Los patógenos protozoarios intestinales más importantes son
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Cryptosporidium species (véase Cryptosporidiosis)
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Cyclospora cayetanensis (véase Ciclosporiasis)
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Cystoisospora (Isospora) belli (véase Cistoosporiasis)
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Entamoeba histolytica (véase Amebiasis)
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Giardia duodenalis (antes conocido como G lamblia, G intestinalis—véase Giardiasis)
Los miembros del phylum Microsporidia solían clasificarse como protozoos, pero ahora, basándose en estudios de DNA, se cree que son hongos o están estrechamente relacionados con ellos.
Pueden hallarse numerosos parásitos comensales patógenos y no patógenos en el intestino simultáneamente.
Los protozoos intestinales se diseminan por vía fecal-oral, de manera que las infecciones son más frecuentes en áreas con condiciones sanitarias inadecuadas y escaso tratamiento del agua. También se encuentran con frecuencia en los Estados Unidos, en situaciones donde prevalecen la incontinencia fecal y la higiene inadecuada, como puede ocurrir en instituciones mentales y en guarderías. A veces aparecen brotes importantes de infecciones intestinales por protozoos transmitidas a través de los alimentos y el agua en los Estados Unidos (p. ej., el brote multiestatal de infección por Cyclospora cayetanensis atribuido a bandejas con vegetales frescos contaminados en 2018 y el brote masivo de Cryptosporidium transmitido por el agua en Milwaukee en 1993). Algunos protozoos se transmiten por vía sexual, en especial cuando se practica el contacto bucoanal, y varias especies de protozoos causan infecciones oportunistas graves en pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
Las enfermedades protozoarias sistémicas se analizan en otro apartado e incluyen malaria, babesiosis, toxoplasmosis, leishmaniasis, enfermedad de Chagas, y tripanosomiasis.
Diagnóstico
Resulta difícil arribar al diagnóstico sólo por los síntomas y los hallazgos en el examen físico; está indicada la evaluación de las heces en busca de antígenos del parásito o DNA y un examen microscópico para detectar quistes u microorganismos.
Se han diseñado estudios para detectar antígenos fecales sensibles y específicos para
El diagnóstico microscópico puede requerir varias muestras, métodos de concentración y tinciones especiales, por lo cual es importante informarle al laboratorio el patógeno sospechado. Algunos pacientes requieren técnicas de diagnóstico semiinvasivas, como la biopsia por vía endoscópica (véase tabla Recolección y manipulación de las muestras para el diagnóstico microscópico de las infecciones parasitarias).
El diagnóstico molecular con ensayos basados en PCR (polymerase chain reaction) está disponible para muchos protozoos entéricos.