Generalidades sobre los trastornos del aprendizaje

PorStephen Brian Sulkes, MD, Golisano Children’s Hospital at Strong, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Revisado/Modificado feb. 2022
Vista para pacientes

Los trastornos del aprendizaje son cuadros que causan una discrepancia entre los niveles potenciales y reales de rendimiento académico previstos por las aptitudes intelectuales de una persona. Los trastornos del aprendizaje implican alteraciones o dificultades de concentración o atención, del desarrollo del lenguaje, o del procesamiento visual y auditivo de la información. El diagnóstico se basa en evaluaciones cognitiva, educacional, del habla y el lenguaje, médica y psicológica. El tratamiento consiste fundamentalmente en intervenciones educacionales y, a veces, tratamiento médico, conductista y psicológico.

Los trastornos del aprendizaje se consideran un tipo de trastorno del neurodesarrollo. Los trastornos del neurodesarrollo son las condiciones de origen neurológico que aparecen en la infancia temprana, por lo general antes de entrar a la escuela. Estos trastornos afectan el desarrollo del funcionamiento personal, social, académico y/o laboral y por lo general implican dificultades con la adquisición, la conservación, o la aplicación de habilidades o conjuntos de información específicos. Los trastornos pueden implicar disfunción de la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje o la interacción social. Otros trastornos del neurodesarrollo comunes incluyen trastorno de hiperactividad y deficit de atencion, trastornos del espectro autista y discapacidad intelectual.

Trastornos específicos del aprendizaje afectan a la capacidad de

  • Comprender o utilizar el lenguaje hablado

  • Comprender o utilizar el lenguaje escrito

  • Comprender y usar los números y la razón usando conceptos matemáticos

  • Coordinar los movimientos

  • Centrar la atención en una tarea

Por lo tanto, estos trastornos comprenden problemas de lectura, de matemáticas, de ortografía, de expresión escrita o caligrafía y de comprensión o utilización del lenguaje verbal y no verbal (véase tabla Trastornos específicos del aprendizaje frecuentes). La mayoría de los trastornos del aprendizaje son complejos o mixtos, con déficits en más de un sistema.

Aunque se desconoce el número total de niños en los Estados Unidos con trastornos de aprendizaje, en el año escolar 2019-2020, 7,3 millones de estudiantes (o el 14% de todos los estudiantes de escuelas públicas) de 3 a 21 años en los Estados Unidos recibieron servicios de educación especial regidos por la Individuals with Disabilities Education Act (IDEA). El 33% de los estudiantes que reciben servicios de educación especial (o alrededor del 5% de todos los estudiantes) revelaron dificultades de aprendizaje específicas (1). Los varones con trastornos de aprendizaje superan 5:1 a las niñas. Aunque los diagnósticos formales pueden ayudar a algunos niños a obtener asistencia, la caracterización de diferentes capacidades como trastornos corre el riesgo de medicalizarlos al considerarlos de algún modo patológicos. Lo importante es identificar a las personas que necesitan ayuda diferente o adicional para aprender y proporcionar acceso a la asistencia que necesitan.

Los trastornos de aprendizaje pueden ser congénitos o adquiridos. No se ha definido una causa única, pero se presume la participación de déficits neurológicos, en forma independiente de que existan otras manifestaciones neurológicas (es decir, además del trastorno de aprendizaje). A menudo, hay influencias genéticas implicadas. Otras posibles causas son

  • Enfermedad materna o uso de fármacos tóxicos durante el embarazo

  • Complicaciones durante el embarazo o el parto (p. ej., pérdidas, toxemia, trabajo de parto prolongado, parto en avalancha)

  • Problemas neonatales (p. ej., prematurez, bajo peso en el nacimiento, ictericia grave, asfixia perinatal, posmadurez, dificultad respiratoria)

Los posibles factores posnatales son exposición a tóxicos ambientales (p. ej., plomo), infecciones del sistema nervioso central, cánceres y su tratamiento, traumatismo, desnutrición y aislamiento o privación social graves. Las experiencias adversas de la infancia, como el abuso y el maltrato, se han asociado particularmente con problemas de la función ejecutiva (2).

Tabla

Referencias generales

  1. 1. National Center for Educational Statistics: Students with disabilities. In The Condition of Education 2021.

  2. 2. Lund JI, Toombs E, Radford A, et al: Adverse childhood experiences and executive function difficulties in children: A systematic review. Child Abuse Negl 106:104485, 2020. doi: 10.1016/j.chiabu.2020.104485

Signos y síntomas de los trastornos del aprendizaje

Los niños con trastornos del aprendizaje suelen tener por lo menos inteligencia promedio, aunque estos trastornos también pueden afectar a niños con función cognitiva más baja.

Los signos y síntomas de trastornos de aprendizaje graves pueden manifestarse a una edad temprana, pero la mayoría de los trastornos de aprendizaje de leves a moderados no se reconocen hasta la edad escolar, cuando se enfrentan las exigencias del aprendizaje académico.

Deterioros académicos

Los niños afectados pueden tener problemas para aprender el alfabeto y retraso en el aprendizaje asociativo de pares (p. ej., nombrar los colores, nombrar objetos, contar, nombrar las letras). La percepción del habla puede ser limitada, el lenguaje puede aprenderse a un ritmo más lento y el vocabulario puede ser escaso. Los niños afectados quizá no comprendan lo que leen, tienen una escritura muy confusa o sostienen el lápiz de manera extraña, tienen problemas para organizar o comenzar las tareas o repetir un cuento en orden secuencial, o confunden los símbolos matemáticos y leen mal los números.

Alteraciones de la función ejecutiva

Las alteraciones o los retrasos del lenguaje expresivo o de la comprensión de lo escuchado son factores predictivos de problemas académicos después de los años preescolares. La memoria puede ser defectuosa, incluida la reciente y la remota, su uso (p. ej., repetición) y el recuerdo o recuperación verbal.

Puede haber problemas de conceptualización, abstracción, generalización y organización y planificación de la información para resolver problemas. Las personas con problemas en la función ejecutiva a menudo tienen dificultades para organizar y completar las tareas.

Es posible observar problemas de percepción visual y procesamiento auditivo; estos comprenden dificultades de cognición y orientación espacial (p. ej., localización de objetos, memoria espacial, consciencia de la posición y el lugar), atención y memoria visual y discriminación y análisis de sonidos.

Problemas de comportamiento

Algunos niños con trastornos de aprendizaje tienen dificultades para seguir las convenciones sociales (p. ej., repetar turnos, permanecer demasiado cerca del interlocutor, comprender las bromas); a menudo, estas dificultades también son componentes de trastornos del espectro autista leves.

Otros signos tempranos son lapso de atención breve, inquietud motora, problemas de motricidad fina (p. ej., dificultad para escribir en letra imprenta y copiar) y variabiliad de rendimiento y conducta a lo largo del tiempo.

Puede haber dificultades del control de los impulsos, conducta no dirigida a objetivos e hiperactividad, problemas de disciplina, agresividad, conducta de retraimiento y evitación, timidez y temor excesivos. Los trastornos de aprendizaje y el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) suelen coexistir.

Diagnóstico de los trastornos del aprendizaje

  • Evaluaciones cognitiva, educacional, médica y psicológica

  • Criterios clínicos

Por lo general, se identifica a los niños con trastornos del aprendizaje cuando se reconoce una discrepancia entre el potencial y el rendimiento académicos. Se requieren evaluaciones del habla y el lenguaje, cognitivo, educativo, médico y psicológico para determinar deficiencias de las capacidades y los procesos cognitivos. También son necesarias evaluaciones social y emocional-conductual para planificar el tratamiento y controlar el progreso.

Evaluación

Por lo general, la evaluación cognitiva incluye pruebas de inteligencia verbal y no verbal, y suele practicarlas un psicólogo de la escuela. Las pruebas psicoeducacionales pueden ser útiles para describir la manera preferida del niño para procesar la información (p. ej., de manera holística o analítica, visual o auditiva). La evaluación neuropsicológica tiene particular utilidad en los niños con lesión o enfermedad conocida del sistema nervioso central para mapear las áreas del encéfalo que corresponden a puntos funcionales fuertes o débiles específicos. Las evaluaciones del habla y el lenguaje establecen la integridad de la comprensión y el uso del lenguaje, el procesamiento fonológico y la memoria verbal y también pueden examinar el lenguaje pragmático (social).

Son esenciales la evaluación educativa y el examen del rendimiento mediante observaciones de la conducta en el aula y la determinación del rendimiento académico por parte de los maestros. Las evaluaciones de la lectura miden la capacidad de descodificación y reconocimiento de palabras, la comprensión y la fluidez. Deben obtenerse muestras de escritura para evaluar la ortografía, la sintaxis y la fluidez de las ideas. La capacidad matemática debe evaluarse en términos de capacidad de cálculo, conocimiento de operaciones, comprensión de conceptos e interpretación de "situaciones problemáticas".

La evaluación médica incluye antecedentes familiares detallados, los antecedentes personales del niño, un examen físico y uno neurológico o del desarrollo para estudiar el trastornos de base. Aunque es infrecuente, las anomalías físicas y los signos neurológicos pueden indicar causas de los trastornos de aprendizaje pasibles de tratamiento médico. Los problemas de coordinación de la motricidad gruesa pueden indicar déficits o retrasos del desarrollo neurológico. El nivel de desarrollo se evalúa de acuerdo con criterios estandarizados.

La evaluación psicológica ayuda a identificar TDAH, trastorno de conducta, trastornos de ansiedad, depresión y escasa autoestima, que suelen acompañar a los trastornos de aprendizaje pero deben ser diferenciados de ellos. Se evalúan la actitud hacia la escuela, la motivación, las relaciones con compañeros y la confianza en sí mismo.

Criterios clínicos

El diagnóstico de los trastornos de aprendizaje se realiza clínicamente basado en criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-5), y requiere pruebas de que al menos uno de los siguientes ha estado presente durante ≥ 6 meses a pesar de la intervención específica:

  • Lectura de palabras inexacta, lenta y/o con esfuerzo

  • Dificultad para entender el significado del material escrito

  • Dificultades para deletrear

  • Dificultad para escribir (p. ej., múltiples errores gramaticales y de puntuación, las ideas no se expresa con claridad)

  • Dificultades para dominar el sentido numérico (p. ej., la comprensión de la magnitud relativa y la relación de los números; en los niños mayores, dificultad para hacer cálculos sencillos)

  • Dificultad con el razonamiento matemático (p. ej., uso de conceptos matemáticos para resolver problemas)

Las habilidades deben ser sustancialmente por debajo del nivel esperado para la edad del niño y también afectar significativamente el rendimiento en la escuela o en las actividades diarias. Además, las dificultades no deben poder encuadrarse mejor bajo el cuadro de discapacidad intelectual u otros trastornos del neurodesarrollo.

Tratamiento de los trastornos del aprendizaje

  • Intervención educacional

  • Tratamiento médico, conductista y psicológico

  • En ocasiones, farmacoterapia

El tratamiento de los trastornos del aprendizaje se centra en la intervención educacional, pero también puede implicar tratamiento médico, conductista y psicológico. Los programas de enseñanza eficaces pueden adoptar un enfoque correctivo, compensatorio o estratégico (es decir, enseñarle al niño cómo aprender). Una discordancia entre el método educativo y el trastorno de aprendizaje y las preferencias de aprendizaje del niño agravan la discapacidad.

Algunos niños requieren instrucción especializada sólo en un área mientras continúan asistiendo a clases regulares. Otros niños necesitan programas educacionales separados e intensivos. Lo óptimo, y lo exigido por la ley estadounidense, es que los niños afectados participen en la mayor medida posible en clases inclusivas con compañeros que no tienen trastornos de aprendizaje.

Los fármacos inciden mínimamente en los logros académicos, la inteligencia y la capacidad general de aprendizaje, aunque algunos (p. ej., psicoestimulantes, como el metilfenidato y varios preparados de anfetaminas) pueden mejorar la atención y la concentración, lo que permite que los niños respondan de manera más eficiente a la instrucción.

No se ha probado la utilidad de muchos remedios y tratamientos populares (p. ej., eliminar aditivos de los alimentos, usar antioxidantes o megadosis de vitaminas, establecimiento de patrones mediante estimulación sensorial y movimiento pasivo, terapia integradora sensorial a través de ejercicios posturales, entrenamiento del nervio auditivo y entrenamiento optométrico para corregir procesos de coordinación visuo-perceptivos y sensitivomotores).

Más información

Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.

  1. Individuals with Disabilities Education Act (IDEA): ley de los Estados Unidos que pone a disposición de niños discapacitados elegibles educación pública apropiada y gratuita y asegura la educación especial y los servicios relacionados para esos niños

  2. Learning Disabilities Association of America (LDA): organización que proporciona recursos educativos y de soporte para personas con problemas de aprendizaje

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