Hepatitis A

PorSonal Kumar, MD, MPH, Weill Cornell Medical College
Revisado/Modificado ago. 2022
Vista para pacientes

La hepatitis A es causada por un virus RNA de transmisión entérica que, en niños mayores y adultos, provoca síntomas típicos de la hepatitis viral, incluyendo anorexia, malestar, e ictericia. Los niños pequeños pueden ser asintomáticos. La hepatitis fulminante y la muerte son raras en los países que tienen instalaciones adecuadas para el tratamiento y el saneamiento del agua. No ocurre hepatitis crónica. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de autoanticuerpos. El tratamiento es sintomático. La vacunación y la infección previa tienen un efecto protector.

(Véase también Causas de hepatitis y Generalidades sobre la hepatitis viral aguda).

El virus de la hepatitis A (HAV) es un picornavirus monocatenario de RNA. Es la causa más común de hepatitis viral aguda y es particularmente común entre los niños y los adultos jóvenes.

En algunos países, > 75% de los adultos se expusieron a HAV. En los EE. UU., en 2018 se informaron 12.474 casos, y se estimaron 24.900 casos (muchos casos no se reconocen o no se informan [1]). En todo el mundo, ocurre un valor estimado de 1,4 millones de casos de hepatitis A cada año (2).

HAV se disemina en forma principal por contacto fecal-oral, por lo cual es más frecuente en áreas con higiene inadecuada. Se producen epidemias transmitidas por el agua y por los alimentos, en especial en los países que no cuentan con instalaciones de tratamiento y saneamiento adecuadas y eficaces. A menudo, la ingestión de mariscos crudos contaminados es responsable de la enfermedad. También pueden producirse casos esporádicos, en general como resultado del contacto interpersonal.

La descamación del virus en las heces se produce antes de que aparezcan los síntomas y suele cesar unos pocos dias después de su inicio, por lo cual el período de contagio de la enfermedad suele haber finalizado cuando la hepatitis se evidencia en forma clínica.

HAV no posee portadores crónicos documentados y no causa hepatitis crónica ni cirrosis.

Referencias generales

  1. 1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Hepatitis A questions and answers for health professionals. Accedido el 8 de junio de 2022.

  2. 2. World Health Organization (WHO): Hepatitis A. Accedido el 8 de junio de 2022.

Síntomas y signos de la hepatitis A

En niños < 6 años, el 70% de las infecciones por hepatitis A son asintomáticas y, en los niños con síntomas, la ictericia es rara. En cambio, la mayoría de los niños mayores y los adultos tienen manifestaciones típicas de la hepatitis viral, incluyendo anorexia, malestar general, fiebre, náuseas y vómitos; la ictericia ocurre en más del 70%.

Las manifestaciones normalmente desaparecen después de unos 2 meses, pero en algunos pacientes, los síntomas continúan o se repiten durante un máximo de 6 meses. Algunos pacientes tienen colestasis prolongada (hepatitis colestásica) debido a hepatitis A; la hepatitis colestásica se caracteriza por ictericia marcada con prurito, fiebre continua, pérdida de peso, diarrea y malestar general.

La recuperación de la hepatitis A aguda suele ser completa. En raras ocasiones, se produce hepatitis fulminante.

Diagnóstico de la hepatitis A

  • Pruebas serológicas

En el diagnóstico inicial de la hepatitis aguda, la hepatitis viral debe diferenciarse de otros trastornos que ocasionan ictericia (véase figura Aproximación diagnóstica simplificada a las posibles hepatitis virales agudas).

Si se sospecha hepatitis viral aguda, deben solicitarse las siguientes pruebas en busca del virus de la hepatitis A, B y C:

  • Anticuerpo IgM contra HAV (IgM anti-HAV)

  • Antígeno de superficie de hepatitis B (HBsAg)

  • Anticuerpo IgM contra el núcleo (core) del virus de hepatitis B (IgM anti-HBc)

  • Anticuerpo contra el virus de la hepatitis C (anti-HCV) y RNA de hepatitis C (HCV-RNA)

Si la prueba de IgM anti-HAV es positiva, se diagnostica una hepatitis A aguda. El anticuerpo IgG contra HAV (IgG anti-HAV) se mide (véase tabla Serología para hepatitis A) para ayudar a distinguir la infección aguda de la previa. Una prueba de IgG anti-HAV positiva sugiere una infección por HAV previa o inmunidad adquirida. No existen otras pruebas para la hepatitis A.

HAV sólo se encuentra en el suero durante la infección aguda y no puede detectarse con las pruebas clínicas disponibles.

En forma típica, el anticuerpo IgM aparece en un período temprano de la infección y alcanza concentraciones máximas entre 1 y 2 semanas después del desarrollo de la ictericia. Su valor disminuye tras varias semanas y a continuación aparece el anticuerpo IgG protector (IgG anti-HAV), que suele persistitr durante toda la vida del paciente. En consecuencia, el anticuerpo IgM es marcador de la infección aguda, mientras que IgG anti-HAV sólo indica una exposición previa e inmunidad contra la infección recurrente.

Tabla

Otras pruebas

Se requiere un hepatograma, si no se indicó antes; incluye concentraciones séricas de alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST) y fosfatasa alcalina.

Se deben hacer otras pruebas para evaluar la función hepática, que incluyen albúmina, bilirubina sérica, y tiempo de protrombina/índice internacional normalizado (TP/IIN).

Tratamiento de la hepatitis A

  • Tratamiento de sostén

Ningún tratamiento atenúa la hepatitis viral aguda, incluida la hepatitis A. Debe evitarse el alcohol, porque puede aumentar la lesión hepática. Las restricciones en la dieta o la actividad, como el reposo en cama que suele prescribirse, no poseen un fundamento científico.

En la hepatitis colestásica, la administración de 8 g de colestiramina por vía oral 1 o 2 veces al día puede aliviar el prurito.

Deben informarse los casos de hepatitis viral al departamento de salud local o estatal.

Prevención de la hepatitis A

La higiene personal adecuada previene la transmisión fecal-oral de la hepatitis A. Se recomienda implementar barreras de protección, pero el aislamiento de los pacientes no contribuye demasiado a la prevención de la diseminación del virus HAV.

Los derrames y las superficies contaminadas en el domicilio de los pacientes se pueden limpiar con lejía doméstica diluida.

Vacunación

(Véase también Vacuna contra la hepatitis A [HepA]).

La vacuna contra la hepatitis A se recomienda para todos los niños a partir del año, con una segunda dosis de 6 a 18 meses después de la primera (véase Centers for Disease Control and Prevention [CDC]: Child and Adolescent Immunization Schedule by Age).

Vacuna preexposición contra HAV (véase Adult Immunization Schedule) debe proporcionarse a los adultos con mayor riesgo, incluyendo

  • Viajeros a países con zonas endémicas altas o intermedias para HAV

  • Trabajadores de los laboratorios de diagnóstico

  • Hombres que tienen relaciones sexuales con hombres

  • Personas que usan drogas ilegales inyectables o no inyectables

  • Pacientes con trastornos hepáticos crónicos (incluyendo hepatitis C crónica), ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar hepatitis fulminante debido a HAV

  • Personas que consideran que podrían entrar en contacto cercano con una persona adoptada de otro país durante los primeros 60 días después de la llegada de un país con prevalencia alta o intermedia para HAV

  • Personas que no tienen vivienda estable o que no tienen hogar

La profilaxis previa a la exposición al HAV se puede considerar para empleados de centros de atención de día y el personal militar.

Antes, se les recomendaba a los viajeros obtener la vacuna contra la hepatitis A ≥ 2 semanas antes del viaje; los que salían en < 2 semanas también debían recibir la inmunoglobulina estándar. La evidencia actual sugiere que la inmunoglobulina es necesaria solo para los viajeros de edad avanzada y con enfermedad hepática crónica u otro trastorno crónico.

Profilaxis posexposición

La profilaxis posexposición se debe dar a los familiares y contactos cercanos de pacientes con hepatitis A.

Para los pacientes sanos, no vacunados de entre 1 a 40 años, se administra una sola dosis de vacuna contra la hepatitis A.

Para otros pacientes, en particular los > 75 años, aquellos con enfermedad hepática crónica, y pacientes inmunocomprometidos, la inmunoglobulina estándar (antes llamada inmunoglobulina sérica) previene o reduce la gravedad de la hepatitis A. Se recomienda una dosis de 0,02 mL/kg IM, pero algunos expertos aconsejan 0,06 mL/kg (3 a 5 mL en adultos). Se puede administrar hasta 2 semanas después de la exposición, pero cuanto antes, mejor.

Conceptos clave

  • El virus de la hepatitis A es la causa más común de hepatitis viral aguda; se transmite por vía fecal-oral.

  • Los niños < 6 años puede ser asintomáticos; los niños mayores y adultos tienen anorexia, malestar e ictericia.

  • La hepatitis fulminante es rara y no se producen hepatitis crónica, cirrosis ni cáncer.

  • Tratar con medidas sintomáticas.

  • En todos los casos se recomienda la vacunación de rutina a partir del año.

  • Vacunar a las personas en situación de riesgo (p. ej., viajeros a zonas endémicas, trabajadores de laboratorio), y proporcionar la profilaxis posterior a la exposición con inmunoglobulina estándar o, para algunos, la vacunación.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): preguntas y respuestas sobre hepatitis A para los profesionales de la salud: este recurso proporciona una visión general de la hepatitis A (incluyendo el diagnóstico, las estadísticas, la transmisión, los factores de riesgo, los síntomas, y la vacuna contra la hepatitis), así como información sobre el uso de inmunoglobulina y hepatitis y viajes internacionales. Accedido el 8 de junio de 2022.

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