(Véase también Generalidades sobre trastornos esofágicos y de la deglución).
El síndrome de Mallory-Weiss, descrito inicialmente en alcohólicos, puede afectar a cualquier paciente que presenta vómitos violentos. Es la causa de alrededor del 5% de los episodios de hemorragia digestiva alta. El desgarro también puede provocar dolor en la región torácica inferior.
El diagnóstico de síndrome de Mallory-Weiss se sugiere clínicamente por el antecedente típico de hematemesis después de uno o más episodios de vómitos no hemáticos. En estos casos, si el sangrado es mínimo y el paciente está estable, la prueba puede ser diferida. De lo contrario, si la anamnesis no es clara o el sangrado es continuo, el paciente debe someterse a una evaluación convencional para la hemorragia digestiva, típicamente con endoscopia superior y pruebas de laboratorio. La endoscopia alta también puede ser terapéutica porque se puede colocar un clip sobre el desgarro para controlar el sangrado.
La mayoría de los episodios hemorrágicos se detienen en forma espontánea; se observa hemorragia profusa en alrededor del 10% de los pacientes, que requieren intervención significativa, como transfusión o hemostasia endoscópica (con colocación de clip, inyección de etanol, adrenalinao electrocauterio). También puede recurrirse a la infusión de vasopresina o a la embolia terapéutica de la arteria gástrica izquierda durante una angiografía para controlar la hemorragia. Rara vez, se requiere reparación quirúrgica.