Mareo y vértigo

PorDavid M. Kaylie, MS, MD, Duke University Medical Center
Revisado/Modificado dic. 2022
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El mareo es un término popular inexacto que se utiliza con frecuencia para describir diversas sensaciones relacionadas con

  • Desvanecimiento (sentirse a punto de desmayarse)

  • Mareo leve

  • Desequilibrio (sensación de falta de equilibrio o inestabilidad)

  • Sensación vaga de estar «colocado» o «flotando»

  • Vértigo (sensación de movimiento cuando no hay movimiento real)

El vértigo es un tipo de mareo que provoca una sensación de movimiento cuando en realidad, no existe ningún movimiento real. La persona afectada suele sentir que ella misma, su entorno o ambos están girando. El vértigo es una sensación similar a la producida por el juego infantil de girar sobre sí mismo, parando luego súbitamente para percibir que lo que se mueve es el entorno. En ocasiones, la persona afectada presenta la sensación de estar siendo arrastrado hacia un lado. El vértigo no es un diagnóstico como tal. Es una descripción de una sensación.

Las personas que sienten mareos también pueden tener náuseas y vómitos, desequilibrio, y/o dificultad para caminar. Algunos presentan un movimiento de sacudida rítmica de los ojos (nistagmo) durante los episodios de vértigo.

Se utilizan a menudo los términos mareos y vértigo de manera diferente, tal vez debido a que estas sensaciones son difíciles de describir con palabras. Además, se pueden describir las sensaciones de distinta manera en diferentes momentos. Por ejemplo, la sensación puede parecer un mareo en una ocasión y en otra ocasión un vértigo.

Independientemente de cómo se describan, estas sensaciones pueden resultar molestas e incluso incapacitantes, sobre todo cuando se acompañan de náuseas y vómitos. Estos síntomas causan problemas especiales en pacientes que realizan tareas de precisión o peligrosas, como conducir, volar o manejar maquinaria pesada.

El mareo representa alrededor del 5 al 6% de las consultas médicas. Puede aparecer a cualquier edad, pero se vuelve más frecuente a medida que se va envejeciendo. Afecta aproximadamente al 40% de los mayores de 40 años en algún momento de su vida. El mareo puede ser temporal o crónico. Cuando dura más de un mes, se considera crónico. El mareo crónico es más frecuente entre las personas de edad avanzada.

Para el mareo que se produce solo cuando el paciente se pone de pie, véase Mareos o vahídos al ponerse de pie.

¿Sabías que...?

  • La mayoría de las veces, los mareos, aunque sean incapacitantes, no se deben a un trastorno grave.

  • En las personas mayores, los mareos a menudo no tienen una causa única y evidente.

Causas de mareo y vértigo

El vértigo generalmente está causado por trastornos que afectan a partes del oído y del cerebro que intervienen en el mantenimiento del equilibrio:

  • Oído interno

  • El tronco del encéfalo y el cerebelo

  • Haces nerviosos que conectan el oído interno con el tronco del encéfalo y el cerebelo

El oído interno contiene unas estructuras (los canales semicirculares, el sáculo y el utrículo) que informan al cuerpo de su posición y del movimiento. La información se envía desde estas estructuras al cerebro a través del nervio vestíbulococlear (el 8° nervio craneal, que también interviene en la audición). Esta información se procesa en el tronco del encéfalo, que ajusta la postura, y en el cerebelo, que coordina los movimientos para lograr el equilibrio. Un trastorno en cualquiera de estas estructuras puede causar vértigo. Algunos trastornos del oído interno a veces también causan una disminución de la audición y/o zumbido en el oído (tinnitus). (Véase la figura Interior del oído)

Interior del oído

Además, cualquier trastorno que afecte al funcionamiento general del cerebro (por ejemplo, niveles bajos de azúcar en sangre, tensión arterial baja, anemia grave, o algunos fármacos) puede producir una sensación de mareo. Aunque los síntomas pueden ser molestos e incluso incapacitantes, solo un pequeño porcentaje de los casos tiene su origen en un trastorno grave.

Causas frecuentes

Aunque existe un cierto solapamiento, las causas de mareos en general se pueden dividir en aquellas con y sin vértigo.

Las causas más comunes de mareo con vértigo son las siguientes:

La migraña vestibular se reconoce cada vez más como una causa frecuente de mareo con vértigo. Este tipo de migraña ocurre con más frecuencia en pacientes con antecedentes personales o familiares de migrañas. A menudo presentan dolor de cabeza con vértigo o mareo. Algunos presentan otros síntomas de migraña, como destellos de luz, zonas ciegas momentáneas o hipersensibilidad a la luz y a los sonidos. También se puede presentar pérdida de audición, aunque no es un síntoma común.

Las causas más frecuentes de mareo sin vértigo son:

  • Efectos de un fármaco

  • Causas multifactoriales

Varios tipos de fármacos pueden causar mareos. Algunos son directamente tóxicos para los nervios de los oídos y/o los órganos del equilibrio (fármacos ototóxicos). Estos medicamentos tienden a causar mareos e incapacidad para concentrar la vista en un objeto (oscilopsia). Otros, por ejemplo los sedantes, afectan al funcionamiento global del cerebro. En los ancianos, el mareo a menudo es multifactorial, en general, por una combinación de efectos secundarios de los medicamentos y una disminución en la función sensorial relacionada con la edad.

Puede darse mareo sin vértigo cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno ni glucosa (hipoglucemia), como en los casos relacionados con trastornos no neurológicos, incluyendo trastornos cardíacos y pulmonares o anemia grave.

Las personas con trastorno de angustia, dificultad respiratoria, ansiedad o depresión pueden experimentar mareos.

Muy a menudo, no se encuentra ninguna causa en particular, y los síntomas desaparecen sin tratamiento.

Causas menos frecuentes

Las causas menos frecuentes de mareo incluyen un tumor del nervio vestibulococlear (schwannoma vestibular); un tumor, un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio (AIT) que afectan al tronco del encéfalo; una lesión en el tímpano, el oído interno o la base del cráneo; esclerosis múltiple; y embarazo.

Evaluación del mareo y vértigo

La siguiente información puede ayudar a las personas con mareos a decidir si es necesaria la evaluación por un médico y a saber qué esperar durante la evaluación.

Signos de alarma

En pacientes con mareos, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Dolor de cabeza (cefaleas)

  • Dolor cervical

  • Dificultad para caminar

  • Pérdida de conocimiento (desmayos)

  • Otros síntomas neurológicos (por ejemplo, problemas para oír, ver, hablar o tragar, o dificultad para mover un brazo o una pierna)

Cuándo acudir al médico

Los pacientes con signos de alarma, aquellos cuyos síntomas son graves o que han sido continuos durante más de una hora, y los que presentan vómitos deben acudir a un hospital de inmediato. Otros deben consultar con su médico tan pronto como sea posible. Los pacientes con un episodio único, leve y breve (menos de 1 minuto), sin otros síntomas pueden optar por esperar y ver si presentan algún otro episodio.

Actuación del médico

En las personas con mareos, en primer lugar el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa de los mareos y las pruebas que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas y características del mareo).

Además de los signos de alarma, el médico pregunta sobre algunas características importantes tales como: la intensidad de los síntomas (si el paciente ha sufrido una caída o ha faltado al trabajo), la presencia de vómitos y/o zumbido de oídos, si los síntomas van y vienen o han sido continuos, y los posibles factores desencadenantes de los síntomas (por ejemplo, al modificar la posición de la cabeza o al tomar un nuevo medicamento).

Durante la exploración clínica, la exploración de los oídos, los ojos y la exploración neurológica son particularmente importantes. Se comprueba la audición y se exploran ambos oídos para detectar anomalías del conducto auditivo y del tímpano. Se exploran los ojos para detectar la presencia de movimientos anormales como el nistagmo.

La pérdida de la audición o el zumbido en los oídos (tinnitus) puede sugerir la presencia de un trastorno del oído interno.

El nistagmo sugiere un trastorno que afecta al oído interno o a varias conexiones nerviosas en el tronco del encéfalo. En el nistagmo, los ojos se mueven rápida y repetidamente en una dirección, para luego volver lentamente a su posición de partida. El médico intenta deliberadamente provocar el nistagmo, si es que el paciente no lo presenta de forma espontánea, dado que la dirección del movimiento y el tiempo que dura el nistagmo ayuda a diagnosticar la causa del vértigo. Para desencadenar un nistagmo, en primer lugar se solicita al paciente que se acueste boca arriba y, a continuación, se le rueda suavemente de lado a lado mientras se observan sus ojos. En ocasiones, se colocan al paciente unas lentes gruesas, denominadas lentes de Frenzel, que impiden que el paciente fije su mirada. El médico puede ver fácilmente los ojos del paciente a través de las lentes de magnificación, pero la visión del paciente queda desenfocada, por lo que no puede fijar la mirada sobre ningún punto (la fijación de la mirada hace que sea más difícil provocar el nistagmo). Durante las maniobras utilizadas para provocar el nistagmo, se pueden registrar los movimientos oculares con unos electrodos (sensores que se adhieren a la piel) colocados alrededor de cada ojo (electronistagmografía) o mediante una videocámara conectada a las lentes de Frenzel (videoelectronistagmografía). Si no se produce un nistagmo al girar al paciente, el médico intenta otras maniobras. Estas incluyen poner agua fría en el conducto auditivo externo (prueba calórica) y modificar bruscamente la posición de la cabeza del paciente (maniobra de Dix-Hallpike).  

También se lleva a cabo una exploración neurológica completa, prestando especial atención a las pruebas de marcha, al equilibrio y a la coordinación.

Tabla

Pruebas complementarias

La necesidad de pruebas en personas con mareos o vértigo depende de los antecedentes clínicos y la exploración física, en particular, si existen signos de alarma.

En los pacientes con una crisis repentina de mareo que aún continúa, se suele aplicar un sensor de oxígeno en el dedo y se mide la glucosa en sangre a partir de una gota de sangre extraída de la yema del dedo. Algunas mujeres se hacen una prueba de embarazo.

Los pacientes con signos de alarma suelen requerir una resonancia magnética nuclear (RMN) con gadolinio, al igual que los pacientes sin signos de alarma pero con síntomas de larga evolución.

Se pueden realizar distintas pruebas para evaluar el equilibrio y la marcha, como por ejemplo, la prueba de Romberg. Otra prueba de equilibrio consiste en pedir al paciente que camine en línea recta con un pie detrás del otro. Si la exploración muestra una posible pérdida auditiva, se suele solicitar un examen auditivo formal (audiograma).

A veces se realizan pruebas vestibulares detalladas. Estas pruebas incluyen una videoelectronistagmografía (grabación computarizada y análisis de movimientos oculares anormales), una prueba del sillón rotatorio (observación de movimientos oculares anormales mientras el paciente está sentado en un sillón que gira) y los potenciales miogénicos vestibulares evocados. Estas pruebas las realiza normalmente el facultativo especializado en el tratamiento de las enfermedades del oído (otorrinolaringólogo).

Para evaluar la función cardíaca también es de utilidad una electrocardiografía (ECG), la monitorización en busca de alteraciones del ritmo cardíaco mediante un Holter, una ecocardiografía y una prueba de esfuerzo. Para los mareos que se producen solo cuando el paciente se incorpora, se pueden necesitar exploraciones específicas.

Tratamiento del mareo y vértigo

Siempre que sea posible se trata la causa del mareo. El tratamiento consiste en interrumpir o reducir la dosis de cualquier medicamento causal o cambiar a un fármaco alternativo.

Las náuseas y los vómitos se pueden tratar con fármacos como meclizina o prometazina.

El vértigo causado por trastornos del oído interno, como la enfermedad de Ménière, la laberintitis, el vértigo asociada a la migraña o la neuronitis vestibular, a menudo puede aliviarse con fármacos antihistamínicos, como la meclizina, o con fármacos benzodiazepínicos, como el diazepam o el lorazepam.

El vértigo en personas con vértigo postural paroxístico benigno se trata mediante la maniobra de Epley (una maniobra de la cabeza en la que se da una especie de voltereta) realizada por un profesional sanitario experimentado. A veces, las personas aprenden a realizar esta maniobra en casa para ayudar a aliviar los síntomas si reaparecen.

La enfermedad de Meniere debe ser tratada preferiblemente por parte de un otorrinolaringólogo con capacitación en el manejo de este trastorno crónico, pero el tratamiento inicial consiste en una dieta baja en sal y un diurético ("pastilla para orinar"), que puede no ser eficaz para todas las personas con el trastorno.

En las personas con vértigo que cursa con migrañas, se trata la migraña.

Si el vértigo persiste durante mucho tiempo, algunos pacientes se benefician de la fisioterapia para ayudar a sobrellevar la alteración del equilibrio. Se pueden recomendar estrategias como

  • Evitar movimientos que pueden provocar mareos, como mirar hacia arriba o agacharse

  • Guardar los objetos a una altura que sea fácilmente accesible

  • Levantarse lentamente después de estar sentado o acostado

  • Apretar las manos y flexionar los pies antes de ponerse en pie

  • Aprender ejercicios que combinen los movimientos de los ojos, la cabeza y el cuerpo para ayudar a prevenir el mareo

  • Realizar fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos y mantener la marcha independiente el mayor tiempo posible

  • Realizar terapia de rehabilitación vestibular (una forma especial de fisioterapia que se dirige a los síntomas de la disfunción vestibular periférica y central)

Aspectos esenciales para las personas mayores

Con la edad, muchos factores hacen que los mareos y el vértigo sean más frecuentes. Los órganos que intervienen en el equilibrio, en particular las estructuras del oído interno, funcionan de una forma menos eficaz. Es más difícil ver con poca luz. Los mecanismos del organismo que controlan la tensión arterial responden más lentamente (por ejemplo, al ponerse de pie). Las personas mayores son más propensas a tener que utilizar medicamentos que pueden causar mareos.

Aunque los mareos y el vértigo son desagradables a cualquier edad, ocasionan problemas especiales en personas mayores. Las personas frágiles tienen un riesgo mucho mayor de caerse y de sufrir lesiones graves cuando están mareadas. Incluso aunque no caigan, su temor a sufrir caídas a menudo afecta significativamente su capacidad para realizar las actividades diarias.

Los medicamentos que ayudan a aliviar el vértigo pueden hacer que los pacientes estén adormilados. Este efecto es más común y a veces más intenso en personas de edad avanzada.

Las personas mayores con mareos o vértigo pueden beneficiarse, incluso más que las personas más jóvenes, de la fisioterapia y de los ejercicios de fortalecimiento muscular como ayuda para mantener su independencia. Los fisioterapeutas también pueden proporcionar información importante a las personas mayores o con discapacidad para ayudar a prevenir las caídas.

Conceptos clave

  • Los mareos y los vértigos suelen ser consecuencia de trastornos que afectan al oído interno o a las partes del cerebro involucradas en el equilibrio o ser la consecuencia del uso de ciertos medicamentos.

  • Los síntomas pueden incluir debilidad, pérdida de equilibrio, vértigo, sensaciones de mareo o de estar flotando (difíciles de describir), o una combinación de estos.

  • El dolor de cabeza intenso y cualquier signo de disfunción neurológica (como dificultad para caminar, hablar, ver, articular o deglutir) son signos de alarma, pero incluso síntomas vagos pueden ser consecuencia de una enfermedad grave.

  • Los pacientes con signos de alarma deben ver a un médico de inmediato y, con frecuencia, necesitan pruebas.

  • A menudo, los fármacos como meclizina o diazepam ayudan a aliviar el vértigo. Proclorperazina puede ser útil para aliviar las náuseas.

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