Absceso epidural intracraneal y empiema subdural

PorJohn E. Greenlee, MD, University of Utah Health
Revisado/Modificado mar. 2022 | Modificado sep. 2022
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Un absceso epidural intracraneal es una bolsa de pus que se desarrolla entre el cráneo y la capa superior de los tejidos (duramadre) que recubre el encéfalo. Un empiema subdural es una bolsa de pus que se desarrolla entre la duramadre y la capa media de los tejidos (aracnoides) que recubren el encéfalo.

(Véase también Introducción a las infecciones cerebrales.)

  • Los abscesos epidurales intracraneales y los empiemas subdurales pueden ser consecuencia de una infección de los senos paranasales o de los oídos o de enfermedades que permiten la entrada de bacterias en el cráneo, como un traumatismo craneoencefálico o una cirugía craneal

  • A lo largo de varios días puede aparecer fiebre, cefalea, somnolencia, vómitos, convulsiones, rigidez de nuca y otros signos de disfunción cerebral.

  • Sin tratamiento, los síntomas progresan con rapidez y conducen al coma y a la muerte.

  • Para diagnosticar estos trastornos, los médicos indican una resonancia magnética nuclear o una tomografía computarizada empleando un agente de contraste.

  • El tratamiento consiste en drenaje quirúrgico, antibióticos y, a veces, medicamentos para prevenir las convulsiones o para reducir la presión dentro del cráneo.

Los abscesos epidurales intracraneales y los empiemas subdurales se desarrollan fuera del propio encéfalo pero dentro del cráneo (intracraneal):

  • Absceso epidural intracraneal: entre la duramadre (la capa externa de tejido que cubre el encéfalo) y el cráneo

  • Empiema subdural: entre la aracnoides (la capa media de tejido que recubre el encéfalo) y la duramadre

Tejidos que recubren el encéfalo

En el interior del cráneo, el encéfalo está recubierto por tres capas de tejido denominadas meninges.

Causas

Los abscesos epidurales y los empiemas subdurales pueden ser consecuencia de

  • Una infección sinusal (sinusitis)

  • Una otitis grave (como la otitis media crónica)

  • Un traumatismo craneoencefálico que permite la entrada de bacterias en el cráneo

  • Una cirugía craneal que permite la entrada de bacterias en el cráneo

  • Raramente, una infección de la sangre

Los mismos tipos de bacterias que provocan los abscesos cerebrales (por ejemplo Staphylococcus aureus y Bacteroides fragilis) pueden provocar abscesos epidurales y empiemas subdurales.

En niños menores de 5 años, la causa acostumbra a ser una meningitis bacteriana. Debido a que la meningitis es ahora poco frecuente en niños, abscesos epidurales y empiemas subdurales son también poco frecuentes en niños.

Síntomas

Como ocurre en el absceso cerebral, un absceso epidural o un empiema subdural pueden provocar fiebre, cefalea, somnolencia, vómitos, convulsiones, rigidez de nuca y otros signos de disfunción cerebral.

Estos síntomas pueden evolucionar a lo largo de varios días. Se puede desarrollar meningitis o un absceso cerebral. O se puede formar un coágulo de sangre en las grandes venas (senos venosos) que transportan la sangre desde el cerebro.

Sin tratamiento, los síntomas progresan rápidamente, dando lugar a coma y muerte, sobre todo en personas con empiema subdural.

Diagnóstico

  • Imagen por resonancia magnética o tomografía computarizada

Para diagnosticar un absceso epidural o un empiema subdural, se practica una resonancia magnética nuclear (RMN) tras la inyección intravenosa de gadolinio. El gadolinio (un medio de contraste para RMN) facilita la visualización de los abscesos y los empiemas en las resonancias magnéticas nucleares. Cuando la resonancia magnética nuclear (RMN) no se encuentra disponible, se realiza una tomografía computarizada (TC) tras la inyección intravenosa de un contraste radiopaco (que facilita la visualización de los abscesos y los empiemas en las tomografías).

Las muestras de sangre y tejidos se envían al laboratorio para realizar un cultivo bacteriano que permita identificar cualquier bacteria presente.

La punción lumbar no es muy útil y resulta peligrosa. La extracción de líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar ante la presencia de un absceso de gran tamaño, un empiema u otra masa grande en el cráneo puede causar un desplazamiento hacia abajo del cerebro y su paso forzado a través de un pequeño orificio natural situado en el tejido que divide el cerebro en dos compartimentos (hernia cerebral). El daño resultante puede ser mortal.

Tratamiento

  • Drenaje del pus

  • Antibióticos y, a veces, otros fármacos

En los lactantes, algunas veces se introduce una aguja directamente en el absceso o el empiema a través de una fontanela (la zona blanda entre los huesos del cráneo) para vaciar el pus, reducir la presión y ayudar a establecer el diagnóstico.

Los abscesos epidurales y los empiemas subdurales deben drenarse quirúrgicamente. Si la infección es debida a una anomalía en los senos paranasales o el oído medio, se debe corregir la anomalía al mismo tiempo.

Se administran antibióticos por vía intravenosa (tales como cefotaxima o ceftriaxona, metronidazol y vancomicina).

Se pueden requerir fármacos anticonvulsivos para controlar las convulsiones y medidas para reducir la presión intracraneal. Estas medidas incluyen las siguientes:

  • Toma de diuréticos, que reducen la cantidad de líquido en el organismo

  • Corticoesteroides, que reducen la inflamación

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