Los problemas relacionados con medicamentos son frecuentes en los ancianos, e incluyen la ineficacia del fármaco, los efectos adversos de los medicamentos, sobredosis, subdosificación, tratamiento inapropiado, monitorización inadecuada, falta de cumplimiento e interacciones entre medicamentos y enfermedades o medicamentos. (Véase también Generalidades sobre la farmacoterapia en los adultos mayores.)
Los medicamentos pueden ser ineficaces en los adultos mayores porque los médicos indican dosis insuficientes o no ajustan la dosis a lo largo del tiempo (p. ej. debido a una mayor preocupación por los efectos adversos) o porque el cumplimiento del tratamiento es escaso (p. ej. debido a limitaciones financieras o cognitivas).
Los efectos adversos a los fármacos son reacciones no deseadas, molestas o peligrosas. Algunos ejemplos comunes son la sedación excesiva, la confusión, las alucinaciones, las caídas, la diarrea, el estreñimiento y el sangrado. En las personas ≥ 65 años no hospitalizadas, se identifican efectos adversos con una frecuencia de alrededor de 50 eventos cada 1.000 personas-año (1). Las tasas de hospitalización debido a efectos adversos de medicamentos son 4 a 7 veces más altas en pacientes mayores que en pacientes más jóvenes; estas hospitalizaciones en pacientes mayores se deben con mayor frecuencia a anticoagulantes, antibióticos, antidiabéticos, analgésicos opioides y antipsicóticos (2, 3).
Referencias
1. Gurwitz JH, Field TS, Harrold LR, et al. Incidence and preventability of adverse drug events among older persons in the ambulatory setting. JAMA. 2003;289(9):1107-1116. doi:10.1001/jama.289.9.1107
2. Salvi F, Marchetti A, D'Angelo F, Boemi M, Lattanzio F, Cherubini A. Adverse drug events as a cause of hospitalization in older adults. Drug Saf. 2012;35 Suppl 1:29-45. doi:10.1007/BF03319101
3. Shehab N, Lovegrove MC, Geller AI, Rose KO, Weidle NJ, Budnitz DS. US Emergency Department Visits for Outpatient Adverse Drug Events, 2013-2014. JAMA. 2016;316(20):2115-2125. doi:10.1001/jama.2016.16201
Causas de los problemas relacionados con los fármacos
Cualquier paciente puede presentar efectos adversos de los fármacos, pero algunas características de los ancianos los hacen más susceptibles. Por ejemplo, los pacientes ancianos suelen tomar varios fármacos y presentar cambios en la farmacodinámica y la farmacocinética relacionados con la edad que aumentan el riesgo de efectos adversos.
A cualquier edad, los fármacos pueden provocar efectos adversos a pesar de haber sido prescritos por un médico y tomados en forma apropiada; por ejemplo, la aparición de reacciones alérgicas no puede predecirse ni prevenirse. No obstante, se cree que los efectos adversos pueden prevenirse en muchos casos en los adultos mayores (1).
En los ancianos, varias causas habituales de efectos adversos o de ineficacia pueden prevenirse. Estas causas prevenibles incluyen:
Afección médica no tratada
La comunicación inadecuada con pacientes o entre profesionales de la salud (particularmente durante transiciones de atención médica) es una causa significativa de efectos adversos de medicamentos en adultos mayores. Muchos problemas relacionados con fármacos podrían prevenirse si se prestara mayor atención a la reconciliación de medicamentos cuando los pacientes ingresan o salen del hospital o en otras transiciones de atención (traslado de un hogar de ancianos a un hospital o de un centro de enfermería especializado al hogar) (2-4). Otra fuente de efectos adversos de los medicamentos es la falta de evaluación continua de la eficacia de los fármacos y la necesidad persistente de medicamentos específicos.
Interacciones entre los fármacos y las enfermedades
Un fármaco administrado para tratar una enfermedad puede exacerbar otro trastorno, independientemente de la edad del paciente, pero estas interacciones preocupan en especial en los ancianos. A menudo, la distinción entre los efectos adversos sutiles de los fármacos y los efectos de la enfermedad resulta difícil y puede culminar en una cascada de prescripción de fármacos. Los criterios de la American Geriatrics Society Beers Criteria® (Criterios de Beers de la Sociedad Estadounidense de Geriatría) se utilizan comúnmente para identificar posibles interacciones farmacológicas en adultos mayores y proporcionar recomendaciones de tratamiento médico (5).
Cuando el efecto adverso de un fármaco se malinterpreta como un signo o un síntoma de una enfermedad nueva o se indica un medicamento para tratarlo, se culmina en una cascada de prescripciones. El nuevo fármaco innecesario puede causar nuevos efectos adversos, que pueden luego malinterpretarse como otra enfermedad y conducir a la indicación de una terapia innecesaria, y así sucesivamente.
Muchos fármacos producen efectos adversos semejantes a síntomas de enfermedades frecuentes en los ancianos o a cambios secundarios al envejecimiento. A continuación se mencionan algunos ejemplos:
Los antipsicóticos pueden causar síntomas semejantes a los de la enfermedad de Parkinson. En los adultos mayores, estos síntomas pueden diagnosticarse como enfermedad de Parkinson y tratarse con agonistas dopaminérgicos, lo que en realidad puede provocar efectos adversos generados por los fármacos antiparkinsonianos (p. ej., hipotensión ortostática, agitación psicomotriz, alucinaciones, náuseas).
Los inhibidores de la colinesterasa (p. ej., donepezilo, galantamina) pueden prescribirse en pacientes con demencia. Estos fármacos pueden causar diarrea, polaquiuria o incontinencia urinaria de urgencia. Luego, para tratar estos nuevos síntomas se prescribe al paciente un fármaco anticolinérgico (p. ej., oxibutinina). De esta manera, se agrega un fármaco innecesario, con incremento del riesgo de efectos adversos e interacciones entre fármacos. Una estrategia más adecuada consiste en reducir la dosis del inhibidor de la colinestarsa o considerar un tratamiento diferente para la demencia (p. ej., memantina), que tiene un mecanismo de acción distinto.
Los bloqueantes de los canales de calcio (p. ej., amlodipino, nifedipina, felodipino) pueden prescribirse para los pacientes con hipertensión. Estos medicamentos pueden tratar la hipertensión de manera apropiada, pero también pueden causar edema periférico. Luego los pacientes pueden recibir terapia diurética (p. ej., furosemida), aunque esta puede causar hipopotasemia, que requiere suplementos de potasio. Una mejor estrategia consiste en reducir la dosis o suspender el bloqueante de los canales de calcio y reemplazarlo por otros fármacos antihipertensivos, como inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueantes de los receptores de angiotensina.
En los ancianos, los médicos que prescriben medicamentos siempre deben considerar la posibilidad de que un nuevo síntoma o signo sea secundario a una farmacoterapia existente.
Interacciones medicamentosas
Dado que los ancianos suelen consumir numerosos fármacos, son más vulnerables a desarrollar interacciones entre ellos. Asimismo, los pacientes ancianos también consumen con frecuencia medicinas naturales y otros suplementos dietéticos, que pueden no compartir con los profesionales de la salud. Los medicamentos naturales pueden interactuar con los fármacos que se venden bajo receta y provocar efectos adversos. Por ejemplo, el extracto de ginkgo biloba tomado junto con warfarina puede aumentar el riesgo de sangrado y la hierba de San Juan (hipérico) en pacientes que reciben inhibidores selectivos de la recapatación de serotonina (ISRS) puede incrementar el riesgo de desarrollar síndrome serotoninérgico. Por lo tanto, los médicos deben preguntar a los pacientes específicamente sobre el uso de suplementos dietéticos, incluyendo hierbas medicinales y suplementos vitamínicos.
En los ancianos, las interacciones entre fármacos son similares a las observadas en la población general. No obstante, en el anciano puede haber una reducción de la inducción del metabolismo del fármaco a través del citocromo P-450 (CYP450) por ciertos medicamentos (p. ej., fenitoína, carbamacepina, rifampicina); por lo tanto, el cambio (aumento) del metabolismo del fármaco puede ser menos pronunciado en estos pacientes. Muchos otros fármacos inhiben el metabolismo de CYP450 y por lo tanto aumentan el riesgo de toxicidad de los fármacos que dependen de esa vía para su eliminación. Debido a que las personas mayores suelen utilizan un mayor número de medicamentos, tienen mayor riesgo de múltiples interacciones CYP450 difíciles de predecir. El uso de múltiples medicamentos también puede hacer que muchas interacciones farmacológicas sean difíciles de predecir. Por ejemplo, incluso si existe una interacción conocida entre 2 medicamentos, esa interacción puede ser diferente si se está administrando concurrentemente un tercero o un cuarto medicamento. El uso concurrente de ≥ 1 fármaco con toxicidades similares puede aumentar el riesgo o la gravedad de los efectos adversos.
Monitorización inadecuada
La monitorización del consumo de fármacos requiere los siguientes pasos
Documentar la indicación de un nuevo fármaco
Mantener un listado actualizado de los fármacos consumidos por el paciente en la historia clínica
Monitorizar los logros de los objetivos terapéuticos y de otras respuestas a los fármacos nuevos
Monitorización de las pruebas de laboratorio necesarias u otras pruebas para determinar la eficacia o los efectos adversos (p. ej., sodio, potasio, magnesio, vitamina B12, frecuencia cardíaca, intervalo QT corregido [QTc])
Revisar de manera periódica la efectividad y la necesidad continua de los fármacos
Estas medidas tienen mayor relevancia en los pacientes ancianos. Si no se controlan estrechamente, en particular después de la prescripción de fármacos nuevos, aumenta el riesgo de polifarmacia, efectos adversos e ineficacia.
Selección inapropiada del fármaco
Un fármaco se considera inapropiado cuando el daño potencial que puede ocasionar es mayor que su beneficio. El uso inapropiado de un fármaco puede incluir
Elección inadecuada del fármaco, la dosis, frecuencia de dosis, o la duración del tratamiento
Duplicación de la terapia
Falta de consideración de las interacciones farmacológicas e indicaciones apropiadas para un fármaco
Administración de fármacos apropiados pero con prolongación errónea del tratamiento una vez resuelta la enfermedad aguda (como puede ocurrir cuando el paciente se transfiere de una institución de salud a otra y la indicación no se reevalúa)
Algunos tipos de fármacos generan mayor preocupación en los ancianos. Algunos medicamentos deben evitarse por completo en los adultos mayores, algunos deben evitarse solo en ciertas situaciones y otros pueden usarse pero con un control estricto. Los criterios de Beers de la American Geriatrics Society® enumeran los fármacos potencialmente inapropiados para los ancianos según la clase; también pueden hallarse otros listados similares (5). También está disponible un listado de algunas alternativas farmacológicas y no farmacológicas con referencias de apoyo (6). Los médicos deben comparar los beneficios potenciales con los riesgos de la terapia en cada paciente. Los criterios no se aplican a los pacientes al final de la vida, cuando las decisiones de terapia farmacológica son muy diferentes.
A pesar de la diseminación y el conocimiento de los American Geriatrics Society Beers Criteria (Criterios de Beers de la Sociedad Americana de Geriatría)® y otros, aún se siguen prescribiendo fármacos inapropiados para los adultos mayores; típicamente, alrededor del 45% de los adultos mayores no hospitalizados utiliza al menos un fármaco inapropiado (7). En estos pacientes, el riesgo de efectos adversos aumenta. Entre los pacientes que viven en instituciones, el uso de fármacos inapropiados incrementa el riesgo de hospitalización y muerte. En un estudio de pacientes hospitalizados, el 27,5% recibió un medicamento potencialmente inapropiado basado en los Criterios de Beers de la American Geriatrics Society® (8).
Algunos medicamentos inapropiados (p. ej., difenhidramina y antiinflamatorios no esteroides [AINE] orales) están disponibles sin receta (de venta libre); por lo tanto, los médicos deben preguntarles en forma específica a los pacientes sobre el uso de medicamentos de venta libre y discutir con los pacientes los posibles problemas que estos fármacos pueden causar.
A los adultos mayores a menudo se les prescriben medicamentos (típicamente, analgésicos, inhibidores de la bomba de protones o hipnóticos) para los síntomas menores (incluidos los efectos adversos de otros medicamentos) que pueden tratarse mejor con intervenciones no farmacológicas (p. ej., ejercicio, fisioterapia, masajes, cambios en la dieta, terapia cognitivo-conductual) o mediante la reducción de la dosis del medicamento que causa efectos adversos. Iniciar medicamentos adicionales a menudo es inapropiado; el beneficio puede ser bajo, los costos aumentan, y el nuevo medicamento puede provocar toxicidad adicional.
La eliminación eficaz del uso inadecuado de medicamentos en los adultos mayores requiere más que evitar una breve lista de medicamentos y señalar las categorías de medicamentos que son motivo de preocupación. El régimen completo de medicación de un paciente también debe evaluarse regularmente para determinar la necesidad continua de un medicamento y sopesar los beneficios potenciales contra los riesgos.
Falta de cumplimiento por parte del paciente
La eficacia del fármaco a menudo se ve comprometida debido a la falta de cumplimiento en los pacientes ancianos ambulatorios. El cumplimiento se ve afectado por muchos factores, incluidas las barreras del lenguaje, pero no por la edad propiamente dicha. Hasta la mitad de los pacientes ancianos no toma los medicamentos en la forma indicada, sino en general en dosis más bajas que las prescritas (subadherencia). Sus causas son similares a las de los adultos más jóvenes. Asimismo, los siguientes factores contribuyen:
Limitaciones financieras y físicas, que pueden afectar la adquisición de los fármacos
Problemas cognitivos o baja alfabetización en salud, que pueden dificultar la toma de los medicamentos según las instrucciones
Uso de varios fármacos (polifarmacia)
Uso de medicamentos que deben tomarse varias veces al día o de una manera específica
Falta de comprensión de los beneficios esperados de un medicamento, los efectos adversos potenciales, o el uso de formas de dosificación no convencionales, como parches transdérmicos o inhaladores
Puede ser complicado para el paciente seguir un régimen de dosis demasiado frecuente o demasiado infrecuentes o con múltiples fármacos. Los médicos deben evaluar la alfabetización en salud de los pacientes y su capacidad para cumplir con un régimen terapéutico (p. ej., destreza, fuerza de la mano, cognición, visión) e intentar adaptarse a sus limitaciones, por ejemplo, proporcionando o recomendando recipientes de fácil acceso, etiquetas de medicamentos e instrucciones en letra grande, recipientes equipados con alarmas recordatorias, recipientes llenados según las necesidades diarias de medicamentos, llamadas telefónicas recordatorias o asistencia para la medicación. Los farmacéuticos y las enfermeras pueden ayudar a través de la educación y la revisión de las instrucciones de los medicamentos junto con los pacientes en cada consulta. Los farmacéuticos pueden identificar un problema si controlan que la renovación de los medicamentos se realice en el momento adecuado u observan si alguno de los medicamentos prescritos parece ilógico o incorrecto. Muchas farmacias y sistemas de salud pueden monitorizar los patrones de reabastecimiento y comunicarse con pacientes y/o prescriptores si las prescripciones no se vuelven a surtir a intervalos apropiados.
Sobredosis
Puede prescribirse una dosis excesiva de un medicamento apropiado para adultos mayores si el prescriptor no considera los cambios relacionados con la edad que afectan la farmacocinética y la farmacodinámica. Por ejemplo, las dosis de fármacos eliminados por vía renal (p. ej., gabapentina, algunos antibióticos, digoxina) deben ajustarse en pacientes con insuficiencia renal.
En general, aunque los requerimientos de dosis varían considerablemente de una persona a otra, se debe comenzar con la dosis más baja en adultos mayores. La mayoría de los medicamentos no han sido bien estudiados en adultos > 75 años (particularmente aquellos con múltiples morbilidades, uso de varios medicamentos, y/o fragilidad) y, como resultado, la sobredosis es común simplemente debido a la falta de datos sobre cómo dosificar medicamentos en estos pacientes. Las dosis iniciales típicas suelen corresponder a un tercio hasta la mitad de la dosis habitual en adultos cuando un fármaco tiene un índice terapéutico estrecho, cuando el fármaco puede exacerbar otra enfermedad en ese paciente y particularmente cuando el paciente es frágil. Luego se titula la dosis hacia arriba según la tolerancia del paciente para alcanzar el efecto deseado. Cada vez que se eleva la dosis, deben buscarse efectos adversos y controlarse las concentraciones de los fármacos siempre que sea posible.
También puede ocurrir sobredosis cuando interacciones medicamentosas aumentan la cantidad disponible del fármaco o cuando diferentes médicos prescriben un medicamento sin ser conscientes de que otro profesional prescribió el mismo o un medicamento similar (duplicación terapéutica). Los pacientes que usan solo una farmacia aumentan la probabilidad de identificar y prevenir la duplicación terapéutica.
Mala comunicación
La mala comunicación de la información médica en los puntos de transición (de un entorno de atención médica a otro) causa muchos errores de medicación y efectos adversos de los medicamentos en el hospital. Cuando los pacientes salen del hospital, puede ocurrir que el médico que da el alta continúe innecesariamente con los fármacos que fueron iniciados y requeridos solo en el hospital (p. ej., hipnóticos sedantes, laxantes, inhibidores de la bomba de protones). De manera similar, los formularios hospitalarios pueden determinar un cambio en un medicamento de un producto a otro durante la internación (p. ej., estatinas) que puede resultar en errores de duplicación o de omisión al alta. Por el contrario, al ingresar a un centro de atención médica, la falta de comunicación puede resultar en la omisión involuntaria de un medicamento de mantenimiento necesario. La reconciliación de medicamentos se refiere a un proceso formal de revisión de todos los medicamentos recetados en cada transición de la atención y puede ayudar a eliminar errores y omisiones.
Prescripción insuficiente
La dosis de un fármaco apropiado puede ser insuficiente, o sea que puede no alcanzar su eficacia máxima. La dosis insuficiente puede aumentar la tasa de morbimortalidad y comprometer la calidad de vida. Los médicos deben usar fármacos adecuados y, cuando corresponda, regímenes con múltiples fármacos.
Los fármacos que a menudo se prescriben en forma insuficiente en los adultos mayores incluyen los utilizados para tratar la depresión, la enfermedad de Alzheimer, la insuficiencia cardíaca, posinfarto de miocardio (beta-bloqueantes), la fibrilación auricular (anticoagulantes) y la hipertensión. Además, las vacunas no siempre se dan como se recomienda.
Beta-bloqueantes: en los pacientes con antecedentes de infarto de miocardio, incluso en aquellos mayores con riesgo elevado de complicaciones (p. ej., con afecciones pulmonares o diabetes), estos fármacos reducen las tasas de mortalidad y la hospitalización.
Antihipertensivos: se han diseñado guías para el tratamiento de la hipertensión arterial en los ancianos, y el tratamiento es beneficioso (con reducción del riesgo de accidente cerebrovascular y eventos cardiovasculares mayores) incluso en adultos mayores frágiles. No obstante, en los estudios se observa que a menudo la hipertensión arterial no es óptimamente controlada en estos pacientes.
Fármacos para la enfermedad de Alzheimer: los inhibidores de la acetilcolinesterasa y los antagonistas de NMDA (N-metil-d-aspartato) han demostrado ser beneficiosos en los pacientes con enfermedad de Alzheimer. La magnitud del beneficio es modesto y variable, pero los pacientes y los miembros de la familia deben tener la oportunidad de tomar una decisión informada acerca de su uso.
Anticoagulantes: los anticoagulantes (tanto la warfarina como los nuevos anticoagulantes orales de acción directa) reducen el riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes con fibrilación auricular. Aunque existe un mayor riesgo de hemorragia con anticoagulación en general, algunos adultos mayores que podrían beneficiarse con la anticoagulación no la están recibiendo.
Inmunizaciones: los adultos mayores tienen un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad por influenza, infección neumocócica, virus respiratorio sincitial, COVID-19, tos ferina y herpes zóster. Las tasas de vacunación entre los adultos mayores no son óptimas.
En los pacientes ancianos con enfermedad crónica, los trastornos agudos o no relacionados pueden tratarse en forma insuficiente (p. ej., la hipercolesterolemia puede no tratarse en los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Algunos médicos pueden evitar estos tratamientos por temor a un aumento del riesgo de efectos adversos o del tiempo necesario para beneficiarse con el tratamiento en un paciente con expectativa de vida breve. El médico puede creer que el tratamiento del problema primario es el único que el paciente puede o desea manejar o que no es capaz de conseguir otros fármacos. Los pacientes y los cuidadores deben ser participantes activos en las decisiones sobre el tratamiento farmacológico para que los médicos puedan entender sus prioridades y preocupaciones.
Referencias
1. Zazzara MB, Palmer K, Vetrano DL, Carfì A, Onder G. Adverse drug reactions in older adults: a narrative review of the literature [published correction appears in Eur Geriatr Med. 2022 Feb;13(1):307. doi: 10.1007/s41999-021-00591-4.]. Eur Geriatr Med. 2021;12(3):463-473. doi:10.1007/s41999-021-00481-9
2. Tam VC, Knowles SR, Cornish PL, et al: Frequency, type and clinical importance of medication history errors at admission to hospital: a systematic review. CMAJ 173(5):510-5, 2005. doi: 10.1503/cmaj.045311
3. Wong JD, Bajcar JM, Wong GG, et al: Medication reconciliation at hospital discharge: evaluating discrepancies. Ann Pharmacother 42(10):1373-9, 2008. doi: 10.1345/aph.1L190
4. Forster AJ, Clark HD, Menard A, et al: Adverse events among medical patients after discharge from hospital. CMAJ 170(3):345-9.
5. The 2023 American Geriatrics Society Beers Criteria® Update Expert Panel. American Geriatrics Society 2023 updated AGS Beers Criteria® for potentially inappropriate medication use in older adults. J Am Geriatr Soc. 2023;71(7):2052-2081. doi:10.1111/jgs.18372
6. Hanlon JT, Semla TP, Schmader KE, et al: Alternative medications for medications in the use of high-risk medications in the elderly and potentially harmful drug-disease interactions in the elderly quality measures. J Am Geriatr Soc 63(12): e8-e18, 2015. doi: 10.1111/jgs.13807
7. Innes GK, Ogden CL, Crentsil V, Concato J, Fakhouri TH. Prescription Medication Use Among Older Adults in the US. JAMA Intern Med. 2024;184(9):1121-1123. doi:10.1001/jamainternmed.2024.2781
8. Page RL 2nd, Ruscin JM. The risk of adverse drug events and hospital-related morbidity and mortality among older adults with potentially inappropriate medication use. Am J Geriatr Pharmacother. 2006;4(4):297-305. doi:10.1016/j.amjopharm.2006.12.008
Prevención
Antes de comenzar un nuevo fármaco
Para reducir el riesgo de efectos adversos de los fármacos en los ancianos, el médico debe seguir las siguientes pautas antes de iniciar un nuevo fármaco:
Considere que los nuevos síntomas o problemas médicos pueden estar relacionados con la terapia farmacológica existente
Considerar un tratamiento no farmacológico
Discutir los objetivos de la atención con el paciente y/o los cuidadores y establecer un marco de tiempo en el que se espera que aparezca el beneficio de la terapia con medicamentos
Evaluar la indicación de cada nuevo fármaco (para evitar el uso de fármacos innecesarios)
Considerar los cambios en la farmacocinética o la farmacodinámica relacionados con la edad y su efecto sobre los requerimientos de dosis
Elegir el tratamiento farmacológico más seguro posible para la indicación (p. ej., para la artritis no inflamatoria, paracetamol en lugar de un antiinflamatorio no esteroide [AINE] por vía oral)
Controlar posibles interacciones entre distintos fármacos, y entre fármacos y enfermedades
Comenzar con la dosis efectiva más baja
Usar la mínima cantidad de fármacos necesarios
Identificar enfermedades coexistentes y su probabilidad de contribuir a efectos adversos de los fármacos
Explicar la utilidad y los efectos adversos de cada fármaco
Proporcionarles a los pacientes instrucciones claras para tomar los fármacos (incluyendo los nombres genéricos y comerciales de los medicamentos, deletreo de cada fármaco, indicaciones de cada medicamento y explicación de las fórmulas que contienen más de un fármaco) y explicar durante cuánto tiempo será necesario tomarlos
Prever confusiones entre fármacos con nombres similares y destacar los nombres que puedan generar confusión (p. ej., Glucophage® y Glucovance®)
Una vez iniciado el tratamiento farmacológico
Una vez iniciado un fármaco, deben seguirse los siguientes pasos:
Asumir que un nuevo síntoma puede estar relacionado con un fármaco hasta comprobar lo contrario (para evitar una cascada de prescripciones).
Monitorizar a los pacientes en busca de signos de efectos adversos, medir las concentraciones de los fármacos y solicitar las pruebas de laboratorio consideradas necesarias.
Documentar la respuesta al tratamiento y aumentar las dosis según sea necesario para lograr el efecto deseado.
Revaluar con regularidad la necesidad de continuar la terapia con medicamentos y suspender los medicamentos que ya no son necesarios o los que se asocian con mayor riesgo potencial que beneficio.
Mantenimiento
Deben llevarse a cabo los siguientes pasos:
La reconciliación de medicamentos es un proceso que ayuda a garantizar la transferencia de información sobre los regímenes farmacológicos en cualquier punto de transición dentro del sistema de atención de la salud. El proceso incluye la identificación y el registro del listado de todos los fármacos que consume el paciente (nombre, dosis, frecuencia, vía) y la comparación del listado resultante con las indicaciones del médico en el momento del traslado. Este método debe llevarse a cabo durante cada instancia del traslado (admisión, transferencia y alta).
Los programas computarizados de prescripción médica y los sistemas de registros médicos electrónicos pueden incorporar alertas de prescripción para advertir a los médicos sobre problemas potenciales (ej. alergia, necesidad de dosis reducida en pacientes con función renal deteriorada, interacciones medicamentosas). Estos programas también pueden indicarles a los médicos la necesidad de controlar a ciertos pacientes en forma estrecha para identificar efectos adversos graves.
