Las personas y sus familiares a menudo tienen deseos y necesidades específicas relacionadas con la muerte y la agonía.
Las voluntades anticipadas indican a los familiares y a los profesionales de la salud las decisiones de la persona sobre la atención médica que desea recibir en caso de que no esté en condiciones de tomarlas.
Algunas personas moribundas consideran el suicidio, aunque pocas toman medidas para causar su propia muerte.
En algunas áreas, las leyes permiten que los médicos ayuden a morir si se cumplen ciertas condiciones y se siguen procedimientos específicos.
Voluntades anticipadas
Las voluntades anticipadas son documentos legales que contienen los deseos de la persona que los suscribe en relación con las decisiones a tomar en su atención sanitaria en caso de que se encuentre en una situación de incapacidad para decidir. Las voluntades anticipadas deberán hacerse por escrito y de acuerdo con los requerimientos legales del país o región. Hay dos tipos principales de voluntades anticipadas: los testamentos vitales y los poderes legales para asuntos médicos.
Un testamento vital expresa las instrucciones o preferencias de una persona acerca de los tratamientos médicos futuros, sobre todo los cuidados paliativos terminales, en el caso de que pierda la capacidad de tomar decisiones relativas a la asistencia sanitaria.
Un poder legal para asuntos médicos autoriza a una persona (denominada agente o apoderado sanitario, representante sanitario u otro nombre, dependiendo del país) para tomar decisiones en lugar del paciente (el otorgante) en caso de incapacidad (sea temporal o permanente) de este último para tomar decisiones relativas a la asistencia sanitaria.
Además, un número cada vez mayor de legislaciones estatales o locales contemplan un abanico de tratamientos de soporte vital de emergencia, además de la reanimación cardiorrespiratoria (un procedimiento de emergencia cuyo objetivo es restaurar la funcionalidad cardíaca y pulmonar) para personas con enfermedades avanzadas. Estos programas se conocen habitualmente como Órdenes para el personal sanitario de soporte vital básico (POLST en Estados Unidos). El informe anterior es aplicable en todos los ámbitos de atención. En una crisis médica, los técnicos de emergencias médicas y otros profesionales de la salud deben, en primer lugar, seguir las directrices POLST (Órdenes para el personal sanitario de soporte vital básico, por sus siglas en inglés).
Estas órdenes implican un debate iniciado por el equipo médico y una toma de decisiones compartida entre dicho equipo y el paciente con una enfermedad avanzada o terminal. Este debate lleva a la elaboración de un informe con una serie de órdenes médicas redactadas por el médico en consonancia con los objetivos sanitarios del paciente y que contemplen sus deseos con respecto a la reanimación cardiorrespiratoria, la nutrición e hidratación artificiales, la hospitalización, la ventilación artificial, los cuidados intensivos y otras intervenciones que podrían tener lugar en una situación médica crítica.
Sin embargo, incluso sin documentos escritos, una conversación entre la persona afectada, la familia y los profesionales de la salud sobre las mejores medidas asistenciales ofrece orientación sustancial para decisiones que haya que tomar más adelante, cuando la persona en cuestión ya no pueda hacerlo, y siempre es preferible a no discutir los problemas en absoluto.
Suicidio
Aunque muy pocas personas toman realmente medidas para causar su propia muerte, muchas personas moribundas por lo menos consideran el suicidio. Comentar con el médico la idea del suicidio contribuye a exteriorizar este tipo de cuestiones y a menudo permite aliviar o corregir ciertos problemas que llevan a pensar en el suicidio. El médico puede aplicar un tratamiento más eficaz contra el dolor, la depresión y otros síntomas preocupantes. Otros miembros del equipo terapéutico, por ejemplo un líder religioso, pueden tranquilizar al afectado y a su familia manifestando su comprensión y ayudándoles a encontrar un sentido a lo que está ocurriendo. Sin embargo, algunas personas optan por el suicidio para aliviar una situación intolerable o para tener el control de cuándo y cómo desean morir. La mayoría de las personas consideran que tienen las capacidades necesarias para rechazar tratamientos que puedan prolongar su vida, incluidas la alimentación mediante sonda y la ventilación asistida. La decisión de renunciar al tratamiento de soporte vital, renunciar a la administración de alimentos y líquidos cuando se está a punto de morir o renunciar a la toma de múltiples medicamentos o grandes dosis de estos para aliviar los síntomas no suele conducir a la muerte y no se considera suicidio (véase también Death with Dignity National Center: Voluntary Stopping of Eating and Drinking [VSED]).
La ayuda médica para morir (eutanasia), que a veces se denomina suicidio asistido, se refiere a la ayuda que prestan los médicos a aquellas personas que desean poner fin a sus vidas. La ayuda médica para morir está autorizada bajo ciertas condiciones en algunos estados de Estados Unidos y en otros países.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
Death with Dignity National Center (Centro Nacional para una Muerte Digna): proporciona información sobre cómo acelerar la muerte, como por ejemplo renunciando a la comida y la bebida y aceptando la sedación paliativa