Uveítis

PorKara C. LaMattina, MD, Boston University School of Medicine
Revisado/Modificado sep. 2022
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La uveítis es la inflamación en cualquier zona de la capa interior pigmentada del ojo, conocida como úvea (o conducto uveal).

  • El tracto uveal se puede inflamar a causa de una infección, de un trastorno autoinmunitario sistémico (que provoca que las defensas del organismo ataquen a sus propios tejidos) o por razones desconocidas.

  • Los síntomas pueden incluir dolor y enrojecimiento ocular, moscas volantes, pérdida de visión o una combinación de ellos.

  • El tratamiento suele incluir corticoesteroides (sea en forma de colirio, tomados por vía oral o inyectados en el ojo o alrededor del ojo), gotas que dilatan y relajan la pupila en el ojo afectado y a veces fármacos que inhiben el sistema inmunitario.

El conducto uveal consta de 3 estructuras:

  • El iris

  • El cuerpo ciliar

  • La coroides

El iris, el anillo coloreado que rodea la negra pupila, se abre y se cierra para que la luz pase al interior del ojo, como el obturador de una cámara.

El cuerpo ciliar es el conjunto de músculos que, al contraerse, hacen que el cristalino se vuelva más grueso, con lo que el ojo puede enfocar objetos cercanos. Al relajarse, el cuerpo ciliar permite que el cristalino se haga más delgado y pueda enfocar los objetos más distantes. Este proceso se denomina acomodación.

La coroides, el revestimiento de la parte posterior del globo ocular, se extiende desde el borde de los músculos ciliares hasta el nervio óptico, localizado en la parte posterior del ojo. La coroides se encuentra entre la retina, en su parte interna, y la esclerótica, en su parte externa. La coroides contiene células pigmentadas y vasos sanguíneos que nutren las partes internas del ojo, en especial la retina.

Vista del conducto uveal

El conducto uveal consta de tres estructuras: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.

La inflamación puede afectar a todo el conducto uveal o a parte de él. La inflamación limitada a parte del tracto uveal se denomina en función de su ubicación:

  • La uveítis anterior es la inflamación en la parte delantera del tracto uveal, incluyendo el iris.

  • La uveítis intermedia es la inflamación en el centro del conducto uveal, y de forma característica también afecta la sustancia gelatinosa que llena el globo ocular (llamada humor vítreo).

  • La uveítis posterior es la inflamación en la parte posterior del conducto uveal y puede afectar a la retina y la coroides.

  • La panuveítis es una inflamación que afecta a todo el conducto uveal.

A veces la uveítis se conoce con el nombre de la parte específica que se inflama. Por ejemplo, la iritis es la inflamación del iris, la coroiditis es la inflamación de la coroides y la coriorretinitis es la inflamación que afecta tanto a la coroides como a la retina suprayacente. En muchos casos la inflamación del tracto uveal afecta a un solo ojo, pero también pueden estar afectados ambos.

Causas de la uveítis

Existen muchas posibles causas de inflamación, de las cuales algunas están limitadas al ojo y otras son trastornos que afectan a todo el organismo. En la mayoría de las personas no se identifica ninguna causa y se dice que tienen una uveítis idiopática (o uveítis de causa desconocida).

Muchas personas con uveítis sufren un trastorno que también afecta a órganos en otras partes del cuerpo. Estos trastornos incluyen enfermedades inflamatorias, como el síndrome de Behçet, la espondilitis anquilosante, la artritis idiopática juvenil, la sarcoidosis, la artritis reactiva, la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), nefritis tubulointersticial y uveítis, y entre los de ascendencia asiática, india asiática, india americana e hispana, la enfermedad de Vogt-Koyanagi-Harada. Algunas personas sufren infecciones generalizadas, como tuberculosis, sífilis o enfermedad de Lyme (borreliosis).

Otras posibles causas son las infecciones que pueden afectar a los ojos, como el herpes (causado por el virus herpes simple), el herpes zóster o culebrilla (causada por el virus varicela-zóster), la toxoplasmosis y la infección por citomegalovirus. El citomegalovirus ocurre principalmente en personas con un sistema inmunológico debilitado, como las infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o las que toman fármacos que deprimen el sistema inmunitario.

Las lesiones oculares son una causa frecuente de uveítis anterior.

Aunque es poco frecuente, algunos medicamentos (como el pamidronato, la rifabutina, los antibióticos de sulfonamida, el cidofovir y los inhibidores del punto de control como ipilimumab) pueden causar uveítis.

Síntomas de la uveítis

Los primeros síntomas de la uveítis pueden ser leves o graves, dependiendo de cuál sea la parte del tracto uveal afectada y del grado de inflamación.

  • La uveítis anterior presenta los síntomas más problemáticos. Son característicos el dolor ocular intenso, el enrojecimiento de la conjuntiva, el dolor al exponerse a la luz brillante y una leve pérdida de visión. El médico observa la presencia de vasos sanguíneos prominentes en la superficie del ojo cerca del borde de la córnea, glóbulos blancos (leucocitos) flotando en el líquido que rellena la parte frontal del ojo (humor acuoso) y depósitos de glóbulos blancos en la superficie interior de la córnea.

  • La uveítis intermedia suele ser indolora. La visión puede verse disminuida y la persona puede ver un número creciente de puntos negros irregulares flotantes (moscas volantes).

  • La uveítis posterior suele también provocar pérdida de visión y moscas volantes. El nervio óptico puede inflamarse (véase Neuritis óptica). Los síntomas de esta inflamación incluyen pérdida de visión, que puede variar desde un pequeño punto ciego hasta ceguera total.

  • La panuveítis puede causa cualquier combinación de dichos síntomas.

Es posible que la uveítis dañe rápidamente el ojo. A largo plazo, puede provocar complicaciones que podrían acabar en ceguera, tales como inflamación de la mácula, daño en la retina, glaucoma y cataratas. Muchas personas sufren un único episodio de uveítis, mientras que otras sufren recurrencias periódicas durante meses o años o inflamación crónica que requiere un tratamiento prolongado.

Diagnóstico de la uveítis

  • Evaluación médica

El diagnóstico se basa en los síntomas y en la exploración física. Durante la exploración, el médico utiliza una lámpara de hendidura. Una lámpara de hendidura es un instrumento que permite explorar la totalidad del ojo a gran aumento. Si el médico sospecha que existe un trastorno que también afecta a otros órganos, realizará los análisis pertinentes.

Tratamiento de la uveítis

  • Corticoesteroides

  • Fármacos para dilatar las pupilas

  • En algunas ocasiones, otros fármacos o tratamientos

El tratamiento de la uveítis debe empezar lo antes posible para evitar lesiones permanentes. Casi siempre incluye corticoesteroides, por lo general administrados en forma de colirios, aunque también pueden tomarse por vía oral o inyectados en el ojo o alrededor de éste. También se utilizan fármacos para dilatar las pupilas, como los colirios de homatropina o de ciclopentolato.

Para tratar las causas específicas de uveítis pueden usarse otros medicamentos; por ejemplo, si la causa es una infección, se administran fármacos para eliminar el microorganismo infectante.

En ocasiones son necesarios otros tratamientos, como la cirugía, el láser o medicamentos por vía oral o inyectados por vena (intravenosos) o inyectados en la piel que deprimen el sistema inmunitario (inmunodepresores).

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