Muchos de nosotros recordamos tener infecciones de oído de niño, y el dolor intenso y los medicamentos con sabor a goma de mascar que venían con ellas. Las infecciones de oído son frecuentes en niños, y muchos niños sufren al menos una durante la infancia. Las infecciones de oído se tornan menos frecuentes después de la infancia debido a que la anatomía del oído cambia. Presentamos aquí un resumen de lo que los pacientes y los padres necesitan saber sobre las infecciones del oído medio (otitis media).
¿Qué es una infección del oído medio y qué la provoca?
El oído está formado por tres partes: el oído externo, el medio y el interno. El oído medio es el espacio ubicado exactamente detrás del tímpano (membrana timpánica). En ocasiones, puede acumularse exceso de líquido en este espacio y llevar a una infección.
Las infecciones del oído medio agudas (u otitis media aguda) son infecciones dolorosas que duran unos días. Con frecuencia son causadas por los mismos virus que causan el resfriado común o por bacterias. La diferenciación entre causas virales y bacterianas es importante porque solo las causas bacterianas responden al tratamiento con antibióticos, y algunas infecciones bacterianas mejoran incluso sin antibióticos.
En ocasiones, con una infección, el tímpano se puede romper y tener un orificio que persiste (llamado perforación). Cuando las infecciones del oído medio ocurren frecuentemente, esto se denomina otitis media recurrente. Cuando el líquido de la infección no puede ser eliminado, o cuando hay un orificio presente, los médicos llaman a esto una infección del oído medio crónica (otitis media crónica).
¿Qué síntomas deben buscar los padres?
Las infecciones de oído agudas pueden ser bastante dolorosas. Los síntomas habituales incluyen fiebre, irritabilidad, problemas para dormir y comer y, en ocasiones, pus o líquido sanguinolento que filtra desde el oído. Los niños muy pequeños que no pueden hablar pueden tirarse o pellizcarse los oídos, “golpearse la cabeza” o “sacudir” la cabeza repetidamente.
Los síntomas de la infección de oído crónica pueden ser más difíciles de identificar para los padres. Los niños pueden quejarse de pérdida de audición o sensación de presión en los oídos, y pérdida del equilibrio. En ocasiones se observará una secreción que proviene el oído. Es probable que haya retraso en el desarrollo del habla y el lenguaje.
¿Cuándo deberían los padres llevar a su hijo a un médico?
Si los niños tienen dolor de oídos que es muy intenso o dura más de un día, o si hay secreciones del oído, los padres deben llevarlo al médico. Un niño muy pequeño que no balbucea o un niño que se queja de no escuchar bien debe ser examinado para detectar infección del oído medio crónica.
¿Por qué los médicos no recetan antibióticos para todas las infecciones de oído?
Muchas infecciones de oído están causadas por un virus, y los antibióticos no son de ayuda para tratar una infección viral. Si un niño tiene una infección aguda, el médico probablemente le recomendará un analgésico para ayudarlo con la fiebre y el dolor de oídos, y le indicará antibióticos si los síntomas no mejoran después de unos días.
¿Qué pueden hacer los padres para prevenir las infecciones de oído?
Algunas de las cosas que pueden hacer los padres para prevenir las infecciones de oído son
- Amamantar a su bebé
- Evitar el uso de chupete
- Mantener actualizadas las vacunaciones
- No exponer a los niños al humo del tabaco
- Limitar la exposición de los niños a grandes centros de cuidados diurnos
¿Qué se puede hacer si un niño continúa teniendo infecciones de oído?
Si un niño continúa teniendo infecciones de oído, los médicos pueden recomendar la colocación de tubos óticos (tubos de timpanostomía). Los tubos óticos son pequeños tubos que se colocan en el tímpano (membrana timpánica). La membrana timpánica es la hoja delgada de tejido que separa el oído externo del oído interno. Los tubos en el tímpano “ventilan” el oído medio y de esa manera previenen las infecciones del oído medio recurrentes. Los tubos óticos también permiten que el líquido drene del oído cuando se produce una infección.
¿Qué pueden prever los padres si se necesita cirugía para colocar tubos óticos?
En general, la cirugía demora alrededor de 15 minutos. Los médicos colocarán tubos en ambos oídos durante el mismo procedimiento Los niños reciben anestesia general para la cirugía, lo que significa que estarán completamente dormidos. Después de la cirugía, en la mayoría de los casos, se retiran a su hogar el mismo día.
Los niños pueden tener molestias leves y secreciones sanguinolentas o similares al pus provenientes de los oídos durante alrededor de una semana, pero habitualmente pueden hacer todas las actividades, que incluyen bañarse, de inmediato. Se puede usar lacre o un tapón para oídos si el niño nada en aguas más profundas que tres pies.
Después de la cirugía, los padres tendrán que hacer lo siguiente
- Colocar gotas para el oído en el oído del niño durante alrededor de una semana. Estas gotas pueden ser caras, por lo que las familias deben tener el presupuesto acorde o hablar con su médico acerca de alternativas más baratas.
- Monitorear las secreciones del oído y contactar a los médicos para seguimiento si las secreciones no desaparecen después de una semana.
- Realizar el seguimiento para una prueba de audición con un audiólogo, y con su médico, en el plazo de dos a cuatro semanas después de la cirugía. Además, consulte al médico para monitorear los tubos óticos cada cuatro a seis meses hasta que los tubos se caigan o sean retirados.
Los tubos óticos deben caerse por sí solos después de alrededor de un año. Si no lo hacen, posiblemente se requiera otro procedimiento para extraerlos.
Las infecciones de oído son infecciones frecuentes y dolorosas en niños. Conocer los síntomas y tratamientos habituales puede ayudar a los padres a obtener atención médica adecuada y oportuna para sus hijos.