Fiebre de Lassa y fiebres hemorrágicas sudamericanas

PorThomas M. Yuill, PhD, University of Wisconsin-Madison
Revisado/Modificado jun 2023
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La fiebre de Lassa y las fiebres hemorrágicas sudamericanas causadas por arenavirus son infecciones víricas que provocan sangrado (hemorragia) y mal funcionamiento de los órganos. Suelen causar la muerte.

  • Estas infecciones son transmitidas por los roedores, por lo general cuando la persona ingiere alimentos contaminados.

  • Los síntomas incluyen fiebre, dolores musculares y corporales, cefalea, náuseas, vómitos, tos, dolor de garganta, así como hemorragia por la boca, la nariz o en órganos internos.

  • Para confirmar el diagnóstico, los médicos realizan análisis de sangre y de orina.

  • El tratamiento incluye la administración de líquidos y otras medidas para mantener las funciones corporales.

La fiebre de Lassa se ha producido en Nigeria, Liberia, Guinea, Togo, Benin, Gana y Sierra Leona. Las fiebres hemorrágicas sudamericanas por arenavirus se producen en Bolivia, Argentina, Venezuela y Brasil.

Estas infecciones, causadas por arenavirus, son transmitidas por roedores, su orina o sus excrementos, a los seres humanos cuando ingieren comida contaminada. Pueden contagiarse de persona a persona mediante contacto con líquidos corporales (como saliva, orina, heces o sangre).

Síntomas

Los síntomas de la fiebre de Lassa y de las fiebres hemorrágicas sudamericanas por arenavirus suelen comenzar entre 5 y 16 días después de la exposición al virus. Estas infecciones causan fiebre, malestar general, debilidad, dolor difuso en el cuerpo, diarrea y vómitos. Durante los siguientes 4 a 5 días se pueden aparecer dolor torácico, dolor de garganta, tos y vómitos. Alrededor del 80% de los casos de fiebre de Lassa son leves y a menudo no se diagnostican. Pero los síntomas son graves en aproximadamente el 20% de casos.

Si es grave, la fiebre de Lassa puede producir hinchazón de la cara y el cuello, acumulación de líquido en los pulmones, hemorragia por la boca, la nariz, la vagina o el tubo digestivo y presión arterial baja (véase Organización Mundial de la Salud [OMS]: Lassa fever [fiebre de Lassa]). Cerca del 20-30% de las personas con fiebre de Lassa pierden la capacidad auditiva. La pérdida puede ser permanente.

La hemorragia por la boca, la nariz, el estómago y el tracto intestinal es frecuente en las fiebres hemorrágicas de América del Sur. La hemorragia patente es menos frecuente en la fiebre de Lassa. Pero a veces se produce sangrado por heridas punzantes, de las encías o de la nariz, y bajo la piel (pueden observarse pequeñas manchas de color púrpura) Cuando se produce la muerte, por lo general es como consecuencia del choque (shock) causado por una pérdida generalizada de líquido de los vasos sanguíneos.

Por lo general, la recuperación o la muerte suelen ocurrir entre 7 y 31 días después del inicio de los síntomas. Alrededor del 15 al 20% de las personas hospitalizadas por fiebre de Lassa grave mueren a causa de la enfermedad (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés: Lassa Fever Signs and Symptoms [Fiebre de Lassa: signos y síntomas]).

La enfermedad es grave durante el embarazo, en especial durante el tercer trimestre. La mayoría de las mujeres embarazadas infectadas pierden el feto (CDC: Lassa Fever Signs and Symptoms [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC por sus siglas en inglés: Fiebre de Lassa Signos y Síntomas]).

Diagnóstico

  • Análisis de sangre

Estas infecciones se sospechan cuando las personas que puedan haber estado expuestas al virus presentan síntomas característicos. El diagnóstico de fiebre de Lassa o de fiebre hemorrágica sudamericana se confirma mediante análisis de sangre para identificar el virus o los anticuerpos contra este.

Tratamiento

  • Tratamiento de apoyo, incluyendo administración de líquidos

  • Ribavirina

El tratamiento consiste en medidas de soporte, que incluyen la administración de líquidos y electrólitos si es necesario.

La ribavirina, un fármaco antivírico, no cura la fiebre de Lassa, pero reduce el riesgo de muerte. También puede ser beneficiosa en personas con fiebre hemorrágica sudamericana.

Prevención

Es necesario un aislamiento estricto para prevenir la propagación a los trabajadores sanitarios y a los familiares de la persona afectada. Los profesionales de la salud corren un riesgo significativo de infectarse cuando tratan a pacientes hospitalizados con fiebre de Lassa y deben usar equipo de protección personal. Poner en cuarentena a las personas con síntomas de la infección (fiebre y hemorragia) durante un brote ha demostrado ser un medio eficaz para controlar los brotes de estas infecciones. Se toman precauciones para prevenir la propagación a través del aire.

No existe ninguna vacuna disponible para la fiebre de Lassa. Una vacuna experimental es eficaz contra la fiebre hemorrágica argentina, una fiebre hemorrágica sudamericana causada por el virus Junín.

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