Rubéola

(Sarampión alemán, sarampión de los 3 días, alfombrilla)

PorBrenda L. Tesini, MD, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Revisado/Modificado may. 2023
Vista para pacientes

(Véase Rubéola congénita.)

La rubéola es una infección viral que puede causar adenopatías, exantema y, en ocasiones, síntomas generales que en general son leves y breves. La infección al principio del embarazo puede provocar abortos espontáneos, muertes fetales intrauterinas o defectos congénitos. El diagnóstico suele ser clínico. Los casos deben informarse a las autoridades sanitarias. El tratamiento suele ser innecesario. La vacunación resulta eficaz para la prevención.

La rubéola es una infección por un virus RNA que se disemina a través de gotas respiratorias entre contactos cercanos o del aire. Los pacientes pueden transmitir la infección desde 7 días antes hasta 15 días después de la aparición del exantema; el período de máximo riesgo es desde algunos días antes de la aparición del exantema hasta 7 días después de su inicio. Algunos pacientes son asintomáticos, pero pueden transmitir el virus. Los niños con infección congénita pueden transmitir la rubéola durante muchos meses después del nacimiento.

La rubéola es menos contagiosa que el sarampión. La inmunidad parece ser permanente tras la infección natural. No obstante, en poblaciones no vacunadas, entre el 10 y el 15% de los adultos jóvenes no experimentó la infección durante la infancia y es susceptible.

En la actualidad, la incidencia en los Estados Unidos es extremadamente bajo debido a la vacunación infantil sistemática; todos los casos desde 2004 han sido importados.

Signos y síntomas de la rubéola

Muchas infecciones son leves. Después de un período de incubación de entre 14 y 21 días, aparece una fase prodrómica de entre 1 y 5 días de duración, que suele manifestarse con fiebre, malestar general, conjuntivitis y adenopatías en los adultos, pero que puede ser mínima o estar ausente en los niños.

La hinchazón dolorsa de los ganglios linfáticos suboccipitales, retroauriculares y cervicales posteriores es característica.

Al principio del cuadro, se observa un enrojecimiento de la faringe.

El exantema que se desarrolla más adelante es similar a la del sarampión, pero es menos extenso y más evanescente; a menudo es el primer signo en los niños. El exantema comienza en la cara y el cuello y se disemina rápidamente al tronco y los miembros. En un principio, puede aparecer un eritema maculoso que palidece a la compresión, en particular en la cara. Durante el segundo día, el exantema suele tornarse más escarlatiniforme (puntiforme) y se asocia con eritema. A continuación, se forman petequias en el paladar blando (manchas de Forchheimer), que más adelante coalescen en una mácula rojiza. El exantema dura entre 3 y 5 días.

Rubéola (distribución de la erupción)
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La erupción de la rubéola tiene una distribución similar a la del sarampión, pero su color rojo es menos intenso y las manchas son más confluentes.
Imagen cortesía de la Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.

En los niños no se identifican síntomas generales o son leves, con malestar general y ocasionales artralgias.

Los adultos suelen presentar pocos o ningún síntoma constitucional, aunque en ocasiones desarrollan fiebre, malestar general, rigidez articular, artritis transitoria y rinitis leve. La fiebre característica desaparece al segundo día tras la aparición del exantema.

En brotes epidémicos grandes en cuarteles militares, se informaron casos inusuales de encefalitis. La resolución completa es típica, pero la encefalitis puede ser mortal.

En raras ocasiones, aparece púrpura trombocitopénica y otitis media.

Diagnóstico de la rubéola

  • Anamnesis y examen físico

  • Pruebas serológicas

La rubéola se sospecha en pacientes con adenopatías características y exantema.

Deben pedirse pruebas de laboratorio para el diagnóstico en mujeres embarazadas, pacientes con encefalitis y recién nacidos. Asimismo, se aconseja la evaluación con pruebas de laboratorio en todos los casos en los que se sospeche rubéola con fines estadísticos. Un aumento 4 veces en los títulos de anticuerpos entre la fase aguda y la de convalecencia (4 a 8 semanas) confirma el diagnóstico, de la misma manera que el hallazgo de anticuerpos IgM contra rubéola.

La detección de RNA viral por PCR (polymerase chain reaction) de transcripción inversa de muestras de la garganta, nasales o de orina también se puede hacer para confirmar el diagnóstico; el análisis del genotipo es útil en las investigaciones epidemiológicas.

El diagnóstico diferencial debe realizarse con sarampión, escarlatina, sífilis secundaria, exantemas farmacológicos, eritema infeccioso y mononucleosis infecciosa, además de con las infecciones por echovirus y coxsackievirus (véase tabla Algunos virus respiratorios). Las infecciones por enterovirus y parvovirus B19 (eritema infeccioso) pueden ser indistinguibles en la evaluación clínica.

Algunas de estas entidades pueden distinguirse de la rubéola por las siguientes características:

  • Sarampión: la rubéola se diferencia del sarampión por su exantema más leve y evanescente, sus síntomas sistémicos menos graves y más breves y por la ausencia de manchas de Koplik, fotofobia y tos.

  • Escarlatina: durante el día siguiente a la manifestación de la enfermedad, la escarlatina suele provocar síntomas generales más graves y faringitis, lo que la diferencia de la rubéola.

  • Sífilis secundaria: en la sífilis secundaria, la adenopatía no es dolorosa y el exantema suele ser prominente en las palmas y las plantas. Asimismo, la sífilis puede confirmarse fácilmente con pruebas de laboratorio.

  • Mononucleosis infecciosa: la mononucleosis infecciosa puede diferenciarse porque se asocia con una forma más grave de faringitis, malestar general más prolongado y linfocitosis atípica y con el hallazgo de anticuerpos contra el virus Epstein-Barr.

Tratamiento de la rubéola

  • Tratamiento de sostén

El tratamiento de la rubéola es sintomático.

No existe un tratamiento específico para la encefalitis.

Prevención de la rubéola

La vacunación con una vacuna contra virus vivos atenuados que contiene sarampión, parotiditis y rubéola (MMR) (véase también Cronograma de vacunación infantil) se administra en forma sistemática a niños de la mayoría de los países que cuentan con un sistema de salud sólido.

Se recomiendan dos dosis:

  • La primera dosis a los 12 a 15 meses

  • La segunda dosis a los 4 años a 6 años

Los lactantes inmunizados cuando tenían < 1 año aún requieren 2 dosis adicionales administradas después del primer cumpleaños.

La vacuna MMR generalmente proporciona inmunidad duradera (1). La eficacia de la vacuna MMR para prevenir la rubéola en niños fue del 93 al 97% después de una dosis y del 100% después de dos dosis, según estudios observacionales (2).

Para prevenir la rubéola congénita, las pacientes no vacunadas que podrían quedar embarazadas deben recibir una dosis de la vacuna MMR y luego esperar 4 semanas antes de intentar concebir. Para los pacientes vacunados durante la infancia, muchos médicos realizan pruebas serológicas de IgG contra la rubéola preconcepcionales para confirmar la inmunidad, porque algunas personas no desarrollan inmunidad después de la vacunación inicial. Una vez confirmada la inmunidad contra la rubéola, las pacientes no necesitan ser evaluadas nuevamente antes de embarazos subsiguientes.

La vacuna causa una infección leve o inaparente que no se contagia. Entre el 5-15% de los vacunados presentan fiebre > 38° C entre 5 y 12 días después de la inoculación, con aparición posterior de un exantema. Las reacciones del sistema nervioso central son extremadamente raras. La vacuna MMR no causa autismo.

MMR es una vacuna a virus vivo y está contraindicada durante el embarazo.

Véase Vacuna MMR para más información, incluyendo indicaciones, contraindicaciones y precauciones, dosificación y administración y efectos adversos.

Referencias de la prevención

  1. 1. McLean HQ, Fiebelkorn AP, Temte JL, Wallace GS; Centers for Disease Control and Prevention: Prevention of measles, rubella, congenital rubella syndrome, and mumps, 2013: Summary recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep 62(RR-04):1–34, 2013.

  2. 2. Di Pietrantonj C, Rivetti A, Marchione P, et al: Vaccines for measles, mumps, rubella, and varicella in children. Cochrane Database Syst Rev 4(4):CD004407, 2020. doi: 10.1002/14651858.CD004407.pub4

Conceptos clave

  • La rubéola provoca una erupción escarlatiniforme y con frecuencia febrícula, malestar general, conjuntivitis y linfadenopatía (característicamente afecta los ganglios linfáticos suboccipitales, retroauriculares y cervicales posteriores).

  • La mayoría de los casos son leves y las complicaciones son pocas a excepción de casos raros de encefalitis y el riesgo durante el embarazo temprano que la infección puede causar aborto espontáneo, muerte fetal o defectos congénitos.

  • Se aconseja firmemente la evaluación con pruebas de laboratorio en todos los casos en los que se sospeche rubéola con fines estadísticos; pueden realizarse pruebas serológicas o PCR (polymerase chain reaction).

  • Se realizan pruebas de cribado en las mujeres en edad reproductiva para identificar anticuerpos contra la rubéola e indicar la vacunación de aquellas susceptibles, siempre que se evite la concepción durante ≥ 28 días.

  • La vacunación está contraindicada durante el embarazo.

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