Tripanosomiasis africana

(Enfermedad del sueño africana; tripanosomiasis humana africana)

PorChelsea Marie, PhD, University of Virginia;
William A. Petri, Jr, MD, PhD, University of Virginia School of Medicine
Reviewed ByChristina A. Muzny, MD, MSPH, Division of Infectious Diseases, University of Alabama at Birmingham
Revisado/Modificado Modificado sept 2025
v1015950_es
Vista para pacientes

La tripanosomiasis africana humana es una infección producida por protozoos del género Trypanosoma brucei, transmitidos por la picadura de la mosca tsetsé. Los síntomas incluyen lesiones cutáneas características, fiebre intermitente, cefalea, rigidez, edema transitorio, adenopatías generalizadas y meningoencefalitis que con frecuencia resulta mortal. El diagnóstico se basa en la identificación del microorganismo en sangre, material aspirado de un ganglio linfático o líquido cefalorraquídeo; en ocasiones deben solicitarse pruebas serológicas. El tratamiento consiste en fexinidazol, suramina, pentamidina, melarsoprol o eflornitina, lo que depende de la subespecie infecciosa, el estadio clínico y la disponibilidad de fármacos.

Hay 2 formas de tripanosomiasis africana humana (enfermedad del sueño). La enfermedad del sueño de África Occidental es causada por Trypanosoma brucei gambiense en África Occidental y Central. La enfermedad del sueño de África Oriental es causada por T. brucei rhodesiense en áreas orientales y meridionales de África. Ambas especies son endémicas en Uganda. T. brucei gambiense representa > 97% de todos los casos de tripanosomiasis africana y T. brucei rhodesiense representa aproximadamente el 3% (1).

La Organización Mundial de la Salud se ha propuesto erradicar la tripanosomiasis africana y, como resultado de los esfuerzos de control, ha ocurrido una disminución dramática (> 95%) en el número de casos informados en todo el mundo. En 2023, se comunicaron a la OMS alrededor de 675 casos combinados, y más del 90% fue causado por T. b. gambiense (1). En promedio, se diagnostica 1 caso en los Estados Unidos cada año, siempre en viajeros que regresan a los Estados Unidos desde regiones endémicas (2).

Los seres humanos son el principal reservorio de T. b. gambiense, pero esta especie también puede residir en animales. Los animales salvajes son los principales reservorios de T. b. rhodesiense, seguidos por el ganado doméstico (3). Los microorganismos son transmitidos por las moscas tsetsé y pueden transmitirse transplacentariamente de la madre al feto (4). En raras ocasiones, la tripanosomiasis se transmite a través de transfusiones de sangre; teóricamente, podría contagiarse también a través del trasplante de órganos.

Otra especie de tripanosoma, el Trypanosoma cruzi, es endémica en América del Sur y Central y causa la enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana).

Referencias generales

  1. 1. World Health Organization (WHO): Human African trypanosomiasis (sleeping sickness). Accessed February 10, 2025.

  2. 2. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Trypanosomiasis, African. CDC Yellow Book 2024.

  3. 3. Chimelli L, Scaravilli F. Trypanosomiasis. Brain Pathol. 1997;7(1):599-611. doi:10.1111/j.1750-3639.1997.tb01077.x

  4. 4. Traub N, Hira PR, Chintu C, Mhango C. Congenital trypanosomiasis: report of a case due to Trypanosoma brucei rhodesienseEast Afr Med J. 1978;55(10):477.

Fisiopatología de la tripanosomiasis africana

El ciclo de vida de T. b. gambiense involucra tanto a la mosca tse-tsé como al huésped humano. La mosca tsetsé se infecta al alimentarse de la sangre de un mamífero infectado. El ciclo de vida comienza cuando una mosca tsetsé infectada (género Glossina) pica a un humano e inyecta parásitos tripanosomas metacíclicos en su torrente sanguíneo. Los tripomastigotes metacíclicos se transforman en tripomastigotes en el torrente sanguíneo, para luego multiplicarse por fisión binaria y diseminarse a través de los linfáticos y la sangre después de la inoculación. Los tripomastigotes de el torrente sanguíneo se multiplican hasta que el huésped produce anticuerpos específicos que disminuyen significativamente la cantidad de parásitos. No obstante, un subgrupo de parásitos puede escapar a la destrucción inmunitaria gracias a una modificación en la variedad de glucoproteína de superficie y comienza un nuevo ciclo de multiplicación. El ciclo de multiplicación y lisis entonces se repite. El ciclo de vida continúa cuando una mosca tsetsé pica a un ser humano o un animal infectados. (See also Trypanosomiasis in Animals.)

En un período avanzado de la tripanosomiasis africana, los tripanosomas aparecen en el líquido intersticial de varios órganos, como el miocardio y, por último, en el sistema nervioso central.

Signos y síntomas de la tripanosomiasis africana

La tripanosomiasis africana presenta 3 estadios:

  • Cutáneo

  • Hemolinfático

  • Sistema nervioso central

Cutáneo

En el sitio de la picadura de la mosca tsetsé, puede desarrollarse una pápula entre pocos días y 2 semanas después de la inoculación. Luego, la lesión se transforma en un nódulo doloroso de color rojo oscuro que se puede ulcerar (chancro tripanosómico).

Hemolinfático

En la infección por T. b. gambiense se desarrolla fiebre intermitente, cefaleas, escalofríos, dolor muscular y articular y edema facial transitorio durante varios meses, pero estos persisten varias semanas en la infección por T. b. rhodesiense. También puede aparecer un exantema eritematoso circinado evanescente. Es más fácilmente visible en personas con piel clara. A menudo, también se encuentran adenopatías generalizadas.

La adenopatía en el triángulo cervical posterior (signo de Winterbottom) es característica de la tripanosomiasis causada por T. b. gambiense. La anemia puede ocurrir en cualquier etapa de la infección porque los mismos parásitos pueden interrumpir la producción y acelerar la lisis de los glóbulos rojos.

Sistema nervioso central

En la infección por T. b. gambiense, el compromiso del sistema nervioso central (SNC) ocurre desde algunos meses hasta varios años después del inicio de la enfermedad aguda.

En la infección por T. b. rhodesiense, la enfermedad es más fulminante y la invasión del sistema nervioso central suele producirse a las pocas semanas.

El compromiso del sistema nervioso central causa cefalea persistente, incapacidad de concentrarse, cambios de personalidad (p. ej., debilidad progresiva e indiferencia), somnolencia diurna, temblores, ataxia y, en las etapas terminales, coma.

Sin tratamiento, la muerte puede producirse pocos meses después de la infección por T. b. rhodesiense y durante el segundo o el tercer año de la infección por T. b. gambiense. Los pacientes no tratados pueden morir por complicaciones como el coma, que a menudo es consecuencia de desnutrición grave o de infecciones secundarias.

La sospecha clínica de enfermedad grave (también llamada etapa meningoencefalítica grave) se eleva cuando el paciente exhibe los siguientes síntomas neurológicos que indican disfunción cognitiva y motora significativa:

  • Confusión mental

  • Comportamiento anormal

  • Logorrea (habla excesiva, incontrolable o incoherente)

  • Ansiedad

  • Ataxia

  • Temblores

  • Debilidad motora

  • Alteración del habla

  • Marcha anormal

  • movimientos incontrolables

  • Convulsiones

Diagnóstico de la tripanosomiasis africana

  • Microscopia óptica de sangre (frotis fino o grueso) u otra muestra de líquido para todas las subespecies de T. brucei

  • Pruebas serológicas para T. b. gambiense

  • Otras pruebas de laboratorio adicionales (hemograma completo, niveles de inmunoglobulinas séricas)

El diagnóstico de la tripanosomiasis africana humana por T. b. gambiense a menudo se realiza mediante cribado serológico seguido de confirmación parasitológica. Las pruebas serológicas incluyen pruebas rápidas de flujo lateral y una prueba de aglutinación en tarjeta que es útil en programas de cribado masivo. Para la confirmación parasitológica, se examinan muestras de linfa, sangre o ambas en el microscopio. Las preparaciones húmedas contienen tripanosomas móviles, y los frotis también pueden fijarse y teñirse con Giemsa (o Field) antes del examen. El número de tripanosomas en sangre es a menudo bajo en la infección por T. b. gambiense y las técnicas de concentración (p. ej. centrifugación con microhematocrito, centrifugación de intercambio aniónico en miniatura, técnica de capa leucocítica cuantitativa) aumentan la sensibilidad.

La detección de anticuerpos es menos útil para T. b. rhodesiense, ya que progresa rápidamente, a menudo antes de que se desarrolle una fuerte respuesta de anticuerpos. Por lo tanto, el diagnóstico se basa en la detección de parásitos en sangre o líquido cefalorraquídeo (LCR) en el examen con microscopio óptico. Si está presente un chancro, se pueden detectar tripanosomas mediante aspirado del chancro. En forma típica, T. b. rhodesiense tiene una densidad más alta de tripanosomas en sangre, lo que hace que las técnicas de concentración que se realizan antes del examen microscópico sean menos importantes.

Para ambas formas de tripanosomiasis humana africana, la etapa de la enfermedad se determina mediante el examen del LCR. La etapa de la enfermedad influye en las decisiones de tratamiento para pacientes < 6 años, aquellos con peso < 20 kg, y aquellos con características clínicas que sugieren una enfermedad grave; se debe realizar una punción lumbar en estos grupos.

En los pacientes sin síntomas neurológicos se considera que la probabilidad de encontrarse en la etapa meningoencefalítica grave es baja y no requieren una punción lumbar que guíe el tratamiento.

Los pacientes con signos y síntomas de enfermedad grave deben ser evaluados mediante punción lumbar y examen del líquido cefalorraquídeo (LCR). Este paso es crucial porque la elección del tratamiento depende de si el sistema nervioso central (SNC) está comprometido. El diagnóstico de laboratorio de la enfermedad grave se realiza de acuerdo con los siguientes parámetros:

  • Para la tripanosomiasis africana humana por T. b. gambiense, recuento de glóbulos blancos ≥ 100 células/mcL (≥ 0,1 × 109/L) en LCR con o sin tripanosomas en el LCR

  • Para la tripanosomiasis africana humana por T. b. rhodesiense, recuento de glóbulos blancos > 5 células/mcL (> 0,005 × 109/L) o tripanosomas en el LCR

Otros hallazgos inespecíficos en las pruebas de laboratorio son anemia, monocitosis y un aumento significativo de las concentraciones séricas de IgM policlonal.

Tratamiento de la tripanosomiasis africana

  • Para la tripanosomiasis africana humana por T. b. gambiense: fexinidazol por vía oral para los pacientes ≥ 6 años con peso corporal ≥ 20 kg que no presentan características clínicas de enfermedad grave; a veces pentamidina IM o terapia combinada de nifurtimox oral/eflornitina IV

  • Para la tripanosomiasis africana humana por T. b. rhodesiense: fexinidazol por vía oral para pacientes ≥ 6 años y peso corporal ≥ 20 kg sin características clínicas de enfermedad grave; a veces suramina IV, melarsoprol IV o pentamidina IM

El tratamiento de la tripanosomiasis africana humana depende de la especie patológica, la etapa de la enfermedad, la edad y el peso del paciente, y la disponibilidad de medicamentos. Véase tabla Tratamiento de la tripanosomiasis africana humana para conocer los medicamentos.

Los pacientes con enfermedad grave que no pueden ser evaluados con punción lumbar o que no pueden ser tratados con fexinidazol (es decir, edad < 6 años o peso corporal < 20 kg) deben tratarse como se describe a continuación.

Se propusieron otros regímenes para individuos debilitados con compromiso grave del sistema nervioso central (meningoencefalítico). Se recomiendan exámenes de seguimiento, incluido análisis de líquido cefalorraquídeo, cada 6 meses (antes si los síntomas regresan) durante 2 años.

Los corticosteroides se emplearon para disminuir el riesgo de inflamación del SNC (es decir, reacciones encefalopáticas).

No hay ninguna prueba de curación. Después del tratamiento, los pacientes deben ser controlados durante 24 meses para detectar recidivas. La recurrencia de los síntomas exige un nuevo examen de LCR para detectar parásitos.

Tabla
Tabla

Tratamiento de la tripanosomiasis africana humana por T. b. gambiense

Los abordajes terapéuticos para la tripanosomiasis humana africana por T. b. gambiense se basan en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (1).

Los pacientes con T. b. gambiense que tienen ≥ 6 años o que pesan ≥ 20 kg y en los que no se sospecha una enfermedad grave no requieren una punción lumbar, y el medicamento de primera línea es fexinidazol por vía oral.

Sin embargo, si se sospecha enfermedad grave, es necesaria una punción lumbar. Si el recuento de leucocitos en LCR es < 100 células/mcL (< 0,1 × 109/L), se usa fexinidazol por vía oral. Si el recuento de leucocitos es ≥ 100 células/mcL (≥ 0,1 × 109/L) o si la punción lumbar no tiene éxito, la terapia combinada con nifurtimox por vía oral/eflornitina por vía intravenosa (NECT por sus siglas en inglés) es el tratamiento de elección. Los efectos adversos de la eflornitina incluyen síntomas gastrointestinales, supresión de la médula ósea y convulsiones. Los efectos adversos comunes del nifurtimox son anorexia, náuseas, vómitos, pérdida de peso, polineuropatía, cefalea, mareos y vértigo.

En niños que tienen > 6 años o que pesan > 20 kg, el enfoque depende del recuento de leucocitos en LCR y de la presencia de tripanosomas. Si el recuento de leucocitos es ≤ 5 células/mcL (≤ 0,005 × 109/L) y no hay tripanosomas, el medicamento recomendado es pentamidina IM. Sin embargo, si el recuento de leucocitos es > 5 células/mcL (> 0,005 × 109/L) o hay tripanosomas, el medicamento recomendado es NECT.

En los Estados Unidos, se puede adquirir pentamidina y nifurtimox en los comercios, fexinidazol del fabricante, y eflornitina de los CDC.

Tratamiento de la tripanosomiasis humana africana por T. b. rhodesiense

Los abordajes terapéuticos para la tripanosomiasis humana africana por T. b. rhodesiense se basan en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (1). 

Los pacientes con T. b. rhodesiense que tienen ≥ 6 años o pesan ≥ 20 kg generalmente no necesitan una punción lumbar, y el medicamento de primera línea es fexinidazol por vía oral. Si se sospecha enfermedad grave y se necesita una punción lumbar, se recomienda suramina por vía intravenosa o pentamidina por vía intramuscular. Aún se está evaluando Fexinidazol para T. b. rhodesiense, y todos los pacientes tratados deben ser evaluados clínicamente para detectar recaídas 1, 3, 6 y 12 meses después del tratamiento.

En niños que tienen > 6 años de edad o pesan > 20 kg, el enfoque también depende del recuento de leucocitos en el LCR y de la presencia de tripanosomas. Si el recuento de leucocitos es ≤ 5 células/mcL (≤ 0,005 × 109/L) y no hay tripanosomas, el medicamento recomendado es suramina IV. Si el recuento de leucocitos es > 5 células/mcL (> 0,005 × 109/L) o hay tripanosomas, se usa melarsoprol IV. 

La suramina es el único fármaco eficaz para el estadio hemolinfático de T. b. rhodesiense donde los beneficios de la terapia superan a los riesgos. La suramina no se usa para tratar T. b. gambiense, porque aunque puede ser eficaz, se ha asociado con efectos adversos, incluidos náuseas, vómitos, fotofobia, hiperestesias, neuropatía periférica, nefrotoxicidad, urticaria y prurito. Se debe tener precaución al administrar suramina porque pueden producirse reacciones de hipersensibilidad graves en pacientes coinfectados por Onchocerca volvulus, que es endémica en muchas áreas de África Occidental donde se da T. b. gambiense (2).

El melarsoprol IV, un arsénico orgánico, se utiliza a menudo en los países africanos debido a la limitada disponibilidad de eflornitina, a pesar de que los efectos adversos pueden ser graves y potencialmente mortales. Los efectos adversos graves del melarsoprol incluyen reacciones encefalopáticas, dermatitis exfoliativa, toxicidad cardiovascular (hipertensión, arritmias, insuficiencia cardíaca) y la toxicidad gastrointestinal y renal.

En los Estados Unidos se puede adquirir pentamidina en los comercios, fexinidazol del fabricante, y suramina y melarsoprol de los CDC.

Referencias del tratamiento

  1. 1. World Health Organization: Guidelines for the treatment of human African trypanosomiasis. June 2024.

  2. 2. Wiedemar N, Hauser DA, Mäser P. 100 Years of SuraminAntimicrob Agents Chemother. 2020;64(3):e01168-19. Published 2020 Feb 21. doi:10.1128/AAC.01168-19

Prevención de la tripanosomiasis africana

La prevención de la tripanosomiasis africana consiste en evitar las áreas endémicas y protegerse de las moscas tsetsé (medidas de control vectorial).

Los individuos que visitan reservas de animales deben vestir prendas gruesas que cubran completamente los brazos y las piernas hasta las muñecas y los tobillos (las moscas tsetsé pican a través de telas delgadas) de colores neutros que se confundan con el entorno, y deben usar repelentes para los insectos, aunque la eficacia de éstos contra las moscas tsetsé puede ser limitada.

La vigilancia en áreas endémicas es útil para detener la transmisión continua de la enfermedad cuando los recursos están disponibles.

No se recomienda medicación profiláctica porque los riesgos superan los beneficios potenciales.

Conceptos clave

  • La tripanosomiasis africana se debe a la infección por Trypanosoma brucei gambiense en las regiones occidental y central de África y por T. b. rhodesiense en la región oriental de África; las moscas tsetsé son el principal vector.

  • T. b. gambiense es más prevalente; T. b. rhodesiense es menos frecuente en humanos.

  • La enfermedad tiene 3 etapas: cutánea, hemolinfática y del sistema nervioso central (enfermedad del sueño).

  • Diagnosticar mediante microscopia óptica de una muestra de sangre (frotis fino o grueso) o de otro líquido.

  • El tratamiento de la tripanosomiasis africana varía según la especie, el estadio de la enfermedad y la disponibilidad de medicamentos.

  • Para infecciones por T. b. gambiense o T. b. rhodesiense no graves, el fexinidazol es la terapia de primera línea para la mayoría de los pacientes.

  • Para la infección grave por T. b. gambiense, usar fexinidazol o eflornitina (si está disponible) solo o en combinación con nifurtimox (NECT), y a veces pentamidina.

  • Para la infección grave por T. b. rhodesiense, se debe usar suramina o pentamidina; solo se debe emplear melarsoprol en pacientes que no pueden recibir fexinidazol.

Más información

Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable del contenido de estos recursos.

  1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC): Clinical Guidance for Human African Trypanosomiasis

  2. MSD Veterinary Manual: Trypanosomiasis in Animals

quizzes_lightbulb_red
Test your KnowledgeTake a Quiz!
ANDROID iOS
ANDROID iOS
ANDROID iOS