Generalidades sobre el sistema linfático

PorJames D. Douketis, MD, McMaster University
Revisado/Modificado jun. 2022
Vista para pacientes

    El plasma, junto con algunos glóbulos blancos, se moviliza sistemáticamente fuera de los capilares hacia el espacio intersticial. La mayor parte del líquido y sus componentes es incorporada por las células tisulares o reabsorbida en el árbol vascular, dependiendo del equilibrio entre las presiones hidrostáticas y oncótica. Sin embargo, parte del líquido, junto con ciertas células y detritos celulares (p. ej., de la respuesta inmune a la infección local, cáncer, inflamación) entra en el sistema linfático.

    Al igual que el sistema venoso, el sistema linfático consiste en una multitud de vasos de pared delgada que trasportan líquido a través del cuerpo. Los vasos linfáticos pequeños desembocan en vasos más grandes que finalmente desembocan en el sistema venoso central a través del conducto torácico o el conducto linfático derecho. La mayoría de los vasos linfáticos tienen válvulas, similares a las de las venas, que mantienen el flujo de la linfa en una dirección (hacia el corazón). A diferencia del sistema venoso, en el que el líquido (sangre) es bombeado por el corazón, la linfa es propulsada por la presión generada durante la contracción muscular.

    Antes de entrar en el sistema venoso central, la linfa pasa a través de los ganglios linfáticos, los cuales filtran el material celular, incluyendo las células cancerosas y las partículas extrañas. Los ganglios linfáticos son también participantes clave en el sistema inmunológico, ya que están llenos de linfocitos, macrófagos y células dendríticas que están preparados para responder a cualquier antígeno transportado desde los tejidos en la linfa.

    Los ganglios linfáticos se clasifican como superficiales o profundos. Los linfáticos superficiales están justo debajo de la piel; están presentes en todo el cuerpo, pero hay grupos particulares presentes en el cuello, las axilas y la ingle. Los ganglios linfáticos profundos son los situados en la cavidad abdominal o torácica.

    Trastornos del sistema linfático

    Los trastornos del sistema linfático comprenden uno o más de los siguientes:

    • Obstrucción

    • Infección o inflamación

    • Cáncer

    La obstrucción conduce a la acumulación de líquido linfático en los tejidos (linfedema) y en general es secundario a cirugía, radioterapia, lesión o, en los países tropicales, filariasis linfática. Rara vez la causa es una enfermedad congénita (véase Linfedemas primarios).

    La infección puede causar el agrandamiento reactivo de los ganglios linfáticos (adenopatía) o los mismos ganglios pueden llegar a infectarse (causa de linfadenitis) por organismos que se propagan a través del sistema linfático desde el sitio primario de la infección.

    Varios cánceres pueden hacer metástasis a los ganglios linfáticos locales o regionales. En raras ocasiones, un cáncer primario (p. ej., linfangiosarcoma) se desarrolla en el sistema linfático.

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