Estomatitis aftosa recurrente

PorBernard J. Hennessy, DDS, Texas A&M University, College of Dentistry
Revisado/Modificado feb. 2022
Vista para pacientes

La estomatitis aftosa recurrente es una enfermedad común en la que aparecen úlceras redondas u ovales dolorosas y recurrentes sobre la mucosa bucal. La etiología no es clara. El diagnóstico es clínico. El tratamiento es sintomático y generalmente incluye corticoides tópicos.

(Véase también Estomatitis y Evaluación del paciente odontológico.)

La estomatitis aftosa recurrente afecta al 20 a 30% de los adultos y a un gran porcentaje de los niños en algún momento de sus vidas.

Etiología de la estomatitis aftosa recurrente (EAR)

La etiología no es clara, pero la estomatitis aftosa recurrente tiene una tendencia familiar. El daño es predominantemente mediado por células T. Las citocinas, como la IL-2, la IL-10 y particularmente el factor de necrosis tumoral-alfa, juegan un papel.

Factores predisponentes incluyen

  • Traumatismos bucales

  • Estrés

  • Comidas, especialmente chocolate, café, cacahuates o maníes, huevos, cereales, almendras, fresas, quesos y tomates

No parece estar relacionada con una reacción alérgica.

Entre los factores que podrían ser protectores se incluyen los anticonceptivos orales, el embarazo, y el tabaco, incluyendo mascar tabaco y las tabletas con nicotina. Las razones se desconocen.

Signos y síntomas de la EAR

En general, los signos y síntomas comienzan en la niñez (80% de los pacientes tienen < 30 años) y disminuyen en frecuencia y gravedad con la edad. Los síntomas pueden incluir desde unas pocas úlceras 2 a 4 veces por año hasta una enfermedad casi continua, con nuevas úlceras que se forman a medida que las viejas curan. Un pródromo representado por dolor o quemazón por 1 o 2 días precede a las úlceras, pero no hay antecedentes de vesículas o ampollas. El dolor, grave y desproporcionado respecto del tamaño de la lesión, puede durar de 4 a 7 días.

Las úlceras aftosas están bien delimitadas, son superficiales, ovoides o redondas y tienen un centro necrótico con una seudomembrana amarillo-grisácea, un halo rojo y márgenes del mismo color levemente sobreelevados.

Aftas menores representan el 85% de los casos. Aparecen en el suelo de la boca, en la parte lateral y ventral de la lengua, la mucosa yugal y en la faringe; tienen < 8 mm (en general, 2 a 3 mm) y curan en unos 10 días sin dejar cicatriz.

Úlcera aftosa menor (labio)
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Esta fotografia muestra una úlcera aftosa menor (afta) en el interior del labio. La úlcera representada es más grande que una úlcera aftosa típica menor.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY

Aftas mayores (enfermedad de Sutton, periadenitis mucosa necrótica recurrente): constituyen el 10% de los casos. Aparecen después de la pubertad, el pródromo es más intenso y las úlceras, más profundas y más grandes (> 1 cm), y duran más (semanas o meses) que las aftas menores. Aparecen en los labios, el paladar blando y la garganta. Puede haber fiebre, disfagia, malestar general y quedar cicatrices.

Úlcera aftosa mayor
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Esta fotografia muestra una úlcera aftosa mayor (área blanquecina) dentro del labio.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY

Úlceras aftosas herpetiformes (morfológicamente, se parecen al herpesvirus, pero no están relacionadas): representan el 5% de los casos. Comienzan como racimos múltiples de úlceras pequeñas y dolorosas (hasta 100) de 1 a 3 mm sobre una base eritematosa. Coalescen y forman úlceras más grandes que duran 2 semanas. Tienden a aparecer en mujeres y en personas mayores más que otras formas de estomatitis aftosa recurrente.

Diagnóstico de la EAR

  • Evaluación clínica

La evaluación debe realizarse como ya se describió en la sección Estomatitis. El diagnóstico se basa en la apariencia y en la exclusión, porque no hay rasgos histológicos ni pruebas de laboratorio definitivos.

El herpes simple bucal puede simular una estomatitis aftosa recurrente, pero generalmente aparece en los niños más pequeños, siempre compromete las encías y puede afectar cualquier mucosa queratinizada (paradar duro, encías y dorso de la lengua), y se asocia con síntomas generales. Puede realizarse un cultivo viral para identificar el herpes simple. Las lesiones herpéticas recurrentes en general son unilaterales.

Episodios recurrentes similares, a menudo con múltiples úlceras, pueden aparecer en la enfermedad de Behçet, la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, la infección por HIV, el síndrome de fiebres periódicas con estomatitis aftosa, faringitis y adenitis y las deficiencias nutricionales; estos trastornos generalmente producen signos y síntomas sistémicos. Las úlceras bucales recurrentes aisladas pueden aparecer con la infección herpética, la infección por HIV y rara vez con las deficiencias nutricionales. Las pruebas virales y séricas pueden identificar estos problemas.

Las reacciones a los fármacos pueden imitar una estomatitis aftosa recurrente, pero en general se relacionan temporalmente con la ingesta. Sin embargo, las reacciones a las comidas o a los productos odontológicos pueden ser difíciles de identificar; puede ser necesaria la eliminación secuencial.

Tratamiento de la EAR

  • Clorhexidina tópica y corticoides

Los tratamientos generales para la estomatitis pueden ayudar a los pacientes con estomatitis aftosa recurrente (EAR).

Los buches con gluconato de clorhexidina y los corticoides tópicos, la piedra angular del tratamiento, deben usarse durante el período prodrómico, si es posible. Los corticoides pueden ser dexametasona 0,5 mg/5 mL 3 veces al día usados como enjuague, o pueden usarse ungüentos de clobetasol 0,05% o de fluocinonida 0,05% en una pasta protectora mucosa de carboximetilcelulosa (1:1) 3 veces al día. Los pacientes que usan estos corticoides deben ser controlados por el riesgo de candidiasis. Si los corticoides tópicos son inefectivos, puede usarse prednisona (p. ej., 40 mg por vía oral 1 vez al día) por 5 días.

La estomatitis aftosa recurrente continua o particularmente grave debe ser tratada por un especialista en medicina bucal. El tratamiento puede requerir el uso prolongado de corticoides sistémicos, azatioprina u otros inmunosupresores, pentoxifilina o talidomida. Pueden usarse inyecciones intralesionales con betametasona, dexametasona o triamcinolona. Algunos pacientes requieren suplementos de B1, B2, B6, B12, folato o hierro.

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