Vértigo posicional paroxístico benigno

(Vértigo postural benigno; vértigo posicional benigno)

PorMickie Hamiter, MD, New York Presbyterian Columbia
Revisado/Modificado may 2023
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Datos clave

El vértigo posicional paroxístico benigno es un trastorno frecuente que ocasiona breves episodios de vértigo (falsa sensación de movimiento o de rotación) en respuesta a los cambios de posición de la cabeza que estimulan el canal semicircular posterior del oído interno.

  • Al mover la cabeza, se experimenta una breve (por lo general de menos de un minuto) sensación de que uno mismo o todo lo que le rodea se está moviendo o girando.

  • También pueden sufrirse náuseas y vómitos, y movimientos oculares anómalos.

  • El médico basa el diagnóstico en los síntomas y las situaciones en que se producen, además de la exploración clínica.

  • La maniobra de Epley, realizada una o dos veces, alivia los síntomas en la mayoría de las personas.

Las personas con vértigo tienen la sensación (que no se corresponde con la realidad) de que uno mismo, el entorno o ambos se están moviendo o girando. La mayoría de las personas describen esta sensación desagradable como "mareos", aunque la palabra "mareo" también suele utilizarse para otras sensaciones, tales como la sensación de aturdimiento. Vértigo "posicional" significa que el vértigo se produce cuando las personas cambian de posición; por ejemplo, al tumbarse en la cama o al girar la cabeza. "Benigno" significa que el trastorno no es peligroso.

El vértigo posicional paroxístico benigno afecta cada vez a más personas a medida que envejecen, y puede perjudicar gravemente el equilibrio en personas de edad avanzada, lo que puede provocar caídas y posibles lesiones. A veces, el vértigo posicional paroxístico benigno se produce después de un traumatismo craneoencefálico.

(Véase también Introducción al oído interno.)

Causas del vértigo posicional paroxístico benigno

La mayoría de los episodios de vértigo posicional paroxístico benigno se desencadenan por un cambio en la posición de la cabeza, por lo general al girar la cabeza sobre la almohada después de despertar o al inclinar la cabeza hacia atrás para alcanzar un estante alto. El vértigo posicional paroxístico benigno suele desarrollarse cuando las partículas de calcio (otoconia) que normalmente se encuentran incrustadas en una parte del oído interno (el utrículo y el sáculo) se desplazan hacia otra zona del oído interno (habitualmente el canal semicircular posterior).

El oído interno contiene tres canales semicirculares que contribuyen al equilibrio. De los tres canales, el canal posterior está en la mejor posición para recibir la mayoría de las partículas sueltas a través de la gravedad durante la noche. Con menor frecuencia, las partículas se mueven hacia los otros dos canales. A medida que las partículas se acumulan, se va formando un lodo calcáreo que amplifica el movimiento del líquido en el canal cuando la cabeza cambia de posición. El resultado es una sobreestimulación de los receptores nerviosos (células ciliadas) en el interior del canal posterior, lo que crea una sensación de movimiento o de giro que no corresponde a la realidad.

Interior del oído

Algunas partículas se desplazan del utrículo y del sáculo por efecto de la edad. O bien el desplazamiento puede estar causado por

  • Otitis

  • Lesión en la cabeza o en el oído

  • Reposo prolongado en cama

  • Cirugía de oído

Algunas personas con síntomas de vértigo posicional paroxístico benigno sufren otros trastornos, como otros trastornos del oído interno (como la enfermedad de Ménière), obstrucción de una arteria del oído interno y un tumor del sistema nervioso central.

Síntomas del vértigo posicional paroxístico benigno

Los síntomas del vértigo posicional paroxístico benigno son

  • Episodios breves de vértigo, en los que la persona afectada siente como si ella o su entorno se estuvieran moviendo o girando

  • Náuseas y/o vómitos

El vértigo posicional benigno puede llegar a asustar y a ser desagradable, pero suele ser inofensivo y desaparece por sí solo o mediante maniobras sencillas.

Se desencadena al mover la cabeza, como por ejemplo al girarse en la cama o agacharse para recoger algo. Cada episodio de vértigo dura solo entre unos pocos segundos y unos cuantos minutos. Pueden sufrirse muchos episodios en el transcurso de unos pocos días o semanas, y pasado este tiempo los episodios van desapareciendo por sí solos. El vértigo puede acompañarse de náuseas, vómitos y un tipo específico de movimiento ocular en el que los ojos se mueven rápidamente en una determinada dirección alternando con un lento retorno a su posición original (lo que se denomina nistagmo). No se produce pérdida de audición ni ruido en los oídos (acúfenos).

A pesar de que los síntomas no son peligrosos, pueden darse caídas u otros accidentes si un episodio tiene lugar mientras la persona se halla en una situación potencialmente peligrosa, como conduciendo un coche.

Diagnóstico de vértigo posicional paroxístico benigno

  • maniobra de Dix-Hallpike

  • A veces, pruebas de diagnóstico por la imagen

El diagnóstico del vértigo posicional paroxístico benigno se basa en la descripción de los síntomas y en las circunstancias en que se producen.

Por lo general, la prueba utilizada es la maniobra de Dix-Hallpike. Durante la maniobra de Dix-Hallpike

  • El paciente se sienta en la camilla con la cabeza girada 45º a la derecha.

  • A continuación se le tumba de manera que la cabeza permanece girada 45º colgando de la camilla unos 20º.

  • Existe un retraso de 5 a 10 segundos (denominado latencia) entre la aparición del vértigo y el nistagmo, aunque dicho retraso puede llegar a alcanzar los 30 segundos.

  • Los síntomas duran de 10 a 30 segundos, y posteriormente disminuyen y desaparecen (lo que se denomina fatiga).

  • Mantener la mirada fija en un punto (fijación visual) reduce o incluso anula el nistagmo, por lo que en condiciones idóneas la maniobra debería realizarse llevando puestas unas gafas de Frenzel, que imposibilitan fijar la vista en algo.

En las personas con vértigo posicional paroxístico benigno, cuando la maniobra se repite varias veces, la intensidad del vértigo y el nistagmo disminuyen (lo que se denomina habituación o fatiga). Sin embargo, en personas con vértigo provocado por algún trastorno cerebral (por ejemplo, derrame cerebral o esclerosis múltiple), que es más grave, la maniobra de Dix-Hallpike desencadena los síntomas de inmediato. El vértigo persiste mientras la cabeza se mantiene en la misma posición, y no se produce habituación al repetir la maniobra.

En algunas ocasiones, se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen (por ejemplo, resonancia magnética con gadolinio) cuando los médicos no están seguros de si el vértigo es causado por otro trastorno potencialmente peligroso.

Tratamiento del vértigo posicional paroxístico benigno

  • Maniobras de cabeza para volver a colocar las partículas en el conducto auditivo

Por lo general, el vértigo posicional paroxístico benigno es fácil de tratar. Por lo general, no se recomiendan medicamentos. Rara vez ayudan y pueden empeorar los síntomas.

Las partículas desplazadas a menudo pueden moverse hacia fuera del canal semicircular posterior, hacia una parte del oído donde no causan síntomas. Para lograrlo se requiere un movimiento con la cabeza similar a una vuelta de campana, denominada maniobra de reposicionamiento canalicular, como la maniobra de Epley. Esta maniobra reduce de inmediato el vértigo en aproximadamente el 90% de las personas. La repetición de la maniobra puede ayudar a algunas personas adicionales.

La maniobra de Epley: una cura simple para una causa frecuente de vértigo

En la maniobra de Epley, el cuerpo y la cabeza de la persona se mueven a diferentes posiciones, una tras otra. Cada posición se mantiene durante aproximadamente 30 segundos para permitir que las partículas se muevan por gravedad a una parte diferente del canal. Para comprobar si la maniobra ha funcionado, la persona afectada mueve la cabeza de la misma manera que antes causaba vértigo. Si no se produce vértigo, la maniobra ha funcionado. Después de realizar esta maniobra, la persona afectada debe permanecer en posición vertical o semi vertical durante 1 o 2 días.

En algunas personas, el vértigo reaparece. Si es así, se repite la maniobra de reposicionamiento. Si se ha aprendido a realizar esta maniobra, es posible repetirla en casa si se produce un nuevo episodio de vértigo.

También se puede enseñar a la persona afectada otra maniobra eficaz, llamada ejercicio de Brandt-Daroff, que se puede realizar en casa. La persona se sienta en posición vertical y luego se acuesta de lado, con la cabeza girada un ángulo de 45 grados. La persona permanece en esta posición durante unos 30 segundos o hasta que el vértigo desaparece y luego se sienta de nuevo en posición vertical. Se repite el mismo movimiento en el lado opuesto. Este ciclo se repite 5 veces seguidas, 3 veces al día durante unas 2 semanas o hasta que ya no se produzca vértigo cuando se realiza el ejercicio.

Aunque el canal semicircular posterior suele ser el más comúnmente afectado por el vértigo posicional paroxístico benigno, en ocasiones resulta afectado el canal lateral y entonces, para aliviar los síntomas, la persona puede rodar sobre sí misma como un tronco.

Si las maniobras de reposicionamiento no funcionan, los médicos suelen buscar otros trastornos más graves que puedan ser la causa de los síntomas y requieren otros tratamientos.

En contadas ocasiones, se requiere cirugía.

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