(Véase también Introducción a las lesiones deportivas.)
Los músculos del antebrazo que se insertan en la parte externa del codo pueden producir dolor cuando trabajan repetidamente (ver figura Cuando duele el codo). El tendón que conecta estos músculos al codo puede inflamarse y causar un dolor intenso.
Causas
La epicondilitis lateral puede ser causada por la repetición de los golpes de revés en el tenis. Otras actividades (por ejemplo, remar, hacer rotaciones del antebrazo con pesas o girar un destornillador con fuerza repetidamente) también pueden causar epicondilitis lateral.
Los factores que aumentan la posibilidad de desarrollar esta afección entre los jugadores de tenis son la debilidad de la musculatura del hombro y del antebrazo, el uso de una raqueta demasiado tirante o pequeña, no golpear la pelota con el centro de la raqueta (fuera del punto óptimo) y golpear pelotas pesadas o mojadas. El golpe de revés y permitir que la muñeca se doble aumenta la posibilidad de desarrollar una epicondilitis.
Síntomas
El dolor se manifiesta en la parte externa del antebrazo cuando se flexiona la muñeca hacia el dorso de la mano. También puede irradiarse hacia la zona media del antebrazo. El dolor puede aumentar al agarrar con fuerza (apretón de manos) o incluso al girar el pestillo de una puerta. Si la tensión persiste en esos músculos, la afección puede empeorar y doler incluso cuando no se utiliza el antebrazo.
Diagnóstico
Tratamiento
Se aplica hielo en la cara externa del codo y se evitan los ejercicios que causen dolor. Los ejercicios que no requieren utilizar los músculos extensores de la muñeca (como correr o montar en bicicleta) pueden ser una alternativa para que estas personas continúen manteniendo su estado físico. Cuando el dolor disminuye, pueden iniciarse los ejercicios de flexibilidad y estiramientos del codo y la muñeca. Suele ser beneficioso el uso de una codera (normalmente durante unas semanas). Cuando el dolor debido a la epicondilitis lateral es intenso, se puede inyectar un corticoesteroide en la cara externa del codo. La cirugía no suele ser necesaria.