Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

PorKatharine Anne Phillips, MD, Weill Cornell Medical College;
Dan J. Stein, MD, PhD, University of Cape Town
Revisado/Modificado jul. 2023
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Datos clave

El trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones son ideas, imágenes o impulsos recurrentes e intrusivos, no deseados, que provocan ansiedad. Las compulsiones (también llamadas rituales) son ciertas acciones o actos mentales que las personas se sienten impulsadas a realizar repetidamente para tratar de disminuir o evitar la ansiedad causada por las obsesiones.

  • Muchos comportamientos y pensamientos obsesivo-compulsivos se encuentran relacionados con la existencia de preocupaciones por sufrir algún tipo de daño o riesgo.

  • Los médicos diagnostican el trastorno cuando la persona afectada presenta obsesiones, compulsiones o ambas.

  • El tratamiento incluye opciones como la terapia de exposición (que consiste en la prevención de los rituales compulsivos) y determinados antidepresivos (como los inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina o la clomipramina).

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es algo más frecuente en mujeres que en varones y afecta entre el 1 y el 2% de la población. El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) comienza en promedio alrededor de los 19 o 20 años de edad, aunque en el 25% de los casos aproximadamente comienza antes de los 14 años (véase también Trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes). Hasta un 30% de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo han sufrido o sufren un trastorno por tics.

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es distinto de los trastornos psicóticos, que se caracterizan por la pérdida de contacto con la realidad, aunque en una minoría de casos de TOC no se dispone de información suficiente. El trastorno obsesivo-compulsivo también difiere del trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo, aunque las personas con estos trastornos pueden presentar algunas características comunes, como ser ordenadas, fiables o perfeccionistas.

Síntomas del TOC

Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo tienen obsesiones: pensamientos, imágenes o impulsos que se producen una y otra vez a pesar de no ser deseados. Estas obsesiones se entrometen incluso cuando la persona está pensando y haciendo otras cosas. Además, estas obsesiones suelen provocar una fuerte angustia o ansiedad. Los temas de las obsesiones incluyen el daño (a uno mismo o a los demás), la limpieza o la contaminación, pensamientos prohibidos o tabú (por ejemplo, obsesiones agresivas o sexuales) y la necesidad de simetría.

Entre las obsesiones más frecuentes se encuentran las siguientes:

  • Preocupaciones sobre temas de contaminación (por ejemplo, pensar que al tocar el pomo de una puerta se puede contraer una enfermedad)

  • Dudas (por ejemplo, preocupaciones acerca de si la puerta de entrada ha quedado bien cerrada)

  • Preocupación por si los objetos no están perfectamente alineados o nivelados.

Como las obsesiones no son agradables, la persona trata a menudo de ignorarlas y/o controlarlas.

Las compulsiones (también llamadas rituales) son una manera que tiene la persona de responder a sus obsesiones. Por ejemplo, es posible que se sienta impulsada a hacer algo práctico y de forma repetitiva e intencionada para tratar de prevenir o aliviar la ansiedad causada por sus obsesiones.

Entre las compulsiones más frecuentes se encuentran las siguientes:

  • Lavarse o limpiarse excesivamente debido a la sensación de estar contaminado

  • Hacer comprobaciones para liberarse de una duda (por ejemplo cerciorarse varias veces de que la puerta ha quedado cerrada)

  • Contar (por ejemplo, repitiendo una acción un cierto número de veces)

  • Ordenar (por ejemplo, disponiendo la vajilla o los elementos del espacio de trabajo de una manera determinada)

La mayoría de los rituales, como lavarse las manos de manera excesiva o la reiterada comprobación de que la puerta ha quedado bien cerrada, son evidentes u observables. No así otros rituales como, por ejemplo, contar mentalmente de forma repetida o murmurar frases destinadas a disminuir un supuesto peligro.

Es posible que los rituales se tengan que llevar a cabo de una manera precisa siguiendo unas reglas rígidas. Los rituales pueden tener conexión lógica con la obsesión o no tenerla. Cuando las compulsiones tienen conexión lógica con la obsesión (por ejemplo, ducharse para evitar estar sucio o verificar el buen funcionamiento de la estufa para evitar incendios), son claramente excesivas. Por ejemplo, la persona puede ducharse diariamente durante horas o verificar el buen funcionamiento de la estufa 30 veces antes de salir de casa. Todas las obsesiones y rituales son absorbentes. La persona puede invertir diariamente horas en ellos. Pueden causar tanta angustia o interferir tanto en el funcionamiento diario que la persona llega a estar incapacitada.

La mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo tienen tanto obsesiones como compulsiones.

La mayoría de las personas que sufren trastorno obsesivo-compulsivo son hasta cierto punto conscientes de que sus pensamientos obsesivos no reflejan riesgos reales y de que sus comportamientos compulsivos son excesivos. Sin embargo, unas cuantas personas están convencidas de que sus obsesiones están fundamentadas y de que sus compulsiones son razonables.

La mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo saben que sus comportamientos compulsivos son excesivos. Por esta razón pueden llegar a realizar sus rituales en secreto, incluso cuando hacerlo les ocupa varias horas al día.

Como consecuencia de los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo, las relaciones de las personas afectadas por este trastorno se pueden deteriorar, además de que pueden rendir menos en la escuela o en el trabajo.

Muchas personas con trastorno obsesivo-compulsivo también sufren otros trastornos de la salud mental. Alrededor del 76% de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo también tienen un diagnóstico crónico de trastorno de ansiedad, cerca del 41% tiene un diagnóstico crónico de trastorno depresivo mayor, de trastorno depresivo mayor y del 23 al 32% sufre trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva.

Alrededor del 35 al 50% de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) tienen pensamientos suicidas en algún momento y alrededor del 10 al 15% cometen un intento de suicidio. El riesgo de un intento de suicidio aumenta si los afectados también tienen un trastorno depresivo mayor (véase Comportamiento suicida).

¿Sabías que...?

  • La mayor parte de las personas que padecen trastorno obsesivo-compulsivo saben que sus obsesiones y compulsiones son irracionales.

Diagnóstico del TOC

  • Evaluación de un médico, en base a criterios diagnósticos psiquiátricos específicos

Los médicos diagnostican el trastorno obsesivo-compulsivo basándose en los síntomas: la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones o las compulsiones deben cumplir al menos una de las características siguientes:

  • Suponen una pérdida de tiempo

  • Ocasionan una gran angustia o afectan al funcionamiento de la persona.

Tratamiento del TOC

  • Exposición y terapia de prevención ritual; se suele añadir terapia cognitiva

  • Algunos antidepresivos

La terapia de exposición y prevención del ritual (respuesta), un tipo de terapia cognitivo-conductual, suele ser eficaz en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo. La terapia de exposición consiste en exponer a la persona afectada de forma gradual y repetida a aquellas situaciones o personas que desencadenan las obsesiones, los rituales o el malestar mientras se le indica que no realice el ritual compulsivo (terapia de prevención del ritual). El malestar o la ansiedad disminuyen a medida que la exposición se repite, ya que la persona se da cuenta de que los rituales no son imprescindibles para reducir el malestar. La mejoría suele persistir durante años, probablemente porque aquellos que han conseguido aprender a utilizar este protocolo de autoayuda son capaces de seguirlo realizando después de haber terminado el tratamiento. La terapia cognitiva se suele añadir a la terapia de exposición y de prevención ritual.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como la fluoxetina (un tipo de antidepresivos) y la clomipramina (un antidepresivo tricíclico) son a menudo eficaces. Pueden ser necesarias dosis más altas que las utilizadas habitualmente para el tratamiento de la depresión. Muchos expertos creen que el mejor tratamiento consiste en una combinación de exposición y terapia de prevención ritual junto con medicamentos, especialmente para los síntomas más graves.

La psicoterapia psicodinámica (que se centra en la identificación de patrones inconscientes en los pensamientos, los sentimientos y las pautas de conducta del sujeto), así como el psicoanálisis, no suelen ser eficaces en las personas con trastorno obsesivo-compulsivo.

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