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Aparecen dolor, debilidad y pérdida de sensibilidad total o parcial en un brazo o en una pierna.
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La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa ayudan a localizar la lesión, y la resonancia magnética nuclear ayuda a identificar su causa.
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A veces, el tratamiento del trastorno que causa el problema mejora la función nerviosa.
(Véase también Introducción al sistema nervioso periférico.)
Un plexo nervioso es semejante a una caja de conexiones eléctricas, que distribuye los cables por diferentes partes de una casa. En un plexo se clasifican las fibras nerviosas procedentes de diferentes nervios espinales (que conectan la médula espinal con el resto del cuerpo). Estas fibras se combinan de tal manera que todas las que se dirigen a una zona específica del cuerpo se reúnen en un nervio. Las lesiones de los nervios de los plexos principales causan problemas en los brazos o en las piernas inervados por esos nervios.
Los plexos principales son
El plexo lumbosacro comprende el
Cajas de conexiones nerviosas: los plexos
Causas
Las causas más frecuentes de lesión del plexo son
El plexo braquial (localizado cerca del hombro) puede dañarse por un fuerte estiramiento accidental o por una flexión excesiva del brazo a la altura del hombro. En los recién nacidos, el plexo braquial puede dañarse durante el parto si se ha tirado del feto o se ha realizado otra maniobra. El plexo lumbosacro (localizado cerca de la cadera) puede lesionarse por una caída.
Un cáncer que crece en el pecho o en la parte superior del pulmón puede invadir y destruir el plexo braquial. Un cáncer de intestino, de vejiga o de próstata puede invadir el plexo lumbosacro. Otras masas, como un tumor no canceroso (benigno), un absceso o una bolsa de sangre (hematoma), también producen trastornos de los plexos al comprimirlos.
La diabetes o la radioterapia para el cáncer de mama, que pueden dañar los nervios de todo el cuerpo, también pueden dañar los nervios en un plexo nervioso.
La neuritis braquial aguda (síndrome de Parsonage-Turner, o amiotrofia neurálgica) es una disfunción repentina del plexo braquial debido a inflamación más que a una lesión o un cáncer. Es probable que esté causada por una reacción autoinmunitaria (cuando el organismo produce anticuerpos que atacan a sus propios tejidos) o por un virus. Este trastorno se produce principalmente en los varones. Suele afectar a adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Síntomas
La disfunción del plexo braquial produce dolor, debilidad y pérdida de sensibilidad en un brazo. Puede verse afectado todo el brazo o solo una parte (como el antebrazo o el bíceps). Si la causa es una lesión, la recuperación tiende a ocurrir lentamente, durante varios meses, pero algunas lesiones graves causan debilidad permanente.
La neuritis braquial aguda provoca dolor intenso en brazos y hombros. Habitualmente el brazo se debilita y los reflejos están alterados mientras el dolor desaparece. La gente puede no ser capaz de hacer una ο con el pulgar y el índice. La debilidad se desarrolla en un periodo de 3 a 10 días. Después las personas suelen recuperar su fuerza al cabo de unos pocos meses.
La disfunción del plexo lumbosacro produce dolor en la región lumbar y en la pierna, así como debilidad y pérdida de sensibilidad total en la pierna o en una parte concreta de ella (en el pie o en la pantorrilla). La recuperación depende de la causa.
Diagnóstico
Los médicos sospechan la afectación de un plexo nervioso al localizar síntomas en una zona del cuerpo inervada por un plexo específico. La localización de los síntomas indica qué plexo es el que está afectado.
La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa también ayudan a localizar la lesión.
La resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC) ayudan a determinar si un cáncer, otro tipo de masa o una lesión traumática son la causa del trastorno del plexo.
Tratamiento
El tratamiento de un trastorno de los plexos depende de la causa. Un cáncer próximo al plexo se trata con radioterapia, con quimioterapia o con ambas. En algunos casos debe extirparse quirúrgicamente el cáncer u otro tipo de masa que estén dañando el plexo.
Si la causa es la diabetes, es beneficioso controlar los niveles de azúcar en sangre.
A veces los médicos prescriben corticoesteroides para la neuritis braquial aguda y otros trastornos de los plexos que se consideran producidos por una reacción autoinmunitaria, aunque no se ha demostrado que estos fármacos sean beneficiosos.
Cuando la causa es una lesión traumática, normalmente solo es necesario esperar a que se cure, aunque en ocasiones se requiere cirugía.