El vómito es el ascenso desagradable, involuntario y forzoso del alimento ingerido. En los bebés, se deben distinguir los vómitos de la regurgitación. Los bebés a menudo regurgitan pequeñas cantidades mientras comen o poco después, por lo general, mientras eructan. La regurgitación puede ocurrir porque el niño se alimenta rápidamente, traga aire, o es sobrealimentado, pero puede ocurrir sin razón aparente. El vómito habitualmente está causado por un trastorno. Los padres experimentados normalmente pueden detectar la diferencia entre regurgitaciones y vómitos, pero los padres primerizos pueden tener que consultar con un médico o enfermera.
Los vómitos pueden causar deshidratación porque se pierde líquido. A veces el niño no puede beber lo suficiente para compensar la pérdida de líquido, ya sea porque sigue vomitando o porque no quiere beber. Los niños que vomitan por lo general no quieren comer, pero esta falta de apetito raramente supone un problema.
(Véase también Náuseas y vómitos en los adultos.)
Causas
El vómito puede ser beneficioso ya que con él se eliminan las sustancias tóxicas que se hayan podido ingerir. Sin embargo, el vómito casi siempre está causado por algún trastorno. Por lo general, el trastorno es relativamente inofensivo, pero en ocasiones el vómito es un signo de un problema grave, como una obstrucción en el estómago o el intestino o el aumento de la presión dentro del cráneo (hipertensión intracraneal).
Causas frecuentes
Las causas más probables del vómito dependen de la edad del niño.
En los recién nacidos y lactantes, las causas más frecuentes de vómito son
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Gastroenteritis (infección del tubo digestivo) causada por un virus
En los niños mayores, la causa más común es
Causas menos frecuentes
En los recién nacidos y los lactantes, algunas de las causas, aunque menos frecuentes, son importantes, ya que pueden ser potencialmente mortales:
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El estrechamiento o la obstrucción de la salida del estómago (estenosis pilórica) en los niños de 3 a 6 semanas
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Una obstrucción del intestino causada por malformaciones congénitas, como la torsión (vólvulo) o estrechamiento (estenosis) del intestino
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El deslizamiento de un segmento del intestino dentro de otro (invaginación intestinal) en lactantes de 3 a 36 meses
La intolerancia alimentaria, la alergia a las proteínas de la leche de vaca y ciertos trastornos metabólicos hereditarios poco comunes también pueden causar vómitos en los recién nacidos y lactantes.
En los niños mayores y adolescentes, las causas poco comunes incluyen infecciones graves (como una infección renal o meningitis), apendicitis aguda, o un trastorno que aumente la presión dentro del cráneo (como un tumor cerebral o un traumatismo craneal grave). En los adolescentes, las causas también incluyen la enfermedad por reflujo gastroesofágico o la úlcera gastroduodenal, las alergias alimentarias, los vómitos cíclicos, un vaciado lento del estómago (gastroparesia), el embarazo, los trastornos alimentarios y la ingestión de una sustancia tóxica (como una gran cantidad de acetaminofeno [paracetamol], hierro o alcohol).
Valoración
El primer objetivo es determinar si el niño está deshidratado y si el vómito está causado por un trastorno potencialmente mortal.
Signos de alarma
Los siguientes síntomas y características son motivo de preocupación:
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Letargo o apatía
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En los bebés, desconsuelo o irritabilidad y abultamiento de los puntos blandos entre los huesos del cráneo (fontanelas)
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En los niños mayores, fuerte dolor de cabeza, rigidez de nuca que hace difícil bajar la barbilla hasta el pecho, sensibilidad a la luz y fiebre
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Dolor y/o hinchazón abdominal
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Vómitos persistentes en niños que no crecen o se desarrollan de la forma esperada
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Deposiciones sanguinolentas
Cuándo acudir al médico
Los niños con signos de alarma deben ser evaluados de inmediato por un médico, al igual que todos los recién nacidos; los niños con vómitos con sangre, vómitos similares a los posos del café, o de color verde brillante, y los niños con un traumatismo craneoencefálico reciente (una semana como máximo). No todo dolor de barriga cuenta como dolor abdominal (signo de alarma). Sin embargo, si el niño parece incómodo, incluso cuando no esté vomitando y sus molestias duren más de unas pocas horas, probablemente deba ser evaluado por un médico.
Para otros niños, los signos de deshidratación, sobre todo la disminución del volumen de orina, y la cantidad que están bebiendo, ayudan a determinar la rapidez con que se deben evaluar. La urgencia varía un poco según la edad ya que los bebés y los niños pequeños pueden deshidratarse con mayor rapidez que los niños mayores. Generalmente, los bebés y los niños pequeños que no han orinado en más de 8 horas o que no han querido beber durante más de 8 horas deben ser examinados por un médico.
Se debe llamar al médico si el niño tiene más de 6 a 8 episodios de vómito, si los vómitos persisten más de 24 a 48 horas, o si están presentes otros síntomas (como tos, fiebre o erupción).
Los niños que han tenido solo unos pocos episodios de vómitos (con o sin diarrea), que beben por lo menos un poco de líquido, y que no parecen muy enfermos rara vez requieren una visita al médico.
Actuación del médico
En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del niño y su historial clínico. A continuación, realiza una exploración física. Por lo general, una descripción de los síntomas del niño y una exploración detallada permiten al médico identificar la causa de los vómitos (ver Algunas causas y características de los vómitos en lactantes, niños y adolescentes).
El médico pregunta
La determinación de un posible patrón de presentación, en determinados momentos del día o después de comer ciertos alimentos, puede ayudar a identificar las posibles causas. La información sobre otros síntomas (como fiebre y dolor abdominal), las deposiciones (frecuencia y consistencia) y la orina también pueden ayudar al médico a identificar una causa.
El médico también pregunta acerca de viajes recientes, traumatismos, y, en chicas adolescentes sexualmente activas, sobre el uso de anticonceptivos.
Se debe realizar una exploración física para detectar posibles causas. El médico observa si el niño crece y se desarrolla como se esperaba.
Algunas causas y características de los vómitos en lactantes, niños y adolescentes
Causa (de más a menos frecuente) |
Características comunes* |
Pruebas |
En lactantes |
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Por lo general, diarrea (que raras veces es sanguinolenta) A veces fiebre A veces contacto reciente con personas infectadas (como en un centro de día), con animales en un zoológico de animales dóciles (donde se puede adquirir Escherichia [E.] coli), o con reptiles (que pueden estar infectados con Salmonella) o consumo reciente de alimentos poco cocinados, alimentos contaminados o agua contaminada |
Exploración por un médico En ocasiones, análisis y cultivo de heces |
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Síntomas que ocurren después de la alimentación, incluyendo irritabilidad, regurgitaciones, arqueo de la espalda, llanto, o una combinación de ellos A veces tos cuando el niño está tumbado, escasa ganancia de peso, o ambos |
Exploración por un médico A veces, tratamiento con fármacos para inhibir la producción de ácido (si se alivian los síntomas, la causa es probablemente el reflujo gastroesofágico) A veces, radiografías del tubo digestivo superior después de administrar bario por vía oral (tránsito GI superior) A veces, endoscopia |
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Estenosis pilórica (estrechamiento u obstrucción de la salida del estómago) |
Vómitos con fuerza (en escopetazo) que se producen inmediatamente después de las tomas en niños de 3 a 6 semanas Signos de deshidratación y/o aspecto desnutrido En los lactantes, aspecto de hambre y comer con avidez Es más común en los varones, especialmente los primogénitos |
Ecografía del estómago Si no se dispone de ecografía o no es concluyente, tránsito GI superior |
Malformaciones congénitas que causan estrechamiento (estenosis) u obstrucción (atresia) del tubo digestivo |
Retraso en la emisión de la primera deposición (llamada meconio) Distensión abdominal Vómito verde brillante o amarillo, lo que indica la presencia de bilis, durante las primeras 24-48 horas de vida (si el tracto digestivo está obstruido) o algo más tarde (si solo está estrechado) Es más común en niños que tienen síndrome de Down o cuya madre tuvo un gran volumen de líquido amniótico en el útero durante el embarazo |
Radiografía del abdomen Tránsito GI superior o radiografías del tracto GI inferior después de la introducción de bario en el recto (enema de bario), dependiendo de la zona en la que se sospecha que se localiza el problema |
Invaginación intestinal (deslizamiento de un segmento del intestino dentro de otro) |
Llanto que se produce en brotes cada 15-20 minutos, con frecuencia el niño flexiona las piernas hasta el pecho Más tarde dolor abdominal a la palpación y deposiciones que se parecen a la jalea de grosella (porque contienen sangre) Generalmente, en niños de 3-36 meses de edad |
Introducción de aire en el recto (enema aéreo) A veces ecografía abdominal |
Malrotación (desarrollo anormal del intestino, lo que implica que está situado de manera anormal y aumenta la probabilidad de que gire sobre sí mismo) |
Vómitos de color verde brillante o amarillo (lo que indica la presencia de bilis), distensión del abdomen y sangre en las heces A menudo en recién nacidos |
Radiografía del abdomen Tránsito GI superior o enema de bario |
Fiebre y letargo |
Hemograma completo Cultivo de sangre, orina y líquido cefalorraquídeo Radiografía de tórax si el niño tiene dificultad para respirar |
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Diarrea o estreñimiento Rechazo de la alimentación Pérdida de peso, retraso del crecimiento o ambos Sangre en las heces |
Síntomas que disminuyen cuando se cambia la fórmula Posiblemente endoscopia, colonoscopia, o ambas |
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Mala conducta alimentaria y falta de crecimiento o desarrollo como sería de esperar (retraso del crecimiento) Inactividad (letargo) Otras características en función del trastorno, tales como |
Cribado de todos los recién nacidos con una pequeña muestra de sangre obtenida por punción del talón Análisis de sangre para medir los niveles de electrólitos (minerales necesarios para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo), amoníaco y glucosa Si se sospechan otras causas, pueden ser necesarias otras pruebas |
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En niños y adolescentes |
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Por lo general, diarrea (que raras veces es sanguinolenta) A veces, fiebre A veces contacto reciente con personas infectadas (como en un centro de cuidado de día, en un campamento o en un crucero), con los animales en un zoológico de animales dóciles (donde se puede adquirir Escherichia [E.] coli), o con reptiles (que pueden estar infectados con Salmonella) o consumo reciente de alimentos contaminados poco cocidos o de agua contaminada |
Exploración por un médico A veces, examen o cultivo de las heces |
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Pirosis Dolor en el pecho o el abdomen superior Síntomas que empeoran al acostarse o después de comer A veces tos nocturna |
Exploración por un médico Síntomas que disminuyen o se alivian después de un tratamiento con fármacos para inhibir la producción de ácido En ocasiones, tránsito GI superior A veces, endoscopia |
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Gastroparesia o retraso del vaciamiento gástrico (el estómago se vacía lentamente) |
Sensación de plenitud después de comer solo pequeñas cantidades A veces una enfermedad vírica reciente |
Exploración por un médico Tránsito GI superior o radiografías tomadas después de administrar fórmula o alimentos por vía oral (gammagrafía de vaciamiento gástrico) |
Vómitos que se producen inmediatamente después de comer ciertos alimentos A menudo, urticaria, hinchazón de labios o lengua, dificultad para respirar, sibilancias, dolor abdominal, diarrea, o una combinación |
Exploración por un médico En ocasiones, pruebas de alergia Evitación de un alimento en particular para ver si los síntomas se detienen |
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Infecciones en otras partes del cuerpo que no sean el tubo digestivo |
Fiebre A menudo, síntomas que sugieren la localización de la infección, como dolor de cabeza, dolor de oído, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados en el cuello, dolor al orinar, dolor en el costado (flanco), o congestión nasal |
Exploración por un médico A veces, pruebas basadas en la causa que se sospeche |
Inicialmente, una sensación general de enfermedad y malestar en el centro del abdomen, seguido de desplazamiento del dolor a la parte inferior derecha del abdomen Entonces vómitos, pérdida del apetito y fiebre |
Ecografía o TC del abdomen |
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Aumento de la presión en el interior del cráneo (presión intracraneal) causada por un tumor o un traumatismo |
Dolor de cabeza que despierta al niño durante la noche o cuando se despierta por la mañana con dolor de cabeza Dolores de cabeza que empeoran progresivamente y se ven agravados por la tos o la defecación A veces cambios en la visión y dificultad para caminar, hablar o pensar |
TC del cerebro |
Episodios recurrentes de vómitos separados por periodos de bienestar A menudo dolores de cabeza asociados con los vómitos A menudo, historia familiar de migraña |
Exploración por un médico A veces pruebas para descartar otras causas de episodios recurrentes de vómitos |
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Comer muy poco para perder peso o comer demasiado (atracones) seguidos de vómitos o toma intencional de laxantes (purga), de forma voluntaria Erosión del esmalte de los dientes y cicatrices en las manos por emplearlas para desencadenar el vómito Una imagen distorsionada del cuerpo |
Exploración por un médico |
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Ausencia de menstruaciones Náuseas por las mañanas, distensión abdominal, y mamas doloridas Actividad sexual (aunque muchos adolescentes lo niegan) con uso inadecuado o ausente de métodos anticonceptivos |
Prueba urinaria de embarazo |
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Ingestión de tóxicos, tales como grandes cantidades de paracetamol (acetaminofeno), hierro, o alcohol |
Síntomas diversos según la sustancia implicada A menudo, antecedentes de uso de la sustancia |
Análisis de sangre para medir los niveles de la sustancia |
*Las características incluyen los síntomas y los resultados del examen realizado por el médico. Las características que se mencionan son habituales, pero no siempre están presentes. |
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TC = tomografía computarizada. |
Pruebas complementarias
El médico decide realizar pruebas en función de las posibles causas sugeridas por los resultados de la exploración. La mayoría de los niños no requieren pruebas. Sin embargo, si hay sospecha de malformaciones en el abdomen, generalmente se obtienen pruebas de diagnóstico por la imagen. Si se sospecha una enfermedad metabólica hereditaria, se realizan análisis de sangre específicas para ese trastorno.
Si se sospecha deshidratación, a veces se realizan análisis de sangre para medir los electrólitos (minerales necesarios para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo).
Tratamiento
Si la causa es otro trastorno, se le da tratamiento. Los vómitos causados por la gastroenteritis generalmente cesan por sí solos.
Líquidos
Es importante asegurarse de que el niño está bien hidratado. Los líquidos se administran habitualmente por vía oral (véase Deshidratación en niños). Se utilizan soluciones de rehidratación oral que contienen el equilibrio adecuado de electrólitos. En Estados Unidos, estas soluciones están ampliamente disponibles sin receta en la mayoría de las farmacias y los supermercados. Las bebidas para deportistas, bebidas gaseosas, zumos y bebidas similares tienen muy poco sodio y exceso de hidratos de carbono y no se deben usar.
Un niño que vomita con frecuencia puede tolerar mejor cantidades pequeñas de solución tomadas frecuentemente. Por lo general, 1 cucharadita (5 mL) cada 5 minutos. Si el niño tolera esta cantidad, esta se incrementa gradualmente. Con paciencia y ánimo, la mayoría de los niños pueden ingerir suficiente líquido por vía oral para evitar la necesidad de administrar líquidos por vena (líquidos intravenosos). Sin embargo, los niños con deshidratación grave y aquellos que no toman suficiente líquido por vía oral pueden necesitar líquidos intravenosos.
Medicamentos para reducir los vómitos
Los fármacos utilizados con frecuencia en adultos para reducir las náuseas y los vómitos se usan con menos frecuencia en los niños debido a que su utilidad no ha sido probada. Además, estos medicamentos pueden tener efectos secundarios que incluyen somnolencia, mareos, dolor de cabeza y estreñimiento. Sin embargo, si las náuseas o los vómitos son graves o no desaparecen, el médico puede administrar prometazina, proclorperazina, metoclopramida u ondansetrón a niños mayores de 2 años de edad.
Dieta
Conceptos clave
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Por lo general, el vómito está producido por la gastroenteritis debida a un virus y no causa problemas de larga duración o graves.
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A veces, el vómito es un signo de un trastorno grave.
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Si la diarrea acompaña a los vómitos, la causa probablemente sea una gastroenteritis.
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Los niños deben ser evaluados por un médico de inmediato si el vómito persiste o tienen cualquier signo de alarma (por ejemplo, letargo, irritabilidad, dolor de cabeza intenso, dolor o hinchazón abdominal, vómito con sangre o de color verde brillante o amarillo, o sangre en las heces).