Algunos factores de riesgo están presentes antes de que las mujeres se queden embarazadas. Estos factores de riesgo son
Algunas características físicas (tales como la edad y el peso)
Problemas en un embarazo anterior, como la necesidad de someterse a una cesárea
Exposiciones que pueden dañar al feto
Otros problemas que aumentan el riesgo pueden desarrollarse durante el embarazo y durante el parto.
La necesidad de someterse a una intervención quirúrgica durante el embarazo (en particular una cirugía abdominal) aumenta el riesgo de un trabajo de parto prematuro y de aborto espontáneo, en especial al comienzo del embarazo. Por este motivo, la intervención se aplaza tanto como sea posible. Sin embargo, si es precisa, la cirugía debe realizarse sin demora y por lo general es razonablemente segura.
Características físicas
Las siguientes características de las mujeres afectan al riesgo durante el embarazo.
Edad
Alrededor del 13% de todos los embarazos ocurren en adolescentes. Las adolescentes presentan un mayor riesgo de sufrir:
Preeclampsia (un tipo de hipertensión arterial que se desarrolla durante el embarazo)
Las adolescentes pueden tener bebés nacidos con bajo peso (pequeños para la edad gestacional).
En parte, este mayor riesgo se debe a la menor probabilidad de que las adolescentes reciban atención médica durante el embarazo. Por ello es posible que ignoren qué actividades y comportamientos (como fumar, beber alcohol y tener relaciones sexuales sin usar condón) pueden poner en riesgo su embarazo. Muchos adolescentes fuman. También corren un mayor riesgo de contraer una infección de transmisión sexual. El uso de preservativos (condones) puede ayudar a prevenir las infecciones de transmisión sexual.
Las mujeres de 35 años o más presentan un riesgo aumentado de tener lo siguiente:
Padecer un trastorno preexistente que aumente el riesgo durante el embarazo, como la hipertensión o la diabetes
Problemas relacionados con el embarazo, como la preeclampsia, la diabetes gestacional (diabetes que se desarrolla durante el embarazo), anomalías cromosómicas en el feto y muerte fetal (muerte intrauterina)
Complicaciones durante el parto, como un parto difícil, el desprendimiento prematuro de la placenta (abruptio placentae, abrupción placentaria o ablatio placentae) o una placenta previa (placenta que está mal colocada o desplazada)
Los hijos de mujeres de 35 años o más presentan más probabilidades de tener defectos congénitos, como defectos cardíacos. un esófago estrechado (atresia esofágica), un defecto de la uretra llamado hipospadias o un defecto del cráneo llamado craneosinostosis.
A medida que las mujeres envejecen, la evaluación genética para las anomalías cromosómicas cobra una mayor importancia. Las mujeres embarazadas mayores pueden ser sometidas a una ecografía para ayudar a determinar si el feto presenta defectos congénitos.
Peso
Las mujeres muy delgadas, con un índice de masa corporal inferior a 19,8 (véase la tabla Determinación del Índice de Masa Corporal), o que pesan menos de 45 kg antes de quedarse embarazadas tienen más probabilidad de
Tener bebés pequeños con bajo peso
Las mujeres con sobrepeso (con un IMC entre 25 y 29,9 antes del embarazo) y las mujeres obesas (con un IMC superior a 30) son más propensas a presentar los problemas siguientes:
Bebés muy grandes (grande para la edad gestacional), que pueden dificultar el parto
Bebés que nacen con bajo peso (pequeños para la edad gestacional)
Bebés con malformaciones congénitas
Hipertensión gestacional (hipertensión arterial que aparece después de las 20 semanas de embarazo)
Preeclampsia (hipertensión gestacional acompañada de pérdida de proteínas por la orina)
Embarazos que duran 42 semanas o más (embarazo postérmino)
Necesidad de parto por cesárea
Los médicos alientan a las mujeres con sobrepeso y obesas a practicar ejercicio al menos 3 veces por semana durante un total de 150 minutos a la semana. Estas mujeres deben hablar con su médico acerca de qué ejercicios son apropiados para ellas. Se pueden recomendar cambios hacia una dieta más saludable.
Estatura
Las mujeres de estatura inferior a 1,50 m tienen más probabilidades de tener una pelvis pequeña, lo cual puede dificultar el paso del feto durante el parto a través de la pelvis y de la vagina (canal del parto). Por ejemplo, es más probable que el hombro del feto se encaje contra el hueso púbico. Esta complicación se denomina distocia de hombro. Las mujeres de estatura baja también presentan más probabilidades de tener un trabajo de parto prematuro (pretérmino) y un bebé que nazca con bajo peso (pequeño para la edad gestacional).
Anomalías reproductivas
Las anomalías estructurales del útero o del cuello uterino aumentan el riesgo de lo siguiente:
Un parto difícil
Un aborto espontáneo durante el segundo trimestre y trabajo de parto prematuro
Necesidad de parto por cesárea
Las anomalías estructurales consisten en un útero doble, fibromas en el útero y un cuello uterino débil (incompetente) (insuficiencia cervical) que tiende a dilatarse a medida que el feto aumenta de tamaño. Algunas veces los fibromas causan una mala colocación de la placenta (lo que se denomina placenta previa), un comienzo demasiado temprano del parto (trabajo de parto prematuro) y abortos espontáneos. La insuficiencia cervical aumenta el riesgo de que un bebé nazca demasiado pronto (parto prematuro).
Problemas en un embarazo previo
Cuando las mujeres han tenido un problema en un embarazo, son más propensas a tener otro problema, a menudo el mismo, en embarazos siguientes. Estos problemas incluyen haber tenido cualquiera de los siguientes:
Un bebé de bajo peso (pequeño para la edad gestacional)
Un bebé de peso superior a 4,5 kg (grande para la edad gestacional)
Un bebé con defectos congénitos
Un aborto espontáneo previo
Antecedentes de varias pérdidas de embarazo
Un parto tras la semana 42 del embarazo (parto tardío, posmaduro, retardado o postérmino)
Una incompatibilidad de Rh que requiere una transfusión sanguínea al feto
Un parto que ha requerido una cesárea
Un bebé que ha fallecido poco antes o después de nacer (mortinato, muerte fetal)
Un exceso de líquido amniótico en el útero (polihidramnios o hidramnios)
La escasez de líquido amniótico en el útero (oligohidramnios)
Un embarazo ubicado de forma anómala (embarazo ectópico)
Un feto colocado en una posición anómala, como las nalgas primero (de nalgas)
Un bebé cuyo hombro quedó atrapado en el canal del parto (distocia de hombro)
Una lesión que estira los nervios del hombro del bebé (lesión del plexo braquial) durante el parto
Un embarazo anterior con más de un feto (partos múltiples)
Un bebé con parálisis cerebral
Estas mujeres pueden tener una afección que provoque que se repita el mismo problema. Por ejemplo, las mujeres con diabetes presentan más probabilidades de tener bebés que pesen más de 5 kg al nacer.
Las mujeres que han tenido un recién nacido con un trastorno genético o defectos congénitos tienen más probabilidad de dar a luz otro bebé con un problema similar. Antes de intentar quedarse embarazada de nuevo puede ser adecuado realizar pruebas genéticas al bebé (aun cuando haya nacido muerto) y a los padres. Si estas mujeres se quedan embarazadas de nuevo, es posible realizar determinadas pruebas, como la ecografía de alta resolución, la biopsia de vellosidades coriónicas y la amniocentesis, para determinar si el feto tiene un trastorno genético o defecto de nacimiento. Estas mujeres pueden ser remitidas a un especialista.
El haber estado embarazada 5 o más veces aumenta el riesgo de tener contracciones prematuras y hemorragias excesivas tras el parto.
Haber tenido gemelos o más fetos en un embarazo aumenta el riesgo de lo siguiente:
Bebés con bajo peso
Placenta que se separa demasiado pronto (desprendimiento de la placenta)
Anomalías congénitas
Mortinato o muerte del recién nacido
Después del parto, sangrado vaginal de la madre
Trastornos presentes antes del embarazo
Antes de quedarse embarazada, la mujer puede tener un trastorno que aumente el riesgo de problemas en el embarazo. Estos trastornos incluyen
Las mujeres que sufren uno de estos trastornos deben hablar con un médico para intentar estar en las mejores condiciones físicas posibles antes de quedarse embarazadas. Una vez lo están, pueden precisar cuidados especiales, a menudo de un equipo interdisciplinar. El equipo puede estar formado por un obstetra (que también puede ser un especialista en el trastorno), un especialista en el trastorno y otros profesionales de la salud (como nutricionistas).
Trastornos durante el embarazo
Durante el embarazo puede surgir un problema o sobrevenir un trastorno que lo convierta en un proceso de alto riesgo.
Determinados trastornos que ocurren durante el embarazo guardan alguna relación con el embarazo o son complicaciones del mismo. Otros trastornos no están directamente relacionados con el embarazo (véase Complicaciones no obstétricas durante el embarazo). Determinados trastornos tienen mayor probabilidad de presentarse por todos los cambios que causa el embarazo en el cuerpo de la mujer.
Las complicaciones del embarazo son problemas que aparecen durante este. Pueden afectar a la mujer, al feto o a ambos y presentarse en diferentes momentos del embarazo. Por ejemplo, complicaciones como una placenta desplazada (placenta previa) o su desprendimiento prematuro del útero (desprendimiento prematuro de la placenta) pueden causar hemorragia en la vagina durante el embarazo. Las mujeres que tienen una hemorragia abundante tienen el riesgo de perder el bebé o de entrar en choque y, si no se trata de inmediato, de morir durante el parto.
Otras complicaciones del embarazo incluyen
Problemas relacionados con el líquido amniótico (el líquido que rodea al feto en el útero)
Un cuello uterino débil (insuficiencia cervical) que tiende a abrirse (dilatarse) a medida que el feto crece
Un embarazo localizado de forma anómala (embarazo ectópico)
Náuseas y vómitos intensos durante el embarazo (hiperémesis gravídica)
Una infección de los tejidos que rodean al feto, como el líquido amniótico (infección intraamniótica)
Un aborto espontáneo o una muerte fetal previos
Preeclampsia (un tipo de hipertensión arterial que se desarrolla durante el embarazo)
Incompatibilidad de Rh (cuando la madre tiene sangre Rh negativa y el feto tiene sangre Rh positiva)
Exposiciones durante el embarazo
Durante el embarazo, el riesgo de tener un bebé con un defecto congénito puede aumentar por la exposición a lo siguiente:
Ciertas infecciones
Ciertos fármacos (como litio, azitromicina, eritromicina y los antidepresivos denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)
Radiación y ciertos productos químicos (como monóxido de carbono, plomo, gasolina y mercurio)
Este tipo de sustancias y condiciones reciben el nombre de teratógenos.
Los defectos de nacimiento tienen más probabilidades de aparecer si las mujeres están expuestas a un teratógeno de 2 a 8 semanas después de quedar embarazadas (de 4 a 10 semanas después de su último período menstrual), ya que los órganos del feto se forman durante este periodo. El riesgo de sufrir un aborto espontáneo también aumenta.
Las infecciones que son particularmente peligrosas durante el embarazo son
Rubéola (sarampión alemán)
Las infecciones por citomegalovirus, por virus coxsackie o por parvovirus B19
Los medicamentos y otras sustancias que pueden aumentar el riesgo de defectos congénitos son
Algunos medicamentos de venta con receta (véase la tabla Medicamentos que pueden causar problemas durante el embarazo)
La exposición a altas temperaturas (por ejemplo, en una sauna) durante el primer trimestre se ha relacionado con la espina bífida.
Mercurio en pescados y mariscos
El consumo excesivo de mercurio en pescados y mariscos puede dañar al feto. Sin embargo, los pescados y mariscos contienen nutrientes que son importantes para el crecimiento y desarrollo del feto y de los bebés alimentados con leche materna. Por lo tanto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) recomienda a las mujeres que están embarazadas, que podrían quedarse embarazadas o que están amamantando lo siguiente:
No consumir blanquillo del Golfo de México, tiburón, pez espada, patudo (thunnus obesus), marlín (Istiophorus spp.), reloj anaranjado (Hoplostethus atlanticus) y caballa gigante.
Limitar la cantidad de atún blanco a unos 113 gramos (una comida media) a la semana.
Antes de consumir pescados que provienen de lagos, ríos y zonas costeras, comprobar los avisos (advisories) de los consejos sobre la seguridad de este tipo de peces, y si no se sabe con certeza si los niveles de mercurio son bajos o bien no se dispone de esta información, limitar la cantidad consumida a unos 113 gramos, una comida media a la semana y no consumir otros pescados o mariscos con alto contenido de mercurio durante esa semana.
Cada semana, consumir entre 240 y 360 gramos, (2 o 3 comidas medias) de una variedad de pescados y mariscos que sea más baja en mercurio.
El blanquillo del golfo de Méjico es el pescado que tiene las concentraciones más elevadas de mercurio (según las pruebas efectuadas por la Food and Drug Administration [Agencia Federal para Alimentos y Medicamentos, FDA por sus siglas en inglés]) de Estados Unidos, pero el blanquillo del océano Atlántico se puede comer de forma segura.
Imagen de la U.S. Food and Drug Administration (FDA) (Agencia estadounidense de alimentos y medicamentos) y la United States Environmental Protection Agency (EPA) (Agencia estadounidense de protección medioambiental).
El marisco con bajo contenido de mercurio incluye platija, camarones, atún claro en lata, salmón, abadejo, tilapia, bacalao y bagre (véase Advice about Eating Fish For Those Who Might Become or Are Pregnant or Breastfeeding and Children Ages 1–11 Years). Algunas autoridades (Consumer Reports: Choose the Right Fish To Lower Mercury Risk Exposure) aconsejan no consumir ninguna variedad de atún durante el embarazo.
Más información
Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Sexually Transmitted Diseases During Pregnancy: (Centros para el control y la prevención de infecciones, CDC por sus siglas en inglés: infecciones de transmisión sexual durante el embarazo): este sitio web proporciona enlaces a una hoja informativa sobre el embarazo y las infecciones de transmisión sexual (ITS), estadísticas (incluyendo enlaces a la prevalencia de diferentes ITS y su efecto sobre las mujeres embarazadas y sus lactantes) y enlaces al tratamiento de diferentes ITS. También proporciona enlaces a información general sobre el embarazo y las infecciones de transmisión sexual (ITS).
U.S. Food and Drug Administration (FDA): Advice about Eating Fish For Those Who Might Become or Are Pregnant or Breastfeeding and Children Ages 1–11 Years: este sitio web proporciona información que puede ayudar a las mujeres embarazadas (así como a otras mujeres y padres de niños pequeños) a elegir pescado que sea nutritivo y seguro para comer.
Consumer Reports: Choose the Right Fish To Lower Mercury Risk Exposure: (Informes para los consumidores: escoja el pescado correcto para minimizar el riesgo de exposición al mercurio): este sitio web identifica qué pescado es bajo en mercurio y cuál no. También se explica cuánto mercurio es demasiado.