Infección por citomegalovirus (CMV)

PorKenneth M. Kaye, MD, Harvard Medical School
Revisado/Modificado dic. 2023
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La infección por citomegalovirus es una infección frecuente por un virus herpes que presenta una gran variedad de síntomas: desde una evolución asintomática hasta la aparición de fiebre y fatiga (similar a la mononucleosis infecciosa) o síntomas graves con afectación de los ojos, el encéfalo u otros órganos internos.

  • Este virus se transmite por contacto sexual y no sexual con secreciones corporales.

  • La mayoría de las personas afectadas no presentan síntomas, pero algunas enferman y tienen fiebre, y las que tienen el sistema inmunológico debilitado pueden presentar síntomas graves, incluida ceguera.

  • El citomegalovirus puede provocar una enfermedad grave en los bebés que están infectados antes del nacimiento.

  • Los médicos detectan la infección mediante el cultivo de una muestra de un fluido corporal infectado, como la orina.

  • A menudo no se requiere tratamiento, pero si la infección es grave se utilizan antivirales.

La infección por citomegalovirus (CMV) es muy frecuente. El CMV (citomegalovirus) es un tipo de virus del herpes (virus del herpes tipo 5). Se ha demostrado, a partir de los resultados de los análisis de sangre, que entre el 50 y el 90% de los adultos han sufrido una infección por CMV en algún momento.

El CMV puede causar síntomas poco después de la infección. Además, permanece en estado latente (inactivo) en varios tejidos durante toda la vida. Diversos estímulos pueden reactivar el CMV latente, lo que da lugar a un crecimiento del virus que a veces puede causar la enfermedad. Los pulmones, el tubo digestivo, el encéfalo, la médula espinal o los ojos pueden verse afectados.

La infección por CMV no suele provocar síntomas. Las infecciones graves por lo general se desarrollan solo en los lactantes infectados antes de nacer y en las personas con un sistema inmunitario debilitado, como las que tienen sida y las que han recibido un trasplante de órgano. En las personas con un sistema inmunitario debilitado, la enfermedad es consecuencia a menudo de la reactivación del virus latente.

Transmisión del citomegalovirus (CMV)

Las personas infectadas pueden eliminar el citomegalovirus en la orina o la saliva de forma intermitente. También se excreta virus en el moco del cuello uterino (la parte inferior del útero), el semen, las heces y la leche materna. De este modo, el virus se transmite por contacto sexual y no sexual.

Si se infecta una mujer embarazada, el feto puede adquirir la infección durante el embarazo o el bebé puede adquirir la infección durante el parto.

Además, la infección por CMV puede aparecer en personas que reciban una transfusión de sangre infectada o un trasplante de un órgano infectado. De hecho, las personas receptoras de un trasplante de órgano son particularmente susceptibles a la infección por CMV, ya que se les administran fármacos que inhiben el sistema inmunitario (inmunosupresores) para prevenir el rechazo del trasplante.

Síntomas de la infección por CMV

La mayoría de las personas infectadas por cytomegalovirus no presentan síntomas,

pero algunas se sienten enfermas y tienen fiebre.

La infección por citomegalovirus (CMV), como la debida al virus de Epstein-Barr (VEB, un virus del herpes tipo 4), puede causar un tipo de mononucleosis infecciosa en adolescentes y adultos jóvenes. Tanto la mononucleosis debida a citomegalovirus (CMV) como la debida a virus de Epstein-Barr (VEB) causan fiebre y fatiga. Pero la debida al VEB también causa un dolor intenso de garganta. En cambio, la mononucleosis debida a citomegalovirus (CMG) no lo hace.

Una persona no infectada que reciba una transfusión de sangre que contenga CMV y se infecte puede presentar fiebre y, a veces, inflamación del hígado entre 2 y 4 semanas más tarde.

En personas con un sistema inmunológico debilitado, el CMV puede causar una enfermedad grave o la muerte.

En las personas con sida, la infección por CMV es la complicación viral más frecuente. El virus puede infectar la retina del ojo. (retinitis por CMV) y puede causar ceguera. También pueden producirse una infección del encéfalo (encefalitis), neumonía o úlceras dolorosas en el intestino o el esófago.

Si una mujer embarazada transmite el CMV al feto puede ocurrir lo siguiente:

En los recién nacidos, la infección por CMV puede causar un daño importante en el hígado o el cerebro. Los recién nacidos que sobreviven pueden sufrir pérdida de audición y discapacidad intelectual.

Diagnóstico de la infección por CMV

  • En los recién nacidos, cultivo de orina

  • Análisis de sangre

  • En personas con un sistema inmunitario debilitado, a menudo biopsia

La infección por citomegalovirus puede no ser reconocida de inmediato. El diagnóstico de la infección por citomegalovirus (CMV) a menudo es innecesario en los adultos sanos y en los niños, porque no se requiere tratamiento. Sin embargo, los médicos consideran la posibilidad de infección por citomegalovirus (CMV) en las personas siguientes:

  • Personas por lo demás sanas que presentan fiebre y fatiga

  • Las personas con un sistema inmunológico debilitado y una infección ocular, pulmonar o encefálica o gastrointestinal

  • Recién nacidos que parecen enfermos

Al sospechar la infección por CMV, el médico realiza pruebas para detectar el virus en los líquidos o tejidos corporales.

En recién nacidos, el diagnóstico se suele establecer mediante el envío de una muestra de orina al laboratorio para realizar un cultivo e identificar el virus.

Los análisis de sangre que detectan anticuerpos contra el CMV pueden confirmar una nueva infección si la persona no tenía previamente estos anticuerpos. (Los anticuerpos son producidos por el sistema inmunitario para ayudar al organismo a defenderse de un ataque en concreto, como los ataques realizados por el CMV.) Sin embargo, estas pruebas no pueden confirmar si la enfermedad está presente.

La presencia de CMV en los fluidos corporales y en los tejidos no siempre indica enfermedad y puede simplemente representar la eliminación del virus. La enfermedad por CMV puede ser consecuencia de la reactivación del virus, como ocurre en personas con un sistema inmunológico debilitado. En estos casos suele ser necesaria una biopsia de los tejidos afectados para confirmar la enfermedad por CMV.

También se pueden solicitar análisis de sangre para estimar la cantidad de virus presente y pueden ser útiles porque una carga vírica elevada o en aumento del CMV suele sugerir una enfermedad invasiva.

El oftalmólogo puede identificar la retinitis por CMV utilizando un oftalmoscopio, al observar las anomalías características en las estructuras internas del ojo.

Tratamiento de la infección por CMV

  • Para infecciones graves, como la retinitis por CMV, medicamentos antivíricos

  • En personas con VIH/sida, fármacos utilizados para tratar la infección por VIH

La infección leve por cytomegalovirus no suele tratarse, ya que remite por sí sola.

Cuando la infección amenaza la vida o la vista, se administran fármacos antivirales (valganciclovir, ganciclovir, cidofovir, foscarnet, maribavir o una combinación). Estos antivirales se pueden administrar por vía oral o por vía intravenosa. Cuando la retinitis por CMV es muy grave, los fármacos también pueden inyectarse directamente en el ojo. Estos fármacos tienen importantes efectos (véase la tabla Algunos fármacos antivíricos para infecciones por virus del herpes) secundarios y es posible que no curen la infección. Sin embargo, el tratamiento retrasa la progresión de la enfermedad y puede preservar la vista.

Los fármacos antivíricos se utilizan para tratar otros síntomas graves debidos a CMV, pero son menos eficaces que cuando se utilizan para tratar la retinitis.

Si la infección por CMV aparece en personas cuyo sistema inmunitario está debilitado o inhibido temporalmente a causa de un trastorno o de un fármaco, la infección suele remitir cuando se recupera el sistema inmunitario o se suspende el tratamiento con el fármaco.

El tratamiento de las personas que tienen VIH/sida con medicamentos que se usan para controlar el VIH (medicamentos antirretrovíricos) ayuda a proteger contra la infección por citomegalovirus (CMV).

Las personas sometidas a un trasplante de órganos reciben a menudo fármacos antivirales (como ganciclovir, valganciclovir o foscarnet) para prevenir la infección por CMV.

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