Incontinencia fecal

PorParswa Ansari, MD, Hofstra Northwell-Lenox Hill Hospital, New York
Revisado/Modificado ene. 2023
Vista para pacientes

La incontinencia fecal es la defecación involuntaria. El diagnóstico es clínico. El tratamiento consiste en un programa de manejo intestinal y ejercicios perineales, pero a veces es necesaria una colostomía.

(Véase también Evaluación de los trastornos anorrectales).

La incontinencia fecal puede ser el resultado de

  • Lesiones o enfermedades de la médula espinal

  • Anomalías congénitas

  • Lesiones accidentales del recto y el ano

  • Prolapso rectal (procidencia)

  • Diabetes

  • Demencia grave

  • Fecaloma

  • Procesos inflamatorios extensos

  • Tumores

  • Lesiones obstétricas

  • Operaciones que implican sección o dilatación de los esfínteres anales

Diagnóstico de la incontinencia fecal

  • Evaluación clínica

  • A veces, estudios de diagnóstico por imágenes, electromiografía del piso pélvico y manometría anorrectal

La exploración física debe evaluar la función macroscópica del esfínter y la sensibilidad perianal, y excluir un tumor o un prolapso rectal.

También son útiles la ecografía endoscópica del esfínter anal, la RM pelviana y perineal, la electromiografía del suelo de la pelvis y la manometría rectal.

Tratamiento de la incontinencia fecal

  • Programa de regulación de las deposiciones

  • Ejercicios perineales, a veces con biorretroalimentación

  • En ocasiones, un procedimiento quirúrgico

(See also the American Society of Colon and Rectal Surgeons’ 2015 clinical practice guideline for the treatment of fecal incontinence.)

El tratamiento de la incontinencia fecal consiste en un programa de manejo intestinal para desarrollar un patrón predecible de defecación. El programa incluye ingesta de líquidos adecuados y volumen dietético apropiado. Sentarse en un inodoro o emplear un estimulante de la defecación convencional (p. ej., café) estimula la defecación. Asimismo, puede utilizarse un supositorio (p. ej., glicerina, bisacodilo) o un enema de fosfato. Una dieta pobre en residuos y loperamida oral pueden reducir la frecuencia de la defecación.

Los ejercicios perineales simples, en los que el paciente contrae repetidamente los esfínteres, los músculos perineales y las nalgas, pueden fortalecer estas estructuras y contribuyen a la continencia, en particular en casos leves. Antes de recomendar cirugía, debe considerarse la biorretroalimentación (para entrenar al paciente en el uso máximo de los esfínteres y para que reconozca mejor los estímulos fisiológicos) en pacientes bien motivados que pueden comprender y seguir las instrucciones y que tienen un esfínter anal capaz de reconocer el indicio de distensión rectal. Alrededor del 70% de estos pacientes responden a la biorretroalimentación.

Un defecto del esfínter evaluado con ecografía endoscópica puede suturarse directamente.

Cuando no hay suficiente esfínter residual para una reparación, en particular en pacientes < 50 años de edad, se puede trasponer músculo grácil. Sin embargo, los resultados positivos de estos procedimientos en general no son duraderos. Algunos centros fijan un marcapasos al músculo grácil, mientras que otros utilizan un esfínter artificial; estos u otros procedimientos experimentales están disponibles solo en unos pocos centros de los Estados Unidos, como protocolos de investigación.

La estimulación del nervio sacro ha resultado promisoria en el tratamiento de la incontinencia fecal.

Cuando todo lo demás fracasa, puede considerarse una colostomía.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. American Society of Colon and Rectal Surgeons: Clinical practice guideline for the treatment of fecal incontinence (2015)

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