Fibromialgia

(síndrome de dolor miofascial; fibrositis; fibromiositis)

PorDeepan S. Dalal, MD, MPH, Brown University
Revisado/Modificado abr. 2022 | Modificado sep. 2022
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Datos clave

La fibromialgia se caracteriza por insomnio, fatiga, aturdimiento mental y rigidez y dolor generalizados en los tejidos blandos, incluidos los músculos, los tendones y los ligamentos.

  • La falta de sueño, el estrés, las distensiones, los traumatismos y posiblemente ciertas características de la personalidad aumentan el riesgo de fibromialgia.

  • El dolor es generalizado y ciertas partes del cuerpo son sensibles al tacto.

  • El diagnóstico de fibromialgia se basa en criterios y síntomas establecidos, como dolor generalizado y fatiga.

  • Puede ser beneficioso dormir mejor, tomar analgésicos, practicar ejercicio, aplicar calor y recibir masajes.

La fibromialgia solía denominarse fibrositis o síndrome de fibromiositis. Pero como no hay presencia de inflamación (indicada por el sufijo «itis»), el sufijo se eliminó y el nombre de la enfermedad pasó a ser fibromialgia. La fibromialgia no es un trastorno autoinmunitario, pero las personas con fibromialgia con frecuencia también sufren trastornos inflamatorios o autoinmunitarios crónicos. La fibromialgia y el síndrome de dolor miofascial no son estrictamente sinónimos, pero son similares en el sentido de que ambos son síndromes de dolor central. Sin embargo, el síndrome de dolor miofascial comporta principalmente dolor muscular, mientras que la fibromialgia causa un dolor corporal más generalizado, así como otros síntomas.

La fibromialgia es frecuente. Es aproximadamente siete veces más frecuente en las mujeres. Suele aparecer en mujeres jóvenes o de mediana edad, aunque también puede aparecer en varones, niños y adolescentes.

La fibromialgia no es peligrosa ni potencialmente mortal. Sin embargo, la persistencia de los síntomas puede ser muy perturbadora.

Causas de la fibromialgia

Las personas con fibromialgia parecen tener una mayor sensibilidad al dolor. Es decir, las áreas en su cerebro que procesan el dolor interpretan las sensaciones dolorosas como más intensas, a diferencia de lo que parece ocurrir en personas que no tienen fibromialgia. Habitualmente, se desconoce la causa de la fibromialgia. Sin embargo, ciertas circunstancias contribuyen al desarrollo la enfermedad. Entre las que se incluyen deficiencias en el sueño, esfuerzos excesivos repetidos o un traumatismo. El estrés mental también puede contribuir. Sin embargo, la cantidad de estrés puede no ser el problema. es más probable que el problema sea la forma como las personas reaccionan ante el estrés.

Algunos afectados pueden sufrir además una enfermedad del tejido conjuntivo, como artritis reumatoide o lupus eritematoso sistémico (lupus). A veces, la fibromialgia puede estar desencadenada por una infección vírica u otra infección (como la enfermedad de Lyme o tal vez la infección por COVID-19) o bien por un evento traumático.

Síntomas de la fibromialgia

La mayoría de los afectados sienten malestar, rigidez y dolor generalizados. Los síntomas pueden aparecer en todo el cuerpo. Cualquier tejido blando (músculos, tendones y ligamentos) puede verse afectado. No obstante, los tejidos blandos del cuello, la parte superior de los hombros, el pecho, la caja torácica, la zona lumbar, los muslos, los brazos y las áreas alrededor de ciertas articulaciones son los más propensos a estar doloridos. Con menos frecuencia, la parte inferior de las piernas, las manos y los pies también duelen y están rígidos. Los síntomas pueden aparecer periódicamente (en brotes), o estar presentes la mayor parte del tiempo (de forma crónica).

El dolor puede ser intenso y Suele empeorar con el cansancio, la distensión o después de un sobresfuerzo. Puede haber sensibilidad al tacto en áreas específicas de músculo cuando se aplica una presión firme con la punta de los dedos estas áreas se denominan puntos hipersensibles. Durante los brotes, los músculos se tensan, y pueden producirse espasmos.

Muchas personas afectadas no duermen bien y están ansiosas y, algunas veces, deprimidas o tensas. La fatiga es habitual, al igual que los problemas mentales, como la dificultad de concentración y una sensación general de aturdimiento mental. Muchas personas afectadas son perfeccionistas o tienen una personalidad de tipo A. También pueden tener migraña o dolores de cabeza tensionales, cistitis intersticial (una afección de la vejiga que puede causar dolor al orinar) y síndrome del intestino irritable (con alguna combinación de estreñimiento, diarrea y malestar y distensión abdominal). Las personas afectadas pueden tener sensación de hormigueo que, por lo general, afecta ambos lados del cuerpo.

Las mismas circunstancias que contribuyen al desarrollo de la fibromialgia pueden empeorar los síntomas. Estas incluyen el estrés emocional, la falta de sueño, las lesiones y la fatiga. El temor de que los síntomas estén causados por una enfermedad grave también puede empeorarlos. Tener un médico, un familiar o un amigo que insinúe que el trastorno "está en su cabeza" también puede empeorar los síntomas. Las personas afectadas también pueden sentirse frustradas porque a menudo se les dice que "se ven bien" a pesar de que no se sienten bien.

Diagnóstico de la fibromialgia

  • Criterios establecidos

  • Una exploración clínica y pruebas para descartar otros trastornos

Los médicos sospechan fibromialgia en personas que presentan lo siguiente:

  • Dolor generalizado y sensibilidad a la palpación

  • Resultados negativos de los análisis de laboratorio a pesar de los síntomas generalizados

  • Fatiga como síntoma principal

Los médicos consideran el diagnóstico de fibromialgia en personas que han tenido dolor generalizado durante al menos 3 meses, particularmente cuando se acompaña de otros síntomas físicos como fatiga. El dolor se considera generalizado cuando las personas tienen dolor en el lado izquierdo y derecho del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura y en la parte superior de la columna vertebral, la pared torácica o el centro de la columna vertebral o la zona lumbar.

En el pasado, los médicos basaban el diagnóstico en parte por la presencia de dolor en algunos de los 18 puntos hipersensibles designados. Ahora, sin embargo, el número de puntos sensibles no se considera tan importante como la presencia de síntomas característicos, especialmente el dolor generalizado no limitado a las articulaciones.

No existe una prueba diagnóstica para la fibromialgia. Sin embargo, los médicos deben también comprobar, con frecuencia mediante análisis de sangre, que la causa de los síntomas no sea otra enfermedad (como hipotiroidismo, polimialgia reumática u otro trastorno muscular). Los análisis de sangre pueden detectar anticuerpos antinucleares (ANA), que están presentes en muchas personas con trastornos del tejido conjuntivo, como el lupus. Sin embargo, el hecho de obtener un resultado positivo en una prueba ANA (Anticuerpos Antinucleares) es tan frecuente, especialmente entre las mujeres, que una prueba positiva por sí sola no es suficiente para diagnosticar la enfermedad.

La fibromialgia puede no fácilmente detectarse en personas que también padecen artritis reumatoide o lupus, dado que estas enfermedades causan algunos síntomas similares, como fatiga y dolor en los músculos, en las articulaciones o en ambas zonas. Sin embargo, el examen médico a menudo puede distinguir la fibromialgia de estos trastornos.

Pronóstico de la fibromialgia

La fibromialgia tiende a ser crónica aunque puede resolverse por sí misma si disminuye el estrés. Incluso con un tratamiento adecuado, muchas personas continúan teniendo síntomas en cierto grado.

Tratamiento de la fibromialgia

  • Estiramiento, termoterapia y masaje

  • Control del estrés

  • Fármacos para mejorar el sueño

  • Medicamentos para aliviar el dolor

Las personas afectadas sienten mejoría cuando reciben el tratamiento adecuado. Habitualmente, el enfoque terapéutico más eficaz incluye lo siguiente:

  • Reducción del estrés, incluyendo la aceptación de que no existe una enfermedad subyacente potencialmente mortal que cause el dolor

  • Ejercicios de respiración profunda, meditación, terapia cognitiva basada en atención plena (mindfulness-based cognitive therapy, MBCT), apoyo a la salud mental y asesoramiento si es necesario

  • Realizar estiramientos suaves de los músculos afectados (manteniendo el estiramiento 30 segundos y repitiéndolo 5 veces)

  • Practicar ejercicio de forma regular siguiendo un calendario estricto para mejorar la condición física (ejercicios aeróbicos) aumentando muy gradualmente pero de manera constante la intensidad (por ejemplo, utilizando la cinta de correr, la bicicleta estática o la máquina elíptica, o bien practicando natación)

  • Aplicar calor o masajear suavemente la zona afectada

  • Dormir lo suficiente

Mejorar el sueño

Mejorar el sueño es esencial. Por ejemplo, deben evitarse la cafeína y otros estimulantes por la tarde, y dormir en una habitación tranquila y oscura, con una cama cómoda. No deben comer ni mirar la televisión en la cama. (Véase también Higiene del sueño.)

Los médicos pueden prescribir dosis bajas de antidepresivos tricíclicos. Estos fármacos se toman por vía oral una o dos horas antes de acostarse y se utilizan para mejorar el sueño más que para aliviar la depresión. Entre estos se incluyen la trazodona, la amitriptilina y la nortriptilina. La ciclobenzaprina, un relajante muscular, también ayuda hasta cierto punto a dormir. Al igual que los antidepresivos tricíclicos, la ciclobenzaprina solo se toma antes de acostarse. Estos fármacos suelen ser más seguros que los sedantes, la mayoría de los cuales pueden crear dependencia. Sin embargo, los antidepresivos tricíclicos y la ciclobenzaprina pueden tener efectos secundarios, como somnolencia y sequedad de boca, sobre todo en personas ancianas. Tomar estos medicamentos en otro momento puede causar somnolencia durante el día.

Aliviar el dolor

Los analgésicos, como el paracetamol (acetaminofeno) o los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pueden ser eficaces. Los médicos no prescriben opiáceos para el tratamiento de las personas con fibromialgia, ya que alteran los ciclos del sueño, pueden crear hábito y se vuelven menos eficaces con el tiempo.

A veces se utilizan pregabalina (un anticonvulsivo usado en ocasiones para aliviar el dolor), duloxetina y milnacipran para tratar la fibromialgia. Estos medicamentos pueden ayudar cuando se utilizan como parte de un programa de tratamiento que incluye la mejora del sueño, ejercicio y control del estrés.

En ocasiones, se inyectan directamente anestésicos locales (como la lidocaína) en un punto hipersensible, pero estas inyecciones no deben ser utilizadas repetidamente.

Los datos científicos también apoyan el uso de capsaicina, biorretroalimentación, masajes, hipnoterapia, intervenciones quiroprácticas y otras terapias complementarias y alternativas.

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