Hiperlipidemia

El colesterol es un tipo de lípido, un elemento esencial contenido en todas las células humanas. Sin embargo, el exceso de lípidos y otras sustancias grasas en la sangre puede causar hiperlipidemia y otros trastornos relacionados con los lípidos. La hiperlipidemia es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de ateroesclerosis y enfermedad cardíaca.

El sistema cardiovascular comprende el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre. La sangre se encarga de muchos temas vitales, como el transporte de oxígeno, dióxido de carbono, nutrientes y hormonas por todo el cuerpo. La sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y nutrientes. El colesterol también circula por el torrente sanguíneo.

Dos formas comunes de colesterol son la LDL, conocida como «colesterol malo» y la HDL, conocida como «colesterol bueno». El término hiperlipidemia es el término utilizado cuando la sangre contiene una mayor cantidad de LDL de lo recomendado.

El colesterol y otras sustancias grasas se combinan en el torrente sanguíneo y se depositan en los vasos sanguíneos para formar un material llamado placa. El aumento de los lípidos puede hacer que las placas crezcan con el tiempo, dando lugar a obstrucciones en el flujo sanguíneo. Si se produce una obstrucción en las arterias coronarias, podría dar lugar a un infarto de miocardio. Y, si se produce una obstrucción en las arterias del cerebro, podría provocar un accidente cerebrovascular.

Entre las causas de la hiperlipidemia se incluye la herencia y la toma de ciertos medicamentos. Sin embargo, el mayor factor de riesgo modificable es la alimentación; una alimentación deficiente es la que consiste en una ingesta de grasas superior al 40% del total de calorías, una ingesta de grasas saturadas superior al 10% del total de calorías y una ingesta de colesterol superior a 300 miligramos por día.

La hiperlipidemia no da lugar a síntomas, por lo que la detección sistemática del colesterol mediante análisis de sangre debe formar parte de la exploración física. Un médico o un profesional de la salud pueden recomendar formas de prevenir la hiperlipidemia.