Amígdalas y vegetaciones hipertrofiadas en niños

PorUdayan K. Shah, MD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Revisado/Modificado abr. 2022 | Modificado oct. 2022
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Datos clave

Las amígdalas y las vegetaciones pueden hipertrofiarse (aumentar de tamaño) debido a una infección u otra causa o pueden ser grandes desde el nacimiento. La hipertrofia (el agrandamiento) de las amígdalas y las vegetaciones es frecuente entre los niños y, por lo general, no requiere ningún tratamiento.

  • El aumento de tamaño (hipertrofia) de las amígdalas y las vegetaciones en niños es a veces consecuencia de infecciones, pero puede ser normal.

  • El aumento de tamaño no suele causar síntomas pero en algunos casos provoca dificultad para respirar o tragar y, a veces, infecciones recidivantes de oído o de senos paranasales o apnea obstructiva del sueño.

  • El diagnóstico se basa en la nasofaringoscopia y, en algunos casos, en los resultados de un estudio del sueño.

  • En presencia de una infección bacteriana se utilizan antibióticos y, en algunos casos, si las infecciones son recurrentes, se extirpan quirúrgicamente las amígdalas y las vegetaciones.

Localización de las amígdalas y las vegetaciones

Las amígdalas son dos zonas de tejido linfático localizadas a ambos lados de la garganta. Las vegetaciones (adenoides), también de tejido linfático, están localizadas más arriba y más hacia atrás, detrás del paladar, en la conexión de las fosas nasales con la garganta. Las vegetaciones no son visibles por la boca.

Interior de la garganta

Las amígdalas y las vegetaciones son acumulaciones de tejido linfático que pueden desempeñar cierto papel ayudando al organismo a combatir las infecciones. Atrapan las bacterias y los virus que entran por la garganta y producen anticuerpos. Las amígdalas y las vegetaciones son de mayor tamaño en niños de 2 a 6 años de edad.

Las amígdalas están localizadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta. Las vegetaciones están localizadas más arriba y más atrás, donde se conectan las fosas nasales y la garganta. Las amígdalas son visibles por la boca, pero las vegetaciones no.

Causas de amígdalas y vegetaciones hipertrofiadas

Algunos niños en la etapa preescolar y en la adolescencia tienen amígdalas y vegetaciones relativamente grandes (hipertóficas) sin que ello sea indicador de ningún tipo de problema. Sin embargo, las amígdalas y las vegetaciones pueden agrandarse (hipertrofiarse) si se infectan con virus o bacterias causantes de infecciones de garganta (dolor de garganta). Además, las alergias (como las alergias estacionales o las alergias persistentes durante todo el año), los irritantes y, posiblemente, el reflujo gastroesofágico, también pueden causar que las amígdalas y las vegetaciones aumenten de tamaño. La exposición regular a niños que sufren infecciones bacterianas o víricas, como los niños de los centros de cuidado infantil, aumenta el riesgo de infección.

A veces, cuando aumentan de tamaño, las amígdalas dificultan la respiración o la deglución y las vegetaciones pueden obstruir la nariz o las trompas de Eustaquio que conectan la parte posterior de la garganta con los oídos. Por lo general, las amígdalas y las vegetaciones vuelven a su tamaño normal una vez curada la infección. En algunos casos permanecen agrandadas, especialmente en los niños que han sufrido infecciones frecuentes o crónicas.

Síntomas de las amígdalas y vegetaciones hipertrofiadas

La mayoría de las amígdalas y las vegetaciones agrandadas no causan síntomas. Sin embargo, las amígdalas o adenoides agrandadas pueden dar a la voz un tono de congestión nasal (la voz del niño suena como si estuviese resfriado). Los niños con amígdalas o vegetaciones agrandadas pueden presentar anomalías en la forma del paladar y en la posición de los dientes. Los niños también pueden tender a respirar por la boca. Las amígdalas hipertróficas (agrandadas) también pueden causar hemorragias nasales, mal aliento y tos.

Complicaciones

Las amígdalas y las vegetaciones agrandadas se consideran un problema cuando causan trastornos más graves como los siguientes:

  • Infecciones crónicas del oído y pérdida de audición: estos problemas son consecuencia de la obstrucción de la trompa de Eustaquio y la acumulación de líquidos en el oído medio.

  • Infecciones recidivantes de los senos paranasales: ver Sinusitis.

  • Apnea obstructiva del sueño: algunos niños con amígdalas y vegetaciones agrandadas roncan y dejan de respirar durante breves periodos de tiempo durante el sueño. El resultado es que los niveles de oxígeno en sangre descienden y los niños se despiertan frecuentemente y están soñolientos durante el día. La apnea obstructiva del sueño causada por amígdalas y vegetaciones agrandadas raramente presenta complicaciones graves, como aumento de la presión arterial pulmonar (hipertensión pulmonar) y alteraciones cardíacas que derivan de la hipertensión pulmonar (corazón pulmonar o cardiopatía pulmonar).

  • Pérdida o falta de ganancia de peso: en ocasiones, los niños no comen lo suficiente debido al dolor derivado de infecciones o porque respirar les exige un esfuerzo físico constante.

Diagnóstico de amígdalas y vegetaciones hipertrofiadas

  • Nasofaringoscopia

  • A veces, un estudio del sueño

Unas amígdalas muy grandes pueden ser normales y unas amígdalas con infecciones crónicas tienen a veces un tamaño normal. Para ayudar a determinar si las infecciones son la causa del aumento de tamaño de las amígdalas, el médico pregunta cuántos episodios de faringitis ha sufrido el niño durante el pasado año o los 3 años anteriores.

Por lo general, para acceder a la parte posterior de la nariz y la garganta, los médicos introducen un tubo flexible de visualización a través de la nariz (llamado nasofaringoscopio). El médico también comprueba si hay enrojecimiento de las amígdalas o aumento de tamaño de los ganglios linfáticos localizados en la mandíbula y el cuello; además, también comprueba el efecto de las amígdalas en la respiración.

Se sospecha apnea obstructiva del sueño cuando los padres refieren que la respiración del niño se interrumpe durante el sueño. En estos casos, el médico puede recomendar que el niño se someta a un estudio del sueño (polisomnografía). Para esta prueba, se monitoriza al niño mientras duerme durante la noche en un laboratorio del sueño; se obtienen radiografías torácicas. Los médicos también pueden tomar una radiografía de tórax y medir las concentraciones de oxígeno en la sangre.

Tratamiento de las amígdalas y vegetaciones hipertrofiadas

  • Tratamiento de otras causas (alergias e infecciones)

  • A veces, adenoidectomía, amigdalectomía o ambos

Si se considera que la causa es alérgica, se puede prescribir un aerosol nasal de corticosteroides u otros medicamentos, como los antihistamínicos, por vía oral. Si la causa parece ser una infección bacteriana, los médicos pueden prescribir antibióticos.

Si dichos fármacos no son eficaces o si el médico cree que no serán útiles, puede recomendar la extirpación quirúrgica de las vegetaciones (denominada adenoidectomía) y posiblemente de las amígdalas (denominada amigdalectomía) en la misma operación.

La amigdalectomía y la adenoidectomía son intervenciones muy frecuentes en niños en los Estados Unidos. Entre los niños a quienes benefician dichas intervenciones quirúrgicas se incluyen los que sufren los trastornos siguientes:

  • Apnea obstructiva del sueño

  • Molestia extrema con el habla y la respiración

  • Infecciones múltiples de garganta (el límite establecido por algunos médicos es de 6 infecciones en 1 año, más de 4 infecciones al año durante 2 años, o más de dos infecciones al año durante 3 años).

El médico recomienda realizar solo la adenoidectomía en niños con las características siguientes:

  • Infecciones de oído y colecciones persistentes de líquido frecuentes en el oído medio

  • Obstrucción nasal o sangrado nasal recurrentes que causan cambios en la voz o trastornos del sueño

  • Infecciones frecuentes de los senos paranasales

¿Sabías que...?

  • Extirpar las amígdalas agrandadas y las vegetaciones está indicado cuando el aumento de tamaño produce malestar extremo, problemas respiratorios o infecciones recidivantes.

No parece que la amigdalectomía y la adenoidectomía disminuyan la frecuencia de los resfriados o la tos ni su gravedad.

La amigdalectomía y la adenoidectomía suelen ser intervenciones ambulatorias. Deben llevarse a cabo al menos 2 semanas después de la desaparición de cualquier infección.

La tasa de complicaciones quirúrgicas es bastante baja, pero el dolor postoperatorio y la dificultad en la deglución causada por la amigdalectomía puede durar hasta 2 semanas. Normalmente, los niños se recuperan de la adenoidectomía en 2 o 3 días.

La hemorragia causada por la adenoidectomía es una complicación menos frecuente, pero puede ocurrir con mayor probabilidad en dos momentos clave, dentro de las 24 horas posteriores a la intervención o al cabo de unos 7 días después de la misma. El sangrado después de la cirugía puede ser grave o incluso mortal en los niños. Si se produce un sangrado después de la cirugía es necesario acudir al hospital o a la consulta del médico.

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