El cateterismo cardíaco es un procedimiento que permite medir la función cardíaca a través de un catéter insertado en una vena o arteria y guiado hacia el corazón. La angiografía coronaria, que se puede realizar durante el cateterismo cardíaco, es un tipo de prueba de diagnóstico por la imagen que utiliza rayos X y un agente de contraste para producir imágenes de los vasos sanguíneos que alimentan el corazón (arterias coronarias).
El cateterismo cardíaco y la angiografía coronaria son métodos mínimamente invasivos para estudiar el corazón y los vasos sanguíneos que lo irrigan (arterias coronarias) sin usar cirugía. Estas pruebas suelen llevarse a cabo cuando las pruebas no invasivas no aportan información suficiente, cuando las pruebas no invasivas sugieren la presencia de un problema del corazón o de los vasos sanguíneos, o cuando una persona tiene síntomas que implican una elevada probabilidad de que sufra un problema cardíaco o de la arteria coronaria. Una ventaja de estas pruebas es que, durante la prueba, los médicos también pueden tratar diversas enfermedades, incluyendo la arteriopatía coronaria.
Cada año se practican más de un millón de cateterismos cardíacos y procedimientos angiográficos en los Estados Unidos. Son relativamente seguros y las complicaciones son poco frecuentes. Con el cateterismo cardíaco y la angiografía, la posibilidad de una complicación grave (como, por ejemplo, un accidente cerebrovascular, un infarto de miocardio o la muerte) es de 1 por cada 1000. Menos de 1/10 000 de las personas sometidas a estos procedimientos mueren, y en la mayoría de estos casos la persona sufría ya una enfermedad grave del corazón u otro trastorno. El riesgo de complicaciones y de muerte es más elevado en las personas de edad avanzada.
Cateterismo cardíaco
El cateterismo cardíaco es ampliamente utilizado para el diagnóstico y el tratamiento de distintas dolencias cardíacas. El cateterismo cardíaco puede utilizarse para determinar la cantidad de sangre que bombea el corazón en un minuto (gasto cardíaco), para detectar defectos congénitos del corazón y para detectar y biopsiar tumores cardíacos (por ejemplo, un mixoma).
Este procedimiento representa la única forma de medir directamente la presión sanguínea en cada cámara del corazón y en los principales vasos sanguíneos que van desde el corazón hacia los pulmones.
En el cateterismo cardíaco, se introduce un catéter delgado (un pequeño tubo de plástico, hueco y flexible) en una arteria o vena del cuello, el brazo o la ingle/parte superior del muslo por medio de una punción con una aguja. Se administra un anestésico local para insensibilizar el punto de inserción. A continuación, se pasa el catéter por los principales vasos sanguíneos y se introduce en las cavidades cardíacas y/o las arterias coronarias. El procedimiento se realiza en un hospital y dura entre 40 y 60 minutos.
Se pueden hacer pasar varios instrumentos pequeños a través del tubo, hasta alcanzar el extremo del catéter. Entre estos se incluyen instrumentos para medir la presión sanguínea en cada cámara del corazón y en los vasos sanguíneos conectados a este, instrumentos para visualizar el interior de los vasos sanguíneos o captar imágenes ecográficas de estos, instrumentos para tomar muestras de sangre de diferentes partes del corazón o instrumentos para obtener una muestra de tejido del corazón para su posterior examen al microscopio (biopsia). Los procedimientos comunes realizados a través del catéter son los siguientes:
Angiografía coronaria: se utiliza un catéter para inyectar un agente de contraste radiopaco dentro de los vasos sanguíneos que alimentan el corazón (arterias coronarias) para que puedan visualizarse en las radiografías.
Ventriculografía: la ventriculografía es un tipo de angiografía en la que se realizan radiografías al afectado mientras se le inyecta un agente de contraste radiopaco en el ventrículo izquierdo o en el derecho a través de un catéter. Con este procedimiento, el médico puede visualizar el movimiento del ventrículo izquierdo o del derecho y así valorar la capacidad de bombeo del corazón. A partir de la capacidad de bombeo del corazón, es posible calcular la fracción de eyección (el porcentaje de sangre que expulsa el ventrículo izquierdo con cada latido). La valoración del bombeo ayuda a determinar el grado de lesión cardíaca.
Intervención coronaria percutánea (ICP): se introduce un catéter con un globo adherido a la punta en una arteria coronaria estrechada y el globo se infla para expandirla. Los médicos suelen utilizar el catéter para insertar un tubo de malla de alambre (un stent) en la arteria para mantenerla abierta.
Valvuloplastia: se utiliza un catéter para dilatar el orificio de una válvula cardíaca que ha sufrido una constricción.
Reemplazo de válvula: se usa un catéter para reemplazar una válvula cardíaca sin retirar la válvula antigua o practicar una intervención quirúrgica.
Si se utiliza una arteria para la inserción del catéter, el punto donde se ha realizado la punción debe mantenerse comprimido firmemente durante un periodo de entre 10 y 20 minutos después de que todos los instrumentos hayan sido retirados. La compresión impide las hemorragias y la formación de hematomas. Sin embargo, a veces se produce una hemorragia en el lugar de la punción y deja un gran hematoma que puede persistir durante semanas, pero que casi siempre desaparece por sí solo. Como alternativa, se pueden utilizar dispositivos de sutura para cerrar el orificio en la arteria producido por el catéter.
Como la introducción de un catéter en el corazón puede producir anomalías en el ritmo cardíaco, durante este procedimiento se lleva a cabo una monitorización cardíaca mediante electrocardiografía. Por lo general, los médicos pueden corregir estas anomalías colocando el catéter en otra posición. Si esta maniobra no da resultado, se retira el catéter. En muy raras ocasiones la inserción de un el catéter puede lesionar o perforar las paredes del corazón.
El cateterismo cardíaco puede practicarse tanto en el lado derecho del corazón como en el izquierdo.
Cateterización del lado derecho del corazón
El cateterismo del lado derecho del corazón se practica con el fin de obtener información acerca de las cavidades cardíacas derechas (aurícula derecha y ventrículo derecho) y de la válvula tricúspide (localizada entre estas dos cámaras), así como para evaluar la cantidad de sangre que bombea el corazón. La aurícula derecha recibe sangre desprovista de oxígeno procedente de las venas del organismo, y el ventrículo derecho impulsa la sangre hacia los pulmones, donde toma oxígeno y libera dióxido de carbono. En este procedimiento, el catéter se introduce en una vena, generalmente en el cuello, el brazo o la ingle.
El cateterismo del lado derecho se utiliza para detectar y cuantificar la funcionalidad cardíaca y las conexiones anómalas entre los lados derecho e izquierdo del corazón. Los médicos también usan el cateterismo del lado derecho cuando evalúan a los pacientes para trasplante cardíaco, cuando colocan un dispositivo mecánico para ayudar a bombear sangre o cuando diagnostican y tratan la hipertensión pulmonar o la insuficiencia cardíaca.
El cateterismo de la arteria pulmonar, en el que se coloca un globo en el extremo del catéter que atraviesa la aurícula y el ventrículo derechos y se aloja en la arteria pulmonar (que conecta el ventrículo derecho a los pulmones), se practica a veces durante el cateterismo del lado derecho del corazón durante ciertas intervenciones quirúrgicas mayores y en las unidades de cuidados intensivos.
Cateterización del lado izquierdo del corazón
El cateterismo del lado izquierdo del corazón se realiza para obtener información sobre las cavidades cardíacas del lado izquierdo (aurícula y ventrículo izquierdos), la válvula mitral (localizada entre la aurícula y el ventrículo izquierdos) y la válvula aórtica (localizada entre el ventrículo izquierdo y la aorta). La aurícula izquierda recibe sangre rica en oxígeno que proviene de los pulmones y el ventrículo izquierdo bombea la sangre hacia el resto del cuerpo. Generalmente, este procedimiento se combina con la angiografía coronaria con el fin de obtener información acerca de las arterias coronarias.
Para el cateterismo del lado izquierdo del corazón, el catéter se inserta en una arteria, generalmente en un brazo (cerca del codo o de la muñeca), el cuello, o en la ingle, y se pasa desde esa arteria a la aorta, la arteria de gran calibre que transporta la sangre desde el corazón.
Angiografía coronaria
En una angiografía se inyecta un agente de contraste radioopaco (un líquido que se puede visualizar en la radiografía) en un vaso sanguíneo y se realiza una radiografía para obtener imágenes detalladas del vaso sanguíneo. La angiografía coronaria proporciona información acerca de las arterias coronarias, que suministran al corazón sangre rica en oxígeno. La angiografía se realiza durante el cateterismo del lado izquierdo del corazón, ya que las arterias coronarias se ramifican desde la aorta justo después de que esta salga del lado izquierdo del corazón (véase Irrigación sanguínea del corazón). Los dos procedimientos casi siempre se llevan a cabo simultáneamente.
Después de inyectar un anestésico local, el médico introduce un catéter delgado en una arteria a través de una incisión en un brazo (cerca del codo o de la muñeca) o en el cuello o la ingle. El catéter se dirige hacia el corazón y luego se introduce en las arterias coronarias. Durante la inserción del dispositivo, el médico utiliza la radioscopia (un procedimiento de exploración radiográfica continua) para observar el progreso del catéter mientras lo coloca en su lugar.
Cuando el extremo del catéter se encuentra en la posición apropiada, se inyecta en las arterias coronarias (a través de dicho catéter) un agente de contraste radiopaco lo que permite observar el contorno de las arterias en una pantalla de vídeo y registrarlo en un soporte.
Los médicos utilizan estas imágenes para detectar bloqueos (arteriopatía coronaria) o espasmos de las arterias coronarias. Las imágenes pueden ayudar a determinar si se requiere una angioplastia (desbloqueo mediante un pequeño globo insertado a través de los catéteres) y la colocación de una prótesis intravascular o stent (un tubo de malla hueco y expandible que sirve para mantener abierta la arteria coronaria) o si debería llevarse a cabo una cirugía de revascularización de la arteria coronaria para lograr que la sangre pueda circular más allá de la zona bloqueada.
La utilización de transductores de ultrasonido en miniatura situados en el extremo del catéter en la arteria coronaria, pueden aportar imágenes de las paredes de los vasos coronarios y mostrar el flujo sanguíneo. El uso conjunto de esta técnica (ecografía intravascular o IVUS, por sus siglas en inglés) y la angiografía coronaria va en aumento. Los sensores de presión en miniatura ubicados en el extremo del catéter pueden determinar cuánto cambia la presión antes y después de un estrechamiento de una arteria coronaria. Esta técnica (llamada reserva de flujo fraccional o RFF) se utiliza para determinar la gravedad del estrechamiento de los vasos sanguíneos.
La angiografía coronaria rara vez es incómoda y normalmente tiene una duración de 30 a 50 minutos. A menos que la persona esté muy enferma, puede irse a casa poco tiempo después del procedimiento.
Cuando se inyecta el agente de contraste radiopaco en la aorta o en las cavidades del corazón, la persona nota una sensación transitoria de calor en todo el cuerpo mientras el agente de contraste se distribuye por el torrente sanguíneo. Es posible que aumente la frecuencia cardíaca y que haya una ligera disminución de la presión arterial. En raras ocasiones, el agente de contraste provoca que el corazón se desacelere brevemente o incluso se detenga. Se puede pedir a la persona que tosa enérgicamente durante el procedimiento para corregir estos problemas, que casi nunca son graves. Pueden observarse, aunque en raras ocasiones, complicaciones leves como náuseas, vómitos y tos.
Las complicaciones graves, como choque, convulsiones, problemas renales e interrupción repentina del bombeo del corazón (paro cardíaco) son muy poco frecuentes. Los efectos adversos de los agentes de contraste radiopacos incluyen reacciones alérgicas y daño renal. Las reacciones alérgicas al contraste pueden ser desde erupciones cutáneas hasta una afección poco frecuente aunque potencialmente letal denominada anafilaxis. El equipo médico que lleva a cabo este procedimiento está preparado para tratar las complicaciones de la angiografía coronaria de forma inmediata. El daño renal casi siempre desaparece por sí solo. Sin embargo, los médicos son cautelosos a la hora de hacer una angiografía a personas que ya sufren insuficiencia renal.
El riesgo de complicaciones es más alto en las personas de edad avanzada, sin dejar de ser bajo. La angiografía coronaria es indispensable cuando se está planteando la posibilidad de practicar una angioplastia o una intervención quirúrgica de revascularización miocárdica.