Enfermedad y muerte en los lactantes

PorSteven D. Blatt, MD, State University of New York, Upstate Medical University
Revisado porAlicia R. Pekarsky, MD, State University of New York Upstate Medical University, Upstate Golisano Children's Hospital
Revisado/Modificado Modificado jul 2025
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Recién nacidos enfermos o prematuros a menudo reciben atención médica en una sala de cuidados especiales o en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). La oportunidad para que los padres interactúen con su bebé durante este momento difícil puede estar limitada por las necesidades médicas del bebé. Sin embargo, la mayoría de los hospitales tratan de ofrecer a los padres tanto contacto con su bebé como sea posible, y casi ningún bebé, incluso uno con ventilador, está demasiado enfermo como para que los padres dejen de verlo o tocarlo. Además, los padres suelen estar emocionalmente angustiados por el estado del bebé y pueden sentirse indefensos en un momento en que más se les necesita. Esto puede reforzar los sentimientos de ineptitud o culpa, sobre todo en los padres cuyo bebé gravemente enfermo o prematuro está hospitalizado durante mucho tiempo.

En la desafortunada circunstancia de la muerte de un bebé, esta pérdida es siempre emocionalmente traumática para los padres.

(Véase también Muerte y agonía en los niños y véase Introducción a la muerte y a la agonía.)

¿Sabías que...?

  • La enfermedad o la muerte de un lactante o un niño a menudo hace que los padres se sienten culpables, aun cuando ellos no tengan la culpa.

Enfermedad en los lactantes

Los padres deben ver al bebé, sostenerlo en brazos e interaccionar con él tan pronto y tan a menudo como sea posible. Incluso con bebés gravemente enfermos o prematuros, los padres a menudo pueden ayudar con la alimentación, el baño y el cambio de pañales. Generalmente se alienta a los padres a proporcionar cuidado directo a su bebé como una forma de conocerlo y prepararse para llevarlo a casa.

El contacto piel con piel entre padres y bebés (a veces llamado cuidado canguro) se fomenta porque tiene muchos beneficios para padres y bebés. En el cuidado canguro, el bebé generalmente usa solo un pañal y se sostiene contra el pecho desnudo de un progenitor. Los lactantes que experimentan contacto piel con piel pueden ganar peso, mantenerse calientes, dormir mejor y tener más posibilidades de adaptarse más rápido a la lactancia (amamantamiento) que aquellos que no lo experimentan. Los padres que experimentan contacto piel con piel tienen menos estrés y construyen un vínculo estrecho con su bebé, y las madres pueden producir más leche. La lactancia materna puede ser posible mientras el lactante está en una unidad de cuidados especiales o en una UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), incluso si el lactante debe ser alimentado al principio a través de una sonda. Muchas salas de atención neonatal ayudan a las familias a almacenar y usar la leche materna para su hijo.

Muchos hospitales animan a los padres a permanecer junto a la cama de su bebé durante todo el día e incluso a participar en reuniones hospitalarias orientadas a la familia en las que puedan interactuar con los médicos, las enfermeras y otro personal, y discutir los planes de tratamiento. Muchos hospitales tienen horarios de visita ilimitados para los padres, y algunos tienen áreas en las que los padres pueden quedarse durante períodos largos para estar cerca de su bebé.

Si el bebé tiene un defecto de nacimiento (también llamado anomalía congénita), los padres pueden experimentar sentimientos de culpa, tristeza, ira o incluso otras emociones. Muchos se sienten aún más culpables por tener esos sentimientos. Ver y tocar al bebé lo antes posible después del nacimiento puede ayudar a los padres a establecer vínculos con el bebé como lo harían con cualquier otro niño. Las sesiones de asesoramiento y apoyo sobre el defecto de nacimiento, los posibles tratamientos y el pronóstico del bebé pueden ayudar a los padres a entender la condición de su bebé, prepararse para cuidar al bebé en casa, planificar la mejor atención médica y cuidar su salud mental. El contacto con familias que tienen un niño con un defecto de nacimiento similar o el contacto con grupos de apoyo también puede ser útil.

Muerte de un lactante

Si el recién nacido muere antes de haber sido visto o tocado por los padres, algunos padres pueden sentir que nunca realmente tuvieron un bebé. Aunque es doloroso, sostener o ver al bebé después de la muerte puede ayudar a los padres a comenzar el proceso de duelo. Los padres de un mortinato (bebé nacido muerto) a veces encuentran consuelo en vestirlo o en envolverlo en una manta y tomar fotografías, huellas u otros recuerdos que puedan guardar para recordar a su hijo. Esta práctica humaniza al bebé y refuerza la idea de que fue una parte real de la familia.

¿Sabías que...?

  • Ver y tocar a un bebé que ha muerto ayuda a menudo a los padres a empezar el duelo.

El vacío, la pérdida de esperanzas y sueños y el miedo desbordan a los padres, que pueden deprimirse. Los padres tienden a sentirse culpables, y se reprochan a sí mismos aun cuando no son responsables de la muerte. El duelo y el sentimiento de culpa que siguen alteran a veces la relación entre ellos. El proceso del duelo también hace que los padres no sean capaces de atender las necesidades de otros miembros de la familia, incluyendo otros hijos.

Muchas familias cuyos bebés están gravemente enfermos, nacen prematuros o han muerto encuentran ayuda en los consejos de psicólogos o personal religioso. También son beneficiosos los grupos de apoyo para los padres y las familias.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el Manual no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. March of Dimes: Dealing with Grief After the Death of Your Baby

  2. Caring Community

  3. The Compassionate Friends

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