30% por vía rectal |
Cólicos abdominales transitorios, flatulencia |
Lactulosa |
10–20 g (15–30 mL) de 1 hasta 4 veces al día |
Igual que el sorbitol |
Polietilenglicol |
17 g por vía oral 1 vez al día |
Incontinencia fecal (relacionada con la dosificación) |
Magnesio |
Comprimidos de cloruro de magnesio o sulfato de magnesio 1–3 g 4 veces al día Leche de magnesio administrada por vía oral 30-60 mL/día Citrato de magnesio, 150-300 mL/día (hasta 360 mL) |
Toxicidad por magnesio, deshidratación, cólicos abdominales, incontinencia fecal, diarrea |
Fosfato de sodio |
10 g por vía oral 1 vez como preparación intestinal |
Casos raros de insuficiencia renal aguda |
Estimulantes |
||
Antraquinonas |
Depende de la marca usada |
Cólicos abdominales, deshidratación, melanosis colónica, malabsorción, posibles efectos deletéreos sobre los nervios intramurales |
Bisacodilo |
Supositorios de 10 mg hasta 3 veces/semana 5-15 mg/día por vía oral |
Incontinencia fecal, hipocaliemia, cólicos abdominales, ardor rectal con el uso diario de supositorios |
Linaclotida† |
72-290 mcg por vía oral 1 vez al día por lo menos 30 minutos antes de la primera comida |
Dolor abdominal, flatulencia Contraindicada en niños < 6 años; evitar su uso en niños de 6 a 17 años de edad |
Lubiprostona†‡ |
24 mcg por vía oral 2 veces al día con alimentos |
Náuseas, en particular con el estómago vacío, y cefalea |
Plecanatida † |
3 mg por vía oral 1 vez al día |
Mareos, infección urinaria muy poco frecuente |
Prucaloprida † |
2 mg por vía oral 1 vez al día |
Cefalea, dolor abdominal |
Enemas |
||
De retención con vaselina líquida/aceite de oliva |
100–250 mL/día por vía rectal |
Incontinencia fecal, traumatismo mecánico |
Agua corriente |
500 mL por vía rectal |
Traumatismo mecánico |
Fosfato |
60 mL por vía rectal |
Daño acumulado de la mucosa rectal, hiperfosfatemia§, traumatismo mecánico |
Agua jabonosa |
1500 mL por vía rectal |
Daño acumulado de la mucosa rectal, traumatismo mecánico |
Antagonistas de los receptores opiáceos mu de acción periférica (PAMORA, por sus siglas en inglés) |
||
Alvimopán |
12 mg entre 30 minutos y 5 horas antes de la cirugía, seguidos de 12 mg 2 veces al día durante un máximo de 15 dosis (7 días) después de la cirugía |
Contraindicado en pacientes con obstrucción intestinal Posibilidad de aumento del riesgo de eventos cardiovasculares (p. ej., infarto de miocardio). |
Metilnaltrexona |
450 mg por vía oral 1 vez al día 12 mg por vía subcutánea 1 vez al día |
Dosificación subcutánea basada en el peso en pacientes con enfermedad avanzada Si no hay mejoría después de 3 días, reiniciar la terapia con laxantes previa Contraindicado en la obstrucción intestinal diagnosticada o sospechada |
Naldemedina |
0,2 mg por vía oral 1 vez al día |
Contraindicada en la obstrucción intestinal diagnosticada o sospechada |
Naloxegol |
12,5 o 25 mg por vía oral 1 vez al día |
Contraindicado en la obstrucción intestinal diagnosticada o sospechada |
*La dosis de suplementos de fibra debe aumentarse gradualmente a lo largo de varias semanas hasta la dosis recomendada. Los complementos de fibra se administran por vía oral. |
||
†Este fármaco solo se dispensa con receta. |
||
‡ La lubiprostona está aprobada para uso a largo plazo. |
||
§ Debido al riesgo de hiperfosfatemia, el fosfato no debe utilizarse en pacientes con enfermedad renal. |
||
Adapted from Romero Y, Evans JM, Fleming KC, Phillips SF: Constipation and fecal incontinence in the elderly population. Mayo Clin Proc 71(1):81–92, 1996. doi: 10.4065/71.1.81; by permission. |
Tipos de laxantes
Los agentes formadores de volumen (p. ej., psyllium, policarbófilo de calcio, metilcelulosa) actúan lenta y suavemente, y son los agentes más seguros para promover la evacuación. El uso apropiado implica un aumento gradual de la dosis, idealmente tomada 3 o 4 veces al día con suficiente líquido (p. ej., 500 mL/día de líquido extra) para prevenir la impactación, hasta obtener deposiciones más blandas, más voluminosas. Es posible reducir la distensión titulando gradualmente la dosis de fibra dietética hasta la dosis recomendada o rotando a un preparado de fibra sintética, como la metilcelulosa.
Los agentes osmóticos contienen iones polivalentes que se absorben poco (p. ej., magnesio, fosfato, sulfato), polímeros (p. ej., polietilenglicol) o hidratos de carbono (p. ej., lactulosa, sorbitol) que permanecen en el intestino, lo que aumenta la presión osmótica intraluminal y, por ende, arrastra agua hacia el intestino. El mayor volumen estimula la peristalsis. Por lo general, estos agentes actúan dentro de las 3 h.
Por lo general, los laxantes osmóticos son seguros aun si se usan en una base regular. Sin embargo, el fosfato de sodio no debe usarse para la limpieza intestinal, porque en ocasiones puede provocar insuficiencia renal aguda después de una administración única con este fin. Fundamentalmente, estos episodios se observaron en pacientes mayores, pacientes con enfermedad renal preexistente y pacientes medicados con fármacos que afectan la perfusión o la función renal (p. ej., diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, bloqueantes del receptor de angiotensina II). Asimismo, el magnesio y el fosfato se absorben en forma parcial y pueden ser nocivos en ciertas condiciones (p. ej., insuficiencia renal). El sodio (de algunos preparados) puede exacerbar la insuficiencia cardíaca. En dosis altas o frecuentes, estos fármacos pueden alterar el equilibrio electrolítico. En otro método de limpieza intestinal para estudios diagnósticos o cirugía, o a veces en caso de estreñimiento crónico, se emplean grandes volúmenes de un agente osmótico equilibrado (p. ej., solución de polietilenglicol-electrolitos) administrados por vía oral o mediante sonda nasogástrica.
Los catárquicos secretores o estimulantes (p. ej., fenolftaleína, bisacodilo, antraquinonas, aceite de ricino) actúan por irritación de la mucosa intestinal o por estímulo directo del plexo submucoso y mientérico. Si bien la fenolftaleína fue retirada del mercado de los EE.UU. después de que estudios en animales sugirieron que el compuesto era cancerígeno, no hay evidencia epidemiológica de esto en seres humanos. El bisacodilo es un fármaco de rescate eficaz contra el estreñimiento crónico. Las antraquinonas presentes en la hoja de sen, cáscara sagrada, aloe y ruibarbo son componentes comunes de los laxantes vegetales y de venta libre. Ingresan sin modificaciones en el colon, donde el metabolismo bacteriano los convierten en formas activas.
Los efectos adversos son reacciones alérgicas, depleción de electrolitos, melanosis colónica y colon catárquico. La melanosis colónica es la pigmentación colorrectal marronácea de composición desconocida. El colon catárquico hace referencia a las alteraciones de la anatomía colónica observadas en el colon por enema en pacientes con uso crónico de laxantes estimulantes. El colon catártico puede causar estreñimiento que conduce a un mayor empleo de laxantes y, por lo tanto, a más estreñimiento, creándose un círculo vicioso. No se sabe si el colon catárquico, que se ha atribuido a la destrucción de las neuronas del plexo mientérico por las antraquinonas, es causado por los agentes existentes en la actualidad o por otros agentes neurotóxicos (p. ej., podofilina), que ya no se comercializan. El uso a largo plazo de antraquinonas no parece aumentar el riesgo de cáncer de colon.
Pueden utilizarse enemas, incluidas agua corriente y soluciones hipertónicas preparadas comercialmente.
Los agentes emolientes (p. ej., docusato, vaselina líquida) actúan lentamente para ablandar las heces, lo que facilita su evacuación. Sin embargo, no son estimulantes potentes de la defecación. El docusato es un agente tensioactivo, que permite que el agua ingrese en la masa fecal para ablandarla y aumentar su volumen.
Los antagonistas de los receptores opiáceos mu de acción periférica (PAMORA; p. ej., metilnaltrexona, naloxegol, naldemedina) se pueden utilizar para tratar el estreñimiento inducido por opiáceos que no se resuelve con otras medidas. Alvimopán es un antagonista mu-opiáceo disponible para el uso hospitalario a corto plazo en pacientes quirúrgicos para el tratamiento del íleo posoperatorio.
Bolo fecal
El tratamiento inicial del bolo fecal (fecaloma) consiste en enemas de agua corriente, seguidos de microenemas (100 mL) de soluciones hipertónicas preparadas comercialmente. Si estas medidas no son eficaces, es posible que se requiera fragmentación manual y desimpactación de la masa. Este procedimiento es doloroso, de manera que se recomienda la aplicación peri e intrarrectal de anestésicos locales (p. ej., ungüento de lidocaína al 5% o ungüento de dibucaína al 1%). Algunos pacientes requieren sedación.
Conceptos esenciales en geriatría
El estreñimiento es frecuente en ancianos debido a dietas pobres en fibras, falta de ejercicio, enfermedades médicas coexistentes y uso de fármacos que causan estreñimiento. Muchos adultos mayores tienen falsas creencias acerca del ritmo evacuatorio normal y usan laxantes de manera regular. Otros cambios que predisponen a los adultos mayores al estreñimiento son la mayor distensibilidad y la alteración de la sensibilidad rectales (de manera que se necesitan volúmenes más grandes para provocar el impulso defecatorio).
Conceptos clave
-
Las causas farmacológicas son comunes (p. ej., uso de fármacos anticolinérgicos u opiáceos).
-
Cuando el estreñimiento es agudo y grave, esté atento a la posibilidad de obstrucción intestinal.
-
Si fracasa un ensayo con fibra y/o laxantes, debe realizarse una manometría anorrectal con expulsión del balón para excluir la disfunción del suelo pélvico.
Más información
-
American Gastroenterological Association's medical position statement on constipation
Disquecia
(Trastornos evacuatorios, disfunción del suelo de la pelvis o esfínteres anales, trastornos defecatorios funcionales, disinergia)
Etiología
Normalmente, cuando una persona intenta defecar, la presión rectal aumenta en coordinación con la relajación del esfínter anal externo. Este proceso puede ser afectado por una o más disfunciones (p. ej., la alteración de la contracción rectal, la contracción excesiva de la pared abdominal, la contracción anal paradójica, la ausencia de relajación anal) de etiología poco clara. Los trastornos defecatorios funcionales pueden manifestarse a cualquier edad. En cambio, la enfermedad de Hirschsprung, que se debe a abolición del reflejo rectoanal inhibitorio, casi siempre se diagnostica en la lactancia o la infancia. Las personas que sufren síndrome del intestino irritable (SII) pueden presentar trastornos de la defecación ocasionados por el SII, que causan disquecia.
Signos y síntomas
El paciente puede percibir, o no, la presencia de materia fecal en el recto. Pese al esfuerzo prolongado, la evacuación es tediosa o imposible, con frecuencia incluso en caso de materia fecal blanda o de enemas. Los pacientes pueden referir sensación de obstrucción y extraer digitalmente materia fecal del recto o con la mano el periné o comprimir la vagina para poder evacuar. Puede haber o no disminución de la frecuencia evacuatoria real.
Diagnóstico
El tacto rectal y el examen pelviano pueden revelar una hipertonía de los músculos del suelo de la pelvis y los esfínteres anales. Al pujar, los pacientes pueden no presentar la relajación anal ni el descenso perineal esperados. Con el esfuerzo excesivo, la pared rectal anterior se prolapsa hacia la vagina en las pacientes con alteración de la relajación anal; por consiguiente, los rectoceles suelen ser un trastorno secundario y no primario. La disquecia de larga evolución con esfuerzo crónico puede causar una úlcera rectal solitaria o diversos grados de prolapso rectal o descenso perineal excesivo o un enterocele.
Para diagnosticar el trastorno se requiere una manometría anorrectal y la expulsión de un balón rectal, en ocasiones suplementadas con una proctografía defecatoria o una resonancia magnética.
Tratamiento
Como el tratamiento con laxantes es insatisfactorio, es importante evaluar las funciones anorrectales en pacientes con estreñimiento resistente al tratamiento. El tratamiento de biorretroalimentación puede mejorar la coordinación entre la contracción abdominal y la relajación del suelo de la pelvis durante la defecación, lo que alivia los síntomas. Sin embargo, el reentrenamiento del suelo de la pelvis para trastornos defecatorios es altamente especializado y sólo se realiza en determinados centros. Se requiere un abordaje colaborativo (fisioterapeutas, dietistas, terapeutas conductistas, gastroenterólogos).