Contusiones y laceraciones cerebrales

(Contusiones y laceraciones cerebrales)

PorGordon Mao, MD, Indiana University School of Medicine
Revisado/Modificado oct 2024
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Las contusiones cerebrales son lesiones traumáticas del cerebro habitualmente causadas por un impacto directo y violento en la cabeza. Las laceraciones cerebrales son desgarros del tejido cerebral causados por un cuerpo extraño o la penetración de un fragmento de hueso por fractura de cráneo.

    • Los accidentes de tráfico y los golpes en la cabeza son causas frecuentes de hematomas y desgarros del tejido cerebral.

    • Se desarrollan síntomas de traumatismo craneal moderado o grave.

    • Se realiza una tomografía computarizada.

    • La persona debe ser observada en el hospital y, a veces, se requiere una intervención quirúrgica.

    (Véase también Introducción a las lesiones craneales.)

    Las contusiones y laceraciones cerebrales implican daño cerebral estructural y, por lo tanto, son más graves que las conmociones cerebrales, que consisten en una alteración en la funcionalidad mental o el nivel de conciencia causada por una lesión que no provoca daño visible a las estructuras cerebrales.

    Las contusiones pueden ser consecuencia de un movimiento rápido y repentino (aceleración) del cerebro contra el cráneo después de una sacudida, como ocurre en un traumatismo fuerte, o de una parada repentina (deceleración), como ocurre cuando la cabeza en movimiento choca contra un objeto fijo (por ejemplo, cuando una persona se golpea la cabeza contra el salpicadero o el volante en un choque frontal de un vehículo a motor). El cerebro resulta afectado en el sitio del impacto y en el lado opuesto, al golpear el interior del cráneo. Las contusiones pueden hacerse más grandes en las horas y días posteriores a la lesión, lo que ocasiona que la función cerebral se deteriore.

    Las laceraciones cerebrales ocurren cuando un objeto o un fragmento de hueso penetra en el cráneo (causando una fractura craneal) y desgarra el tejido cerebral.

    La tomografía computarizada (TC) se realiza para diagnosticar una contusión o un desgarro.

    Si las contusiones y los desgarros son muy pequeños, el daño cerebral puede ser mínimo, con pocos síntomas o con los síntomas de un traumatismo craneal leve. Si la hemorragia y el edema cerebrales son menores, las personas afectadas son hospitalizadas y se mantienen en observación, por lo general durante una semana como máximo.

    Sin embargo, si las lesiones son grandes, o si la inflamación o la hemorragia de una lesión pequeña son graves, las personas tienen síntomas de traumatismo craneal grave. Por ejemplo, las personas con una lesión grave a menudo están inconscientes durante un breve periodo de tiempo (como unos minutos o menos) o durante más tiempo. Cuando despiertan, a menudo las personas se encuentran soñolientas, confusas, inquietas o agitadas. También experimentan vómitos, convulsiones o trastornos del equilibrio o de la coordinación. La capacidad de pensar, controlar las emociones, moverse, sentir, hablar, ver, oír, oler y recordar resulta afectada. Una lesión más grave causa inflamación en el cerebro, dañando aún más el tejido cerebral. La hernia cerebral, si se produce, puede llevar al coma.

    Si la hemorragia es importante, las personas se tratan como si tuvieran un traumatismo craneal grave. Las personas afectadas suelen ser ingresadas en una unidad de cuidados intensivos. Los médicos mantienen la presión arterial y los niveles sanguíneos de oxígeno y dióxido de carbono en niveles estables. Para ayudar a las personas a respirar, los médicos pueden administrarles oxígeno suplementario a través de una mascarilla o insertar un tubo de respiración a través de la boca en la tráquea y proporcionarles ventilación mecánica.

    El dolor se trata según sea necesario. Las personas afectadas pueden requerir sedación porque un exceso de actividad muscular puede aumentar la presión en el cerebro y afectar todavía más la funcionalidad cerebral. En caso de que haya convulsiones, se administraran anticonvulsivos.

    Para medir la presión en el cerebro, se implanta un manómetro de presión intracraneal o se inserta un catéter en uno de los espacios internos (ventrículos) del cerebro.

    Si el sangrado conduce a una hernia cerebral (cuando la presión fuerza el descenso del cerebro en el cráneo), puede ser necesario extirpar quirúrgicamente la sangre para evitar la compresión del cerebro. Sin embargo, si la eliminación de la sangre implica eliminar tejido cerebral, la función cerebral puede deteriorarse.

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