(Véase también Introducción a los trastornos producidos por el calor.)
Los calambres por calor constituyen un tipo leve de trastorno producido por el calor que tiende a ocurrir en personas sanas que están activas en condiciones de calor.
Al sudar se pierden sales (electrólitos) y líquidos; sin embargo, la ingestión de gran cantidad de agua diluye las sales y causa calambres. Una sudoración abundante es más probable en días calurosos, especialmente durante la práctica de un esfuerzo físico intenso o después de esta. Los calambres son habituales en todas estas personas:
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Los obreros, como por ejemplo el personal de salas de máquinas, trabajadores del acero, reparadores de tejados y mineros
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En deportistas, en especial alpinistas o esquiadores, ya que las diversas capas de ropa que usan pueden impedir que noten la sudoración abundante, y en los jugadores de tenis y los corredores que no se toman el tiempo necesario para reponer las sales perdidas con el sudor
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Militares
Los calambres debidos al calor son contracciones fuertes de los músculos de las manos, las pantorrillas, los pies, los muslos o los brazos. Las contracciones causan endurecimiento del músculo, tensión y dolor. El dolor puede ser entre leve e intenso. La fiebre no suele estar presente.
Los calambres leves debidos al calor se pueden tratar haciendo que la persona afectada descanse en un ambiente fresco y consuma bebidas que contengan sal o alimentos salados. Beber 1 o 2 litros de una bebida isotónica o agua con 2 cucharaditas de sal suele ser suficiente. Los calambres graves debidos al calor se tratan con líquidos y sales administrados por vía intravenosa. El estiramiento del músculo implicado a menudo alivia el dolor de forma inmediata.