Íleo meconial

PorWilliam J. Cochran, MD, Geisinger Clinic
Revisado/Modificado ago. 2021
Vista para pacientes

El íleo meconial es la obstrucción del íleon terminal por meconio anormalmente denso y adherente; afecta a menudo a los recién nacidos con fibrosis quística. El íleo meconial es responsable de hasta el 33% de las obstrucciones de intestino delgado en el período neonatal. Los síntomas son vómitos que pueden ser biliosos, distensión abdominal y falta de eliminación de meconio en los primeros días de vida. El diagnóstico se basa en la presentación clínica y las radiografías. El tratamiento consiste en enemas con contraste diluido bajo control radioscópico y cirugía si fracasan los enemas.

El íleo meconial con más frecuencia es una manifestación temprana de fibrosis quística, que causa que las secreciones digestivas sean sumamente viscosas y adherentes a la mucosa intestinal. El íleo meconial es la manifestación clínica de presentación de la fibrosis quística en el 10-20% de los casos. Entre el 80 y el 90% de los lactantes con íleo meconial tienen fibrosis quística.

La obstrucción se produce en el íleon terminal (a diferencia de la obstrucción colónica causada por el síndrome del tapón meconial) y puede diagnosticarse por ecografía prenatal. El colon distal a la obstrucción es angosto y está vacío o sólo contiene escasas cantidades de pequeñas bolas de meconio desecado. El colon de pequeño diámetro, relativamente vacío, se denomina microcolon y se debe a la falta de uso.

Complicaciones del íleo meconial

Alrededor del 50% de los casos se complican por malrotación, atresia o perforación intestinal. Las asas distendidas de intestino delgado pueden girar para formar un vólvulo en el útero. Si el intestino pierde su irrigación y se infarta, puede haber peritonitis meconial estéril. El asa intestinal infartada puede reabsorberse y dejar una zona o zonas de atresia intestinal. Los recién nacidos con íleo meconial también presentan mayor riesgo de desarrollar colestasis.

Signos y síntomas del íleo meconial

Después del nacimiento, a diferencia de los recién nacidos normales, los lactantes con íleo meconial no evacuan meconio en las primeras 12 a 24 h. Presentan signos de obstrucción intestinal, como vómitos que pueden ser biliosos y distensión abdominal. En ocasiones, pueden palparse las asas distendidas de intestino delgado a través de la pared abdominal, que presentan una sensación pastosa característica. Puede haber peritonitis meconial con dificultad respiratoria y ascitis secundaria a perforación (1).

Referencia de los signos y los síntomas

  1. 1. Galante G, Freeman AJ: Gastrointestinal, pancreatic, and hepatic manifestations of cystic fibrosis in the newborn. Neoreviews 20(1):e12–e24, 2019. doi: 10.1542/neo.20-1-e12 

Diagnóstico del íleo meconial

  • Radiografías simples

  • Si son positivas, estudios para fibrosis quística

La ecografía prenatal permite detectar cambios intrauterinos sugestivos de fibrosis quística e íleo meconial (p. ej., dilatación intestinal, polihidramnios), pero estos cambios no son específicos.

Se sospecha el diagnóstico de íleo meconial en un recién nacido con signos de obstrucción intestinal, en particular si hay antecedentes familiares de fibrosis quística. Deben tomarse radiografías de abdomen, que muestran dilatación de las asas intestinales; sin embargo, los niveles hidroaéreos pueden estar ausentes. El aspecto en "burbujas de jabón" o "vidrio esmerilado" debido a pequeñas burbujas de aire mezcladas con meconio es diagnóstico de íleo meconial. Si hay peritonitis meconial, motas de meconio calcificado pueden revestir las superficies peritoneales e, incluso, el escroto. Un colon por enema con contraste soluble y agua revela un microcolon con una obstrucción del íleon terminal.

En los pacientes con diagnóstico de íleo meconial debe buscarse fibrosis quística.

Tratamiento del íleo meconial

  • Enema con contraste radiográfico

  • En ocasiones cirugía

En los casos no complicados (es decir, sin perforación, vólvulo ni atresia), puede aliviarse la obstrucción administrando 1 enema con un medio de contraste radiológico diluido (p. ej., gastrografin) a veces con N-acetilcisteína bajo control radioscópico; el material de contraste hipertónico puede causar grandes pérdidas de agua del tubo digestivo, que requieren rehidratación IV.

Si el enema no alivia la obstrucción, se requiere laparotomía. Por lo general, es necesaria una ileostomía en doble cañón de escopeta con lavado repetido con N-acetilcisteína de las asas proximal y distal para licuar y extraer el meconio anormal.

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