Generalidades sobre los trastornos neurooftalmológicos y de los pares craneanos

PorMichael Rubin, MDCM, New York Presbyterian Hospital-Cornell Medical Center
Revisado/Modificado feb. 2022
Vista para pacientes

La disfunción de algunos nervios craneales puede afectar el ojo, la pupila, el nervio óptico o los músculos extraoculares y sus nervios; por lo tanto, pueden ser considerados trastornos de los nervios craneales o neurooftalmológicos.

Los trastornos neurooftalmológicos también pueden incluir la disfunción de las vías centrales que controlan e integran el movimiento ocular y la visión.

Los trastornos de los nervios craneales también pueden involucrar disfunción del olfato, la visión, las masticación, la sensibilidad o la expresión facial, el gusto, la audición, el equilibrio, la deglución, la fonación, el giro de la cabeza y la elevación del hombro o los movimientos de la lengua (véase tabla Nervios craneales). Pueden afectarse uno o más nervios craneales.

(Véase también Síndrome de Horner, Trastornos del nervio óptico y Abordaje al paciente neurológico).

Nervios craneales

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Las causas y los síntomas de los trastornos neurooftalmológicos y los nervios craneales se superponen. Ambos tipos de trastornos pueden ser el resultado de tumores, inflamación, traumatismo, trastornos sistémicos y procesos degenerativos o de otro tipo, que producen síntomas como pérdida de visión, diplopia, ptosis, alteraciones pupilares, dolor periocular, dolor facial o cefalea.

Diagnóstico

  • Evaluación clínica

  • Estudios por imágenes neurológicas

(Véase también Cómo evaluar los nervios craneales.)

La evaluación de los trastornos neurooftalmológicos y de los nervios craneales incluye lo siguiente:

El examen del aparato visual incluye la oftalmoscopia y las pruebas de la agudeza visual, los campos visuales, las pupilas y los movimientos oculares (motilidad ocular). Como parte de estos estudios, se examinan los nervios craneales II, III, IV y VI. También suelen ser necesarios los estudios por la imagen con TC o RM.

Las siguientes partes del examen visual tienen particular interés en el diagnóstico de los trastornos neurooftalmológicos y los nervios craneales.

Respecto de las pupilas, se inspeccionan el tamaño, la simetría y la regularidad. Normalmente, las pupilas se contraen rápidamente (dentro del primer segundo) y por igual durante la acomodación y en respuesta a la exposición a la luz directa y a la luz dirigida a la otra pupila (reflejo fotomotor consensual). El examen de la respuesta pupilar consensual a la luz iluminando un ojo con un linterna permite determinar si existe algún defecto. Normalmente, el grado de constricción pupilar no se modifica cuando la luz va de un ojo al otro.

  • Si existe un defecto aferente relativo (pupila desaferentizada, defecto pupilar aferente, pupila de Marcus Gunn), la pupila se dilata paradójicamente cuando la luz ilumina el lado del defecto. Una pupila desaferentizada se contrae en respuesta al reflejo consensual pero no al reflejo fotomotor directo.

  • Si existe un defecto eferente, la pupila responde lentamente o no responde al reflejo directo ni al consensual.

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Los movimiento oculares se evalúan haciendo que el paciente mantenga la cabeza firme mientras sigue el examinador mueve el dedo hacia la derecha, la izquierda, hacia arriba y hacia abajo, diagonalmente hacia todos los lados y hacia adentro hacia la nariz del paciente (para evaluar la acomodación). Sin embargo, este examen puede omitir una paresia leve del movimiento ocular, suficiente como para causar diplopia.

Una diplopía puede indicar un defecto en la coordinación bilateral de los movimientos oculares (p. ej., en las vías nerviosas) o en los nervios craneales III (oculomotor), IV (troclear) o VI (abducens). Si persiste la diplopia cuando se cierra un ojo (diplopia monocular), es probable que la causa sea un trastorno ocular no neurológico. Si la diplopia desaparece cuando se cierra cualquiera de los ojos (diplopia binocular), la causa es probablemente un trastorno de la motilidad ocular. Las 2 imágenes se separan más cuando el paciente mira en la dirección correspondiente al músculo ocular parético (p. ej., hacia la izquierda cuando el músculo recto lateral izquierdo está parético). El ojo que al cerrarlo elimina la imagen más periférica es el parético. La colocación de un vidrio rojo sobre un ojo puede ayudar a identificar el parético. Cuando el vidrio rojo cubre el ojo parético, la imagen más periférica es la roja.

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Tratamiento

  • Tratamiento de la causa

El tratamiento de los trastornos neurooftalmológicos y craneanos depende de la causa.

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