Muerte cerebral

PorKenneth Maiese, MD, Rutgers University
Revisado/Modificado may. 2022 | Modificado sep. 2022
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Datos clave

La muerte cerebral es la pérdida permanente de la actividad cerebral. Como resultado, el paciente no puede respirar o mantener cualquier otra función vital por su cuenta, y pierde de forma permanente toda consciencia y capacidad para el pensamiento.

  • Los medios artificiales pueden mantener la respiración y el latido cardíaco durante un tiempo, pero una vez ocurre la muerte cerebral, nada puede mantener a los otros órganos funcionando indefinidamente.

  • Los médicos deben emplear criterios específicos para diagnosticar la muerte cerebral.

  • Ningún tratamiento puede ayudar a una persona con muerte cerebral.

  • Un diagnóstico de muerte cerebral es equivalente a la muerte de una persona.

La muerte cerebral significa que el cerebro deja de funcionar. El afectado no responde a ningún estímulo. Ningún tratamiento puede ayudar, y una vez que se confirma el diagnóstico, se considera que el sujeto está legalmente muerto.

En el pasado, la idea de la muerte cerebral era irrelevante porque cuando el cerebro moría también moría el resto del cuerpo. Es decir, la persona dejaba de respirar y el corazón dejaba de latir. Sin embargo en la actualidad hay métodos artificiales (como respiradores y fármacos) que pueden mantener temporalmente la respiración y el latido cardíaco incluso cuando cesa toda la actividad cerebral. Pero con el tiempo, incluso con la ayuda de medios artificiales, todos los órganos del cuerpo dejan de funcionar. Nada puede mantener el corazón latiendo de forma indefinida una vez que se produce la muerte cerebral.

Diagnóstico de la muerte cerebral

  • Valoración médica basada en criterios específicos

  • En ocasiones otras pruebas, por lo general para hacer posible la donación de órganos

Existen criterios específicos para diagnosticar muerte cerebral. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Detectar y corregir todos los problemas tratables que podrían alterar la función cerebral y, por lo tanto, dar lugar a un diagnóstico erróneo de muerte cerebral (como una temperatura corporal muy baja, una presión arterial muy baja o concentraciones sanguíneas muy bajas de ciertas sustancias como azúcar y sodio o una sobredosis de un sedante)

  • Identificar y tratar cualquier enfermedad que pueda causar coma y pérdida irreversible de todas las funciones cerebrales

  • Comprobar los reflejos de la persona (como el reflejo nauseoso, que se activa al tocar la parte posterior de la garganta) y no observar ninguna respuesta (la persona no hace muecas, no se mueve ni reacciona)

  • Hacer pruebas oculares y observar que no hay reacción a la luz

  • Comprobar la respiración desconectando el ventilador y observando que la persona no intenta respirar

Los médicos deben mantenerse en contacto con la familia o intentar notificar los resultados obtenidos a sus familiares o amigos cercanos tan pronto como comience el diagnóstico y la valoración de la muerte cerebral.

Los médicos suelen volver a comprobar los criterios entre 6 y 24 horas más tarde para confirmar la falta de respuesta del paciente.

Se debe cumplir todo lo que se indica a continuación:

  • Se han descartado todos los problemas tratables que podrían diagnosticarse erróneamente como muerte cerebral.

  • Se ha realizado una exploración neurológica completa.

  • Se han realizado las pruebas necesarias.

En adultos, la muerte cerebral se puede confirmar después de realizar un segundo examen transcurridas entre 6 y 24 horas. Para los niños, algunos Estados de Estados Unidos recomiendan a los médicos realizar dos exámenes distintos separados 48 horas como mínimo.

Pruebas adicionales opcionales

En ocasiones, cuando los resultados de la evaluación inicial son inciertos o la evaluación no se puede completar, los médicos utilizan ciertas pruebas diagnósticas para ayudarles a diagnosticar la muerte cerebral. Establecer el diagnóstico de muerte cerebral rápidamente puede ser especialmente importante cuando se planifica un trasplante de órganos, por ejemplo, después de traumatismos craneales catastróficos (como puede ocurrir en accidentes de tráfico). Estas pruebas incluyen

  • Electroencefalografía (EEG, que es un registro de la actividad eléctrica cerebral): esta prueba muestra la ausencia de ondas cerebrales cuando el paciente está en muerte cerebral.

  • Se pueden emplear pruebas de diagnóstico por la imagen para detectar el flujo de sangre al cerebro: cuando un paciente tiene muerte cerebral la sangre no fluye al cerebro.

Las pruebas de diagnóstico por la imagen incluyen tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés), angiografía, angiografía por TC (angio-TC), tomografía por emisión de fotón único (SPECT, que utiliza una molécula radiactiva denominada radionúclido para generar imágenes del flujo sanguíneo) y ecografía Doppler transcraneal de bajo flujo sanguíneo al cerebro.

Pronóstico de la muerte cerebral

Nadie que cumpla con los criterios de muerte cerebral se recupera. Por lo tanto, una vez se confirma la muerte cerebral, se puede considerar que la persona ha fallecido.

Tras confirmarse la muerte cerebral, se detendrán todos los métodos artificiales de soporte vital. Los familiares probablemente deseen estar con la persona accidentada en ese momento. Hay que informar a los acompañantes que al retirar la respiración asistida es posible que el paciente mueva una o varias extremidades y que incluso puede llegar a sentarse (lo que se denomina a veces signo de Lázaro). Estos movimientos se deben a contracciones musculares reflejas y no significan que la persona no esté realmente en muerte cerebral.

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