Las fracturas transversales son perpendiculares al eje largo del hueso.
Las fracturas oblicuas se producen en un ángulo.
Las fracturas en espiral implican un mecanismo de rotación; en las radiografías se distinguen de las oblicuas por más de un componente paralelo al eje largo del hueso al menos en una proyección.
Las fracturas conminutas tienen > 2 fragmentos de hueso. Las fracturas conminutas incluyen fracturas segmentarias (2 roturas separadas en un hueso).
Las fracturas por avulsión se deben a que un tendón desplaza un fragmento óseo.
En las fracturas impactadas, los fragmentos óseos son impulsados unos contra otros, lo que acorta el hueso; estas fracturas pueden visualizarse como una densidad anormal en las trabéculas o irregularidades de la cortical ósea.
Las fracturas de torus (doblez de la corteza ósea) y las fracturas en tallo verde (roturas en un solo lado de la corteza) son las fracturas de la niñez.