Los arbovirus, los arenavirus y los filovirus son virus que se transmiten de los animales a las personas y, con algunos virus, de personas a personas. El animal involucrado depende del tipo de virus.
Muchas de estas infecciones no causan síntomas. Los síntomas de la mayoría de estas infecciones, cuando ocurren, suelen ser leves y difusos y se parecen a los sintomas de la gripe. A medida que avanza la infección, las personas afectadas pueden presentar ganglios linfáticos inflamados, erupciones y dolor en las articulaciones. Algunos de estos virus pueden infectar los tejidos que cubren el encéfalo y la médula espinal (meningitis) o el cerebro (encefalitis). Algunos causan fiebre con una tendencia a sangrar fácilmente (llamada fiebre hemorrágica), que puede ser potencialmente mortal.
Arbovirus
Los arbovirus son virus transmitidos por artrópodos. Un arbovirus no es un único tipo de virus. Los científicos aplican el nombre de arbovirus a más de 250 virus distintos de muchas familias diferentes de virus que se transmiten a personas o animales por ciertos artrópodos que se alimentan de sangre. Entre los artrópodos se encuentran los insectos (como moscas y mosquitos) y las garrapatas. Al menos 80 arbovirus causan enfermedades en los seres humanos.
La mayoría de los arbovirus son transmitidos por mosquitos, pero algunos se transmiten por garrapatas, uno (el virus de Oropouche) se transmite por mosquitos y otros por moscas de la arena. Los arbovirus se transmiten cuando un insecto o una garrapata pica a un animal infectado y luego pica a otro animal o a una persona. La mayoría de las infecciones por arbovirus no se transmiten de persona a persona, tal vez porque la cantidad de virus presente en la sangre humana es insuficiente para infectar al artrópodo. Las excepciones incluyen la enfermedad de chikungunya y las infecciones por flavivirus dengue, fiebre amarilla e Infección por el virus Zika, que pueden transmitirse de persona a persona por los mosquitos. Además, el virus Zika se puede contagiar durante la actividad sexual. Los virus del dengue, chikungunya y Zika se han contagiado a través de transfusiones de sangre, donaciones de órganos o de la madre al recién nacido al nacer, si bien estos tipos de contagios son muy poco habituales. No se ha demostrado que el contacto casual y cotidiano transmita los arbovirus de persona a persona.
Muchos arbovirus que antiguamente estaban presentes solo en determinadas zonas del planeta en la actualidad se están extendiendo. Entre estos virus se encuentran el virus del chicunguña, el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, el virus de la encefalitis japonesa, el virus de la fiebre del valle del Rift, el virus del Nilo Occidental, el virus del río Ross y el virus Zika. Estos virus se propagan en parte debido a que el cambio climático ha posibilitado que existan más áreas donde pueden vivir los mosquitos que transmiten estos virus. Además, los viajeros pueden infectarse en zonas donde el virus es habitual y después, al regresar a su país, pueden ser picados por un mosquito, que transmite a su vez el virus a otras personas.
El virus chikungunya se transmite por una determinada especie de mosquito llamada mosquito Aedes. Este virus fue identificado por primera vez en África, pero se ha extendido recientemente por el Caribe y América Central, América del Sur y América del Norte. La infección por el virus chikungunya generalmente causa fiebre y dolor intenso en las articulaciones, a menudo las de las manos y las de los pies. Las personas infectadas también pueden presentar dolor de cabeza, dolor muscular, hinchazón de las articulaciones o una erupción. La mayoría de las personas se sienten mejor al cabo de una semana, pero el dolor articular puede persistir durante meses o incluso años. En 2023, la Food and Drug Administration (Agencia federal para alimentos y medicamentos, FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos aprobó la primera vacuna para la prevención de la enfermedad de chikungunya. La vacuna contra chikungunya está aprobada para su uso en personas de 18 años o más que corren un mayor riesgo de exposición al virus chikungunya debido a viajes al extranjero o a trabajo de laboratorio en Estados Unidos.
Arenavirus
Los arenavirus se transmiten por los roedores. Las infecciones causadas por estos virus son coriomeningitis linfocítica, fiebre de Lassa, fiebre hemorrágica boliviana (causada por el virus Machupo) y fiebre hemorrágica argentina (causada por el virus Junin). La fiebre de Lassa también se puede transmitir de persona a persona a través del contacto con líquidos corporales (como saliva, orina, heces o sangre). Las infecciones por arenavirus son relativamente frecuentes en personas de algunas partes del mundo y pueden causar enfermedades graves.
Filovirus
Los filovirus pueden causar fiebre hemorrágica grave en los seres humanos y otros primates (como los monos y los simios). Hasta la fecha solo se han identificado dos miembros de este grupo de virus:
No se ha podido determinar cómo se transmitieron por primera vez estos virus a los seres humanos. No obstante, los expertos creen que la primera persona se infecta al manipular o al comerse un animal infectado, como un murciélago de la fruta o un primate. Estos virus se contagian directamente de persona a persona.
Diagnóstico
Análisis de sangre
Cultivo de sangre del tejido infectado
Para diagnosticar estas infecciones, los médicos pueden hacer análisis de sangre y cultivos. Se puede analizar la sangre para detectar anticuerpos o antígenos frente a un virus. (Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para ayudar al organismo a defenderse de un ataque concreto. Los antígenos son proteínas ubicadas sobre los virus o en su interior que desencadenan las defensas del organismo.) Un cultivo consiste en hacer crecer en el laboratorio los microorganismos obtenidos de muestras de sangre, líquidos corporales u otro material tomado de un área infectada hasta que su número es suficiente para identificarlos.
La técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) puede utilizarse para hacer muchas copias del material genético del virus. Estas técnicas facilitan a los médicos la identificación del virus de forma rápida y precisa.
A veces, las pruebas se realizan rápido, por ejemplo cuando la infección representa una grave amenaza para la salud pública o cuando los síntomas son graves.
Puede examinarse una muestra de sangre u otros tejidos con un microscopio electrónico, que proporciona un gran aumento con una alta resolución.
Tratamiento
Tratamiento sintomático
A veces, ribavirina
El tratamiento de la mayoría de estas infecciones se centra en aliviar los síntomas y mantener las funciones vitales. Por ejemplo, se pueden administrar transfusiones si la hemorragia es abundante.
La ribavirina, un fármaco antivírico, se puede utilizar para tratar la fiebre hemorrágica, como puede ocurrir en la fiebre de Lassa.
Prevención
La existencia de tantos arbovirus diferentes hace a menudo que resulte más fácil y más barato controlar las infecciones por arbovirus controlando a su vez los artrópodos que las transmiten y previniendo la exposición al virus (incluida la prevención de picaduras de mosquitos y garrapatas) que desarrollar vacunas específicas o tratamientos farmacológicos.
El control de los mosquitos es difícil, pero se están desarrollando y probando nuevos sistemas. Además del uso de pesticidas químicos, los científicos están modificando genéticamente los mosquitos, liberando mosquitos machos esterilizados al medio ambiente o infectando a los mosquitos con una bacteria que bloquea la infección por el virus en los mosquitos.
Evitar la exposición a los virus.
Las infecciones transmitidas por mosquitos o garrapatas a menudo se pueden prevenir mediante lo siguiente:
Reducir o limitar la infección en las poblaciones de vectores
Usar ropa que cubra la mayor parte posible del cuerpo
Emplear repelentes de insectos, como el DEET (dietiltoluamida)
Usar ropa que ha sido impregnada con el insecticida permetrina
Evitar la exposición al mosquito o a la garrapata tanto como sea posible
Por ejemplo, para ayudar a prevenir las picaduras de mosquitos, las personas pueden limitar el tiempo que pasan al aire libre en áreas húmedas.
Para las garrapatas, lo siguiente puede ser beneficioso:
Permanecer en caminos y senderos
Introducir los bajos de los pantalones en las botas o calcetines
Vestir camisas de manga larga (véase la barra lateral Prevención de las picaduras de garrapatas)
Las infecciones que se transmiten por ratones u otros roedores suelen ser consecuencia de la exposición a la orina, las heces u otro líquido corporal que contiene el virus. Dicha exposición se puede prevenir teniendo en cuenta lo siguiente:
Antes de limpiar, ventile los espacios cerrados donde han estado los ratones.
Antes de barrer o limpiar, humedezca las superficies con una solución que contenga lejía al 10%.
Evite levantar el polvo.
Selle los agujeros por donde podrían entrar los roedores en los hogares.
Guarde los alimentos en recipientes a prueba de roedores.
Elimine los lugares del hogar donde pueda haber nidos.
La prevención de la exposición al virus del Ébola o de Marburgo requiere una cuarentena estricta de las personas infectadas y el uso de medidas de aislamiento, ya que estos virus se transmiten fácilmente de persona a persona.
Vacunación
Para estos virus, las únicas vacunas eficaces actualmente disponibles de forma generalizada, incluyendo Estados Unidos, son las vacunas para el virus del Ébola, el virus de la fiebre amarilla, el virus de la encefalitis japonesa, la encefalitis transmitida por garrapatas y el virus chikungunya. Las vacunas para el dengue están disponibles en varios países, pero son eficaces hasta cierto punto y se administran solo a personas que han sufrido una infección previa por dengue. Se espera que pronto esté disponible una nueva vacuna.