Legionella pneumophila se registró por primera vez en 1976 después de una crisis en una convención de la Legión Estadounidense en Filadelfia, Pennsylvania, de allí el nombre de enfermedad de los legionarios o legionelosis. Este cuadro es la forma neumónica de la infección generalmente causada por el serogrupo 1 de Legionella pneumophila. La infección no neumónica se llama fiebre de Pontiac, que se manifiesta como una enfermedad febril, de tipo viral.
Transmisión de especies de Legionella
Los microorganismos Legionella suelen estar presentes en el suelo y el agua dulce. Las amebas presentes en agua dulce son un reservorio natural para estas bacterias. Los microorganismos Legionella pueden ingresar en el sistema de cañerías de un edificio a través de las fuentes de agua corriente; a menudo, el origen de un brote de Legionella es el tanque de agua de un edificio. Las bacterias de este género Legionella crecen en una biopelícula que se forma dentro de las cañerías o los reservorios de agua. La infección suele contagiarse por inhalación de aerosoles (o, menos frecuentemente, por aspiración) de agua contaminada (p. ej., los generados por los dispositivos para ducharse, los atomizadores, las tinas de hidromasajes o las torres de enfriamiento de los aparatos de aire acondicionado). La infección nosocomial por lo general se atribuye a un suministro de agua caliente contaminada.
La infección por Legionella no se transmite de una persona a otra, aunque se informó un caso probable en 2016.
Enfermedades causadas por Legionella spp
La infección por Legionella es más frecuente y más grave en los siguientes casos:
Los pulmones son el sitio de infección más frecuente; puede producirse una neumonía intra o extrahospitalaria.
La legionelosis extrapulmonar es rara; las manifestaciones incluyen sinusitis, infección de la herida de la cadera, miocarditis, pericarditis y endocarditis protésica, con frecuencia sin neumonía.
Signos y síntomas
La enfermedad del legionario es un síndrome similar a una gripe, con fiebre aguda, escalofríos, malestar, mialgias, cefalea o confusión. También aparecen con frecuencia náuseas, deposiciones o diarrea acuosas, dolor abdominal, tos y artralgias. Las manifestaciones neumónicas pueden incluir disnea, dolor pleurítico y hemoptisis. Se puede producir bradicardia en relación con la fiebre, especialmente en los casos graves.
La mortalidad general es baja (alrededor del 5%), pero puede llegar al 40% en pacientes con infecciones adquiridas en el hospital, ancianos y pacientes inmunocomprometidos.
Diagnóstico
En ocasiones se utiliza la tinción por fluorescencia directa del esputo o del líquido de lavado broncoalveolar, si bien requiere la práctica de un experto. Además, existen técnicas de PCR (polymerase chain reaction) con sondas de DNA que pueden ayudar a identificar las vías de transmisión. La prueba de antígenos urinarios tiene una sensibilidad del 60 al 95% y una especificidad > 99% a los 3 días de la aparición de los síntomas, pero solo detecta L. pneumophila (del serogrupo 1), que es responsable de hasta el 80% de los caso (1). Los ensayos de comparación de anticuerpos en las etapas aguda y de convalecencia pueden llevar a un retraso en el diagnóstico. Se considera diagnóstico un aumento de 4 veces de los títulos, o un título agudo ≥ 1:128.
El diagnóstico de la enfermedad del legionario se establece con el cultivo de muestras de esputo o de líquidos de lavado broncoalveolar; los hemocultivos no son fiables. Se requieren medios de crecimiento específicos. El lento crecimiento en los medios de cultivo puede demorar la identificación 3 a 5 días.
Deben realizarse radiografías del tórax; por lo general, éstas muestran infiltrados en parche, asimétricos, rápidamente progresivos (aún cuando se administre una terapia antibiótica eficaz), con o sin pequeños derrames pleurales.
Las anomalías de laboratorio a menudo incluyen hiponatremia, hipofosfatemia y concentración elevada de aminotransferasas y proteína C reactiva.
Referencia del diagnóstico
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1. Gassiep I, Armstrong M, Heather CS, Norton RE: Utility of the Legionella urinary antigen. Intern Med J 49(8):1050–1051, 2019. doi: 10.1111/imj.14381.
Tratamiento
El régimen preferido es una fluoroquinolona por vía IV u oral durante 7 a 14 días y, para pacientes con inmunocompromiso grave, a veces hasta 3 semanas. La azitromicina (durante 5 a 10 días) es útil, pero la eritromicina puede tener menos actividad. La eritromicina debe ser utilizada sólo para la neumonía leve en pacientes sin inmunocompromiso. La doxiciclina es una alternativa para los pacientes inmunocompetentes con neumonía leve.
El agregado de rifampicina ya no se recomienda debido a que los beneficios no se han probado y no hay posibilidad de daño.
Conceptos clave
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L. pneumophila por lo general causa infección pulmonar; rara vez produce infecciones extrapulmonares (que a menudo involucran al corazón).
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La infección por L. pneumophila normalmente se adquiere por la inhalación de aerosoles (o con menos frecuencia por aspiración) de agua contaminada; no se transmite de persona a persona.
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Diagnosticar mediante tinción por inmunofluorescencia directa o prueba de PCR (polymerase chain reaction); los cultivos de esputo son más exactos, pero pueden tardar 3 a 5 días.
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Tratar con una fluoroquinolona o azitromicina; doxiciclina es una alternativa.