Infecciones por enterococos

PorLarry M. Bush, MD, FACP, Charles E. Schmidt College of Medicine, Florida Atlantic University;
Maria T. Vazquez-Pertejo, MD, FACP, Wellington Regional Medical Center
Revisado/Modificado may. 2023
Vista para pacientes

Los enterococos son microorganismos anaerobios facultativos grampositivos. El Enterococcus faecalis y el E. faecium causan diversas infecciones, entre ellas endocarditis, infecciones urinarias e intraabdominales, prostatitis, celulitis e infecciones de las heridas, así como bacteriemias concurrentes.

Los enterococos son parte de la flora intestinal normal. Antes se los clasificaba como estreptococos del grupo D, pero ahora se consideran un género separado. Hay > 47 especies, pero E. faecalis y E. faecium son los que causan más comúnmente infecciones en los seres humanos.

Los enterococos causa típicamente

Tratamiento de las infecciones por enterococos

  • Varía según el sitio de la infección y el antibiograma

(See also the American Heart Association's 2015 Infective Endocarditis in Adults: Diagnosis, Antimicrobial Therapy, and Management of Complications.)

Los enterococos asociados con la endocarditis son difíciles de erradicar, a menos que se use una combinación de algunos antibióticos con acción sobre la pared celular (p. ej., la penicilina, la ampicilina, la amoxicilina, la piperacilina o la vancomicina) más un aminoglucósido (gentamicina, estreptomicina) para lograr una actividad bactericida. Sin embargo, algunos antibióticos con acción sobre la pared celular tienen actividad nula o limitada contra los enterococos; entre ellos se incluyen nafcilina, oxacilina, ticarcilina, ertapenem, la mayoría de las cefalosporinas y aztreonam. E. faecium es más resistente a la penicilina que E. faecalis. Cuando no se puede usar un aminoglucósido, la combinación de una aminopenicilina como ampicilina con ceftriaxona es una alternativa eficaz para el tratamiento de endocarditis por E. faecalis. El imipenem y, en menor medida, el meropenem, son activos contra E. faecalis.

Para las infecciones complicadas de la piel debidas a enterococos susceptibles a vancomicina, las opciones terapéuticas eficaces incluyen daptomicina, linezolida, tedizolida, tigeciclina y omadazolina.

Piperacilina-tazobactam, imipenem o meropenem, tigeciclina y eravaciclina se recomiendan para las infecciones intraabdominales complicadas cuando se sabe o se sospecha que los enterococos están involucrados.

Las infecciones urinarias no requieren una terapia bactericida y, si el microorganismo causante es sensible, se suelen tratar con un solo antibiótico como ampicilina o amoxicilina.

Resistencia

En las últimas décadas, ha aumentado rápidamente la resistencia a múltiples antimicrobianos, especialmente en E. faecium.

Sigue surgiendo resistencia a los aminoglucósidos (p. ej., gentamicina, estreptomicina), en particular en E. faecium.

Los enterococos resistentes a vancomicina pueden también ser resistentes a otros glucopéptidos (p. ej., teicoplanina), aminoglucósidos y beta-lactámicos activos contra la pared celular (penicilina G, ampicilina). Cuando se identifica a estos patógenos, los pacientes infectados deben ser aislados estrictamente. El tratamiento recomendado incluye las estreptograminas (quinupristina/dalfopristina solo para E. faecium) y las oxazolidinonas (linezolida, tedizolida). La daptomicina, la oritavancina, la tigeciclina y la eravaciclina tienen actividad in vitro contra los enterococos resistentes a vancomicina, y pueden ser una opción de tratamiento (a pesar de no estar aprobados para esta indicación). La nitrofurantoina y la fosfomicina suelen ser eficaces en las infecciones urinarias por enterococos resistentes a la vancomicina.

A veces, los enterococos productores de beta-lactamasas resultan problemáticos, especialmente cuando hay presente un alto número de microorganismos en los tejidos (p. ej., en las vegetaciones de la endocarditis). Puede haber resistencia en la clínica, a pesar de que el microorganismo parezca ser susceptible en las pruebas estandarizadas. En estos casos puede usarse vancomicina o una combinación de un antibiótico beta-lactámico con un inhibidor de las beta-lactamasas (p. ej., piperacilina/tazobactam, ampicilina/sulbactam).

Los enterococos pueden incorporar folatos producidos en forma exógena y así revertir el efecto de la trimetoprima (TMP) y el sulfametoxazol (SMX); por lo tanto, la terapia con estos antimicrobianos puede fallar a pesar de la aparente susceptibilidad in vitro (por esta razón, TMP/SMX a menudo se deja fuera de los paneles de susceptibilidad para enterococos).

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de este recurso.

  1. American Heart Association: Infective Endocarditis in Adults: Diagnosis, Antimicrobial Therapy, and Management of Complications (2015)

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