-
La gastroenteritis está causada normalmente por una infección vírica, bacteriana o parasitaria.
-
La infección produce una combinación de vómitos, diarrea, cólicos, fiebre e inapetencia, que deriva en deshidratación.
-
Los síntomas del niño y los antecedentes de exposición ayudan al médico a confirmar el diagnóstico.
-
La gastroenteritis se evita animando a los niños y sus cuidadores a lavarse las manos y enseñándoles a evitar alimentos en mal estado de conservación y agua contaminada.
-
Se les proporciona líquidos y soluciones de rehidratación, pero a veces los niños necesitan atención médica y incluso de ser hospitalizados.
(Para gastroenteritis en adultos, véase Gastroenteritis.)
La gastroenteritis, a veces denominada incorrectamente «gripe estomacal», es el trastorno digestivo más frecuente en niños. La gastroenteritis grave provoca deshidratación y un desequilibrio del contenido químico de la sangre (electrólitos) debido a la pérdida de líquidos corporales por el vómito y las heces.
Cada año se producen cerca de 3 a 5000 millones de casos, la mayoría en países en desarrollo y entre los niños menores de 5 años de edad. En los países en desarrollo, donde los niños son más vulnerables y no es tan fácil el acceso a la atención sanitaria, fallecen cerca de 1,5 a 2,5 millones de niños cada año por la diarrea causada por gastroenteritis. En países desarrollados, donde los niños están bien alimentados y tienen acceso a una excelente atención sanitaria (y lo que es más importante, tienen acceso a la hidratación intravenosa siempre que es necesaria), las consecuencias no son tan graves. Sin embargo, la gastroenteritis aguda sigue siendo un problema frecuente en Estados Unidos. Cada año, la gastroenteritis es motivo de cerca de 1,5 millones de visitas al médico, 200 000 ingresos hospitalarios y de 100 a 300 muertes.
Causas
La mayoría de las gastroenteritis tienen su origen en
Otras causas muy poco frecuentes de gastroenteritis son
En muy pocas ocasiones la gastroenteritis se produce por un trastorno alérgico (gastroenteritis eosinofílica) o una alergia alimentaria.
Virus
Los virus son la causa más frecuente de gastroenteritis en los países desarrollados. Los virus que causan con más frecuencia la gastroenteritis son
Los niños, por lo general, contraen la gastroenteritis vírica por contagio de otros niños que la han tenido o que han estado expuestos a ella, como en guarderías, escuelas y otros lugares concurridos. La gastroenteritis vírica es muy contagiosa y se transmite con especial facilidad de niño a niño.
La transmisión fecal-oral es la forma habitual de transmisión de la gastroenteritis vírica. Fecal-oral significa que los virus de las heces diarreicas de una persona infectada pasan a la boca de otra persona. Por supuesto, la persona no ingiere heces directamente. En lugar de ello, los niños con diarrea y/o sus cuidadores pueden tener algunas heces infectadas en las manos (especialmente cuando éstas no se lavan cuidadosamente). Luego, cualquier objeto que tocan (como un pañal, un juguete o un alimento) también se contamina con heces infectadas. Otros niños que tocan ese objeto y luego se ponen las manos y los dedos en la boca o sus alrededores pueden infectarse con el virus. La gastroenteritis vírica también puede propagarse al estornudar y al escupir.
En Estados Unidos, el norovirus se ha convertido en la causa más frecuente de gastroenteritis en niños pequeños desde la introducción de las vacunas contra el rotavirus. Las infecciones se pueden producir durante todo el año, pero el 80% ocurren de noviembre a abril. La mayoría de las personas se infectan tras ingerir algún alimento o agua contaminados. Debido a que el norovirus es muy contagioso, la infección puede propagarse fácilmente de persona a persona.
El rotavirus es la causa más frecuente de diarrea deshidratante grave en lactantes y niños de todo el mundo. La frecuencia ha disminuido desde la introducción de vacunas contra rotavirus. Generalmente afecta a lactantes y niños pequeños. Los rotavirus son altamente contagiosos. La mayoría de las infecciones se propagan por transmisión fecal-oral. Los lactantes infectados pueden transmitir la infección a los adultos. En climas templados, las infecciones por rotavirus son más frecuentes en los meses de invierno y menos frecuentes en verano. En climas tropicales, pueden ocurrir durante todo el año.
El astrovirus puede infectar a personas de todas las edades, aunque es mucho más frecuente en bebés y niños pequeños. También es mucho más frecuente en invierno y se propaga por transmisión fecal-oral.
El adenovirus afecta más comúnmente a niños menores de 2 años. Las infecciones se producen a lo largo de todo el año y aumentan ligeramente en verano. La transmisión es fecal-oral.
Bacterias
Las bacterias que causan gastroenteritis de forma más habitual son
Los niños pueden contraer gastroenteritis bacteriana por
Las bacterias proliferan en muchos tipos de alimentos que no se han conservado en condiciones de refrigeración adecuadas (son situaciones potencialmente problemáticas los bufés y los picnics). Cuando la bacteria estafilococo (Staphylococcus) contamina un alimento, secreta una toxina que produce vómitos y diarrea repentinos. La gastroenteritis contraída por el consumo de alimentos contaminados por microorganismos o toxinas bacterianas se denomina a veces intoxicación alimentaria.
Los niños pueden contraer Salmonella al tocar reptiles (tortugas o lagartijas), aves o anfibios (ranas o salamandras) y rara vez pueden contraer E. coli al tocar animales en zoológicos de animales dóciles. En algunos casos, las bacterias las transmiten perros o gatos con diarrea.
Los niños pueden contraer gastroenteritis por el hecho de ingerir o tragar agua contaminada, como la de pozos, arroyos, parques acuáticos y piscinas (denominada enfermedad de las aguas [recreational water illness] recreativas).
La infección por la bacteria Clostridium difficile puede ocurrir en niños que han tomado antibióticos o que han terminado un tratamiento de antibióticos en las últimas 6 a 10 semanas (ver Clostridioides (formerly Clostridium) difficile Colitis inducida por Clostridioides (antiguamente Clostridium) difficile). Algunos niños pueden desarrollar infección por Clostridium difficile después de estar hospitalizados.
Parásitos
La gastroenteritis causada por parásitos (como Giardia intestinalis y Cryptosporidium parvum) se suele contraer por el consumo de agua contaminada o por transmisión fecal-oral (que se sabe que ocurre en guarderías). El parásito Entamoeba histolytica es una causa frecuente de diarrea sanguinolenta en países en desarrollo, pero es rara en Estados Unidos.
Toxinas químicas
La gastroenteritis puede producirse por la ingestión de sustancias químicas tóxicas. Estas toxinas se pueden encontrar en plantas, como las setas venenosas, o en ciertos tipos de mariscos exóticos. Los niños que comen estas sustancias pueden desarrollar gastroenteritis. Los niños también pueden desarrollar gastroenteritis después de ingerir agua o alimentos contaminados por sustancias químicas como arsénico, plomo, mercurio o cadmio.
Fármacos o sustancias
Muchos fármacos causan diarrea. Los niños que reciben (o que ingieren accidentalmente) ciertos medicamentos (como antibióticos o antiácidos) pueden desarrollar gastroenteritis (ver La gastroenteritis como efecto secundario de fármacos).
Síntomas
Los síntomas de la gastroenteritis suelen ser una combinación de
Los síntomas más frecuentes de gastroenteritis, con independencia de la causa, son vómitos y diarrea. La gastroenteritis consecuencia de una infección también puede causar fiebre. El dolor abdominal también es común.
Gastroenteritis vírica
Los virus provocan diarrea acuosa. Las heces casi nunca contienen mucosidad o sangre.
En lactantes y niños muy pequeños, el rotaviruspuede durar entre 5 y 7 días. La mayoría de los niños sufren vómitos, y algunos tienen fiebre.
El norovirus provoca más vómitos que diarrea y dura sólo de 1 a 3 días.
El adenovirus causa vómitos leves de 1 a 2 días después del inicio de la diarrea. La diarrea puede durar de 1 a 2 semanas.
Los síntomas del astrovirus son similares a los de una infección leve por rotavirus.
Gastroenteritis bacterianas
Gastroenteritis causada por parásitos
Complicaciones de la gastroenteritis
La complicación más frecuente de la gastroenteritis grave es la deshidratación (cantidad insuficiente de líquido en el cuerpo), que se produce por la pérdida de una gran cantidad de líquidos a través de los vómitos y las heces. Los niños con deshidratación leve tienen sed, pero los gravemente deshidratados están apáticos, irritables o adormilados (aletargados).
Los lactantes son mucho más propensos que los niños mayores a deshidratarse y desarrollar complicaciones graves. Los lactantes que están deshidratados precisan atención médica inmediata.
Las señales de peligro de deshidratación en los lactantes que requieren atención médica inmediata son las siguientes:
Sin embargo, puede ser difícil estimar la diuresis en los niños que usan pañales y que están teniendo evacuaciones acuosas frecuentes. Es más fácil identificar una disminución del paso de orina (diuresis) y una sed excesiva en los niños mayores.
Diagnóstico
El médico basa el diagnóstico de gastroenteritis en los síntomas del niño y en las respuestas de los padres a las preguntas sobre los agentes causantes a los que el niño ha estado expuesto.
Generalmente, el diagnóstico de gastroenteritis es obvio solo por los síntomas, pero su causa no suele serlo. A veces, otros miembros de la familia han estado recientemente enfermos con síntomas similares. En otros casos, la gastroenteritis puede provenir de aguas contaminadas o alimentos cocinados inadecuadamente, estropeados o contaminados, como puede ocurrir con los mariscos crudos o la mayonesa dejada fuera de la nevera demasiado tiempo. Los viajes recientes, especialmente a ciertos países donde la probabilidad de la infección es mayor, y el uso reciente de antibióticos también pueden proporcionar a los médicos algunas pistas sobre la causa.
Por lo general, no se requieren pruebas diagnósticas, ya que la mayoría de las formas de gastroenteritis se resuelven en poco tiempo. Sin embargo, si los síntomas son intensos o duran más de 48 horas, pueden examinarse muestras de heces en el laboratorio para valorar la presencia de glóbulos blancos (leucocitos) y de bacterias, virus o parásitos. También se pueden hacer análisis de sangre para detectar signos de complicaciones.
Prevención
Se dispone de dos vacunas para prevenir la infección por rotavirus como parte del plan de vacunación infantil recomendado. Las vacunas actuales contra el rotavirus no se asocian a la invaginación intestinal (un grave problema del intestino), como ocurría con la vacuna original. Las vacunas contra el rotavirus han disminuido las infecciones por rotavirus en un 60 a 90%.
Se debe enseñar a los niños con edad suficiente a lavarse las manos y evitar alimentos almacenados de forma inadecuada y agua contaminada. Una buena recomendación general es mantener fríos los alimentos que se consumen fríos y calientes los que se consumen calientes. La comida preparada para su consumo se debe ingerir en el intervalo de una hora.
La lactancia materna es otra manera simple y eficaz de ayudar a prevenir la gastroenteritis en los lactantes. Los lactantes alimentados con lactancia materna presentan tasas significativamente más bajas de gastroenteritis en comparación con los lactantes alimentados con fórmula. Los cuidadores de lactantes alimentados con biberón deben lavarse bien las manos con agua y jabón antes de prepararlos. Los cuidadores también deben lavarse a fondo las manos después de cambiar pañales. Las áreas de cambio de pañales deben ser desinfectadas regularmente con una solución de lejía de uso doméstico recién preparada (¼ de taza de lejía diluida en unos 4 litros de agua). Los niños con diarrea no deberían asistir a la guardería hasta la desaparición de los síntomas. Los niños infectados con Shigella o E. coli que causa diarrea sanguinolenta deben tener 2 análisis de heces con resultados negativos antes de reincorporarse al centro.
Los padres contribuyen a evitar la deshidratación animando a su hijo a beber líquidos aunque sea en cantidades pequeñas pero frecuentes.
Los lactantes y los niños con inmunodeficiencia no deben tocar reptiles, aves o anfibios porque estos animales habitualmente son portadores de la bacteria Salmonella y la infección en estos niños es más grave.
Los padres pueden prevenir enfermedades transmitidas por aguas recreativas al no permitir a sus hijos nadar en aguas públicas si tienen diarrea. Si el niño usa pañales, estos se deben revisar con frecuencia para ver si contienen heces y se deben cambiar en un área que no esté cerca del agua. Los padres deben enseñar a sus hijos a evitar tragar agua cuando nadan.
Tratamiento
Habitualmente, el único tratamiento necesario para la gastroenteritis es reposar en cama y tomar una cantidad adecuada de líquidos.
Cuando un niño tiene gastroenteritis, los padres deben supervisar el estado de hidratación de su hijo. Se pueden administrar fármacos que detengan la diarrea o antibióticos, pero sólo en determinadas situaciones y bajo prescripción médica.
Rehidratación
Hay que animar a los niños a beber líquidos, aunque sea en cantidades pequeñas y frecuentes. Los lactantes deben continuar con la lactancia materna o con la lactancia artificial además de administrárseles una solución electrolítica oral (solución de rehidratación oral, disponible en polvo o en líquido en farmacias y en algunas tiendas de alimentación). No deben administrarse a los lactantes y niños pequeños zumos, refrescos, bebidas carbonatadas, tés, bebidas deportivas y bebidas que contengan cafeína. Estas bebidas pueden contener demasiado azúcar, que puede empeorar la diarrea, y contener muy pocas sales (electrólitos), que son necesarias para reponer las que ha perdido el cuerpo. Para los adolescentes, las bebidas deportivas son preferibles a los zumos y refrescos por su menor contenido en azúcar, aunque tienen menor cantidad de electrólitos que las soluciones electrolíticas orales. El agua corriente no es ideal para tratar la deshidratación en niños de cualquier edad, ya que no contiene sales.
En el niño con vómitos deben administrarse frecuentemente pequeñas cantidades de líquido para contribuir a evitar la deshidratación. Los padres deben ofrecer al niño unos sorbos de líquido. Si no lo vomita, se repiten los sorbos cada 10 o 15 minutos, aumentando la cantidad hasta unos 30 o 60 mL tras una hora o más y de forma creciente según su tolerancia. Estas cantidades mayores se le dan con menor frecuencia, aproximadamente cada hora. Los líquidos se absorben muy rápidamente, de modo que si el niño tarda en vomitar más de 10 minutos después de beberlos, la mayor parte de los mismos han sido absorbidos y debe continuarse su administración. La cantidad de líquido que se debe dar al niño en un periodo de 24 horas depende de su edad y su peso, pero generalmente debe ser más o menos entre unos 100 mL y unos 170 mL de líquido por cada kilogramo de peso del niño. Si el vómito y la diarrea del niño disminuyen, los padres pueden intentar alimentarle con una dieta normal al día siguiente. No se deben administrar las soluciones de electrólitos solas durante más de 24 horas debido a los posibles problemas asociados a una insuficiente ingestión de nutrientes.
Los niños que tienen diarrea pero con pocos vómitos deben ingerir más líquidos para compensar la cantidad de líquido perdida con la diarrea. Pero, a diferencia de los niños con vómitos, se les puede administrar una mayor cantidad de líquido de una vez y se les alimenta con una dieta normal. Sin embargo, si el niño sufre una diarrea importante, probablemente habrá que reducir el consumo de productos lácteos (que contienen lactosa). La gastroenteritis grave disminuye la capacidad del niño para la absorción de la lactosa, resultando incluso en una intensificación de la diarrea.
Los niños que no pueden tolerar ni siquiera pequeños sorbos de líquido o que tienen signos de deshidratación grave (como sopor, boca seca, falta de lágrimas y ausencia de orina durante 6 horas o más) están en peligro y deben ser examinados por un médico inmediatamente. Los niños que no presentan estos signos pero cuyos síntomas duran más de 1 o 2 días deben acudir al médico. Si la deshidratación es grave, el médico puede administrar al niño líquidos por vía intravenosa (IV).
Fármacos o sustancias
Los medicamentos antidiarreicos (como la loperamida) no se suelen recomendar para los niños menores de 2 años a menos que sean recetados por un médico porque existen pocas pruebas de que sean beneficiosos y, en cambio, pueden causar complicaciones.
A los niños con vómitos graves se les pueden administrar ciertos medicamentos que alivian el vómito (como ondansetrón) por vía oral o intravenosa.
Los antibióticos no son eficaces cuando la causa de la gastroenteritis es una infección vírica. Los médicos prescriben tratamiento antibiótico sólo cuando la gastroenteritis está causada por ciertas bacterias (como Shigella) que se sabe que responden a los antibióticos.
En caso de infección parasitaria se pueden administrar ciertos fármacos (como metronidazol y nitazoxanida).
Probióticos
Los probióticos son microorganismos como las bacterias que se encuentran de forma natural en el cuerpo humano y que estimulan el crecimiento de las llamadas "bacterias buenas". Los probióticos también se encuentran en los alimentos y se pueden tomar como complementos. El consumo de probióticos, como el Lactobacillus (presente de forma habitual en el yogur), puede reducir ligeramente la duración de la diarrea (incluso en 1 día) si se empiezan a tomar poco después del inicio de la enfermedad. Sin embargo, es probable que los probióticos no prevengan las consecuencias más graves de la gastroenteritis, como la necesidad de líquidos por vía intravenosa o la hospitalización.