Tiroiditis de Hashimoto

(Tiroiditis autoinmunitaria, tiroiditis linfocítica crónica)

PorGlenn D. Braunstein, MD, Cedars-Sinai Medical Center
Revisado/Modificado ago. 2022
Vista para pacientes

La tiroiditis de Hashimoto es una inflamación crónica de la glándula tiroides con infiltrado linfocítico. Los hallazgos incluyen tiroideomegalia dolorosa y síntomas de hipotiroidismo. El diagnóstico se realiza a través de la demostración de títulos elevados de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea. Los pacientes que desarrollan hipotiroidismo suelen requerir la reposición de levotiroxina durante toda la vida.

(Véase también Generalidades sobre la función tiroidea).

Se cree que la tiroiditis de Hashimoto es la causa más frecuente de hipotiroidismo primario en los Estados Unidos. Es varias veces más frecuente en las mujeres. Su incidencia aumenta con la edad y en los pacientes con enfermedades cromosómicas, como síndrome de Down, de Turner y de Klinefelter. El paciente suele informar antecedentes familiares de enfermedades tiroideas.

Al igual que la enfermedad de Graves, la tiroiditis de Hashimoto a menudo se asocia con otras enfermedades autoinmunitarias, como la enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal), la diabetes mellitus tipo 1, el hipoparatiroidismo, el vitiligo, el encanecimiento prematuro del cabello, la anemia perniciosa, las trastornos del tejido conectivo (p. ej., artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, síndrome de Sjögren), enfermedad celíaca y el síndrome de deficiencia poliglandular tipo 2 (síndrome de Schmidt–una combinación de enfermedad de Addison con hipotiroidismo secundario a tiroiditis de Hashimoto y/o diabetes mellitus tipo 1). Puede observarse una mayor incidencia de tumores de tiroides, rara vez linfomas de tiroides. En la anatomía patológica se detecta un infiltrado extenso de linfocitos con folículos linfoides y cicatrices.

Signos y síntomas de la tiroiditis de Hashimoto

Los pacientes presentan tiroideomegalia indolora o engrosamiento del cuello. El examen muestra un bocio no doloroso de consistencia lisa o regular, firme y más gomosa que la tiroides normal. Muchos pacientes presentan síntomas de hipotiroidismo (p. ej., fatiga, intolerancia al frío, aumento de peso), pero algunos presentan hipertiroidismo (p. ej., intolerancia al calor, pérdida de peso) que puede deberse a la liberación de hormonas tiroideas durante la fase inflamatoria de la tiroiditis o a la coexistencia de enfermedad de Graves y tiroiditis de Hashimoto en la glándula.

Diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto

  • Tiroxina (T4)

  • Hormona tiroideoestimulante (TSH)

  • Autoanticuerpos tiroideos

  • Ecografía tiroidea

El estudio consiste en la medición de T4, TSH, y de anticuerpos antitiroideos. En un período temprano de la enfermedad, las concentraciones de T4 y TSH son normales y se detectan niveles altos de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea y, con menor frecuencia, de anticuerpos antitiroglobulina (véase tabla Resultados de las pruebas que evalúan la función tiroidea en diversas situaciones clínicass).

Se debe realizar una ecografía de la tiroides si hay nódulos palpables. La ecografía a menudo revela que el tejido tiroideo tiene una ecotextura hipoecoica heterogénea con tabiques que forman micronódulos hipoecoicos y puede haber reducción de la vascularización de la glándula.

Las pruebas para otros trastornos autoinmunitarios se justifican solo cuando hay manifestaciones clínicas o en presencia de un fuerte antecedente familiar de tiroiditis de Hashimoto o enfermedad de Graves asociado con síndrome de deficiencia poliglandular autoinmunitaria.

Tratamiento de la tiroiditis de Hashimoto

  • Reposición de hormona tiroidea

A veces el hipotiroidismo es transitorio, pero la mayoría de los pacientes requieren reposición de las hormonas tiroideas de por vida, típicamente con levotiroxina 75 a 150 mcg por vía oral 1 vez al día.

Conceptos clave

  • La tiroiditis de Hashimoto es una inflamación autoinmune de la glándula tiroides.

  • Los pacientes a veces tienen otros trastornos autoinmunes.

  • Los niveles de tiroxina (T4) y TSH inicialmente son normales, pero más tarde, la T4 disminuye y aumenta la TSH, y los pacientes pueden volverse clínicamente hipotiroideos.

  • Se detectan niveles altos de anticuerpos antiperoxidasa tiroidea y, con menor frecuencia, de anticuerpos antitiroglobulina.

  • Habitualmente es necesario la reposición de la hormona tiroidea de por vida.

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