La pitiriasis rosada es una enfermedad inflamatoria autolimitada caracterizada por la presencia de placas o pápulas difusas y descamadas. El tratamiento suele ser innecesario.
La pitiriasis rosada suele aparecer entre los 10 y los 35 años. Afecta a las mujeres con más frecuencia. La causa de la pitiriasis rosada puede ser una infección viral (en algunos trabajos se ha implicado a los herpesvirus 6, 7, y 8). Algunos fármacos pueden causar una reacción similar a la pitiriasis rosada.
Signos y síntomas de la pitiriasis rosada
Típicamente, el cuadro comienza con una placa o parche único, primario, de 2 a 10 cm que aparece en el tronco o en la parte proximal de las extremidades. Entre los 7 y los 14 días posteriores aparece una erupción centrípeta de pápulas y placas de color rosado o marrón claro, de 0,5 a 2 cm. Las lesiones tienen un borde descamativo ligeramente sobreelevado (collarete) que es similar al que aparece en las dermatofitosis (tiña del cuerpo). La mayoría de los pacientes presentan prurito, en general intenso. En niños y mujeres embarazadas, pueden predominar las pápulas con mínima descamación. El color rosado o marrón claro no es tan evidente en personas de piel oscura; en niños es frecuente la pitiriasis rosada inversa (lesiones en las axilas o las ingles que se extienden con un patrón centrífugo).
Imagen cortesía de la Public Health Image Library of the Centers for Disease Control and Prevention.
Imagen cortesía de Thomas Habif, MD.
Imagen cortesía de Karen McKoy, MD.
Imagen cortesía de Karen McKoy, MD.
Imagen cortesía de E. Laurie Tolman, MD.
Clásicamente, las lesiones siguen las líneas metaméricas de la piel, lo que dan a la pitiriasis rosada la clásica distribución en árbol de Navidad cuando aparecen múltiples lesiones en la espalda. En un pequeño número de pacientes, un síndrome prodrómico con malestar, cefalea, y a veces artralgia precede a la aparición de las lesiones.
Diagnóstico de la pitiriasis rosada
Evaluación clínica
El diagnóstico de la pitiriasis rosada se basa en la apariencia clínica y la distribución de las lesiones.
Los diagnósticos diferenciales son:
Pitiriasis liquenoide crónica
Las pruebas serológicas para la sifílis están indicadas cuando se ven afectadas las palmas o las plantas, no se observe la lesión en forma de placa heráldica o cuando las lesiones presentan una secuencia o una distribución inusuales.
Tratamiento de la pitiriasis rosada
Tratamiento antipruriginoso
No se necesita un tratamiento específico, debido a que la erupción suele remitir en el transcurso de 5 semanas y la recurrencia es rara.
La luz solar, natural o artificial, puede acelerar la curación.
Los antipruriginosos como los corticoides tópicos, los antihistamínicos orales y las medidas locales se utilizan según necesidad.
Algunos datos sugieren que 800 mg de aciclovir por vía oral 5 veces al día durante 7 días puede ser útil en pacientes que se diagnostican en forma temprana y tienen una enfermedad diseminada, o presentan síntomas seudogripales. Es de destacar que la pitiriasis rosada durante el embarazo (especialmente durante las primeras 15 semanas) se asocia con parto prematuro o muerte fetal. A las mujeres embarazadas se les debe ofrecer aciclovir; sin embargo, la terapia antiviral no ha demostrado reducir las complicaciones obstétricas.
Conceptos clave
La pitiriasis rosada es una enfermedad inflamatoria de la piel autolimitada, posiblemente causada por el herpesvirus humano tipo 6, 7, u 8 o drogas.
Comienza con una placa heráldica inicial de 2 a 10 cm, seguida de una erupción centrípeta de pápulas y placas ovaladas con un borde ligeramente elevado y descamado, que suele aparecer típicamente a lo largo de las líneas de la piel.
El diagnóstico se basa en la apariencia clínica y la distribución de las lesiones.
Se trata con medicamentos antipruriginosos según sea necesario, y, posiblemente, corticosteroides tópicos y/o luz solar.
La pitiriasis rosada durante las primeras 15 semanas del embarazo se asocia con nacimiento prematuro o con muerte fetal.
A las mujeres embarazadas se les debe ofrecer terapia antiviral, aunque no se ha demostrado que esto reduzca las complicaciones obstétricas.