Enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido

(Aloinmunización RhD; Incompatibilidad Rh; eritroblastosis fetal)

PorAntonette T. Dulay, MD, Main Line Health System
Revisado/Modificado abr 2024
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Datos clave

La enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido se produce cuando el grupo sanguíneo de una mujer embarazada es Rh negativo y el grupo sanguíneo del feto es Rh positivo.

  • La enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido puede provocar la destrucción de los glóbulos rojos del feto, lo que a veces causa una anemia que puede ser grave.

  • Se examina periódicamente el feto de una mujer con sangre Rh-negativa y un hombre con sangre Rh-positiva para detectar signos de anemia.

  • Si se sospecha la anemia, el feto recibe transfusiones sanguíneas.

  • Para prevenir problemas en el feto, los médicos administran a las mujeres con sangre Rh negativa inyecciones de anticuerpos anti Rh alrededor de las 28 semanas de gestación, tras un episodio de sangrado importante, tras el parto y después de ciertos procedimientos.

El feto de una mujer con sangre Rh negativa puede tener sangre Rh positiva si el padre tiene sangre Rh positiva.

¿Sabías que...?

  • La enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido no causa problemas en el primer embarazo.

El factor Rh es una molécula en la superficie de los glóbulos rojos de algunas personas. La sangre es Rh positiva si los eritrocitos tienen el factor Rh, y Rh negativa si no lo tienen. Los problemas pueden producirse si la sangre Rh positiva del feto entra en el torrente sanguíneo de una mujer con sangre Rh negativa. El sistema inmunitario de la madre puede reconocer los glóbulos rojos del feto como extraños y producir anticuerpos, denominados anticuerpos Rh, para destruir los glóbulos rojos Rh positivos. La producción de estos anticuerpos se denomina sensibilización al Rh. (Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para ayudar al organismo a defenderse de sustancias extrañas.)

En mujeres con factor Rh negativo, la sensibilización puede ocurrir en cualquier momento durante el embarazo. Sin embargo, el momento más probable es el del parto. Cuando se produce la sensibilización por primera vez durante el embarazo, es probable que el feto o el recién nacido no se vean afectados. Una vez que las mujeres están sensibilizadas, es más probable que haya problemas con cada embarazo posterior si la sangre del feto es Rh positiva. En cada embarazo que tiene lugar después de la sensibilización, las mujeres producen anticuerpos anti Rh con más antelación y en mayor cantidad.

Si los anticuerpos Rh atraviesan la placenta hasta el feto, pueden destruir parte de sus glóbulos rojos. Esta destrucción es la enfermedad hemolítica del feto (eritroblastosis fetal) o del recién nacido (eritroblastosis neonatal). Si los glóbulos rojos se destruyen más deprisa de lo que el feto produce los nuevos, puede sufrir anemia (tienen muy pocos glóbulos rojos). Una anemia grave puede provocar la muerte del feto.

Cuando se destruyen los glóbulos rojos (eritrocitos), se produce un pigmento amarillo llamado bilirrubina. Cuando se destruyen muchos glóbulos rojos, la bilirrubina se puede acumular dentro de la piel y otros tejidos. Como resultado, la piel y la parte blanca de los ojos del recién nacido pueden aparecer de color amarillo (ictericia). En los casos graves, el cerebro puede dañarse (lo que se conoce como kernícterus, encefalopatía bilirrubínica o ictericia nuclear).

Por lo general, la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido no causa síntomas en mujeres embarazadas.

De vez en cuando, hay otras moléculas en los glóbulos rojos de la mujer que son incompatibles con las del feto. Dicha incompatibilidad puede causar problemas similares a los de la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido.

Diagnóstico de la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido

  • Análisis de sangre

  • Si la sangre de la mujer contiene anticuerpos Rh, ultrasonografía Doppler

En la primera visita al médico durante el embarazo, se examinan todas las mujeres para determinar su tipo de sangre, si tienen sangre Rh positiva o Rh negativa y si tienen anticuerpos Rh u otros anticuerpos contra los glóbulos rojos.

Los médicos suelen evaluar el riesgo de que las mujeres con sangre Rh-negativa se sensibilicen al factor Rh y produzcan anticuerpos Rh de la siguiente manera:

  • Si el padre está disponible para las pruebas, se determina su tipo de sangre.

  • Si el padre no está disponible para las pruebas o si se hizo la prueba y tiene sangre Rh positiva, se puede llevar a cabo un análisis de sangre llamado prueba de ácido nucleico fetal (ADN) sin células para determinar si el feto tiene sangre Rh positiva. Para esta prueba, los médicos realizan un análisis de sangre a la madre para detectar y analizar pequeños fragmentos del ADN del feto que están presentes en la sangre de la mujer embarazada en pequeñas cantidades (generalmente después de 10 a 11 semanas de gestación).

Si el padre tiene sangre Rh negativa, no es necesario realizar más pruebas.

Si el padre tiene sangre Rh positiva, los médicos periódicamente miden la concentración de anticuerpos Rh en la sangre de la madre. Si dicha concentración alcanza determinado nivel, el riesgo de anemia en el feto aumenta. En estos casos, puede realizarse una ecografía Doppler de forma periódica para evaluar el flujo sanguíneo en el cerebro del feto. Si este es anómalo, el feto puede tener anemia.

Tratamiento de la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido

  • Para la anemia fetal, transfusiones de sangre

  • A veces, parto prematuro

Si la sangre del feto es Rh negativa o si los resultados de las pruebas continúan indicando que el feto no tiene anemia, el embarazo puede continuar a término sin ningún tratamiento.

Si se diagnostica anemia en el feto, se le practica una transfusión de sangre antes del nacimiento por parte de un especialista en un centro especializado en embarazos de alto riesgo. Muy a menudo, la transfusión se administra a través de una aguja insertada en una vena del cordón umbilical. Por lo general, se realizan más transfusiones hasta las 32 a 35 semanas de embarazo. El ritmo exacto de las transfusiones depende de la gravedad de la anemia y la edad del feto. El momento del parto se basa en la situación de cada mujer.

Antes de la primera transfusión, las mujeres a menudo reciben corticoesteroides si el embarazo ha durado 23 semanas o más. Los corticoesteroides ayudan a que los pulmones del feto maduren y contribuyen a prevenir las complicaciones frecuentes que pueden afectar a un recién nacido prematuro.

El bebé puede necesitar transfusiones después del nacimiento. Algunas veces no se necesitan transfusiones hasta después del parto.

Prevención de la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido

Como medida de precaución, a las mujeres que tienen sangre Rh negativa se les administra una inyección de anticuerpos Rh en cada uno de los momentos siguientes:

  • A las 28 semanas de embarazo (o a las 28 y 34 semanas)

  • Dentro de las 72 horas posteriores al parto de un bebé que tiene sangre Rh-positiva, incluso después de un aborto espontáneo o un aborto voluntario

  • Después de cualquier tipo de sangrado vaginal durante el embarazo

  • Después de una amniocentesis o de una biopsia de vellosidades coriónicas

A veces, cuando entran grandes cantidades de sangre del feto en el torrente sanguíneo de la mujer, se necesitan inyecciones adicionales.

Los anticuerpos administrados se denominan inmunoglobulina Rho(D). Este tratamiento funciona haciendo que el sistema inmunitario de la mujer sea menos capaz de reconocer el factor Rh en los glóbulos rojos (eritrocitos) de la sangre del bebé, que pueden haber entrado en el torrente sanguíneo de la mujer. Por lo tanto, el sistema inmunitario de la mujer no crea anticuerpos contra el factor Rh. Tal tratamiento reduce significativamente el riesgo de que los glóbulos rojos del feto sean destruidos en embarazos posteriores.

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