Rehabilitación cardiovascular

PorSalvador E. Portugal, DO, New York University, Robert I. Grossman School of Medicine
Revisado/Modificado ago. 2021
Vista para pacientes

    La rehabilitación puede beneficiar a algunos pacientes que tienen coronariopatía o insuficiencia cardíaca o que han sufrido un infarto de miocardio reciente o fueron sometidos a una cirugía de derivación coronaria, sobre todo en aquellos que pueden realizar las actividades de la vida cotidiana en forma independiente y caminar antes del episodio. La rehabilitación cardíaca pretende ayudar a los pacientes a mantener o recuperar la independencia. (Véase también Generalidades sobre la rehabilitación).

    De modo característico, la rehabilitación comienza con actividades leves y progresa de forma individualizada; a menudo se utiliza la monitorización ECG. Los pacientes de alto riesgo deben realizar las actividades sólo en un centro de rehabilitación cardiovascular bien equipado bajo la supervisión de un asistente entrenado.

    Cuando los pacientes pueden, son trasladados con una silla de ruedas a un gimnasio de fisioterapia en el hospital. Los ejercicios consisten en caminar, usar una cinta sin fin o una bicicleta fija. Cuando los pacientes toleran bien estos ejercicios, comienzan a subir escaleras. En caso de disnea, mareos o dolor torácico durante el ejercicio, éste debe ser detenido de inmediato y es preciso evaluar el estado cardíaco. Antes del alta hospitalaria, los pacientes son evaluados de modo que puede recomendarse un régimen de programa o un ejercicio de rehabilitación adecuado posterior a ésta.

    La actividad física se mide en equivalentes metabólicos (MET; metabolic equivalents), que son múltiplos de la tasa de consumo de oxígeno; 1 MET (la tasa en reposo) es igual a cerca de 3,5 mL/kg/min de O2 (véase tabla Ejercicios de resistencia y sus requerimientos metabólicos). El trabajo normal y las actividades de la vida cotidiana (que excluyen las actividades recreativas) rara vez superan los 6 MET. Las tareas del hogar leves a moderada representan alrededor de 2 a 4 MET; el trabajo pesado de las tareas domésticas o la jardinería equivalen a 5 a 6 MET.

    En los pacientes hospitalizados, la actividad física debe ser controlada para que la frecuencia cardíaca permanezca < 60% del máximo de esa edad (p. ej., unos 160 latidos/min para las personas de 60 años); para los pacientes que se recuperan en el hogar, la frecuencia cardíaca debe permanecer < 70% del máximo.

    En aquellos que han tenido un infarto de miocardio sin complicaciones, puede hacerse una prueba de ejercicio de 2 MET para evaluar las respuestas tan pronto como los pacientes se encuentran estables. Una prueba de 4 a 5 MET antes del alta ayuda a orientar la actividad física en el hogar. Los pacientes que pueden tolerar una prueba de 5 MET durante 6 min con seguridad pueden hacer actividades de baja intensidad (p. ej., las tareas domésticas leves) después del alta si descansan lo suficiente entre cada actividad.

    La restricción innecesaria de la actividad es perjudicial para la recuperación. El médico y otros miembros del equipo de rehabilitación deben explicar las actividades que pueden realizarse y cuáles no y debería prestarse asistencia psicológica. Cuando reciben el alta, los pacientes pueden recibir un programa de actividades detalladas para el hogar. La mayoría de los pacientes ancianos pueden ser alentados a reanudar la actividad sexual, pero deben evitar realizar esfuerzos excesivos. Las parejas jóvenes gastan 5 a 6 MET durante las relaciones sexuales; se desconoce si las parejas de ancianos gastan más o menos.

    Tabla
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